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  • Marruecos: ‘Un manual de estrategias” para enmascarar la represión

    Marruecos, represión, activistes, journalistes, Human Rights Watch,

    Vigilancia, campañas de desprestigio, intimidación, prisión tras un juicio injusto

    (Nueva York) – Las autoridades marroquíes están utilizando tácticas indirectas y encubiertas para silenciar a activistas y periodistas críticos con el régimen, ha señalado Human Rights Watch en un informe publicado hoy. El objetivo de estas estrategias es preservar la codiciada imagen de Marruecos como país “moderado” y respetuoso con los derechos, cuando en realidad se está volviendo cada vez más represivo.

    En el informe de 129 páginas, titulado “They’ll Get You No Matter What: Morocco’s Playbook to Crush Dissent” (“Te atraparán pase lo que pase: el libro de tácticas de Marruecos para reprimir la disidencia”), Human Rights Watch documenta una serie de tácticas que, cuando se utilizan conjuntamente, conforman un ecosistema de represión, con el objetivo no solo de silenciar las voces disidentes, sino de ahuyentar a todos los posibles críticos. Las estrategias incluyen juicios injustos y largas penas de prisión por cargos penales no relacionados con la expresión, campañas de acoso y desprestigio en medios de comunicación afines al Estado y la persecución de los familiares de los disidentes. Voces críticas del Estado también han sido sometidas a vigilancia mediante video y medios digitales, y en algunos casos a intimidaciones y agresiones físicas que la policía no ha investigado adecuadamente.

    “Las autoridades utilizan un manual de tácticas turbias para reprimir a la disidencia mientras se esfuerzan por mantener intacta la imagen de Marruecos como país respetuoso con los derechos”, afirmó Lama Fakih, directora de Oriente Medio y Norte de África de Human Rights Watch. “La comunidad internacional debería abrir los ojos, reconocer la represión como lo que es y exigir que cese inmediatamente”.

    Human Rights Watch documentó 8 casos de represión multifacética, que implican 12 juicios y numerosos objetivos asociados. Para ello, entrevistó a 89 personas dentro y fuera de Marruecos, entre ellas personas sometidas a acoso policial o judicial, sus familiares y amigos cercanos, defensores de los derechos humanos, activistas sociales y políticos, abogados, periodistas y testigos de juicios. Human Rights Watch también asistió a 19 sesiones de juicios de varios disidentes en Casablanca y Rabat, revisó cientos de páginas de expedientes judiciales y otros documentos oficiales, e hizo un seguimiento cercano a los medios de comunicación afines al Estado durante más de dos años.

    Desde que el rey Mohamed VI subió al trono de Marruecos en 1999, Human Rights Watch ha documentado decenas de condenas a periodistas y activistas por cargos relacionados con la libertad de expresión, en violación de su derecho a la misma. Estos juicios continúan. Paralelamente, las autoridades han perfeccionado un enfoque diferente para los detractores más destacados, procesándolos por delitos no relacionados con la expresión, como el blanqueo de dinero, el espionaje, la violación, la agresión sexual, e incluso la trata de personas.

    Estas graves acusaciones penales deben ser investigadas sin discriminación, y los responsables deberían ser llevados ante la justicia en juicios que respeten el debido proceso y sean justos para todas las partes, señaló Human Rights Watch. El informe evalúa si el proceso judicial en estos casos respetó las normas internacionales que rigen el derecho a un proceso justo.

    En los juicios examinados, Human Rights Watch descubrió que los disidentes, sus familiares o sus asociados fueron condenados sobre la base de acusaciones que, por su propia naturaleza, violaban los derechos humanos internacionalmente reconocidos o, cuando las acusaciones eran legítimas, sobre la base de procedimientos injustos que violaban numerosas garantías de un juicio justo. Los problemas de procedimiento incluían la detención preventiva sin justificación individualizada, la denegación del acceso de los acusados a sus expedientes durante períodos prolongados, la denegación de las peticiones de la defensa para oír y contrainterrogar a los testigos materialmente relevantes, y la condena de los acusados encarcelados en su ausencia después de que la policía no los llevara al tribunal.

    En su agresiva persecución de disidentes, incluso por cargos graves, las autoridades han violado los derechos de sus allegados, parejas, familias e incluso de personas que las autoridades alegan que son sus víctimas.

    En un caso, un tribunal condenó a Afaf Bernani por “difamar a la policía”, después de que ésta los acusara de falsificar una declaración en la que parecía afirmar que había sido agredida sexualmente por su antiguo jefe, Taoufik Bouachrine, director del último periódico impreso crítico en Marruecos. Bernani negó rotundamente haber hecho tal acusación. Bouachrine fue posteriormente condenado a 15 años de prisión en 2019 por múltiples acusaciones de agresión sexual; Bernani ha huido al exilio.

    Las investigaciones de Amnistía Internacional y el consorcio periodístico Forbidden Stories descubrieron que las autoridades marroquíes estaban detrás del hackeo de los teléfonos inteligentes de varios periodistas y defensores de los derechos, junto con posiblemente miles de otras personas, utilizando el programa espía Pegasus, entre 2019 y 2021. Una vez que infecta un teléfono inteligente, Pegasus otorga a las partes vinculadas al gobierno acceso sin restricciones a todo el contenido del dispositivo.

    Una de las víctimas de Pegasus cuyo caso examinó Human Rights Watch, el economista y activista de derechos Fouad Abdelmoumni, también fue sometido a videovigilancia. Tras desafiar las amenazas proferidas por personas anónimas si no moderaba sus críticas a las autoridades, su familia recibió videos filmados en secreto en los que aparecía en situaciones íntimas con su entonces prometida. En Marruecos, las relaciones sexuales fuera del matrimonio son un delito castigado con la cárcel y motivo de estigmatización social, especialmente para las mujeres.

    Acabaran o no en los tribunales o en la cárcel, todas las personas cuyos casos examinó Human Rights Watch fueron blanco de campañas de desprestigio generalizadas por parte de una constelación de sitios web que un grupo de 110 periodistas independientes marroquíes denomina “medios de difamación” y que supuestamente tienen vínculos con la policía y los servicios de inteligencia de Marruecos.

    Los sitios web suelen publicar artículos sobre figuras críticas del Estado que incluyen insultos e información personal, como registros bancarios y de propiedad, capturas de pantalla de conversaciones electrónicas privadas, acusaciones sobre relaciones sexuales o amenazas de exponerlas, junto con detalles biográficos íntimos sobre los familiares, amigos y partidarios de las víctimas.

    Disidentes entrevistados afirman que la sola perspectiva de ser blanco de estos medios les disuade de hablar. “Hay un clima inquisitivo”, dijo Hicham Mansouri, un periodista que obtuvo asilo en Francia tras pasar 10 meses en prisión en Marruecos por adulterio. “Sexo, drogas, alcohol… si no pueden encontrar nada, inventarán acusaciones [contra ti]”.

    Otras tácticas documentadas incluyen la vigilancia física y la persecución de la familia. Hajar Raissouni, periodista condenada por mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio con su prometido y por practicar un aborto ilegal, declaró que la policía la interrogó sobre dos de sus tíos, reconocidos disidentes. Los agentes también le dieron detalles sobre su relación con su entonces prometido, incluyendo las fechas y horas en las que paseaba a su perro y el nombre del animal.

    Las estrategias documentadas por Human Rights Watch violan las obligaciones internacionales de Marruecos en materia de derechos humanos, como el derecho a la intimidad, la libertad de expresión y de asociación, así como el derecho al debido proceso y a un juicio justo para las personas acusadas de un delito.

    “Lo que al principio parecen ser casos regulares de aplicación de la ley y actos dispersos de acoso y difamación en los medios de comunicación, resultan ser, cuando se conectan los puntos, un manual de jugadas en toda regla para aplastar la disidencia”, dijo Fakih. “Los aliados internacionales de Marruecos deberían reconocerlo como lo que es, y denunciar a Marruecos por ello, de forma fuerte y contundente”.

    Human Rights Watch, 28/07/2022

    #Marruecos #Human_rights_watch #represión

  • Algérie: La liste des détenus d’opinion libérés dans la nuit

    Nous publions la liste des détenus d’opinion qui ont quitté la prison le 14 juillet 2021 suite à des mesures d’élargissement de la grâce. La décision concerne 101 détenus d’opinion. Il en restera 200 toujours détenus arbitrairement pour leurs opinion.

    Au total, 46 détenus d’opinion répartis sur 9 wilayas ont quitté la prison durant la nuit du 14 juillet au 15 juillet 2021, en attendant la suite de l’opération.

    1/ Skikda :

    Mohamed Lamine Mosbah, Kamel Sify, Bougueriata Ahcene, Chbel Toufik, Moussa Chetoum, Boumendjel El Khanaoui, Radjama Ahcene, Yahiaoui Karim, Ahcene Guetache.

    2/ El Taref :

    Sid Ali Boumahni, Ali Boumendjel

    3/ Bouira :

    Walid Cherarak, Samir Aggoune.

    4/ Annaba :

    Hassan Aouadi ,Achref Mouissi

    5/Bordj Bou Arreridj :

    Nasser Chekkal, Abdelkader Missaoui, Azeddine Talehi, Biyadha Elhocine, Nabil Belkhiri, Bourahla Hamoudi, Abderrahmane Meziti.

    6/ Sétif:

    Seifeddine Boulouha, Saleh Naamani

    7/ Mascara :

    Habib Si Chouaib, Abdenour Boutemzine.

    8/ Constantine :

    Sabil Mohad.

    9/ Alger :

    Prison de Koléa : Hakima Bahria, Afaf Megari.

    Prison d’El Harrach :Yakoub Kermache, Mourad Kihal, Mohamed Bouagar, Mokhtar Serhane, Sadaoui Saad, Yougortha Merbah, Adlane Ben Ouareth, Slimane Hamitouche, Walid Oudjit, Saïd Talhi dit Zinou, idir Mansouri (Nadir Mehadjer), Abdelhalim Malek, Salah Abdelhakim, Khalil Nouar, Khaled Ait Hamou, Abderrahmane Smaili et Abdellah Hessani.

    10/ Boumerdes

    Mustapha Ghoumrassi (après procès, condamné à 6 mois de prison avec sursis).

    Le Matin DZ, 15/07/2021

    Etiquettes : Algérie, Hirak, grâce, détenus d’opinion, activistes, militants,

  • Maroc: des partis politiques demandent la libération des journalistes et militants

    Maroc: des partis politiques à la rescousse de journalistes et militants emprisonnés

    Des partis politiques ont récemment joint leurs voix à celles des défenseurs des droits humains pour demander la libération de journalistes et militants emprisonnés au Maroc, au nom d’un souci d’ »apaisement ».

    Alors que les procès de deux journalistes incarcérés depuis près d’un an sont en cours, ce souci est affiché par trois formations de l’opposition -Authenticité et modernité (PAM), Istiqlal (PI) et Progrès et socialisme (PPS)- ainsi que par le Parti justice et développement (PJD), à la tête de la coalition gouvernementale.

    « Il est nécessaire de créer un climat général positif basé sur un apaisement politique et la protection des droits humains », ont affirmé le PAM, le PI et le PPS dans un récent communiqué.

    Le conseil national du PJD a lui évoqué « la nécessité d’un apaisement » en souhaitant que soit trouvée « la formule appropriée pour la libération des personnes condamnées dans le cadre de manifestations sociales et des journalistes détenus ».

    « Notre pays a besoin d’un nouveau souffle », a affirmé à l’AFP Driss Azami, le président du conseil national du PJD, précisant que l’appel de son parti concernait « tous les condamnés dans le cadre de mouvements sociaux mais également tous les journalistes emprisonnés ».

    « Nous ne supportons pas les pressions étrangères » en leur faveur, « nous ne voulons recevoir de leçons de personne, d’où ces appels à l’apaisement », a-t-il encore dit.

    – « Dérapages » –

    En écho, le secrétaire général du PAM Abdelatif Ouahbi juge « primordial de trouver une solution pour libérer l’ensemble des journalistes et ce qui reste des détenus du Hirak », en référence aux militants condamnés à des lourdes de peines de prison en lien avec le mouvement de protestation sociale ayant agité le nord du Maroc en 2016-2017. Au total, ils sont encore sept emprisonnés.

    Dans un entretien à l’AFP, M. Ouahbi reconnaît des « dérapages ne reflétant pas la tendance générale » et la nécessité de les « réparer », en s’inquiétant notamment de l’impact négatif sur l’image du pays.

    Ces appels concernent notamment les cas de deux journalistes, Soulaimane Raissouni, 48 ans, et Omar Radi, 33 ans, qui ont entreprise des grèves de la faim pour protester contre leur détention « arbitraire ».

    Le premier a cessé de s’alimenter le 8 avril et a perdu 25 kilos depuis son incarcération, selon son épouse. Le second a suspendu son mouvement après 21 jours mais reste très affaibli, selon son père.

    Ils attendent depuis plusieurs mois leur jugement sur des accusations de viol -accompagnées pour M. Radi de poursuites pour espionnages- qu’ils nient tous deux.

    Raissouni, rédacteur en chef du quotidien Akhbar Al Yaoum, a été interpellé il y un an après une plainte déposée par un militant LGBT.

    Radi est pour sa part en détention préventive depuis près dix mois, après une plainte d’une des ses collègues de travail. Ce reporter indépendant est parallèlement poursuivi pour « financements étrangers » et « atteinte à la sécurité intérieure de l’Etat ».

    – « Droit des victimes » –

    Plusieurs pétitions, dont deux récentes signées par plus de 500 personnalités dont des anciens ministres et par 160 journalistes, ont appelé à leur remise en liberté provisoire, systématiquement rejetée par la justice marocaine.

    Les soutiens de ces deux hommes connus pour leur ton critique dénoncent des « procès politiques », en rappelant que d’autres journalistes marocains ont été poursuivis dans le cadre d’affaires d’agressions sexuelles ces dernières années.

    Le fondateur du quotidien Akhbar Al Yaoum Taoufik Bouachrine, incarcéré depuis 2018, a été condamné à 15 ans de prison pour « viol », « traite d’être humain » et « agressions sexuelles ». Il a toujours nié les faits dénonçant lui aussi « un procès politique ».

    Face aux critiques, les autorités marocaines mettent en avant l’indépendance de la justice et la conformité des procédures. Les avocats des plaignants, eux, en appellent au « respect du droit des victimes ».

    Co-fondateur d’une nouvelle association de défense des droits des victimes d’agressions sexuelles, l’avocat Mohamed Karout l’invoque également, se disant « surpris » des appels politiques à l’apaisement.

    « Qu’en est-il des droits des victimes. Ne sont-elles pas des être humains? », dit-il à l’AFP.

    Après plusieurs renvois, les prochaines audiences des procès de MM. Raissouni et Radi ont été fixées au 18 mai.

    La Libre Afrique, 13 mai 2021

    Etiquettes : Maroc, partis politiques, libération des prisonniers, journalistes, activistes, militans, Hirak, Rif,