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Madrid, 14 de marzo de 2022. Así se titulaba la carta que le envió hace justo un año el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al rey de Marruecos, Mohamed VI. El texto y la noticia en sí solo se dieron a conocer cuatro días después, el 18 de marzo, a través de un comunicado de la Casa Real marroquí. La totalidad de la carta y su contenido solo se conoció días después a través de una publicación de El País . En estas fechas, por tanto, se cumple el primer aniversario del giro histórico dado por el líder del Ejecutivo en relación con el Sáhara Occidental . Que ha cambiado desde entonces? ¿Qué puede pasar a partir de ahora?
“Hoy vi publicada en un medio la famosa carta”, dijo el canciller el 23 de marzo del año pasado José Manuel Albares. Nunca fue publicado por el gobierno. A pocas horas de su primera comparecencia en el Congreso sobre el tema, el citado medio reveló el contenido de la misiva. Las críticas de toda la arcada parlamentaria, desde Unidas Podemos al PP, fueron unánimes tanto al contenido del tema y el cambio de política exterior como a las formas que tuvo toda la opinión pública y política para tomar conciencia del mismo.
El párrafo clave de la carta es el siguiente: “Reconozco la importancia de la cuestión del Sáhara Occidental para Marruecos y los esfuerzos serios y creíbles, en el marco de las Naciones Unidas, para encontrar una solución mutuamente aceptable. En este sentido, España considera que la propuesta de autonomía marroquí presentada en 2007 como la base más seria, creíble y realista para la resolución de este diferendo”, ha dicho Sánchez.
De fondo había una grave crisis, prácticamente sin precedentes, entre España y Marruecos. La posición del Estado español, hasta hace un año de consenso entre todos los gobiernos, sobre el conflicto del Sáhara provocó que el país vecino incrementara su presión migratoria. Sobre todo con la entrada en Ceuta de miles de personas durante el último mes de mayo. El embajador de Marruecos en nuestro país también partió tras recibir una recepción humanitaria del líder del Frente Polisario, Brahim Gali .
El diálogo entre los dos países fue nulo. El Gobierno, tras meses de trabajo diplomático en la sombra, decidió dar un paso. Tanto Albares como los dirigentes socialistas lucharon en esos días por defender sus posiciones en público y en privado. En sus mensajes destacaron varias claves, concretamente en lo que se refiere a la cuestión saharaui: todo se resolvería en el seno de la ONU, el contexto internacional es el que es (con apoyo de EEUU y otros países europeos a las posiciones marroquíes ) y el “movimiento” de España como vía. para desbloquear un conflicto congelado.
La “nueva etapa” con Marruecos y lo que ha cambiado
Las relaciones con Marruecos se han relajado por el momento. Sánchez viajó en abril para conocer en persona a Mohamed VI. Se acordó reabrir las fronteras en Ceuta y Melilla y se firmó una declaración conjunta. La embajadora retornó a sus funciones y el pasado mes de febrero tuvo lugar la esperada Reunión de Alto Nivel con Marruecos (RAN). El pacto táctico, según el propio Sánchez, es “no ofender al otro” en asuntos que afecten a la soberanía territorial de ambos países. Queda pendiente la apertura de aduanas comerciales en las dos ciudades autónomas, una de las grandes expectativas.
“Se logró la reconciliación con Marruecos, pero a un costo muy alto”, señala Alfonso Cassani, analista de Fundación Alternativas
“Fue un cambio agridulce. Lo que se consiguió fue una reconciliación diplomática con Marruecos, que era uno de los principales objetivos. Pero a un costo muy alto”. Así resume la situación a un año vista Alfonso Cassani, analista de la Fundación Alternativas, en conversación con Público . Cassani considera que los resultados de la RAN fueron “hasta cierto punto decepcionantes en el sentido de que no hubo tantos avances como se esperaba”. Además, también recuerda el “malentendido simbólico” que supuso que Mohamed VI no recibiera a Sánchez.
El analista destaca que es necesario entender la dinámica internacional, con una tendencia de cambio a favor de Marruecos en el conflicto saharaui y “reforzar su política exterior”. “Se ha ido obteniendo cada vez mejores resultados en acuerdos migratorios y económicos”, agrega Cassani. Respecto al propio conflicto saharaui, afirma que “no parece que se estén dando grandes pasos hacia la resolución del conflicto ni parece muy factible recuperar el marco de un referéndum”.
Para la catedrática de Ciencias Políticas de la Universidad de Granada, Raquel Ojeda A nivel internacional, “las posiciones parecen seguir igual de polarizadas, al menos en lo que respecta al discurso oficial”. Es decir, con un conflicto armado abierto para el Frente Polisario que Marruecos sigue ignorando. Mientras tanto, los organismos internacionales están preocupados por otros conflictos, como la guerra de Ucrania o cuestiones financieras.
Ojeda también se centra en la política interna marroquí. Para ello, hay que recordar que el expresidente de Estados Unidos, donald trump , decidió reconocer la soberanía marroquí sobre el Sáhara poco antes de dejar el cargo. A cambio, el reino alauita reanudaría las relaciones con Israel. “Parece que algún PJD (islamista moderado) opone a Marruecos con Israel . Aunque esto no quiere decir que vaya a haber consecuencias para el conflicto del Sáhara Occidental”, señala al respecto el catedrático universitario.
Isaías Barreñada, catedrático de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, considera que la única diferencia que hizo la carta es que el Gobierno se atrevió a escribir “una palabra más” ya que en la práctica España “está altamente posicionado con Marruecos para siempre. La opinión del catedrático es que con la aprobación de la autonomía de Sánchez, “España queda excluida” de la resolución del conflicto.
Para Barreñada, la llamada “neutralidad activa” en torno a la cuestión saharaui va de la mano de un “colchón de intereses”. Es decir, generar relaciones de interdependencia con los dos países involucrados. “Lo que pasa es que este viejo discurso no es tan efectivo como se esperaba. La neutralidad activa significa que queremos contribuir a la solución del conflicto, pero no nos vamos a mojar. Por eso nos refugiamos detrás de la ONU. Apoyamos sus esfuerzos, que es como no decir nada, porque la ONU tiene una serie de límites, que es lo que los Estados quieren hacer”, dice el profesor.
Argelia y el Frente Polisario, relaciones rotas
Una de las consecuencias más directas y tangibles de la decisión de Sánchez es la reacción de Argelia. Las relaciones con el otro país vecino se cortaron poco después de la carta del presidente del Gobierno. No se conocen avances en este sentido y también hay un tema de fondo, que tiene que ver con el suministro eléctrico a gas . “Argelia ha dejado claro que su orientación con las relaciones energéticas ahora favorece a Italia. Argelia tiene cada vez más poder en este juego de relaciones energéticas a raíz de la guerra. Esto fortalece su posición”, dice Cassani al respecto.
“Tomó por sorpresa a todo el mundo, incluido el cuerpo diplomático y el PSOE”, dice la profesora Raquel Ojeda
“Hay un problema con Argelia, el difícil equilibrio en el conflicto argelino-marroquí, como un juego de suma cero en el que cuando apoyas a uno dejas de apoyar al otro. En este caso estamos apoyando a Marruecos. No parece que el conflicto se resuelva pronto”, añade el analista de Fundación Alternativas. Tanto Barreñada como Ojeda señalan que las consecuencias con Argelia no estuvieron bien calibradas por parte de Albares . De hecho, en su primera aparición pública tras la noticia del 18 de marzo, el Canciller aseguró que los argelinos estaban al corriente del cambio de postura. Algo resultó estar mal.
“Lo que está claro es que tomó por sorpresa a todos, incluido el propio cuerpo diplomático y el PSOE. Una estrategia de este tipo que implica un cambio de discurso tiene consecuencias. Las relaciones con Argelia fueron una de esas consecuencias, pero parece que los intereses desde España hasta Marruecos siguen primando y no parece que vaya a haber un cambio. “, Ojeda reflexiona sobre esto.
Con quien no parece haber avances es con el Frente Polisario , la organización que actúa como representante legítimo del pueblo saharaui ante la ONU. Su secretario general ha sido muy duro con la posición de España, que califica de traición. La posición del Gobierno estuvo muy presente durante el XVI Congreso del Polisario, como se refleja en este ambiente. El PSOE se desmarcó del acto a pesar de haber sido invitado y haber asistido en otras ocasiones.
La ONU, la UE y el futuro inmediato
En cuanto a Asuntos Exteriores, señalan que la posición de España es apoyar al enviado especial de la ONU, Stefan de Mistura . Albares se reunió con él varias veces. Sin embargo, tampoco hubo avances tangibles. De hecho, el enviado especial aún no ha podido visitar el propio territorio del Sáhara Occidental por decisión de Marruecos, que ocupa la zona. Sí, visitó Argelia y los campos de refugiados saharauis de Tinduf (Argelia).
Además, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos , Volker Türk, recordó recientemente que la oficina que dirige desde 2022 lleva ocho años sin realizar misiones al Sáhara Occidental y consideró muy importante poder volver a hacerlo. Numerosas organizaciones internacionales, incluida Amnistía Internacional, han denunciado ataques contra activistas saharauis en los últimos meses, con Sultana Jaya como un asunto más simbólico.
“El enviado especial vino a decir que no le están facilitando el trabajo. Marruecos no permite viajar al territorio y Argelia no permite que su avión sea español. Cualquier propuesta que lleve el sello de España será rechazada por Argelia y los saharauis ”, advierte Barreñada. El profesor señala que el protagonismo ahora es de las partes involucradas en el conflicto, con un “equilibrio de fuerzas muy desigual”.
“Cualquier propuesta que tenga el sello de España será rechazada por Argelia y los saharauis”, advierte Isaías Barreñada
Respecto a las relaciones con Marruecos, Barreñada señala que la normalidad no está garantizada. En este sentido, alerta sobre la posibilidad de que cuando haya alguna nueva tensión, que puede deberse a la negociación de aguas territoriales o espacio aéreo , “Marruecos volverá a hacer las cosas porque es la práctica que tenían, normalizar e intentar estirar más la cuerda. “A medio plazo podemos encontrarnos con una nueva situación de crisis pero con una realidad diferente, que España se ha autoexcluido de la resolución del conflicto saharaui”, añade.
“En España parece que hay ciertas voces críticas entre los militantes del PSOE y, por supuesto, de Unidas Podemos, es decir, de los propios partidos de gobierno, pero parece que hay pocos incentivos para cambiar la política exterior de España hacia Marruecos en este momento. ”, señala Ojeda.
El profesor también mira a la UE, donde en paralelo se abre la puerta de Marruecos aunque con escasas o nulas consecuencias. La institución europea, según algunos especialistas y como ha recordado Ojea, podría llevar a cabo una estrategia de “condicionalidad”, es decir, intentar presionar a Marruecos en este “dossier” para que lleve a cabo una verdadera negociación con el Frente Polisario, por vía económica. medidas y la firma de tratados internacionales.
Para este año, la decisión final de la justicia europea sobre los acuerdos comerciales de la UE con Marruecos . El tribunal ya ha dado la razón al Polisario. A pesar de ello, como recuerda Ojeda, “el comportamiento del Consejo, la Comisión y los Estados miembros no deja muchas dudas sobre la continuidad de este conflicto, con un claro apoyo del lado marroquí de la balanza”.
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