Catégorie : Sahara Occidental

  • La pandémie n’a pas arrêté le trafic de cannabis entre le Maroc et l’Espagne

    D’après Le Figaro, même en plein pic de la pandémie du coronavirus, les trafiquants de cannabis continue à donner de maux de tête aux services de sécurité espagnols qui n’ont pas baissé la garde en cette période critique.

    Selon des communiqués de la gendarmerie espagnole, ce premier avril, en quinze jours 58 trafiquants en Andalousie ont été arrêtés et plus de 5,5 tonnes de haschich, neuf embarcations et douze véhicules ont été saisies.

    Depuis le début de l’état d’alerte, le 14 mars, «la capacité de mouvement des organisations criminelles a diminué mais cela n’a pas entraîné un arrêt de l’activité des trafiquants de drogue qui transportent le haschisch du Maroc jusqu’au littoral andalou, par voie maritime», constate la Garde civile, dans un communiqué.

    Selon des rapports révélés par Wikileaks, le trafic de drogues au Maroc est géré par des membres de l’entourage de Mohammed VI.

    Tags : Maroc, haschich, cannabis, drogues, trafic, stupéfiants,

  • «Cambiaríamos los envíos de comida por una postura firme a favor del Sahara»

    OVIEDO

    Bachir Salek. Delegado saharaui para Asturias: «Cambiaríamos los envíos de comida por una postura firme a favor del Sahara»

    «Algunos políticos creen que engordando al pueblo saharaui se le podría ofrecer como cordero de Pascua; una segunda venta no es posible»

    Gonzalo DÍAZ-RUBÍN

    Bachir Salek es, desde el pasado mes de noviembre, el delegado saharaui para el Principado de Asturias. Nacido en el Aiun en 1955, afirma «estar sorprendido del grado de solidaridad de los asturianos con la causa».

    Bachir Salek no tiene dudas de las intenciones que abriga Marruecos al reclamar Ceuta, Melilla y las Canarias: «Buscan que España no apoye la autodeterminación del Sahara».

    ¿Qué tal le han acogido los asturianos?

    La verdad es que muy buena. El movimiento solidario con la causa de nuestro pueblo es enorme y despierta mucho interés. No hay día en que no tengamos alguna actividad programada. Es un movimiento con bases muy sólidas, apoyado por la Plataforma Asturcántabra en la que participan 30 municipios del Principado y la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui, una de las primeras del país. Contamos, además, con el respaldo de instituciones como la Junta General del Principado y de los distintos partidos políticos.

    El Consejo de Seguridad ha aplazado su decisión sobre el Sahara…

    Es uno más de los muchos que llevamos en estos 27 años. En este caso nos ha alegrado porque rechaza la vil tesis de la autonomía dentro de Marruecos. A pesar de que durante años las resoluciones de la ONU hayan sido pisoteadas por países que son pilares de la comunidad
    internacional.

    ¿Hablamos de Francia?

    Desde el Frente Polisario entendemos que sólo Francia es la culpable de que las resoluciones de la ONU se incumplan. Marruecos no es un país, es un departamento de Francia. Toda su política se dicta desde el Elíseo. Francia no quiere en su área de influencia un país independiente e hispanoparlante.

    Nunca han recurrido al terrorismo para defender sus reclamaciones…

    No es una opción. Somos un ejemplo de paciencia.

    ¿Y la guerra?

    Es una realidad que está ahí, desgraciadamente. Es la peor de las opciones, pero si se nos cierran todas las puertas, ¿qué salida nos quedará que no sea defender con las armas nuestros derechos? Pero nuestra revolución no está dirigida sólo al pueblo saharaui, sino para que todos los pueblos del Magreb sean libres de verdad. Eso no será posible mientras en Marruecos exista una monarquía absoluta que no respeta las libertades de su pueblo, por mucho que se maquille esta realidad desde fuera de las fronteras de Marruecos con seudoelecciones.

    ¿Qué más puede hacer España por el Sahara?

    Lo que se está haciendo es enorme, pero, de veras, el pueblo saharaui cambiaría todas las toneladas de comida por una postura firme a favor de su causa. Algunos políticos piensan que engordando con comida al pueblo saharaui se le podría ofrecer como cordero de Pascua. Quisiera dejar muy claro a algunos políticos que una segunda venta del Sahara no es posible. España debe asumir y cumplir su compromiso humano, histórico y político con el Sahara.

    Fuente : La Nueva España, 8 ago 2002

    Tags : Sahara Occidental, España, Marruecos, ONU, Francia,

  • Cafia Alisalem: « En el pasaporte pone apátrida, pero yo siempre seré saharaui »

    LLEIDACOM / Amaia Rodrigo Arcay

    La primera vez que vino a Lleida tenía 6 años y flipaba con los ascensores. Poco se pensaba que en unos años, estaría viviendo y trabajando. Es terca y valiente. Y feminista. En buena parte « por culpa » de la Leonor Pedrico, su madre de acogida aquí. En los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf, que la vieron nacer y vivir una infancia libre y feliz, tiene su otra familia, con la que sueña reencontrarse. Administrativamente es apátrida y nada le hace más mal que no pudo documentarse como saharaui. Y es que la CAFI Alisal tiene patria, pero no le reconocen. La paradoja es que trabaja de mediadora en un centro de atención a MENA que vienen de Marruecos. Dice que no es activista, pero es luchadora y consigue lo que se propone. Guarda el primer dictado que hizo en catalán y sonríe orgullosa cuando explica que todo el mundo le decía que no podría estudiar Bachillerato y ha conseguido trabajar en un laboratorio con un grado formativo de biomedicina.

    Su historia ocuparía varias entrevistas. Hemos querido conocer un pedazo de lo que ha vivido esta saharaui leridana que está convencida de que el mundo se puede cambiar.

    Preséntate. Quién es la CAFI Alisalem?

    Soy una saharaui leridana. Soy del Sahara Occidental y nací en el campo de refugiados de Tinduf, en Argelia. Mis padres tuvieron que irse exiliados y van a cabar allí y me tuvieron a mí y todos mis hermanos. Desde los 6 años empecé a venir a Lleida con el proyecto ‘Vacaciones en Paz’ siempre con la misma familia y los 12, cuando terminé la primaria, en los campos de refugiados aún no había secundaria y tuve que marchar a Argelia con una beca. Mi familia de acogida aquí me propuso venir a estudiar aquí y mis padres estuvieron de acuerdo y yo también. Además tenía problemas de salud. Tenía muy mal de ojos por la temperatura. Y además, allí acabas de estudiar pero no puedes trabajar. Al no ser argelinos no nos dejan trabajar y los campos de refugiados hay voluntariado, pero no es trabajo. Después de una gran lucha para conseguir el pasaporte, porque como España no reconoce el Sahara, es como si no tuviera pasaporte y tuve me lo hará de Argelia. Estuve tres años intentándolo hasta que me dieron la visa de estudiante. Con 16 años empecé cuarto de ESO. Fue muy difícil la adaptación. Por mucho que hubiera sido aquí de pequeña, todo es muy diferente. Mi base era baja no, lo siguiente. Ni matemáticas, ni física, ni química. Para mí eran todo naturales. (Río). Después del inglés o el catalán.

    Claro, una cosa es hablarlo y la otra, escribirlo

    Exacto. Mi familia aquí me tranquilizaba y me decía que yo sabía hablar catalán y yo les decía que era muy diferente el catalán que hablaba en familia que el de los estudios y ellos me decían « qué va! No sufras! Que lo harás muy bien! « Y claro, yo no podré olvidar el primer dictado que me hizo mi profesor de catalán (río). El profesor Salvador seguro que se acordará de mí toda la vida. Yo no sabía ni lo que eran los acentos ni los apóstrofes ni nada! Tal cual lo decía, tal cual lo escribía yo. Aunque lo guardo ahora aquel dictado! (Río). Sin embargo, acabé la ESO. Mi familia de acogida confiaba en mí y les agradeceré toda la vida. Pero no es lo mismo en el instituto. La gente no confía en ti, te ven extranjera y que acabas de llegar y te empiezan a decir que tú no podrás hacer Bachillerato ni una carrera, que es muy difícil. Y te hacen sentir que no vales para esto. Pero yo soy muy terca y mi familia aquí aún más. No pasé por el aula de acogida. Tenía refuerzo cada tarde en casa. Y aprobé cuarto de ESO en la primera. Y hice Bachillerato científico en tres años.

    No está mal Bachillerato científico por haber llegado sin diferenciar física ni química, no?

    Sí! Yo tenía la idea de hacer medicina. Hice en tres años el Bachillerato porque no es sólo el tema académico, sino también la adaptación. Llegas aquí y hay todo de grupitos hechos, no conoces a nadie. Y además, con la barrera del idioma … Es durísimo a nivel personal. Se necesita mucho amor y mucho cariño. Yo lo tuve. Además que añoro. Sobre todo de la madre, los hermanos, que yo tengo muchos y estaba acostumbrada a estar siempre con ellos, de mis amigas … Yo estaba en Argelia estudiante y estaba todo el día con ellas conviviendo. Pero poco a poco fui haciendo. Intenté no agobiarse, por eso hice el Bachillerato en tres años para coger base y poder hacer la selectividad. Conforme iba avanzando, cambiaba de idea; quise hacer biomedicina, después, enfermería y por dos décimas no entré. Me supo muy mal, pero entré en un ciclo formativo de laboratorio y ahora agradezco mucho no haber entrado en la universidad. Me gustó muchísimo y estuve trabajando.

    A partir de los 18 años pedí el estatuto de apátrida. De este modo, podía tener un NIE para estudiar, trabajar o viajar. A partir de aquí, ya no iba a veranos hacia los campamentos y pude encontrar trabajo, que es lo que yo quiero. Y este año, me ha pasado algo que me ha cambiado la vida. En el laboratorio donde estaba, me ofrecieron pedir una beca para poder continuar. Durante la tramitación, yo no quería dejar de trabajar para poder enviar dinero a mi familia. Primero, estuve de camarera y después, una amiga que trabaja con MENA me ofreció trabajar de mediadora porque necesitaban gente que hablara árabe. Yo no me había formado en este ámbito, pero mi amiga me insistió tanto que lo probé. Ahora estoy en San Juan de Dios en Almacelles y me encanta. Trabajo con chicos marroquíes. Al fin y al cabo, han pasado por lo mismo que nosotros; han tenido que irse de su casa por culpa de su gobierno. Esto me enriquece mucho a nivel personal para ayudarles. Me siento muy bien y he dicho que no al trabajo del laboratorio porque quiero estudiar mediación por internet y dedicarme a este ámbito más social. Los fines de semana a trabajar a San Juan de Dios y durante la semana haciendo una sustitución en el laboratorio. En las tardes, estudiaré.

    Y algo más que puedas meter en tu apretado tiempo?

    Dormir! (Ríe)

    Algo que no he explicado y que también me ha marcado es la muerte de mi madre de acogida, la Leo Pedrico. Gracias a ella estoy aquí. (Se detiene para secarse una lágrima)

    Recuerdo que llevaba marcapasos y no podía hacer muchos esfuerzos. Cuando empecé a leer, mi primer libro aquí fue ‘Crónica de una muerte anunciada’ de Gabriel García Márquez, lo leí con ella. Después de cenar, que estaba muy cansada, leíamos juntas. Cuando se murió, yo estaba haciendo primero de Bachillerato. Fue muy duro. Fui a vivir con mi tía de acogida. Tengo dos madres de acogida.

    Debe de ser muy raro sufrir el duelo de una madre de acogida

    Y tanto. Yo lo diré siempre. Tengo dos madres. La Leo no me parió, pero casi.

    Como asume la identidad apátrida una persona que reclama el reconocimiento internacional para su pueblo, el saharaui?

    Yo no asumo que soy apátrida. El otro día, comenzó a trabajar en San Juan de Dios una chica que tenía un tatuaje que ponía « apátrida ». Yo soy saharaui. He nacido saharaui, lo sigo siendo y lo seré toda la vida hasta que me muera. Yo los documentos no pongo apátrida, pongo saharaui. Administrativamente ser apátrida es lo que me permite estar aquí y trabajar. Nada más. A esta chica le dije lo que significa para mí ser apátrida: es ser nada. No te reconocen. Yo tengo a la documentación « apátrida », pero soy saharaui.

    Y como piensas ayudar a chicos marroquíes?

    Son adolescentes y me lo tomo como si fueran mis hermanos pequeños. Son personas que lo han pasado igual o peor que nosotros. Se han tenido que jugar la vida por venir hasta aquí. Nosotros, los campamentos, sí tenemos una mierda de vida, pero no nos la hemos jugado por venir. La mayoría de estos chicos se han ido de casa sin decirles nada a sus padres para no hacerles sufrir. Es muy duro. En los libros de la escuela, les han explicado que el Sahara pertenece a Marruecos. Y cuando me preguntan si soy marroquí, les intento explicar. Como son adolescentes, siempre te intentan fastidiar y yo los trato desde el amor, tratándolos como a mis hermanos. Les planteo porque están ellos aquí. Es por culpa de su gobierno, en eso estamos igual.

    ¿Cómo es la vida a caballo entre los campamentos de refugiados y los veranos en Lleida?

    Los niños somos muy felices en los campamentos; somos libres. Jugando en la arena, marchando sin pedir permiso, sin volver a casa hasta que no te llama la madre, sin móviles … todo el día en la calle. Mirándolo desde otro punto de vista, podemos estar enfermos sin saberlo, no hay una buena educación, las condiciones de higiene y de alimentación no son buenas. Y al mismo tiempo, la infancia es feliz. Es cierto que vivos en la ignorancia, al margen de todo. Lo que comparo mucho es que aquí las familias separan los bebés para dormir. Pero si yo incluso de gran dormía con la madre! La unión de la familia es sagrada. Los padres nunca se quedarán solos. Y aquí es diferente. Los valores son diferentes.

    Cuando oíste hablar de Lleida por primera vez?

    Cuando llegué aquí. Yo no sabía dónde iba. Tenía 6 años. Llegas desubicada, muy pequeña. Y tienes un papelito con el número de los hermanos. Recuerdo perfectamente el teléfono fijo de casa llamando a mi hermano que estaba en Andalucía. Cuando le dije que estaba en Cataluña. Mi familia respiró tranquila al comprobar que sabía dónde estaba.

    Qué recuerdos tienes de aquella primera estancia?

    Subir en el ascensor. Nunca había visto! También la lluvia. En los campamentos es muy escasa y cuando llueve, hace muy mal. Aquí puedes disfrutar. Si llueve y me engancha en plena calle yo no me refugio, me mojo y punto. Y recuerdo el primer día que vi llover aquí, estábamos en el piso, que es un noveno. Ya me resultaba muy extraño un piso tan alto, porque estoy acostumbrada a las casas de los campamentos que son bajas. Y desde el balcón, sacaba la mano para tocar las gotas que caían. Me emocionaba. Todo era extraño para mí. La comida, las piscinas, el mar! Todo era diferente.

    Y ahora todavía te sientes extraña?

    No. Me siento bastante integrada. Pero siempre me faltará algo.

    ¿Qué crees que has aprendido aquí?

    Sobre todo los valores de defensa de los derechos humanos y del feminismo. Y esto es gracias a la Leo, mi madre de acogida. Las mujeres en el Sahara tienen un papel muy importante y bastante poder. Pero sé que todavía queda mucho por hacer en la lucha por los derechos de las mujeres. Y estar aquí me ha ayudado a avanzar en esta perspectiva.

    Cómo se vive el feminismo desde tu situación?

    Me considero feminista. Por mucho que digan que los árabes son más machistas que los españoles, en el Sáhara Occidental nunca hemos oído que un hombre mate a una mujer o que la maltrate o la insulte. Nunca. Mi lucha feminista en este sentido. Hay gente que todavía me dice que cómo es que mis padres me han dejado venir siendo una chica. Esto no me lo preguntaron nunca a los campamentos.

    Lo que no llevo nada bien es no poder caminar tranquila por la calle. No quiero ni un piropo ni nada, que me dejen tranquila. Si pasa por mi lado un chico guapo, puedo pensar que es muy guapo, pero no le intimida. Estoy tan harta, que ahora contesto. Mi hermana pequeña, que está estudiando aquí, me dice que no vendrá nunca más conmigo por miedo cuando planto cara.

    Si fueras una superheroína, qué superpoder te pedirías?

    Cambiar las personas. Que todos seamos más humanos, que no seamos tan egoístas. Vivimos en un mundo en el que nos engañan. Yo me incluyo. Si tenemos una casa con aire acondicionado, un coche y un móvil en la mano, nos olvidamos que hay personas que lo están pasando fatal. Hay que pensar más en los demás, no dejarnos llevar por este sistema.cont

    Como crees que habría que resolverlo?

    Que se prioricen las personas por delante de la economía. Es lo que hablamos a veces con los chicos del centro. Cuando critican su gobierno como culpable de su situación, les digo que la solución de todo pasaría porque el pueblo marroquí se rebela contra la monarquía. Entonces habría un cambio y en un contexto diferente se podría hablar de los saharauis. Pero ahora, prefieren explotar los recursos naturales y los otros países tienen demasiado intereses en Marruecos, como lugar estratégico en el Mediterráneo. Ahora mismo, lo tenemos muy complicado. Ahora, mucha gente de los campamentos dice que no es bueno que nos vamos a otros lugares, porque allí se quedarán sin nadie. Pero yo creo que no pasará. Yo no me olvido de mi identidad y sueño con que habrá un día en que podremos volver a nuestra tierra.

    En que eres especialista en la vida?

    Soy valiente, muy exigente y luchadora.

    Consigues lo que te propones
    Sí, por el momento sí. Me han ayudado mucho y he tenido mucha suerte.

    También lo has luchado. ¿Cuál es ahora el reto?

    Tener mi familia aquí. (Se emociona). Quiero tener un trabajo estable y poder estar con mis. Ojalá encontrara un trabajo que combinara la labor social con la medicina.

    Has estado alguna vez en el Sahara Occidental?

    Nunca. Y no puedo ir porque para entrar debería decir que soy marroquí. No quiero ir ni de turista. Lo relaciono con violencia. Hace unas semanas mataron a una chica. La gente no puede vivir tranquila.

    Te consideras una activista?

    No. Yo priorizo ​​ayudar a mi familia. Antes hacía muchas mas charlas, pero ahora no tengo mucha disponibilidad.

    Si algún día se hace un referéndum y el Sahara Occidental consigue ser un estado independiente y reconocido internacionalmente, irás a vivir?

    Y tanto. Sin lugar a dudas. Es nuestro objetivo. Continuaré siendo una leridana saharaui, pero allí. Yo confío, pero desde un punto de vista realista, me cuesta mucho ver.

    Como te despides?

    Que la paz esté contigo. Es nuestra manera de saludar y despedirnos. Pero también quisiera terminar diciendo que podemos cambiar el mundo.

    Fuente : Lleida.com, 1 ago 2019

    Tags : Sahara Occidental, Frente Polisario, refugiados saharauis, vacaciones en paz, niños saharauis,

  • Crisis silenciosa entre Mauritania y Marruecos

    En 2017, Marruecos provocó la crisis del Gargarat con el fin de desalojar al Frente Polisario de la zona conocida con el nombre de « Kandahar » que separa el territorio saharaui de Mauritania. Si el Polisario no hubiera reaccionado enérgicamente, los marroquíes habrían embestido los territorios liberados saharauis.

    En su maniobra, esperaba contar con el apoyo de las autoridades mauritanas, pero éstas, fieles al principio de neutralidad en el conflicto del Sáhara Occidental, se mantuvierdon al margen. Desde entonces, Rabat quiere hacerles pagar su posición cerrando el paso en el puesto fronterizo de Gargarat bajo pretexto de que son elementos saharauis que bloquean el paso para protestar contra el desempleo.

    Desde hace unos meses, el cierre de esta frontera es frecuente con las repercusiones correspondientes sobre los cargamentos de pescado que vienen de Mauritania con destino a Andalucía. Esto, probablemente, obligará los españoles a coger la decisión de descargar en el puerto de Dajla en lugar de Nuadibu.

    De esta manera, Marruecos logra matar dos pájaros de un solo tiro. Por una parte, castiga a los mauritanos por su independencia política y por otra, crear empleo fomentando la actividad portuaria en el puerto de Dajla. Rabat también sueña con crear un conflicto entre saharauis y mauritanos acusando a los primeros de estar detrás de esta crisis.

    Tags : Marruecos, Mauritania, España, pescado, Sahara Occidental, Gargarat, Dajla, Nouadhibou,

  • Sáhara, la impotencia marroquí

    José Ramón Diego Aguirre

    El País, 7 nov 1991

    El autor, militar e historiador, analiza desde el punto de vista de la estrategia militar la incapacidad de Marruecos, a pesar de su enorme superioridad en hombres y armamento, para acabar desde hace 16 años con la guerrilla saharaui.

    Hace ya 16 años que se firmaron, el 14 de noviembre de 1975, los acuerdos de Madrid. Nadie hubiera podido pensar entonces que iban a dar lugar a una guerra interminable. Y todavía hoy, después de la aceptación teórica por Marruecos de un referéndum de autodeterminación, planean fuertes dudas sobre la determinación del rey a aceptar que la consulta se desarrolle de manera verdaderamente imparcial.Pero lo que no ofrece duda alguna, en cambio, es la resistencia de los saharauis a convertirse en súbditos suyos. La monarquía alauí podrá alegar los más alambicados argumentos de carácter supuestamente histórico -pulverizados por los historiadores y el Tribunal de La Haya- sobre sus derechos en el Sáhara, pero no podrá jactarse de la obediencia de los saharauis libres, ahora llamados « hijos descarriados ».

    Obstaculizando la celebración del referéndum, Marruecos sólo ha demostrado lo que ya se hacía patente antes del abandono español: su temor a la auténtica expresión de la voluntad popular, que le llevó a torpedear en la ONU en 1974, con la ayuda de Occidente, el referéndum prometido por España para 1975.

    Lejos de encontrarse, en noviembre de ese año, con el entusiasmo de la población autóctona que celebraba la liberación del colonialismo paternalista español, las tropas de Hassan II empezaron a sufrir una larga serie de reveses que obligaron a las Fuerzas Armadas a aumentar sus efectivos de 60.000 soldados en 1975 a 100.000 en 1979 y a 170.000 -sólo en lo que se refiere al Ejército de Tierra- en 1988, casi todos desplegados en el Sáhara, además de 25.000 hombres de la aviación, la gendarmería y las fuerzas auxiliares.

    A partir del 30 de octubre de 1975, cuando las Fuerzas Armadas marroquíes invadieron el este del Sáhara con una silenciosa ayuda española, empezaron los ataques de los saharauis contra los convoyes y los destacamentos aislados. Los bombardeos de la aviación marroquí sobre los campamentos sólo sirvieron para ocasionar numerosas víctimas entre mujeres y niños, pues los combatientes estaban diseminados a lo largo del territorio.

    En sólo dos meses, las Fuerzas Armadas consiguieron llegar a los puestos alejados de Tifariti, Guelta y Mahbes, en la zona norte, mientras los mauritanos se atascaban en el sur. Pero los ataques contra los destacamentos y convoyes se sucedían constantemente, lo mismo que contra El Aaiún y los objetivos económicos de los fosfatos de Bu Cra y de las instalaciones mineras mauritanas de Zuerat y su ferrocarril. En junio de 1976 era atacada Nuakchot, la capital de Mauritania, operación en la que moría el dirigente del Frente Polisario, El Ueli Uld Mustafá.

    A pesar de la importante intervención directa de Francia con sus aviones Jaguar en la Operación Lamantin, la guerra provocó el hundimiento del Gobierno mauritano con un golpe de Estado que derribé a Mohtar Uld Dadah en 1978 y que llevó a las nuevas autoridades a firmar la paz con el Frente Polisario en 1979, y poco después a reconocer a la república saharaui.

    ‘Ofensiva Huari Bumedian’

    Convertido Marruecos en objetivo único, a partir de enero de 1979 se desencadena la ofensiva Huari Bumedian, cuyo nombre recuerda al fallecido presidente de Argelia. El frente puso en juego importantes contingentes con armamento moderno, y el 28 de ese mes ocupó Tantan, capital de Tarfaya, en el propio Marruecos, liberando a sus prisioneros y destruyendo las instalaciones militares. Esta ofensiva tuvo una honda repercusión en el reino, donde se tuvo que reconocer que la guerra iba mal.

    Sin embargo, la operación se volvió a repetir en el mes de junio. El nuevo objetivo fue Assa, una ciudad marroquí al norte del río Dra, a sólo 200 kilómetros de Agadir. En agosto, la guarnición de Leboirat, en el valle del Dra, fue cogida por sorpresa y casi destruida, lo que supuso el procesamiento de numerosos militares marroquíes. Al propio tiempo, la población de Saac quedaba cercada. En 1980, el frente seguía atacando en el propio Marruecos: en enero, Akka; en septiembre, Tata, y en octubre, el oasis de M’Hamid. Estos combates se combinaban con los llevados a cabo al oeste de Tarfaya, en las guarniciones próximas a Tantan y al cabo Jubi, así como en la ruta que lleva hasta El Aaiún, que tuvo que ser abastecida por vía marítima.

    Como ya ocurrió en la guerra contra España de 1957-1958, quedó claro que era imposible mantener tantas posici ones aisladas, y Marruecos tuvo que abandonar sus puestos avanzados al este de Smara entre abril de 1977 y octubre de 1979, limitándose a ocupar el triángulo útil de Bu Cra-Smara-El Aaiún, así como los poblados de Guelta, Bir Nzarán y Dajala.

    Al propio tiempo, Marruecos ponía en marcha, con una supuesta finalidad antiguerrillera, unas importantes columnas con amplios medios. La primera, llamada Uhud, contando con 6.000 hombres, salía de Marraquech en septiembre y llegaba a Dahala en diciembre de 1979, para confirmar el dominio sobre la zona abandonada por Mauritanía. En enero de 1980 salía de Benguerir la columna Zalaca, dirigiéndose hacia el este del Dra para liberar Saac, que seguía sitiada por los saharauis desde meses atrás.

    Hostigada por éstos, la columna tuvo que retirarse a Assa y hasta mayo no pudo poner fin al sitio de Saac, después de dominar el paso de Trcíg Negueb, sobre el Dra. Otra columna, Larak, operaba en el oeste de Tarfaya, en el Yebel Zini y Yebel Rich, para impedir los ataques del frente contra Tañtan y la ruta de El Aaiún. Sin embargo, los resultados obtenidos no respondían a los medios empleados, porque los saharauis sólo combatían donde creían obtener más ventajas, diseminándose en el resto del territorio.

    Defensa estática

    A mediados de 1980, Marruecos comenzó a planear una defensiva estática a base de construir un sistema de grandes fortificaciones. El primer muro se elevó desde el Dra a Saac y a continuación se levantó otro desde Ras el Janfra, en la frontera, hasta Smara, desde donde se dirigía hacia el suroeste, alcanzando Bu Cra en mayo de 1981. En 1982, este primer muro se prolongó hasta el Atlántico, incluyendo el poblado de Bojador.

    Al finalizar 1981, Marruecos apenas dominaba una sexta parte del Sáhara, al tiempo que aumentaba a 120.000 hombres sus efectivos en filas. En el resto, es decir, 200.000 kilómetros cuadrados, dominaba el Frente Polisario.

    En diciembre de 1983, al amparo de una columna, marroquí de 30.000 hombres, se levantó otro muro que rodeaba Arrigala y llegaba al este de Smara, enlazando con el anterior. Entre abril y mayo de 1984 se elevó una nueva fortificación entre Amgala y Saac, englobando una nueva porción de territorio y estableciendo una línea defensiva de más de 1.000 kilómetros de Saac a Bejador.

    En 1985, otra muralla, aún más avanzada, partía de Saac hasta pasar a escasos kilómetros de la frontera argelina, lo que elevó la tensión entre los dos países. Esta nueva muralla enlazaba en Arngala con las fortificaciones anteriores. De mayo a septiembre, los muros defensivos se extendieron desde Arngala hacia el sur, incluyendo Guelta y llegando al golfo de Cintra. Y entre febrero y abril de 1987 se construyó la última fortificación, que partía de Bir Nzarán hacia el sur y giraba luego hacia el oeste, terminando al norte de La Güera, una ciudad administrada por los mauritanos.

    La decisión que había tomado Marruecos suponía encerrarse tras una enorme línea de fortificaciones, defensa y cerco propio a la vez, elevadas y mantenidas con gastos fabulosos, sin poder llegar a una victoria militar, faltos de iniciativa y de libertad de acción. El espíritu ofensivo permanecía en manos de los saharauis, quienes atacaban, las fortificaciones en innumerables ocasiones, consiguiendo causar a Marruecos elevadas pérdidas. Los gastos militares marroquíes ascendían en 1989 a 1.216 millones de dólares; la deuda exterior, a 19.500 millones, mientras las importaciones de armas superaban los 500 millones de dólares en 1979 y los 300 por año en los sucesivos.

    A pesar de la ímportantísima ayuda occidental, con créditos y ventas de armas de EE UU, Francia, España y otros países, y de las entregas generosas de miles de millones de dólares procedentes de Arabia Saudí y de los Emiratos Árabes Unidos, Marruecos no podía ganar una guerra contra un Ejército saharaui que no sobrepasaba los 15.000 hombres, según el Instituto de Estudios Estratégicos de Londres.

    Sólo la solución política, con un referéndum imparcial, se convertía en la salida posible para el conflicto del Sáhara, pero a ello se opuso durante años Hassan II, buscando primero fortalecer su inestable posición. Sus acciones de esta última época así lo prueban. Sólo falta por dilucidar si la ONU tendrá la suficiente energía y determinación para imponer una consulta de la población, libre de coacciones militares o policiales, que abra el camino hacia una independencia por la que los saharauis han luchado, durante tantos años. Creemos con firmeza que, finalmente, la historiá siempre hace justicia a los pueblos.

    José R. Diego Aguirre es historiador.

    * Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 7 de noviembre de 1991

    Tags : Sahara Occidental, Frente Polisario, Marruecos, guerre, resistencia saharaui,

  • Manifestación frente al consulado de Marruecos en Las Palmas de Gran Canaria

    El miércoles 29 de Julio de 2019 a las 18:00 frente al consulado de Marruecos en Las Palmas de Gran Canaria, se llevó a cabo una concentración para protestar y denunciar las violaciones sistemáticas de los derechos humanos y para apoyar la población Saharaui de las Zonas Ocupadas del Sahara Occidental,

    Desde la Comunidad Saharaui en Gran Canaria AISOC, de la Delegación del Frente Polisario, de la Coordinadora Sindical Canaria de Apoyo al Pueblo Saharaui COSCAPS y de la Asociación Canaria de Solidaridad con el Pueblo Saharaui ACSPS, el agradecimiento eterno a los asistentes, a las Organizaciones Políticas, a las Organizaciones Políticas, a las ONGs que representan, por su presencia fisica y su apoyo explícito en esta concentración frente al consulado de Marruecos que tiene sus manos manchadas de sangre Saharaui.

    Tags: sahara occidental, marruecos, derechos humanos,