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  • Tribunal Constitucional: España debe ofrecer justicia y reparación a Ali Aarrass

    Etiquetas: España, Tribunal Constitucional, justicia, reparación, Ali Aarrass, tortura, Baltasar Garzón, Marruecos, extradición,

    Una victoria contundente: el Tribunal Constitucional español reconoce que España no protegió a Ali Aarrass contra la tortura en Marruecos y que debe proporcionarle justicia y reparación.

    El 10 de abril de 2024, por seis votos contra cinco, el Tribunal Constitucional de España anuló las distintas decisiones de los tribunales españoles relativas a Ali Aarrass. Reconoce que Ali Aarrass sufrió una violación de sus derechos fundamentales. De hecho, según el Tribunal, España no tuvo en cuenta los informes de la ONU sobre Ali Aarrass y lo extraditó ilegalmente a Marruecos. Ali Aarrass no se benefició así de la protección judicial de España contra la tortura y los tratos inhumanos o degradantes, prohibidos por la Constitución española y que se practicaban en Marruecos contra él. Aún según esta sentencia histórica, esto constituye una violación del artículo 7 del Pacto de Derechos Civiles y Políticos, firmado en Nueva York en 1954 por muchos países, entre ellos España. Este artículo establece que “nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes”.

    Después de casi doce años de tortura y aislamiento, esta sentencia es una victoria para Ali Aarrass que, cuatro años después de su liberación, sigue bajo tratamiento médico por trastorno de estrés postraumático (TEPT). Es una victoria para su familia. Por la campaña solidaria. Para los abogados Dounia Alamat, Nicolas Cohen, Christophe Marchand y José Luis Galán Martín, que nunca han renunciado a llevar el caso Ali Aarrass ante las más altas autoridades judiciales.

    Un breve repaso de los hechos

    Estamos a finales de 2010. Ali Aarrass lleva dos años y nueve meses en prisiones españolas. A petición de Marruecos, fue detenido en Melilla el 1 de abril de 2008, acusado de terrorismo, y puesto a disposición de la Audiencia Nacional española (tribunal con competencia nacional que conoce de los delitos más graves).

    Desde su prisión, Alí ​​tuvo que comparecer varias veces ante el juez antiterrorista Baltasar Garzón. El 16 de marzo de 2009, al final de todas sus investigaciones y de un laborioso juicio que duró tres años, Baltasar Garzón juzgó que no había caso Ali Aarrass. No hay motivos para acusar a Aarrass de nada y declara el sobreseimiento del caso. Un funcionario judicial llega a la celda de Ali para que firme el documento del fallo y su orden de liberación. Ali será liberado.

    Pero los intereses políticos y las difíciles relaciones entre Marruecos y España decidirán lo contrario: la Audiencia Nacional, órgano judicial especializado, decide que Ali Aarrass aún debe ser entregado a la justicia marroquí. El 19 de noviembre de 2010, el Consejo de Ministros español aprobó la extradición de Ali Aarrass a Marruecos. Seguirán algunas semanas de intensa campaña para bloquear esta decisión, que no es más que una denegación de justicia.

    Intervención de la ONU

    Ali inició una huelga de hambre en la prisión de Botafuegos en Algeciras, su tercera huelga de hambre en un año para oponerse a su extradición. En Bruselas, durante toda una semana, varios cientos de personas se reunieron a la hora del almuerzo frente a la embajada española para oponerse a su extradición. Varias ONG y asociaciones de derechos humanos piden su liberación. Siete días después, contactado por los abogados defensores, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Ginebra adoptó una medida provisional ordenando a España no extraditar a Ali Aarrass. Es el 26 de noviembre de 2010. La Alta Comisión da dos meses a España y a los abogados defensores para argumentar su posición sobre la extradición y el riesgo de tortura en Marruecos.

    Tres días después, el lunes 29 de noviembre de 2010, fingiendo respetar la petición del Alto Comisionado, las autoridades españolas trasladaron en secreto a Ali Aarrass de la prisión de Botafuegos, en Algeciras, a la prisión de Valdemoro, en Madrid, con vistas a su extradición a Marruecos. “En un coche camuflado. Sin una sola parada. Sin parar de orinar: “Orínate”.  » A toda velocidad. Como si hubiera una emergencia”, escribe Ali Aarrass en el libro de próxima publicación sobre su detención[1].

    El 14 de diciembre de 2010 se produjo un trueno: España decidió no tener en cuenta la petición del Alto Comisionado de la ONU y extraditó a Ali Aarrass a Marruecos.

    Luego, Ali fue llevado a Temara, donde fue torturado violentamente durante diez días y diez noches, antes de ser encerrado en la prisión de Salé II.

    Catorce años después, una victoria sin precedentes ante el Tribunal Constitucional

    El 4 de diciembre de 2012, Juan Méndez, relator especial de la ONU sobre la tortura, publicó su informe sobre el examen médico de Ali Aarrass. Se trata del examen en profundidad que realizó con su equipo, del 15 al 22 de septiembre de 2012, en la prisión de Salé. Este informe confirma que Ali Aarrass fue torturado. En septiembre de 2013, el Comité de la ONU contra la Detención Arbitraria, el mismo Comité que hoy pide el fin de la detención de Julian Assange, pidió la liberación inmediata de cinco detenidos marroquíes, entre ellos Ali Aarrass. En mayo de 2014, otro comité de la ONU, el Comité contra la Tortura, condenó a Marruecos por haber violado la norma absoluta de prohibición de la tortura, por no haber llevado a cabo una investigación seria al respecto y por haber condenado a Ali Aarrass sobre la base de pruebas truncadas. El Comité exige una investigación imparcial y exhaustiva, incluido un examen médico de conformidad con las normas internacionales.

    También en mayo de 2014, Amnistía Internacional eligió a Ali Aarrass como una de las cinco personas emblemáticas de su campaña global contra la tortura. Amnistía presenta 216.450 firmas al gobierno marroquí para su liberación, procedentes de 120 países.

    En agosto de 2014, el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas condenó a España por haber extraditado a Ali Aarrass a Marruecos cuando existía un grave riesgo de tortura, como el mismo comité había informado con extrema urgencia cuatro años antes. El Comité exige que España ofrezca una compensación adecuada a Ali Aarrass por el sufrimiento sufrido y garantice un seguimiento efectivo del tratamiento de Ali Aarrass.

    Durante todo este tiempo, ni el Ministerio de Justicia español, ni la Audiencia Nacional, ni el Tribunal Supremo español han respondido jamás a la petición de Ali Aarrass de obtener justicia y reparación por el trato sufrido en Marruecos. Para la ONU, España debería proporcionar una reparación adecuada a Ali Aarrass por la violación sufrida, teniendo en cuenta los actos de tortura y malos tratos a los que estuvo expuesto. Lo cual ella no hizo. Como último recurso, Ali y sus abogados recurrieron al Tribunal Constitucional español, que falló a su favor. En su sentencia, el Tribunal Constitucional ordena a la Audiencia Nacional rehacer su trabajo y dictar “una decisión respetuosa del derecho fundamental vulnerado” y decidir sobre la reparación del sufrimiento sufrido.

    Esta sentencia también es una bofetada para Bélgica. En particular para todos los ministros de Asuntos Exteriores belgas de 2008 a 2020, incluido el actual comisario europeo de Justicia, el liberal belga Didier Reynders. Al igual que España, sistemáticamente dejaron de lado todos los informes de la ONU para justificar su no asistencia a un ciudadano belga torturado.

    Luk Vervaet, 12 de abril de 2024

    [1] Ali Aarrass en colaboración con la periodista Lucie Cauwe: “El cielo es un cuadrado azul, doce años en cárceles españolas y marroquíes”. Será publicado por Édition Antidote en 2024.

    Fuente: Free Ali, 04/12/2024

    #Marruecos #España #AliAarrass #Tortura #TribunalConstitucional

  • La justicia española reconoce haber librado Ali Aarrass a la tortura en Marruecos

    Etiquetas : Tribunal Constitucional, Ali Aarrass, tortura, Marruecos, extradición, derechos humanos, ONU, indemnización, tribubales españoles,

    El Tribunal Constitucional concede protección a un hombre que sufrió tortura severa después de ser extraditado de España a Marruecos.

    El Tribunal Constitucional ha concedido protección a Ali Aarrass, un ciudadano marroquí naturalizado belga en 1989, después de que fuera extraditado por España a Marruecos en 2008, donde sufrió tortura severa según informes de las Naciones Unidas. El tribunal ha determinado que debido al procedimiento de extradición, solicitado por Marruecos como presunto yihadista, y considerando las consecuencias de su entrega, Aarrass sufrió una violación de sus derechos fundamentales, específicamente por no haber tenido una protección judicial efectiva y en su lugar haber sufrido tortura y tratos inhumanos o degradantes, prohibidos por la Constitución Española.

    La decisión de otorgar esta protección implica la anulación de varias decisiones de la jurisdicción ordinaria en España, permitiendo al demandante buscar una compensación de alrededor de tres millones de euros del Estado.

    El recurso fue exitoso con seis votos a favor y cinco en contra (los magistrados Enrique Arnaldo, Concepción Espejel, Ricardo Enríquez y César Tolosa del sector conservador, y la magistrada Laura Díez del grupo progresista). Estos jueces argumentaron que los informes de la ONU eran inconclusos o no se consideraron vinculantes para las autoridades nacionales en ocasiones anteriores. De hecho, en el tribunal se discutieron dos proyectos de sentencia, uno a favor del recurso y otro en contra, porque el tema es relativamente nuevo, refiriéndose a los efectos legales de las resoluciones de la ONU sobre casos de tortura y tratos inhumanos o degradantes. En el caso de Ali Aarrass, el Comité de Derechos Humanos de la ONU ya había advertido del riesgo que enfrentaba de recibir dicho trato.

    En 2008, Ali Aarrass fue arrestado nuevamente y extraditado a Marruecos en 2010 a petición de las autoridades de ese país. En diciembre de ese año, informó haber sido torturado en prisión mediante electrocución, violación con objetos y asfixia, entre otros métodos. El informe del Comité de Derechos Humanos de la ONU en 2014 destacó esta denuncia y que no había sido tenida en cuenta por la Audiencia Nacional. En 2011, Aarrass fue condenado en Marruecos a 15 años de prisión por pertenecer a una organización terrorista, sentencia que dos años después se redujo a 12 años. En 2013, otro informe del Grupo de Trabajo de la ONU sobre Detención Arbitraria acreditó las denuncias de Aarrass, solicitando su liberación ya que su condena se basaba en confesiones obtenidas bajo tortura.

    Todo esto llevó a la conclusión del Comité de Derechos Humanos de la ONU de que España no había evaluado adecuadamente el riesgo de que Aarrass fuera sometido a tortura cuando se acordó su extradición, constituyendo así una « violación » del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. A la luz de todos estos datos, el Tribunal Constitucional ha decidido otorgar protección, que incluye la anulación de diversas decisiones de la Audiencia Nacional y del Tribunal Supremo que rechazaron las reclamaciones de Aarrass a lo largo de los años. El fallo del tribunal de garantías es que el proceso regrese a la Audiencia Nacional para emitir una resolución « respetuosa con el derecho fundamental violado », en otras palabras, de acuerdo con el derecho a una protección judicial efectiva.

    Ali Aarrass podría recibir de los tribunales españoles une indemnización de hasta 3 millones de euros.

    #AliAarrass #Justiciaespañola #Marruecos #tortura #yihadismo #derechoshumanos

  • Sous la torture au Maroc, sa force morale était l’espoir de revoir sa fille

    Ali : « J’ai été torturé au Maroc »

    « Jamais, je n’ai perdu l’espoir de retrouver ma famille et de voir ma fille grandir. »

    Libre après 12 ans, Ali dit avoir été torturé dans des prisons marocaines. Il veut témoigner pour dénoncer ce dont peu de gens osent parler. Et il continue de clamer son innocence.

    « Ils ont commencé à me frapper. Des coupd de pied, des coups de poing, m’insulter … Et puis, tout à coup, il y a quelqu’un qui s’approche de moi et il arme son arme et il commence à tirer à côté de ma tête avec 3 ou 4 coups et il me disait : « Ici, on va t’enterrer aujourd’hui, si tu ne nous dis pas où sont les armes on va t’enterrer ici. Tout ça c’était… c’était dur à accepter, c’était…c’était insupportable ».

    Il accuse le Maroc de l’avoir torturé.

    « Ma fille, à lépoque avat 2 ans et 8 mois et je ne l’ai plus vue jusqu’à ma libération. Je refusais… je refusais de la voir grandir parce que je rêvais d’elle telle que je l’avais laissée ; A chaque fois que je rêvais d’elle, je la voyais toute petite. C’était ma force morale. C’était ma façon de faire face à toutes ces injustices. C’est ça, c’était ma force. C’était l’espoir de la voir grandir et de revivre avec elle des bons moments ».

    En 2008, le Maroc soupçonne Ali de fournir des armes à des djihadistes.

    «  Je n’avais aucune arme ! Donc, ça n’a jamais existé ! Je n’avais absolument rien à leur dire ».

    Libéré, il clame son innocence.

    Source : VEWS RTBF, 07 mai 2021

    Etiquettes : Maroc, Belgique, Ali Aarrass, torture,

  • Maroc : Les années d’Ali Aarrass à la prison de Salé II

    La torture d’Ali Aarrass, troisième partie
    Luk Vervaet et Ali Aarrass

    Après son extradition par l’Espagne au Maroc, Ali Aarrass a été torturé pendant sa garde à vue du 14 au 24 décembre 2010. Depuis le 24 décembre 2010 jusqu’à aujourd’hui, Ali Aarrass et ses avocats mèneront une bataille sans relâche pour que justice lui soit rendue : que la torture soit reconnue, que les responsables et les auteurs de la torture soient punis et mis hors d’état de nuire.

    Dans sa lettre de fin mars 2021, Mohamed Ameur, l’ambassadeur marocain à Bruxelles, nie en bloc la torture d’Ali Aarrass. Au cours de sa carrière politique, l’ambassadeur s’est surtout occupé de questions relatives à l’eau et à l’urbanisme, non pas de la question carcérale, monde parallèle et obscur dont il ne connaît rien. Ainsi, en déclarant qu’il s’agit de « thèses fantaisistes », l’ambassadeur n’est rien d’autre qu’une courroie de transmission des messages des services policiers et antiterroristes. Ce faisant, il se rend complice de la protection et de l’impunité des tortionnaires. En même temps, il se protège lui-même, comme font tous ceux au Maroc qui tremblent à l’idée de tomber un jour dans les mains de ces derniers, qui ont un pouvoir absolu de terreur au nom de la lutte antiterroriste.

    Prenons ce que l’ambassadeur écrit sur la période de la torture d’Ali Aarrass en décembre 2010, dont il n’a même pas pris la peine de vérifier les dates ou les informations qui lui ont été transmises. Il écrit : « Ali Aarrass se victimise, alors que ses allégations de torture ont été démantelées par la justice ; les allégations de tortures avaient fait l’objet en 2011 d’une expertise médicale ordonnée par le parquet et réalisée par un collège de cinq médecins et qui avait conclu à l’absence de traces de lésions en rapport avec des actes de torture ».
    Il n’y a jamais eu en 2011 d’examen portant sur la torture. La justice n’a donc pas « démantelé » les allégations de torture. Bien au contraire. Le 15 septembre 2011, les magistrats au procès d’Ali estiment d’abord qu’il n’y a pas eu de plainte contre la torture. Quand la preuve du contraire leur est présentée, ils disent qu’elle n’a aucune influence sur le procès et refusent d’ouvrir une enquête, malgré les nombreuses demandes des avocats de la défense, maîtres Cohen et Dadsi. En novembre 2011, le tribunal condamne Ali à 15 ans de prison. Ce n’est qu’en 2012, après sa condamnation, qu’un semblant d’examen concernant la torture sera fait.
    Voici en quatorze épisodes une reconstitution des faits les plus marquants du calvaire et de la résistance d’Ali Aarrass à la prison de Salé II, où il a été incarcéré pendant les six premières années de sa détention. Comme si vous y étiez.

    Premier épisode : décembre 2010, premier interrogatoire chez le juge d’instruction
    Le vendredi 24 décembre 2010, Ali est conduit devant le juge d’instruction Chentouff, du détachement de la Cour d’appel de Salé. Sans avocat. Il est dans un état pitoyable. Il a le visage gonflé, la lèvre déchirée, ne pouvant à peine parler ou bouger. Le juge procède à l’interrogation préliminaire. Chentouff, un homme qui ne montre aucun signe de compassion ou d’humanité, en voyant l’état d’Ali, s‘adresse d’abord aux policiers : « Qu’est-ce qu’il a celui-là ? ». Quand Ali lui dit : « J’ai été torturé », il répond : « Ici, on ne torture pas. As-tu un avocat ? ». « Je ne sais pas », lui répond Ali.

    (Photo : une cellule à Salé II, dessin d’Ali Aarrass)
    Le juge appuie ensuite sur une sonnette, donnant ainsi l’ordre d’amener Ali à la prison de Salé II. Vu l’état d’Ali, le juge décide de reporter son dossier d’un mois avant de procéder à une interrogation détaillée. Pas sans donner une instruction précise : Ali doit être mis sous surveillance rapprochée et ne peut avoir aucun contact avec d’autres détenus.

    Deuxième épisode : décembre 2010-janvier 2011, première rencontre avec l’avocat Dadsi et nouveau passage devant le juge d’instruction

    Le lundi 27 décembre a eu lieu la première rencontre entre l’avocat Maitre Dadsi et Ali Aarrass à la prison de Salé II. Ce n’est pas vraiment une rencontre : maître Dadsi est accompagné de gardiens, il essaie de parler doucement pour que les gardiens n’entendent pas ce qu’il dit. Mais Ali refuse de lui parler et l’avocat doit repartir. A propos de cette première rencontre, Ali dira : « J’étais encore entre leurs mains, j’étais traumatisé, interdit de douche et de tout. Je n’avais plus confiance. Je me demandais d’où pouvait sortir ce monsieur, accompagné de gardiens, après les ignobles tortures que j’avais subies. Ça aurait été différent si cette personne avait été belge, ou française ou américaine, mais ici, non, je ne pouvais pas ».
    Quelques jours plus tard, l’avocat revient. Cette fois avec une lettre de Farida, la sœur d’Ali, pour qu’il accepte les services de l’avocat. « Il me montrait une copie de la lettre de ma sœur, dit Ali, ce qui me rendait à nouveau un peu méfiant, mais finalement j’ai accepté de lui faire confiance ». Au sujet de ces premières rencontres avec Ali, l’avocat témoigne : « Le premier contact de plaignant (Ali) avec sa défense a eu lieu le lundi 27/12/2010 à la prison locale Salé 2. Il était, alors, incapable de paroles et de mouvements, envahi par une peur et une terreur intense, en présence des gardiens de la prison et de l’adjoint au directeur de la prison, croyant qu’il était toujours entre les mains de ceux qui l’ont torturé depuis son arrivée au Maroc par l’aéroport international Mohammed Cinq à Casablanca. Il est resté, pendant plusieurs jours, incapable de parole et de mouvements ou de souvenirs de la torture qui lui a été infligée jusqu’au jour où il a été conduit devant le juge d’instruction pour l’interrogatoire détaillé ».
    Présenté devant ce juge d’instruction le 18janvier 2011, en présence de son avocat, Ali Aarrass essaie de dénoncer la torture dont il avait été victime. Le procureur lui coupe la parole tout de suite, en lui répondant simplement : « Ici, on ne torture pas ». Une scène similaire à laquelle j’ai moi-même assisté quand Zakaria Moumni s’est avancé vers les juges dans le tribunal de Salé, remontant sa jambe de pantalon pour leur montrer les traces de torture : « Retournez immédiatement à votre place, baissez cette jambe de pantalon ».
    Ali, lui, sera mis en isolement total pendant les mois qui suivent, au cours desquels il ne pouvait pas correspondre avec ses conseils, sa famille ou ses proches.
    Un nouveau directeur de prison, Mustafa El Hajri, entre en fonction en mai 2011. Pendant son séjour à Salé II, Ali a connu au moins cinq directeurs. Concernant le Mustapha El Hajri en question, Ali précise : « C’est lui qui, après la révolte à la prison de Salé I en mai 2011, va « gérer » l’accueil des détenus sanctionnés à Salé I. Quelque 170 prisonniers, surtout des jeunes, qui ont participé à la révolte à Salé I seront transférés à Salé II. Notre aile B était vidée, moi j’allais à l’aile A où ils m’ont mis en cellule avec des détenus de « droit commun » enfermés pour trafic de stupéfiants, parmi lesquels des Espagnols et des Marocains. Dans l’aile B, les détenus venant de Salé I ont été entassés dans les cellules, sans droit d’ouvrir la fenêtre, sans droit de visite, sans douche, sans rien. Puis ils ont tous été transférés dans [à] d’autres prisons ».
    A son entrée en fonction, El Hajri rend visite à Ali dans sa cellule où il n’y a quasi rien, et il lui demande : « Est-ce que tu as besoin de quelque chose ? ». Ali regarde autour de lui et lui dit : « Non ». Un gardien qui accompagnait le directeur reviendra par la suite chez Ali en lui disant : « Tu es fou ? Le directeur te demande [demandes] si tu as besoin de quelque chose et tu dis non ! ». Ali lui répond : « Si c’est un droit, je veux bien. Si c’est présenté comme une faveur, non merci ».
    Quelques temps plus tard, le directeur s’amène à nouveau et l’invite ni plus ni moins à la corruption généralisée au sein de la prison. « Ce que je te conseille c’est de mettre tes mains dans tes poches, profondément, et tu auras un bien-être en prison, fais comme les autres ». Et aussi : « Tu devrais te taire et dire à ceux qui font du bruit pour toi dehors de se taire, c’est ça la manière pour bien vivre ta détention ». Ali lui répond : « Je n’ai rien à dire sur ce que font ceux en dehors de la prison, quant à moi, je ne me tairai pas ». L’histoire du directeur finira mal : quelques années plus tard il sera mis à l’écart et [est] remplacé par un nouveau directeur. El Hajri a été pris la main dans la poche, piégé par des détenus qui lui ont donné des billets d’argent numérotés, après quoi il fut démis pour corruption.

    Troisième épisode : mai 2011, déposition d’une plainte écrite contre la torture auprès des autorités marocaines

    Ali n’abandonne pas. Sous forme d’un document détaillé, une plainte contre la torture est déposée le 2 mai 2011, auprès des autorités marocaines, le ministre de la Justice et le procureur général de Rabat.
    En voici un extrait : « Le 14 décembre 2010 Ali Aarrass est rapatrié par avion de l’Espagne, en compagnie d’officiers de la police judiciaire marocaine, à l’aéroport international Mohammad Cinq à Casablanca. Après son arrivée à l’aéroport, l’exécution des formalités de sortie, il fut conduit, menotté, au bord d’une voiture, de marque Peugeot Partner, de couleur grise, où se trouvaient quatre autres personnes.Cette voiture, dans laquelle il se trouvait, a pris, de l’aéroport, la direction de l’autoroute Casablanca –Rabat, jusqu’à la sortie de la ville de Tamara. Là, la force de sécurité, assise à ses cotés, lui a couvert les yeux d’un bandeau noir, empêchant ainsi toute vision, lui a intimé de rester calme et de baisser la tête. Peu après, il s’est trouvé dans un lieu sombre.
    À l’arrêt de la voiture qui l’a transporté de l’aéroport, et dès qu’il a mis pied par terre, il (Ali Aarrass) fut surpris de subir injures et calomnies, des coups portés sur plusieurs endroits de son corps par plusieurs individus, déshabillé et introduit dans une chambre noire où il fut soumis à différentes formes de tortures dont les traces sont toujours visibles en plusieurs endroits de son corps, particulièrement aux mains et aux pieds. Ainsi le plaignant a été soumis à plusieurs sessions de torture comportant des coups de bâtons et des gifles donnés par plusieurs personnes, des opérations d’électrocution, l’étranglement en plongeant la tête dans un seau d’eau jusqu’à évanouissement. Après reprise de son souffle et de sa connaissance, il était réassujetti aux mêmes actes ainsi qu’à d’autres formes de tortures comme la privation du sommeil, de nourriture et d’eau, la menace de viol et le viol lui-même à l’aide de bouteilles en verre causant sa blessure dont les traces ensanglantées étaient encore visibles, lorsqu’il fut présenté devant le juge qui, de son coté, a refusé de les visionner. Le plaignant a été soumis aussi à des injections, au bras, administrées par une personne, en blouse blanche, vraisemblablement par un médecin car l’injection a été administrée professionnellement dans la veine appropriée, reconnue rapidement et sans hésitation à quatre reprises, à la suite desquelles, le plaignant était, à chaque fois, la proie de crises de démence et d’inconscience » .
    La plainte a été classée, sans suite.
    La Belgique vient soutenir le déni du Maroc. Le 7 juin 2011, en réponse à une interpellation du sénateur Bert Anciaux à la commission des Relations extérieures et de la Défense, Olivier Chastel (MR), ministre du Développement, chargé des Affaires européennes, répond au nom du ministre des Affaires étrangères, Van Ackere (CD&V) : « À partir des dossiers sur lesquels mes collaborateurs travaillent, il n’est pas apparu jusqu’à présent que des prisonniers belges au Maroc ou dans d’autres prisons à l’étranger auraient été torturés. »

    Quatrième épisode : le tribunal de première instance refuse d’ouvrir une enquête sur la torture

    Le 15 septembre 2011, lors de l’audience du procès en première instance, les avocats d’Ali Aarrass demandent ce qu’il en est de la plainte déposée en mai. Le parquet répond qu’aucune plainte n’a été introduite. Sur ce, les avocats apportent la preuve de son dépôt. Mais les magistrats estiment qu’elle n’a aucune influence sur le procès et refusent d’ouvrir une enquête, malgré les nombreuses demandes des avocat de la défense, maitres Cohen et Dadsi, et malgré la plainte pénale officielle déposée par les avocats.
    Le 29 novembre 2011, Ali Aarrass est condamné à 15 ans de prison ferme.

    Cinquième épisode : un semblant d’examen sur la torture en janvier 2012

    Pour se couvrir, les autorités marocaines organisent un semblant d’examen médical d’Ali Aarrass. Le 8 janvier 2012 Ali est conduit, sans être informé au préalable, dans un hôpital près de la prison. Il y rencontre une femme qui se présente comme médecin légiste et qui est accompagnée de deux autres médecins masculins. Aucun ne s’identifie avec son nom. Ali explique à nouveau de manière détaillée les sévices qu’il a subi, puis il est examiné. Aussi bien l’entretien que l’auscultation se déroulent en présence de cinq personnes en civil, non identifiées. Dans le même établissement, on pratique un examen radiographique de son épaule gauche. Il est ensuite transporté dans un autre établissement pour un examen ORL. Mais la machine est en panne, et après cette date, aucun autre examen n’est effectué. Aucun psychiatre n’a rencontré Ali. Les séquelles psychologiques ne sont pas évaluées non plus.
    Les autorités marocaines sortiront ce rapport médico-légal pour dire qu’il n’y a rien à signaler. Sur cet examen, Ali me dit : « Cet examen était une véritable humiliation. En présence d’un groupe de mes tortionnaires je devais me déshabiller complètement devant le médecin. Je demandais à la docteure de leur demander de se retourner. Ce qu’ils ont fait tout en rigolant et en blaguant. La docteure était clairement sous la pression : on attendait d’elle un rapport qui confirmait la version officielle ».
    Deux médecins, le docteur B., médecin et expert indépendant sur la question de la torture, et le docteur H. B., médecin marocain lui aussi spécialisé dans le suivi des victimes de [la] torture, sont appelés à donner leur avis sur le rapport médical du 8 janvier. Ils estiment qu’il ne s’agit pas d’un examen médical digne de ce nom. « Un examen médical et psychologique complet selon les directives du Protocole d’Istanbul aurait dû être effectué, ce qui inclut des examens et tests par des médecins indépendants spécialisés dans l’évaluation de personnes suspectées d’avoir subi des tortures. Le rapport ne fournit pas de détails concernant les examens pratiqués et presque pas de détails sur les conclusions de ces examens. Les médecins n’ont pas cherché à avoir accès aux rapports des médecins qui ont examiné le requérant lors de sa garde à vue ou en prison. Il n’est pas signalé dans le rapport si l’examen a eu lieu en présence d’agents de police ou de prison, ou si le requérant était menotté ou autrement restreint dans ses mouvements. La partie substantive du rapport consiste en une page et demie et les allégations de torture se limitent à deux courtes phrases. Le rapport ne contient pas de diagramme ni de photos. Il ne fait que réitérer l’existence de cicatrices dans les membres inférieurs dues à un ancien accident de la route. Il n’y a aucune indication que les allégations du requérant aient fait l’objet d’une évaluation. Du fait que l’examen a eu lieu plus d’une année après la détention et que l’existence de marques visibles est donc peu probable, un examen complet de tout le corps s’imposait. Par ailleurs, il n’est fait aucune mention dans le rapport d’un éventuel examen psychiatrique ou psychologique, ce qui montre que l’examen pratiqué ne remplit pas les critères internationaux pour évaluer les allégations de torture ».
    Le 19 mars 2012, Ali et ses avocats, Dounia Alamat, Nicolas Cohen et Christophe Marchand s’adressent au Procureur général demandant, entre autres, « un examen de son épaule gauche et les soins nécessaires car il ne pouvait pas lever normalement et sans douleur le bras; un examen ORL; un examen neurologique, car il avait perdu énormément de sensibilité dans les membres depuis les faits; et un examen psychiatrique, car il souffrait notamment d’insomnies, de stress et d’anxiété ». Dans la lettre, Ali demande « l’autorisation de désigner un ou plusieurs médecins-conseils, ainsi que la possibilité de déléguer l’expertise médicale à un organisme neutre international, le Conseil international de réhabilitation pour les victimes de torture (IRCT), afin que l’expertise médicale réalisée soit contradictoire et qu’il puisse être assisté d’un conseil tout au long de cette procédure d’enquête. Il demande l’accès à un album photographique contenant les photos de toutes les personnes l’ayant pris en charge à son arrivée au Maroc, afin qu’il puisse identifier ses agresseurs ».

    La lettre reste sans réponse.

    L’examen médical réalisé par les autorités marocaines fera encore l’objet d’une [sera à son tour examiné par une] étude indépendante médico-légale du Conseil international de réadaptation pour les victimes de la torture et autres organisations. Celui-ci à son tour rejettera l’examen « pour non-respect du Protocole d’Istanbul, qui définit les standards et les règles pour enquêter sur la torture ».

    Sixième épisode : lors du procès en appel, le Procureur général de Rabat refuse d’enquêter sur la torture

    Le 18 avril 2012, dans le procès en appel de la décision du Tribunal de première instance, le Procureur général de Rabat prend la décision « de ne pas enquêter sur les allégations portant sur les actes de torture ».
    En juillet 2012, sans motif, Ali est à nouveau placé en régime d’isolement, avec une sortie quotidienne réduite à une heure dans un préau individuel.

    Septième épisode : constitution de partie civile pour une enquête approfondie sur la torture déclarée irrecevable

    Le 18 septembre 2012, Ali et ses avocats se constituent partie civile devant le Président du Tribunal de première instance de Rabat pour obtenir une enquête approfondie sur la torture.
    Le 28 janvier 2013, cette demande est déclarée irrecevable. Selon le juge, Ali Aarrass « n’a pas identifié les auteurs de la torture et il n’a pas mentionné les articles du Code pénal incriminant les faits de torture ».

    Huitième épisode : la visite de Juan Mendez et la reconnaissance de la torture

    Peu de temps avant la visite au Maroc du Rapporteur spécial sur la question de la torture, Juan Mendez, Ali est remis en régime carcéral ordinaire. Juan Mendez a été le Rapporteur spécial de l’ONU sur la torture et autres peines ou traitements cruels, inhumains ou dégradants de 2010 à 2016. Il est lui-même un survivant de la torture sous la dictature en Argentine . Il a travaillé en tant que Conseiller auprès de la Cour pénale internationale, a été avocat et professeur de droit international en matière de droits humains à la Washington College of Law, à la Georgetown Law School aux Etats-Unis et à l’Université d’Oxford en Grande-Bretagne.
    La rencontre a lieu le 20 septembre 2012 à la prison de Salé I. Il n’y a qu’une porte qui sépare Salé II de Salé I. Elle donne sur une enceinte qui mène vers Salé I, prison propre et fleurie à l’occasion de la visite du Rapporteur. Ali quitte la prison de Salé II sous les regards menaçants des gardiens. Juan Mendez est accompagné d’un médecin légiste, un psychiatre et un interprète. Ils portent tous le costume bleu ciel de l’ONU. Comme l’entretien peut se faire en espagnol, le travail de l’interprète n’est pas nécessaire. Ali se fait examiner par le médecin légiste, il est ausculté complètement. Ali demande à Juan Mendez pourquoi il ne veut voir que lui, parce qu’à Salé II il y en a tant d’autres avec les mêmes histoires. Votre cas me suffit, lui répond Mendez, s’ils osent faire avec vous ce qu’ils ont fait, à vous qui êtes un étranger, on peut s’imaginer ce qu’on peut faire avec les autres. A la fin de l’examen, Ali informe le Rapporteur qu’il craint des représailles après cette visite. Le Rapporteur lui donne son numéro : vous nous faites savoir, nous on fera le reste, lui répond le Rapporteur.
    Voici un extrait du rapport de Juan Mendez sur sa visite à Ali Aarrass et sur les résultats de son examen.
    « Le 20 septembre 2012, le Rapporteur spécial sur la torture et autres peines ou traitements cruels, inhumains ou dégradants a rencontré M. Ali Aarrass à la prison de Salé I… Le médecin légiste indépendant qui accompagnait le Rapporteur spécial a effectué un examen physique externe et trouvé des traces de torture sur le corps de M. Aarrass. Le médecin légiste a conclu que la plupart des traces observées… sont clairement compatibles avec les allégations présentées par M. Aarrass, à savoir le genre de torture et de mauvais traitements infligés, tels que brûlures occasionnées par une cigarette, pratique du «falanja» (coups assenés sur la plante des deux pieds), attachement intense puis suspension par les poignets et électrochocs aux testicules. En outre, il a constaté que la description faite par M. Aarrass des symptômes ressentis après les épisodes d’actes de torture et de mauvais traitements est totalement compatible avec les allégations et que le genre de pratiques décrites et les méthodologies qui auraient été suivis par les agents pratiquant ces actes, coïncident avec les descriptions et les allégations présentées par d’autres témoignages que le Rapporteur spécial a reçus dans d’autres lieux de détention et qui ne sont pas connus de M. Aarrass. Il a conclu que certains de ces signes seront de moins en moins visibles avec le temps et, à terme, devraient disparaître comme ceux, par exemple, existant[s] sur la plante des deux pieds. Il a également conclu que l’examen physique a uniquement été effectué sous lumière artificielle ». (Rapport du 4 décembre 2012).

    En conclusion, Juan Mendez formule cinq demandes aux autorités marocaines (confirmer ou non les faits dénoncés, rejeter tout aveu obtenu sous la torture, protection d’Ali Aarrass…) et il finit son rapport ainsi : « Je serais reconnaissant de recevoir de votre part une réponse à ces questions dans un délai de 60 jours. Je m’engage à ce que la réponse du Gouvernement de votre Excellence à chacune de ces questions soit reflétée dans le rapport que je soumettrai à la session de mars 2013 du Conseil des droits de l’homme ».

    Neuvième épisode : le jugement de la Cour d’appel confirme le refus d’examen de la torture par le tribunal de première instance

    Le 1er octobre 2012, à peine deux semaines après la visite de Mendez, la Cour d’appel de Rabat, chambre pénale d’appel, condamne Ali en appel à 12 ans d’emprisonnement pour infraction à la loi antiterroriste. Le verdict dit ceci : «le tribunal de première instance a répondu de manière suffisante à toutes les demandes et les défenses, d’où cette cour a jugé de les adopter tant qu’elles satisfaisaient les aspects légaux, tout particulièrement en ce qui concerne la prétention de l’accusé d’avoir subi la torture, puisqu’il a été procédé à une expertise médicale dressée par trois médecins qui ont tous confirmé que l’accusé n’a subi aucune torture d’aucune sorte, d’où la cour a estimé d’appuyer le verdict interjeté en appel dans ce qu’il a prescrit dans ce volet».

    Dixième épisode : nouveaux harcèlements en septembre 2012

    Dans les jours qui ont suivi la visite de Mendez les représailles au sein de la prison reprennent pour de bon.
    Après son entretien avec Mendez, Ali retourne à la prison de Salé II. L’équipe des gardiens a changé, les mêmes regards menaçants l’attendent, bien que plus discrets. Au moment où il va se coucher, l’adjoint du directeur de la prison s’amène. Approche-toi, dit-il à Ali, après avoir ouvert la première porte de la cellule. « Est-ce que tu as déposé plainte contre la torture ? »« Ça ne vous regarde pas, partez », lui répond Ali. Quelques jours plus tard, l’avocat Maître Nicolas Cohen rend visite à son client à la prison. L’avocat prend des notes de ce que lui raconte Ali. A ce moment-là, l’adjoint du directeur s’amène à nouveau et lui dit : « Vous n’avez pas droit de prendre des notes ». Cette fois, c’est l’avocat qui remet l’adjoint à sa place. Ali et son avocat décident de porter plainte contre l’adjoint, avec nom et prénom. Dans les jours qui suivent, Ali doit se présenter au bureau du directeur. Le directeur lui propose un entretien avec l’adjoint et une protection. En échange, il lui donne un papier blanc sur lequel il doit noter qu’il renonce à sa plainte contre l’adjoint. « En quoi ça vous concerne ? », lui demande Ali, « vous n’êtes pas capable de me défendre ». Fin de l’entretien.
    Le rapporteur de l’ONU Juan Mendez est informé de ce qui s‘est passé après son entretien avec Ali. Il en fait un rapport, en citant nommément les responsables impliqués : «… M. Aarrass a déposé une plainte contre l’agent de prison auprès des autorités de la prison le lendemain, 21 septembre 2012. Il est allégué que le 22 septembre 2012, les autorités pénitentiaires auraient menacé M. Aarrass ou fait pression sur lui pour qu’il retire sa plainte. Il est rapporté que suite aux actes d’intimidation et aux menaces [et actes d’’intimidation] proférées, notamment par M. Bouazza, directeur adjoint de la prison de Salé II, à l’encontre de M. Aarrass, ce dernier a retiré sa plainte. Le harcèlement et les menaces n’ont toutefois pas cessé. La dernière information, reçue en date du 12 novembre 2012, indique que M. Bouazza aurait menacé M. Aarrass de viol, de rendre sa vie en prison impossible, et qu’il aurait emporté le chauffe-eau utilisé par M. Aarrass afin de chauffer l’eau pour se laver. D’autres membres du personnel pénitentiaire sont impliqués dans les mauvais traitements à l’encontre de M. Ali Aarrass depuis son arrivée à la prison de Salé II, dont M. Mustafa El Hajri, ancien directeur; M. Mohamed El Athimi, ancien directeur adjoint; et M. Hamid Allali, infirmier. Il est rapporté que le nouveau directeur de l’établissement aurait promis à M. Aarrass qu’il préviendrait le harcèlement et les mauvais traitements dans l’avenir et que les conditions de vie dans la prison de Salé II seraient améliorées. Toutefois, le harcèlement et les menaces par le personnel pénitentiaire se poursuivent… Il est également allégué que les autorités carcérales continuent de rejeter les demandes d’examen et de traitements médicaux appropriés à M. Aarrass. Selon les sources, M. Aarrass souffre de plusieurs maux qui nécessitent des soins médicaux immédiats, tels qu’éruption cutanée douloureuse, épilepsie, hémorroïdes et problèmes dentaires… ».

    Onzième épisode : octobre 2012, la torture en images

    Les détenus islamistes à la prison sont déçus qu’ils n’aient pas été entendus par Mendez. Ali essaie de les rassurer en leur expliquant que son cas leur servira aussi. Mais ils en ont assez et une poignée d’entre eux prépare l’émeute. Ali essaie de leur expliquer que la situation est extrêmement dure aujourd’hui, mais que les choses peuvent évoluer. Qu’ils doivent [se] réaliser que les conséquences d’une révolte seront graves, qu’ils seront déçus, qu’ils risquent tous d’être dispersés vers d’autres prisons. C’est bien ce qu’on veut, lui répondent-ils, on en a marre de cette prison. La révolte éclate, le dernier gardien s’enfuit de la section, toutes les portes de la section et les cellules sont barricadés avec tout ce que les détenus peuvent trouver, lits superposés y compris.
    La police anti-émeute, la BAC, est appelée en renfort pour briser la révolte. Ils arrivent en nombre, et, avec l’aide des gardiens, ils cassent les barricades, fouillent toutes les cellules et tabassent les émeutiers. Tous les détenus islamistes qui ont participé à l’émeute seront rasés, barbe y compris, mis au cachot pendant 45 jours, avant leur transfert dans [à] d’autres prisons. Pendant les incidents, Ali a sauvé le téléphone, qui fonctionnait avec des cartes, et qui servait à tout le monde dans la section. « Je savais qu’ils allaient le détruire, et on devait pouvoir téléphoner à nos familles », dit Ali. Lors de l’opération « fouilles des cellules », l’adjoint du directeur se présente devant la cellule d’Ali Aarrass, accompagné par des gardiens. Ces derniers refusent d’obéir à l’ordre de fouiller la cellule d’Ali, disant qu’il n’est pas impliqué. Sur ce, l’adjoint appelle la BAC qui entre à six, des hommes baraqués qui jettent tout par terre. Ali crie qu’ils doivent arrêter de casser ses affaires. Mais ils s’acharnent. Quand ils veulent menotter Ali, et quand l’adjoint ordonne à Ali de se déshabiller complètement et de baisser son short pour voir s’il cache quelque chose, Ali essaie de résister. Les coups pleuvent, jusqu’à ce qu’il perde connaissance.
    Il se réveille dans le cachot. Un gardien, qui ne supporte plus le traitement des prisonniers, lui propose de filmer l’état dans lequel il se trouve avec son téléphone. Ali le prévient sur les risques, mais le gardien tient parole. L’enregistrement a été projeté pour la première fois, deux ans plus tard, le 27 juin 2014, sur les murs de la salle d’audience du tribunal de la Cour d’appel à Bruxelles. Après avoir été rendue publique à une conférence de presse, elle a créé un choc dans l’opinion publique. Sur YouTube et Dailymotion, sur des sites de différents journaux et organisations, les images de sa maltraitance, filmées à l’intérieur d’une cellule à la prison en 2012, deux ans après son arrivée au Maroc, ont été vues et partagées près de 200.000 fois.
    La vidéo nous montre Ali Aarrass en short, torse nu, enfermé dans une cellule nue. Dans un cachot immonde. L’homme se soulève difficilement d’un morceau de tissu rayé, un semblant de matelas sur le sol. Il se tient à peine debout. Des bleus, traces de coups de matraques et/ou de coups de pieds couvrent son corps, son dos, sa poitrine, ses jambes, ses mains. Il a le visage gonflé, tuméfié. Ali Aarrass est à peine reconnaissable pour ceux et celles qui le connaissent. Dans cette vidéo, d’une manière calme et pesée, il réclame ses droits. Il dénonce les violences qu’il a subies ainsi que les auteurs de ces actes barbares, en nous montrant un papier avec leurs noms.
    La vision de cette vidéo, qui a contribué à ce que les juges accordent la protection consulaire à Ali Aarrass, n’a provoqué aucune réaction de la part du ministère des Affaires étrangères de Belgique, dont les avocats ont assisté à la projection. Au contraire : le ministère décide de se pourvoir en cassation contre le jugement de la Cour d’appel et pour qu’Ali ne reçoive pas [de l’] d’assistance !

    Douzième épisode : 2013, en Belgique des parlementaires et des journaux s ’élèvent contre la torture d’Ali Aarrass

    Dans une lettre ouverte datant du 10 août 2013, trente-quatre (34 !) parlementaires belges demandent à Didier Reynders d’intervenir et d’accorder une assistance consulaire belge urgente à Ali Aarrass. Ils écrivent : « Il est aujourd’hui établi que les aveux d’Ali Aarrass ont été obtenus sous la torture. En effet, en septembre dernier, le rapporteur spécial de l’ONU contre la torture, Juan Mendez, l’a rencontré en prison et l’a fait examiner par le médecin légiste qui l’accompagnait. Dans son rapport datant du 4 décembre 2012, Monsieur Juan Mendez fait état de traces physiques résultant d’actes de torture constatées sur le détenu (brûlures de cigarette, électrochocs aux testicules, coups assénés à la plante des pieds, etc.) ». Et ils concluent : « Nous, parlementaires belges, vous demandons solennellement d’activer enfin l’assistance consulaire dont Monsieur Aarrass n’a jamais pu bénéficier et à laquelle il a pourtant droit, au même titre que n’importe quel ressortissant belge en difficulté à l’étranger ».
    En septembre 2013, le Comité de l’ONU contre la détention arbitraire, ce même Comité qui demande aujourd’hui la fin de la détention de Julian Assange, demande la libération immédiate de cinq détenus marocains, dont Ali Aarrass. « C’est sur la base d’aveux obtenus sous la torture que M. Ali Aarrass […] a été condamné en novembre 2011 à 15 ans de prison ferme ».
    Le 1 octobre 2013, les journaux belges Le Soir et De Morgen publient un article d’une page sur Ali Aarrass, montrant ses dessins de tortures qu’il a subies.

    Treizième épisode : les Comités de l’ONU et Amnesty international interviennent : sa campagne contre la torture devient internationale

    Le 3 février 2014, Ali Aarrass obtient une victoire historique devant le Tribunal de première instance de Bruxelles. Pour la première fois dans l’histoire judiciaire belge, un citoyen binational obtient d’un Tribunal l’ordre de le protéger hors de la Belgique.

    Le 13 mai 2014, Amnesty International lance la campagne « Stop Torture » pour dénoncer une crise mondiale liée à la torture. Ali accepte la proposition d’être parmi les témoins contre la torture au niveau mondial. Dans plus de 55 pays, son cas est rendu public, les esquisses qu’il a réalisées de la méthode du « poulet rôti » et d’autres positions de torture font le tour du monde. Pour appuyer ces demandes contre la torture d’Ali Aarrass, Amnesty apporte 216.450 signatures provenant de 120 pays au gouvernement marocain et une chaîne humaine est organisée en face du Parlement marocain. En septembre 2014, à Rabat, Amnesty International remet ces signatures au ministre marocain de la Justice et des Libertés et lui demande d’exécuter « la décision du Groupe de travail sur la détention arbitraire et de mener une enquête impartiale et indépendante sur les actes de torture qu’Ali Aarrass dit avoir subis ».
    En mai 2014 également, le Comité contre la torture de l’ONU confirme : Ali Aarrass a été torturé (Décision du Comité Convention contre la torture et autres peines ou traitements cruels, inhumains ou dégradants. Décision adoptée par le Comité à sa cinquante-deuxième session (28 avril-23 mai 2014). Le Maroc est condamné pour avoir violé la règle absolue de l’interdiction de la torture, pour ne pas avoir mené une enquête sérieuse sur sa torture et pour avoir condamné Ali Aarrass sur base de preuves tronquées. Le Comité exige une enquête impartiale et approfondie, incluant un examen médical conforme aux standards internationaux. Extraits : « 11.Le Comité contre la torture, agissant en vertu du paragraphe7 de l’article22 de la Convention contre la torture et autres peines ou traitements cruels, inhumains ou dégradants, est d’avis que les faits dont il a été saisi font apparaître une violation des articles2, paragraphe1 ; 11, 12, 13 et 15 de la Convention. 12.Conformément au paragraphe5 de l’article118 de son règlement intérieur (CAT/C/3/Rev.6), le Comité invite instamment l’État partie à l’informer, dans un délai de 90 jours à compter de la date de transmission de la présente décision, des mesures qu’il aura prises conformément aux constatations ci-dessus. Ces mesures doivent inclure l’ouverture d’une enquête impartiale et approfondie sur les allégations du requérant. Une telle enquête doit inclure la réalisation d’examens médicaux en conformité avec les directives du Protocole d’Istanbul. [Adopté en français (version originale), en anglais et en espagnol. Paraîtra ultérieurement en arabe, en chinois et en russe dans le rapport annuel du Comité à l’Assemblée générale.] »
    En août 2014, le Comité des droits de l’homme des Nations Unies condamne l’Espagne pour avoir extradé Ali Aarrass au Maroc alors qu’il existait un risque sérieux de torture, ainsi que ce même comité l’avait signalé en extrême urgence quatre ans auparavant. Le Comité impose à l’Espagne d’offrir une compensation adéquate à Ali Aarrass pour les souffrances encourues et d’assurer un suivi efficace quant au traitement d’Ali Aarrass.

    L’Espagne ne réagit pas.

    En septembre 2014, la Cour d’appel de Bruxelles confirme le jugement du Tribunal de première instance contraignant la Belgique à protéger Ali Aarrass, et elle durcit le ton : elle ordonne à la Belgique de « requérir de l’État du Maroc de permettre aux autorités consulaires au Maroc de rendre hebdomadairement visite à Ali Aarrass pendant une période de six mois », et lui enjoint, au cas où elle ne réagirait pas à l’urgence signalée par la Cour de Bruxelles, de payer « une astreinte de 100 euros par jour de retard si elle n’adresse pas cette demande dans le mois de la signification de l’arrêt » si elle ne réagit pas à l’urgence signalée par la Cour de Bruxelles. Pour la Cour, « des indications sérieuses tendent à démontrer que l’intimé (Ali Aarrass) a subi des traitements inhumains et dégradants dans les prisons marocaines afin de lui arracher des aveux. » La Cour critique « le silence persistant conservé par les autorités marocaines aux demandes d’information », « la manière dont elles tendent à minimiser les plaintes de l’intimé ». Pour la Cour, il y a urgence : « Ali Aarrass subit encore à ce jour des atteintes graves à son intégrité physique et à son intégrité morale… ».
    Le Maroc ne désarme pas. Dans le Vif du 18-24 décembre 2015, le patron du BCIJ marocain (le nouveau Bureau central d’investigations judiciaires), Abdelhak Khiame, déclare dans une interview avec Marie-Cécile Royen: « J’ai fait toutes les enquêtes sur Abdelkader Belliraj et Ali Aarrass. Je peux témoigner que leurs droits ont été totalement respectés. J’ai toujours été partisan d’une enquête judiciaire rigoureuse et scientifique, je ne me contente pas d’aveux ».

    Quatorzième épisode : 2016, à la Cour européenne des droits de l’homme et dernière année à Salé II

    En six ans de temps, Ali Aarrass est devenu un homme respecté par les détenus et par la plupart des gardiens. Ce qui n’échappe pas à la nouvelle direction de la prison. L’autorité d’Ali leur fait peur et constitue un danger. Mais en même temps la direction ne peut se passer de ses compétences et de son autorité parmi les détenus. Elle décide la voie de la conciliation plutôt que de la confrontation.
    Début 2016, Ali reçoit deux propositions d’un nouveau directeur: devenir le porte-parole des détenus et communiquer les doléances des détenus à la direction. Par ailleurs, vu son ancienneté, il doit connaître le personnel qui maltraite les détenus et/ou qui est corrompu ou trafiquant. Ali se méfie, mais il accepte la proposition, à condition que les doléances rapportées ne donnent pas lieu à des représailles contre les détenus, et il prévient qu’il mettra fin à cet accord dès l’instant où un seul prisonnier se fera torturer ou maltraiter. La direction accepte. Elle lui propose même d’échanger ses gobelets en plastique pour des gobelets en verre (sic). Ali refuse le cadeau. L’accord sera de courte durée : quand un détenu faisant partie des cuisiniers en prison se fait plaquer contre le mur par un gardien, Ali cesse toute collaboration et refuse définitivement son rôle d’intermédiaire.
    Le 28 juin 2016, deux ans (!) après la réception de la demande belge pour une visite consulaire à Ali Aarrass du 4 mars 2014, le Maroc envoie sa réponse, refusant une visite consulaire belge à Ali Aarrass, « détenu dans le cadre d’une affaire de terrorisme et de radicalisme ». Il n’y aura pas d’autorisation pour une assistance humanitaire belge non plus.
    Sur ce, Ali Aarrass et ses avocats saisissent la Cour européenne des droits de l’homme pour violation des articles 1er et 3 de la Convention.
    En juillet 2016, trois petites vidéos sortent sur les médias sociaux pour dénoncer les abus au sein de la prison de Salé II, dont ceux concernant Ali Aarrass. A défaut de trouver le(s) coupable(s) pour ces vidéos clandestines, les autorités accusent Ali d’en être l’auteur. Ali, qui a toujours assumé la responsabilité pour ses actes et ses propos, quel que soit le prix à payer, nie. Mais il y a aussi la vidéo choc publiée en Belgique en 2015. Des policiers ont déjà été dans la cellule d’Ali pour photographier sa cellule et pour voir si ça correspond à ce qu’on voit sur la vidéo. Début août 2016, il est emmené à nouveau au greffe de la prison où l’attendent deux policiers pour l’interroger sur la même vidéo de 2012. Depuis qu’il a renoncé à son rôle d’intermédiaire, la direction le cherche. Quand il revient de l’entretien au [à la] greffe, Ali téléphone à sa sœur Farida. A ce moment-là un détenu l’attaque par derrière, lui donnant un coup de karaté dans les jambes qui le met par terre. « Tu dois déposer plainte contre lui », disent des gardiens qui ont assisté à la scène. « Non », répond Ali, « pourquoi le ferais-je, c’est bien vous qui êtes derrière tout ça ». Le détenu qui a agressé Ali est déplacé de la section. Aussi bien Ali que son agresseur devront se présenter devant l’adjoint du Procureur. Ce dernier demande à Ali : « Est-ce vrai que tu incites les autres détenus à se révolter ? Est-ce vrai que vous corrompez des agents pour qu’ils se révoltent contre le directeur ? Est-ce vrai que par la religion vous faites l’apologie du terrorisme pour recruter dans un dessein terroriste ? ». Ali lui répond qu’il est isolé et qu’il n’a accès à rien. Que n’étant pas un terroriste, il ne recrute pas pour un projet terroriste. Quant à la question de la religion, il répond que sa connaissance n’est que basique, et que pour convaincre d’autres il faudrait des personnes d’un autre calibre que le sien.

    Le transfert d’Ali Aarrass vers Tiflet II se prépare.

    Source : Free Ali

    Etiquettes : Maroc, Ali Aarrass, répression, instrumentalisation de la menace terroriste,

  • Mohamed Hajib : enquête sur l’ennemi public numéro 1 des services secrets marocains

    Mohamed Hajib : enquête sur l’ennemi public numéro 1 des services secrets marocains

    Qui est l’homme à l’origine – très probable – de la brouille entre le Maroc et l’Allemagne ? MEE a remonté le parcours de cet islamiste adepte des réseaux sociaux contre lequel Rabat orchestre une bruyante campagne

    Par Ali Lmrabet

    « As-salam alaykoum. Qui est à l’appareil ?

    – Est-ce que je suis avec Mohamed Hajib ? L’ancien prisonnier politique ? »

    Un long silence, un gros éclat de rire et une réponse qui fuse dans un français hésitant : « L’ancien prisonnier politique Mohamed Hajib en personne ! »

    Ce n’est pas l’image que l’on pourrait se faire de cet homme, l’un des Marocains les plus recherchés par les deux principales polices politiques du Maroc, la DST (Direction générale de la sûreté du territoire, qui a rajouté la lettre « g » de générale à son acronyme pour tenter de faire oublier son ténébreux fonctionnement) et la DGED (Direction générale des études et de la documentation), un service dit de contre-espionnage mais qui n’en reste pas moins un appareil sécuritaire qui contrôle une partie de la presse marocaine et surtout la diplomatie.

    C’est en partie à cause de Hajib, qui insiste pour qu’on le traite d’« ancien prisonnier politique » et non d’« islamiste » et qui dit s’être donné comme mission de « défendre tous les droits humains, et non seulement ceux des détenus islamistes », que le gouvernement marocain a été sommé par le ministère des Affaires étrangères de suspendre tout contact avec l’ambassade d’Allemagne à Rabat, ainsi qu’avec toute institution allemande installée sur le sol du royaume chérifien.

    Signalé comme un très « dangereux terroriste islamiste » qui appelle les Marocains à la révolte et au carnage, vilipendé matin et soir par les médias marocains, pris à partie par plusieurs personnalités qu’on fait défiler devant les écrans, le dernier en date étant Omar El-Kzabri, l’imam de la mosquée Hassan II de Casablanca, Hajib est assurément, avec les journalistes et les activistes des droits de l’homme, dans la ligne de mire des services secrets marocains.

    Et s’il est inaccessible aux autorités marocaines, qui cherchent à tout prix à mettre la main dessus, il est très présent sur les réseaux sociaux, principalement sur Facebook et sur YouTube, où ses nombreux « live » dans lesquels il jongle avec les faits et les sarcasmes, sans oublier un peu d’humour, sont visionnés par des dizaines de milliers de suiveurs.

    Avant de partir à la rencontre de Hajib, nous avons scruté pendant un mois des dizaines de vidéos et consulté des documents en tout genre, policiers, judiciaires, diplomatiques, onusiens, et en plusieurs langues, arabe, allemand, français et anglais. Cette enquête est le fruit de ce labeur.

    De Tétouan au Pakistan

    Mohamed Hajib réside à Duisbourg, dans le land de Rhénanie-du-Nord-Westphalie, une ville située au confluent du Rhin et de la Ruhr, près de Düsseldorf.

    Sa photo montre un jeune homme souriant, casquette bec de canard vissée sur la tête, rouflaquettes rock’n’roll et une maigre barbiche. Rien à voir avec le « barbu » traditionnel.

    Il est né à Tétouan le 23 mai 1981, fils d’un professeur d’arabe originaire de Tiflet et d’une mère fonctionnaire au tribunal de cette ville du nord du pays. Idéologiquement, il ne suivra pas la trace de son père, un ancien détenu politique de la mouvance marxiste.

    En décembre 2000, il émigre en Allemagne, pays dont il devient citoyen en 2008. Est-ce l’éloignement du pays d’origine ou cette irrésistible attirance qu’ont certains musulmans pour la chose religieuse une fois coupés de leurs racines qui fait qu’il devient tablighi ? Peut-être.

    La Jamaât al-Tabligh est une « secte » fondamentaliste de l’islam disent certains, une « méritoire » société de prédication affirment d’autres. Les tablighis sont certes rigoristes et fondamentalistes, mais contrairement à certains salafistes djihadistes, ils n’ont jamais été impliqués dans des opérations islamistes armées et leur traditionalisme religieux n’en fait pas moins des gens pacifiques et surtout apolitiques.

    Pour devenir un bon prédicateur tablighi, il y a trois grands centres mondiaux, tous situés dans le sous-continent indien, où est né ce mouvement en 1927 : l’Inde, le Bangladesh et le Pakistan. Dans ces trois pays, les centres du Tabligh ont pignon sur rue et n’ont rien de secret.

    Hajib choisit le Pakistan, et vole fin juin 2009 pour Istanbul, avant de prendre un autre avion pour Machhad, en Iran, où il rejoint sur place une toute petite communauté de son mouvement, puis entreprend le chemin du Pakistan.

    Contrairement à l’Iran, où le visa lui a été délivré à l’aéroport de Machhad, entrer au Pakistan est une tout autre histoire. La frontière est une passoire, un chaos total qui fait qu’il doit remettre 50 dollars à un émir de la Jamaât al-Tabligh qui l’accompagne et qui se charge des visas. En fait, il s’agit d’un pot-de-vin pour passer sans encombre le poste-frontière.

    Hajib cherche à rejoindre Lahore où doit se tenir une rencontre internationale au mois de novembre de la même année. Un document du land Rhénanie-du-Nord-Westphalie, daté du 22 février 2010, atteste que la LKA (Landeskriminalamt NRW), la police régionale, était au courant de ce voyage et de cet événement religieux.

    Et, il n’est fait nulle mention d’une dérive terroriste du jeune homme. Par contre, il est considéré, comme tous les tablighis à l’époque, comme un « islamiste radical ». Mais cette définition du tablighisme était celle qui était alors en cours en Allemagne avant que le plus haut tribunal administratif allemand, à Leipzig, ne vienne y mettre de l’ordre. Dans une sentence historique, datée du 25 octobre 2011, il est explicitement énoncé que « les objectifs ou les activités de la Jamaât al-Tabligh ne visent pas à soutenir des activités terroristes ».

    Après quelques pérégrinations au Pakistan, au contact des populations et des centres religieux, le jeune homme décide de rentrer en Allemagne, en empruntant le chemin de l’aller.

    Manque de pot, il se fait arrêter le 1er octobre 2009 lors d’un contrôle de routine de l’armée pakistanaise dans un autocar à Panjgur. Il faut retenir le nom de cette localité qui va jouer un rôle essentiel dans l’odyssée postérieure de Hajib.

    Pangjur se trouve à moins de 100 kilomètres de la frontière iranienne et à 641 kilomètres de Chaman, ville frontalière avec l’Afghanistan. Et à moins de savoir voler, la seule route d’accès à l’Afghanistan depuis Panjgur passe obligatoirement par Quetta, qui est à 130 kilomètres au sud de Chaman.

    Cette précision est importante dans la mesure où Hajib sera accusé plus tard par les Marocains d’avoir été arrêté à la « frontière afghane » et non iranienne.

    Il est alors remis aux services secrets pakistanais, qui le gardent dans une prison de Quetta. Mais pourquoi à Quetta, qui est à 2 h 40 de voiture de la frontière afghane et non ailleurs ? Parce que Panjgur se trouve à 1 500 kilomètres d’Islamabad, et pour arriver à la capitale du Pakistan, il faut forcément passer par Quetta.

    De plus, la prison de cette ville est considérée comme un centre de tri par où passent une infinité de détenus, des étudiants des madrasas, des commerçants turcs, très nombreux dans la région, ainsi que des tablighis étrangers, qui sont généralement ou libérés ou transférés dans d’autres lieux de détention. Par contre, les salafistes sont dirigés vers des « centres spécifiques » qui sont souvent visités par les Américains.

    « À l’époque, je ne connaissais pas mes droits »

    Pendant un mois, Hajib végète sur place avant qu’il ne soit expédié à Islamabad, où on le soumet à une enquête pendant exactement trois mois et dix-sept jours, entre le 1er octobre 2009 et le 17 février 2010. Faute d’avoir à lui reprocher autre chose que d’être entré illégalement au Pakistan, les autorités décident de l’expulser.

    Aucune accusation n’est portée contre lui. Ce n’est pas Hajib qui l’affirme, c’est un email postérieur à son arrestation au Maroc, daté du 8 août 2011, envoyé au ministère allemand des Affaires étrangères à Berlin par le consul à Islamabad et dans lequel il est affirmé qu’« aucune accusation concrète de crime n’a jamais été portée contre [lui] ».

    Mais, comme toute présence d’un « Arabe » musulman est suspecte au Pakistan, surtout après le 11 septembre 2001, le consulat allemand à Islamabad prévient Berlin de l’expulsion de Hajib.

    Et c’est ainsi que, quand il arrive à l’aéroport de Francfort le 17 février 2010, à 13 h 47, par un vol d’une compagnie aérienne pakistanaise, il est arrêté à sa descente d’avion par une escouade de « 25 agents » allemands, dont certains sont lourdement armés.

    Gardé en permanence, il est interrogé pendant une heure par des policiers du LKA (police régionale du land de Hessen) qui lui signifient une interdiction de sortie de la zone internationale de l’aéroport ; et à 22 h 30, on le pousse littéralement dans un avion de la Lufthansa, vol n° LH4116, en partance pour Casablanca.

    Pourquoi n’a-t-il pas protesté alors qu’il possède la nationalité allemande ?

    « Aujourd’hui, c’est facile de le dire, mais à l’époque, je ne connaissais pas mes droits », explique-t-il. Et il est loin aussi de se douter de ce qui l’attend dans son pays d’origine.

    Aux premières heures du 18 février, son avion atterrit à l’aéroport Mohamed V de Casablanca. « Cinq agents de la DST », affirme-t-il, l’attendent sur la passerelle d’embarquement. Il est saisi sans ménagement et emmené dans un bureau où on lui met un bandeau sur les yeux.

    Menotté et ligoté des pieds, on l’expédie au quartier Maârif de la capitale économique du Maroc, où se trouve le siège de la BNPJ (Brigade nationale de police judiciaire). Durant le trajet, les coups et les insultes pleuvent dans la voiture. « Terroriste », « Criminel », « Tu es venu pour exploser le Maroc », « Qu’est-ce que tu foutais au Pakistan ? ».

    À la BNPJ, dirigée alors par Abdelhak Khiam, future tête visible de l’antiterrorisme marocain, il est jeté dans une minuscule cellule. On l’insulte, on l’accroche par les bras, et on le frappe au visage et aux pieds.

    Ses geôliers le somment d’avouer. « Avouer quoi ? Que je suis un tablighi ? Je le suis. Mais je ne suis pas un terroriste », tente-t-il de répliquer. En vain.

    Pendant douze jours, il est soumis à des séances quotidiennes de torture, selon des informations transmises par la suite à la fondation Alkarama, une organisation qui « combat l’injustice dans le monde arabe » et dont les bureaux se trouvent à Genève.

    Hajib tient bon parce qu’il croit que ses tortionnaires vont comprendre qu’il n’a rien fait et vont finir par le libérer.

    Mais le 1er mars, pour venir à bout de sa résistance, ses tourmenteurs menacent d’amener sa femme et sa mère et de les violer devant lui. « Là, j’ai flanché et j’ai signé un procès-verbal qu’ils ne m’ont pas laissé lire. »

    Condamné à dix ans de prison
    Présenté au tribunal antiterroriste de Salé le même jour, il apprend par le juge d’instruction Abdelkader Chentouf qu’il a signé des « aveux complets » sur un PV daté du 19 février, alors qu’il venait à peine d’apposer sa signature.

    Il conteste, tente d’expliquer au juge qu’il a été torturé, qu’il a signé sous la contrainte, et que sa signature date du 1er mars et non du 19 février.

    Rien n’y fait. Comme à son habitude, le juge Chentouf ne se pose même pas la question de savoir pourquoi un suspect qui a signé des aveux le 19 février lui est présenté onze jours plus tard. Il n’ordonne pas d’enquête, ni sur la datation du PV, ni sur les allégations de torture.

    Pratiquement à la même heure, dans un autre tribunal, un substitut du procureur général près la Cour d’appel de Rabat, Abdelaziz Raji, annonce à sa mère que l’État allemand vient de retirer la nationalité à son fils.

    Cette anecdote est capitale pour Hajib. « Cela démontre la complicité des services secrets allemands avec les Marocains. Comment ce substitut pouvait-il savoir que le ministère fédéral de l’Intérieur d’Allemagne venait effectivement d’engager une procédure dans ce sens ? », se demande-t-il.

    Une procédure qui, tempère-t-il depuis Duisbourg, a été abandonnée par l’État allemand faute de preuves l’impliquant dans une quelconque opération ou dérive « terroristes ».

    Après son passage par le bureau du juge Chentouf, il est placé dans le module 1 de la prison de Salé, dite « Zaki ». En guise de bienvenue, il est battu, encore une fois. Cette fois-ci, par des fonctionnaires de l’administration pénitentiaire, et sans raison. « C’est peut-être la tradition de frapper les nouveaux venus », souligne-t-il avec malice.

    Et le 24 juin 2010, il est condamné à dix ans de prison pour constitution de « bande criminelle », « financement du terrorisme » et pour avoir voulu rejoindre l’Afghanistan.

    Un procès expéditif, comme ont pu le constater des diplomates allemands dépêchés sur place. Dans une note interne qu’a pu consulter Middle East Eye, datée du 27 juin 2010, il est écrit : « Lors de cette audience, aucun témoin n’a été convoqué. Et aucune preuve n’a été fournie. Le président de l’audience s’est basé uniquement sur le procès-verbal de l’enquête. »

    « Comment », renchérit Hajib, « quelqu’un qui est parti au Pakistan avec un passeport allemand, a été arrêté à la frontière iranienne et non afghane, n’a pas été poursuivi pour des faits de terrorisme par les autorités pakistanaises, et qui n’avait pratiquement aucun lien avec son pays d’origine autre que familial, a-t-il pu être condamné au Maroc pour ‘’bande criminelle’’ et ‘’financement du terrorisme’’ ? Cela ne tient pas la route ! La justice marocaine est une fabrique de condamnations arbitraires. »

    Dans la même note citée ci-haut, l’ambassade allemande signale aussi que lors de son procès, « les déclarations de l’accusé étaient à peine perceptibles en raison de son mauvais état de santé ». Hajib en était alors à son 46e jour de grève de la faim pour dénoncer sa situation.

    À partir de sa première condamnation, et pendant sept ans, il va vivre au rythme des transferts d’un pénitencier à un autre et des mauvais traitements qu’on lui fait subir.

    Du module 1 de Salé, il est envoyé à Toulal 2, une prison de Meknès, ramené à Salé pour être incarcéré dans le module 2, puis envoyé à Tiflet 1, où il endure les affres de la torture, cette fois-ci, comme le montrent plusieurs photos qu’il a fait sortir de prison, avec des objets qui lui laissent des traces de brûlures dans le dos, et finalement réexpédié à Tiflet 2, le seul endroit, affirme-t-il, où il n’a pas été soumis à des brutalités.

    Entretemps, il a été l’une des têtes visibles de la mutinerie qui a secoué la centrale pénitentiaire de Salé pendant deux jours, les 16 et 17 mai 2011, pour dénoncer la détention arbitraire et les tabassages sans fin.

    Dans les images et les vidéos qui circulent sur les réseaux sociaux, on le voit la teinte ceinte d’un turban et le verbe haut.

    Cette action va lui valoir d’énièmes sévices, cette fois-ci devant Abdelhafid Benhachem, le délégué général de l’administration pénitentiaire de l’époque. Benhachem est un vieux routier de la répression au Maroc qui sera poursuivi en 2015 pour « génocide » par le juge espagnol Pablo Ruz, de l’Audience nationale de Madrid. Pas pour les mauvais traitements infligés aux détenus marocains, mais pour des crimes commis contre les Sahraouis quand il était « gouverneur de Smara entre 1976 et 1978 ».

    Au téléphone, Hajib répète qu’il connaît bien Benhachem pour avoir négocié avec lui la fin de la mutinerie. « Il était devant moi quand on me frappait, accompagné par deux hommes en costume cravate, des agents de la DST ».

    Il réclame 1,5 million d’euros à l’Allemagne

    C’est pour cette raison que la note verbale de l’ambassade allemande à Rabat, datée du 30 juin 2011, que nous avons consultée, s’est légèrement éloignée des termes diplomatiques d’usage pour rappeler aux Affaires étrangères marocaines que Hajib a « été victime de blessures non négligeables », et qu’il « aurait souffert […] selon ses propres déclarations, de plusieurs mauvais traitements et de violences corporelles qui lui auraient été infligés dans les prisons de Salé et Meknès [Toulal se trouve à Meknès], où il a été momentanément transféré. Il aurait été, entre autres, battu et menacé et aurait entrepris sur ce une tentative de suicide ».

    Et l’ambassade d’exprimer sa « préoccupation » et de demander à ce que « la sécurité et l’intégrité corporelles de Monsieur Hajib et des autres détenus allemands [soient] garantis à l’avenir ».

    Cette intervention semble avoir été suivie d’effet puisque sa peine de dix ans, qui avait été confirmée par une cour d’appel, sera cassée par la Cour de cassation et ramenée à cinq ans après un autre jugement de cette même cour d’appel le 9 janvier 2012.

    Pour la mutinerie, il écope néanmoins de deux années supplémentaires. L’avis du Groupe de travail des Nations unies sur la détention arbitraire, rendu le 31 août 2012, demandant à ce qu’il soit élargi immédiatement après avoir relevé la violation par la justice marocaine de plusieurs conventions internationales, n’y fait rien. Il reste en prison.

    Ce qui n’empêche pas Hajib d’exulter aujourd’hui. « Vous connaissez des cas de dangereux islamistes qui ont financé le terrorisme, condamnés à seulement cinq ans de prison par la justice marocaine ? Ces cinq ans avaient pour but de justifier ma présence en prison et les mauvais traitements subis. »

    Quand il est libéré le 18 février 2017, il reste trois jours au Maroc, le temps de saluer ses parents et de prendre le premier vol pour l’Allemagne. Pour lui, sept ans de prison sont sept ans de trop. Et il n’a pas l’intention de laisser passer le calvaire dont son corps porte encore les traces. Avec l’aide de son avocat allemand, il demande une expertise médicale officielle.

    Le rapport médical du légiste, fait à Düsseldorf et daté de 2017, est accablant. S’appuyant sur les attestations d’un psychiatre, d’un dermatologue et d’autres spécialistes qui ont évalué le Maroco-Allemand, il est formel : Mohamed Hajib a subi des tortures durant sa détention au Maroc.

    L’État allemand lui concède une pension et lui reconnaît quelques années plus tard une invalidité au travail de 50 %.

    Mais il n’en reste pas là et décide de poursuivre en justice l’État allemand, à qui il exige 1,5 million d’euros pour avoir expulsé de son pays un concitoyen et l’avoir livré à ses tortionnaires marocains. L’affaire est toujours en cours.

    Parallèlement, à travers la fondation Alkarama, son cas est présenté en 2018 au Comité contre la torture des Nations unies, où il remarque depuis, avec un amusement non dissimulé, l’agitation de la diplomatie marocaine dans l’attente d’une résolution définitive.

    Fin 2019, Hajib reprend ses comptes dans les réseaux sociaux, Facebook et YouTube, et commence à raconter ses malheurs et à dénoncer la situation des droits humains au Maroc.

    Dans ses vidéos en live, le roi Mohammed VI n’y est jamais appelé par son titre, c’est le « résident général français », du nom de ce haut fonctionnaire envoyé par la République française pour gérer le Maroc du temps du protectorat.

    Le chef de la DST et de pratiquement toutes les polices marocaines, Abdellatif Hammouchi, est désigné par le terme de « Hammouchi Show ». Pas de quoi fouetter un chat, mais ses directs, qui commencent à rencontrer un vif succès au Maroc, attirent l’attention des autorités policières. Surtout quand il annonce des poursuites judiciaires contre les responsables de son incarcération et de ses tourments physiques.

    Restées muettes sur son cas depuis 2017, ces dernières réagissent hâtivement quand, dans plusieurs vidéos, celles du 3 mai et du 13 juin 2020, Hajib appelle les Marocains à sortir dans la rue pour défendre leurs droits.

    La machine de l’État profond se met alors en branle. Des vidéos avec de grossiers montages, entrecoupées de déclarations incendiaires d’Ayman al-Zawahiri, l’émir d’al-Qaïda, montrent Hajib en train de demander aux Marocains de sortir dans la rue pour commettre un « carnage » mais sans préciser que ce terme n’est jamais utilisé par l’intéressé, qui insiste au contraire sur le caractère pacifique des manifestations.

    Ce que dit Hajib dans ces deux vidéos est, en évitant les répétitions, le suivant : « Le régime marocain viole vos droits », « Vous n’en pouvez plus de ce régime criminel », « Ne vous suicidez pas à cause de cette situation, sortez manifester pour réclamer vos droits dans les rues et laissez ces criminels vous tirer dessus et vous mourrez comme des martyrs, mais vous aurez obtenu quelque chose pour vos enfants », « Il faut en finir avec ce régime ».

    Des allures d’affaire d’État

    Aujourd’hui, il explique ces appels à la révolte par la grande colère qu’il a ressentie quand il a vu sur les réseaux sociaux des jeunes gens se suicider pour cause de crise alimentaire et de coronavirus. « Je n’ai jamais appelé à des opérations-suicides ou à un carnage, et tout le monde le sait. J’ai appelé à la résistance contre un régime dictatorial. Je n’ai pas dit ‘’Tuez !’’, j’ai dit ‘’Ne vous suicidez-pas, laissez les criminels vous tuer’’. »

    Une nuance qu’a compris le parquet de Duisbourg, qui avait diligenté une enquête après avoir reçu une plainte directe de la DST, le 10 juillet 2020. Une plainte reformulée le 17 juillet avec une vidéo du 14 juillet.

    Dans sa résolution datée du 11 août, le ministère public allemand rejette la plainte marocaine et justifie ainsi sa décision : « Il n’y a pas de crime. Dans ses déclarations […], M. Hajib appelle à la résistance face au gouvernement marocain. […] Il n’y a pas d’infractions pénales concrètes. » En clair, assure le parquet de Duisbourg, Mohamed Hajib a fait usage de son droit à la liberté d’expression.

    Cette gifle assenée non seulement aux autorités policières marocaines, mais également à la magistrature du royaume chérifien aurait dû en rester là. Pour plusieurs raisons d’ailleurs. Hajib fait l’objet d’une étroite surveillance des services secrets allemands qui visionnent la moindre vidéo, traduisent, et lisent tous ses posts publiés sur Facebook.

    Difficile de croire que la puissante centrale d’intelligence allemande aurait laissé passer la moindre incartade de l’intéressé, d’autant plus qu’elle a un lourd contentieux avec lui devant les tribunaux pour son expulsion de 2010.

    Raison supplémentaire qui a sûrement influé sur la décision de la justice allemande, aucun des réseaux sociaux où Hajib a diffusé ses interventions, Facebook et YouTube, n’a jugé bon de les retirer, concluant probablement que leur contenu respecte leur charte.

    MEE a appris durant son enquête, qu’après le dépôt de la plainte de la DST, les autorités judiciaires de la Rhénanie-du-Nord-Westphalie ont fait appel à l’orientaliste et spécialiste de l’islam Ekkehard Rudolph pour évaluer le profil Facebook de Hajib.

    Sa réponse du 28 juillet 2020, que nous avons consultée également, est sans appel. « Nous avons examiné les faits […] en détail et nous sommes arrivés à la conclusion suivante : les déclarations de la personne Mohamed Hajib, accessibles via Facebook, sont des expressions d’opinion politique sans aucune référence islamique reconnaissable. Elles ne peuvent donc en aucun cas être évaluées de manière adéquate dans notre perspective d’études islamiques », écrit M. Rudolph.

    Mais les Marocains n’avaient pas l’intention d’abandonner la chasse. En plein mois d’août et au milieu d’une des pires pandémies de l’histoire, une vieille connaissance de Hajib, le substitut Abdelaziz Raji, celui qui avait annoncé à sa mère en 2010 que l’Allemagne lui avait retiré sa nationalité, revient à la charge avec un mandat d’arrêt international émis le 13 août. C’est-à-dire, deux jours après le refus allemand de poursuivre Hajib.

    Transmis au Bureau central national d’Interpol au Maroc, dirigé par un certain Mohamed Dkhissi, qui n’est autre que l’actuel directeur de la fameuse Brigade nationale de la police judiciaire (la structure que Hajib accuse de l’avoir torturé pendant une douzaine de jours en 2010), celui-ci place le Maroco-Allemand sur la liste des notices rouges.

    Ce stratagème douteux dure quelques mois avant que le secrétariat général d’Interpol à Lyon n’inflige un revers à son bureau de Rabat en décidant de supprimer cette notice et d’effacer le nom de Mohamed Hajib de toutes ses données.

    Dans ses conclusions, Interpol estime que le cas Hajib relève d’une persécution politique et non pénale. La décision est communiquée à toutes les parties le 5 février 2021. Pour le Maroc, sa justice et sa police, ce n’est pas une humiliation, c’est un coup de massue sur la tête.

    C’est à partir de ce moment que le cas Hajib prend des allures d’affaire d’État. La campagne contre lui s’intensifie dans la presse et les réseaux sociaux. L’Allemagne, sa justice et sa police, accusées de ne pas vouloir arrêter « l’agitateur islamiste », sont prises à partie.

    Bizarrement, Interpol et les réseaux sociaux où il édite ses « live », Facebook et YouTube, sont épargnés.

    D’anciens chefs islamistes accusent
    Par contre, on fait appel à d’anciens chefs islamistes salafistes, Mohamed Fizazi, Hassan Khattab et du menu fretin, pour qu’ils accusent en chœur Hajib d’être un dangereux « terroriste ».

    S’il n’y avait pas ce sentiment de suffisance qui est la marque première de la police politique, doublé cette fois-ci d’une rageuse impuissance, l’appel à ces anciennes gloires décrédibilisées du salafisme jihadiste aurait dû faire grincer quelques dents à l’intérieur de l’appareil sécuritaire marocain.

    Mohamed Fizazi est un salafiste radical qui avait applaudi dans le passé à l’assassinat de l’intellectuel égyptien Faraj Fouda en 1992. Condamné à 30 ans de prison après les attentats terroristes de Casablanca de 2003 (les 12 kamikazes qui ont assassiné 33 personnes ont été considérés ses émules par la justice marocaine), il a été libéré en 2011.

    Une bien anormale générosité dans un pays où on purge intégralement sa sentence dans les affaires de « terrorisme islamiste ».

    Depuis, Fizazi est devenu la risée de la presse et des réseaux sociaux en raison de ses scandales à répétition et de ses frasques sexuelles. Ses cibles sont devenues non plus « l’État impie », mais les dissidents marocains, le mouvement du 20 Février et l’Algérie. Récemment, il a encore fait ricaner tout le monde en applaudissant au rétablissement des relations diplomatiques entre le Maroc et Israël. Il faut savoir qu’au Maroc, même le plus fade des anciens salafistes jihadistes retournés par l’État honnit toujours l’« entité sioniste ».

    L’autre « témoin de moralité » contre Hajib n’est autre que Hassan Khattab, le chef d’une ancienne cellule terroriste appelée « Ansar al-Mahdi ». Tout comme Fizazi, Khattab a bénéficié non pas d’une mais de deux bien étranges grâces royales. La première en 2005, après deux ans de prison seulement ; et la deuxième en 2016 à la suite de sa lourde condamnation en 2008 à 25 ans pour « terrorisme islamiste ».

    Selon le quotidien Aujourd’hui le Maroc du 27 septembre 2006, lors de sa première incarcération, ses codétenus l’avaient fortement soupçonné de « jouer un double jeu, d’être carrément une taupe, un ‘’frère’’ que les autorités auraient retourné pour les espionner ».

    Un autre hebdomadaire, La Gazette du Maroc (devenu Challenge Hebdo), taxe carrément Khattab d’escroc qui faisait croire aux femmes stériles qu’il allait les aider à enfanter.

    Il est, de fait, loin d’être un enfant de chœur. Dans une vidéo de 2003 que nous avons récupérée dans les archives d’internet, on l’entend se déclarer « assoiffé du sang des ennemis ». Les ennemis étaient ceux qui avaient fait incarcérer les cheikhs salafistes après les attentats de 2003.

    Pourtant, c’est à Khattab, qui n’a jamais condamné le groupe État islamique – contrairement à Hajib, qui l’a fait en 2015 –, que le Maroc a récemment fait appel pour qu’il contredise le Maroco-Allemand devant le Comité contre la torture de l’ONU.

    Au vu de cette rocambolesque histoire, il est évident que le Maroc a un lourd contentieux avec Mohamed Hajib. Jusqu’au point, croit-on dans certains milieux bien renseignés, qu’il rend l’Allemagne coupable de ses propres déboires avec le Maroco-Allemand.

    Dans le dossier présenté par la fondation Alkarama aux Nations unies, on retrouve des éléments qui semblent indisposer puissamment les Marocains. Comme par exemple ces témoignages écrits de fonctionnaires de l’ambassade allemande de Rabat qui attestent avoir vu des traces de torture sur le corps de Hajib quand ils l’ont visité en prison. Des affirmations qui ont été plus tard corroborées par le rapport médical du légiste de Düsseldorf.

    À cela, il faut rajouter une décision de justice favorable à Hajib qui met à bas tout le montage des accusations contre le Maroco-Allemand. Le 15 janvier 2015, le tribunal administratif de Berlin concluait que « le ministère des Affaires étrangères n’est au courant d’aucune enquête [procédure] pénale en rapport avec une quelconque implication de ce dernier relative à des actes terroristes au Pakistan. »

    Ces témoignages et ces sentences judiciaires peuvent paraîtres anodins à l’observateur non averti. Pas à la police politique marocaine, qui voit comment l’homme qui lui a été signalé en 2010 par les Allemands comme étant un dangereux terroriste se retrouve aujourd’hui totalement blanchi par ses anciens accusateurs. De là à ce que les Marocains ne veuillent pas porter tout seuls le chapeau …

    Un message aux services secrets allemands

    C’est peut-être dans cette optique qu’il faut comprendre la drôle d’interview accordée à un obscur site marocain en Allemagne, Atlaskom.com par la consule générale du Maroc à Francfort, Bouthaina El Kerdoudi Koulali.

    Après avoir avancé des arguments largement démentis par les faits, comme cette histoire de détention à la frontière afghane alors qu’il est établi, cette fois-ci par un autre email du consulat allemand à Islamabad, daté du 11 janvier 2010, qu’il a été arrêté près de la frontière iranienne, Mme El Kerdoudi a voulu, semble-t-il, faire passer un message aux services secrets allemands.

    Le fait qu’elle réponde en anglais, même approximatif, et non en arabe littéral ni même en marocain signifie qu’elle visait un public particulier. Son insistance à évoquer la décision de la police allemande d’empêcher Hajib d’entrer en Allemagne en 2010 et de l’avoir expédié au Maroc ressemble fort à un avertissement.

    Ou à un appel au secours. Comme pour leur dire grosso modo : c’est vous, Allemands, en nous remettant Mohamed Hajib en 2010, en nous indiquant que vous le soupçonniez de terrorisme et en nous affirmant que vous alliez lui retirer la nationalité allemande, qui nous avez poussés à sévir contre lui. Mais maintenant, vous l’avez complétement dédouané et il s’est retourné contre nous.

    Par la voix de cette consule, une diplomate qui pourtant ne devrait pas évoquer des sujets politiquement sensibles, cette tâche étant l’apanage de l’ambassade à Berlin, les services secrets marocains souhaitent apparemment que leur demande d’extradition de Hajib soit exécutée par l’Allemagne sans trop de formalismes juridiques.

    Comme si ce pays, qui possède une justice très pointilleuse en matière de défense des droits fondamentaux de ses concitoyens, pouvait céder facilement, comme l’ont fait dans le passé la France et l’Espagne dans des affaires similaires (affaires Zakaria Moumni et Ali Aarrass), aux desiderata marocains.

    Middle Easy Eye, 04 mai 2021

    Etiquettes : Maroc, Allemagne, Mohamed Hajib, Zakaria Moumni, Ali Aarrass,

  • Maroc : Ali Aarrass, résident de Bruxelles, est enfin de retour à la maison

    « Ils ont mis ma tête dans un seau d’eau jusqu’à ce que je m’étouffe. J ‘ ai été violé à l’envers avec une bouteille. J ‘ ai subi des chocs électriques. » Depuis dix ans Ali Aarrass, un résident de Bruxelles emprisonné au Maroc, a été le visage de la campagne mondiale d’Amnesty International contre la torture. Aarrass insiste sur son innocence. Depuis l’été dernier, il est libre, ′′ et infiniment reconnaissant à tous ceux qui lui ont écrit. »

    On se retrouve à la Bourse et on continue en marchant. ′′ C ‘ est comme si j’avais soudainement atterri sur une autre planète, » a-t-il dit. ′′ Une planète avec seulement des gens sympas. C ‘ est tellement bizarre de voir tous ceux qui ont écrit des lettres, qui vous ont défendu, dans la vraie vie après toutes ces années. Tenez-vous bien à eux pour une fois, mais malheureusement ce n’est pas encore possible. ′′

    Après toutes les informations qui viennent du Maroc depuis 2009 sur son sort, Ali Aarrass (58 ans) semble étonnamment courageux. Il a une longue histoire de boxeur et servi dans l’armée belge. Il peut supporter beaucoup de choses. ′′ Les cicatrices des brûlures de cigarettes disparaissent, » dit-il. ′′ Les autres ne le font pas. Et ce que c’est dans votre tête, de traverser tout cela et de réaliser que les gens qui font ça sont spécialement formés pour ça, je ne peux expliquer. ′′

    Ali Aarrass a vécu à Bruxelles pendant 29 ans. Il a d’abord dirigé une boutique de souvenirs, puis un kiosque à journaux à Molenbeek. En 2004, il a décidé de revenir à Melilla, l’esclave espagnol près de la ville marocaine de Nador, où se trouvent ses racines.

    ′′ Quand les agents de Guardia Civil m’ont contacté dans la rue le 1 avril 2008, je m’attendais à un client. Ils ont fait croire qu’il était lié à une amende de circulation. La première question était : ′′ Qui sont vos amis ? ′′ Je l’ai trouvé un peu bizarre, ça semblait menaçant. J ‘ ai dit que je n’avais qu’un seul vrai ami, mon père. Ils se sont moqués de moi. Après, j’ai réalisé qu’ils me suivaient depuis longtemps. Le soir, j’ai été traduit devant un juge. Il a dit que je devais être transféré à Madrid. Voilà, j’ai été mis en isolement. Après un certain temps, j’ai été mené devant Baltasar Garz ón. ′′ \ n
    Il était le magistrat qui a attaqué Augusto Pinochet et Silvio Berlusconi, et qui voulait poursuivre George W. Bush pour les tortures subies à Guant ánamo.

    ′′ À la demande du Maroc, il a également enquêté sur les attaques de Casablanca (contre les centres touristiques le 16 mai 2003). Il m’a confronté à toute une série de noms qui ne signifiaient rien pour moi. Il m’a demandé qui je connaissais au Maroc. J ‘ ai dit : ′′ Personne du tout. » Je n’y ai jamais vécu. Je suis né à Melilla et je sais pour un fait que l’enclave est vue avec soupçon par le Maroc. M. M. Garz ón a fait son travail correctement et a décidé que je ne devrais pas être poursuivi en justice. Cependant, je n’ai pas été libéré. Le Maroc a demandé mon extradition. Amnesty International L ‘ Espagne a lancé une action. Parce que le Maroc est un pays qui torture. ′′ \ n
    Grâce à d’autres détenus, les descriptions d’Aarrass des méthodes horribles de torture dont il a souffert ont atteint le monde extérieur.

    – Connaissez-vous l’origine des suspicions qui pendent sur vous ?

    ′′ Non, j’étais un pion sur un conseil diplomatique. Nous étions deux au départ. Avec moi, ils avaient récupéré un certain Mohamed el Bay, aussi à Melilla. Quelqu’un que je ne connaissais pas. Il a également été extradé vers l’Espagne et a passé plus d’un an et demi en prison là-bas. Il avait la nationalité hispano-marocaine, il est né en Espagne, tout comme moi. Moi, avec ma nationalité belgo-marocaine, j’ai été extradé. Ils viennent de le laisser partir.
    ′′ Quand j’ai appris que l’extradition devenait inévitable, j’ai fait une grève de la faim. Le premier d’une longue série. J ‘ ai été emmené à l’aéroport par des gens de la Croix-Rouge espagnole et transporté à Casablanca lors d’un vol régulier Royal Air Maroc le 19 novembre 2009. S ‘ ils avaient vraiment vu un terroriste en moi, ils ne le feraient pas. Je n’aurais pas pris un vol régulier, non ? D ‘ après tout ce qui m’est arrivé, il est clair que les gens que j’ai traités n’ont pas cru un mot de ce qui a été dit sur moi. Ils ne faisaient que exécuter les ordres. Après l’atterrissage, je ne suis même pas passé par la douane. J ‘ ai été poussé dans une voiture avec quatre agents des services secrets à l’intérieur. L ‘ un d’entre eux a dit : ′′ Maintenant tu es à ta place. J ‘ ai dit que j’étais belge. J ‘ ai reçu le premier coup de poing. Nous avons conduit à Rabat. Nous avons dû passer trois cabines à péage. À chaque cabine de péage, ils m’ont poussé la tête vers le bas. ′′

    – Toujours selon les normes marocaines, votre arrestation était-elle illégale ?

    ′′ Au moins, c’est ce que j’ai ressenti. En fin de compte, j’ai été bandé les yeux, donc je ne savais pas où j’avais fini. D ‘ abord, ils vous placent menotté par derrière sur une chaise très instable, de sorte qu’à un moment donné, vous vous cognez inévitablement la tête par terre. Alors vous l’avez fait vous-même, pour ainsi dire. Puis les questions ont commencé. Qui es-tu ? Combien de sœurs et frères avez-vous ? Et tout d’un coup, ′′ Où cachez-vous les armes ? » Pendant quatre jours, ils n’ont pas arrêté de répéter cette question. J ‘ avais une barre de fer entre les jambes. Ils ont mis ma tête dans un seau d’eau jusqu’à ce que je m’étouffe. J ‘ ai été violé à l’envers avec une bouteille. J ‘ ai eu des chocs électriques. Leur objectif évident était une confession. ′′

    – Qu ‘ est-ce que, selon les autorités marocaines, vous avez fait aussi?

    ′′ Inventer un scénario est une chose très différente de celle de l’avouer. Je ne pouvais plus supporter la douleur. Après quatre jours, j’ai mentionné l’adresse de ma tante qui vit près de la frontière avec Melilla. Ils ont commencé à enquêter, en disant, » C ‘ est vrai, il a une tante qui vit là-bas. » Ils ont commencé à fouiller toute la maison, et j’ai dû aller avec eux. J ‘ ai été soudainement traité d’une manière agréable. À partir des données sur le tableau de bord de la voiture que nous conduisions, j’ai réalisé que cela faisait quatre jours. Je n’avais aucune idée du jour ou de la nuit. Cette histoire sur ma tante m’a fait gagner du temps. Je savais aussi qu’il y avait au moins sept heures de route. »

    – Comment ont-ils réagi quand ils n’ont pas trouvé d’armes ?

    ′′ Ça a ravivé tout. Et dans la commissaire, le téléphone sonnait tout le temps. Je les ai entendus dire : ′′ Oui, patron, patron, patron compris. » Avec respect, chef. J ‘ étais déshabillé, ils me coinçaient une matraque dans les fesses. Ils m’ont énervé. Ils ont tiré des balles dans ma tête. Ils ont dit : ′′ Si tu ne nous montres pas la vraie cachette maintenant, on va te tirer dessus. » J ‘ ai dit : ′′ Vas-y. Je ne connais aucune cachette. Ils m’ont ensuite assommé. J ‘ ai ensuite imaginé un autre scénario, avec le même résultat. ′′

    – N ‘ avez-vous pas reçu d’aide du consulat belge à ce moment-là ?

    ′′ Ils n’ont rien fait du tout. Pour eux, j’étais ′′ juste ′′ un marocain. Finalement, j’ai été condamné sur la base de mes ′′ aveux. » D’ abord à quinze, puis à douze. Et je les ai servis. Jusqu’au dernier jour. Dans la prison de Salé notamment. Ils ont continué à me torturer là-bas. Parce que ma sœur, le comité Free Ali et Amnesty International ont continué à faire du bruit. Ils ont continué à écrire des lettres. Je serai reconnaissant à votre journal d’avoir publié jusqu’à la fin de ma vie les dessins animés que j’ai mis en fraude grâce à mes collègues détenus. C ‘ est ce qu’ils voulaient arrêter : l’attention, la critique d’Amnesty. Leur idée, je pense, était : ′′ Un jour, ça s’arrêtera tout seul. » Je suis bien conscient d’être privilégié. Au moins 2,000 personnes ont été arrêtées à la suite des attentats de Casablanca, dont des centaines ont été traités comme moi. Qu ‘ est-ce qui leur est arrivé ? »

    – Vous avez été libéré au milieu de la première fermeture du Maroc.

    ′′ C ‘ était déjà un point de contestation. On m’a dit en prison qu’ils ne pouvaient pas me libérer à cause du Coronavirus. Il y avait à ce moment là une dame marocaine qui connaissait le comité Free Ali et qui m’a proposé de m’accueillir. Elle est venue me chercher dans sa voiture. Je suis resté avec sa famille pendant trois mois parce qu’il n’y avait pas de vol. Jusqu’à ce que soudainement j’ai reçu un message : vous pouvez venir sur un vol pour Paris. J ‘ y croyais seulement quand on était dans l’air. Puis j’ai réalisé. Je n’ai eu que des bonnes personnes à remercier pour ça. À la générosité désintéressée. ′′

    Comment vivez-vous maintenant ?

    ′′ Quelque chose que je n’aurais jamais imaginé allait m’arriver. Du CPAS (Les Centres Publics d’Action Sociale ont pour mission de garantir que toutes les conditions de vie sont en conformité avec la dignité humaine). Toute ma vie, j’ai toujours travaillé, très volontiers. Maintenant je cherche du travail tous les jours mais pas facile. ′′

    Par Douglas De Coninck, du journal De Morgen, 17 février 2021.

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  • RTBF : Ali Aarrass dénonce les tortures au Maroc : « Avec ces techniques, ils finiront toujours pour avoir gain de cause »

    Ali Aarrass nous a donné rendez-vous dans son petit appartement, à Bruxelles.

    C’est là qu’à 59 ans désormais, l’homme refait petit à petit sa vie, auprès de sa femme Houria, et de sa fille Amina. Une reconstruction pas à pas, après 12 années de privations, d’emprisonnement, et d’épisodes de torture affirme-t-il. Douze années passées à purger sa peine dans les prisons marocaines.

    Hanté par ses souvenirs, Ali Aarrass ressasse encore sa disparition au monde.

    « Les conditions de détention en isolement sont très très dures à accepter surtout pour un innocent, dit-il. Et le plus dur, c’est d’être entre ces quatre murs, je vous parle surtout du Maroc, et toutes vos doléances, toutes vos demandes, sont bafouées ; là vous vous sentez abandonné. »

    Car Ali Aarrass clame surtout son innocence, et cela depuis son arrestation en Espagne.

    Son histoire judiciaire débute pour le grand public le 1er avril 2008. En vacances chez son père qui habite dans l’enclave espagnole de Melilla, il est arrêté à la demande des autorités marocaines. Ce Belgo-marocain est accusé de trafic d’armes, pour le compte d’une organisation terroriste djihadiste. Il va être extradé, puis condamné au Maroc 15 ans de prison, ramenés à 12 ans en 2012.

    Extradé, malgré un non-lieu

    Il passera plus d’un an et demi en prison à Madrid. La justice espagnole va enquêter sur ses activités présumées, et le juge Baltasar Garzon va conclure à un non-lieu… Ali Aarrass va tout de même être extradé, les autorités marocaines modifiant leurs charges à son encontre.

    Amer, Ali Aarrass sait bien aujourd’hui que c’est cette décision du gouvernement espagnol de répondre positivement à la demande d’extradition, qui déterminera le reste de sa vie : « S’il y a quelqu’un à qui je devrais en vouloir, c’est le gouvernement espagnol et à José Luis Zapatero (premier ministre socialiste espagnol à cette époque, ndlr), un gouvernement complice avec le Maroc, ajoute Ali Aarrass : « Et quand on parle du Maroc, on parle du Roi Mohamed VI, et le directeur général de la sûreté marocaine, Abdellatif Hammouchi. Ils sont les responsables de ce massacre, et des tortures abjectes qui m’ont été faites. »

    Absence de soins médicaux, de nourriture comestible, « on était dans un zoo », raconte-t-il.

    Mais surtout, Ali Aarrass dénonce : les aveux sur lesquels s’est basée sa condamnation au Maroc, les seuls éléments fournis publiquement, auraient été forcés, obtenus sous la torture.

    Aveux et tortures

    Il raconte avoir subi des maltraitances pendant quatre jours, à son arrivée dans un centre de détention de la DST (Direction générale de la surveillance du territoire) , le centre de Temara. « Ils ont l’habitude de torturer, de massacrer, et ce n’est qu’après qu’ils te posent des questions. Les scènes de tortures sont horribles, abominables, inhumaines. On ne peut pas dire que ce sont des aveux, parce qu’à force de torture, après quatre jours, quand je n’ai pas cessé de leur dire que je n’avais rien à voir avec ces accusations, et ces armes qu’ils cherchaient, je me suis dit il faut que j’invente quelque chose. Ce ne sont pas des aveux… C’est impossible de résister, avec ces techniques, ils finiront toujours pour avoir gain de cause. »

    A ces souvenirs, Ali Aarrass faiblit, ses yeux s’emplissent de larmes. « Temara, c’est un centre secret, un centre pénitentiaire secret qui est là spécialement pour torturer les citoyens et les citoyennes marocaines. Au moment où j’étais sous la torture, j’ai entendu les cris d’une femme… C’était horrible… C’était horrible de voir une femme crier et eux, ils étaient en train de rigoler. Pour moi ils étaient en train de la violer… C’est connu ils font ça avec plein de gens, d’innocent pour en tirer des aveux. Le centre de Témara c’est un centre où l’on torture… Est-ce qu’on peut dire que c’est un Etat de droit, un Etat démocratique ? »

    Plus tard, d’autres éléments vont être interpellants dans ce dossier. Une vidéo montrera Ali Aarras, le dos marqué de coups, dans une cellule de la prison marocaine de Salé 2. Cette vidéo aurait été tournée par un gardien, en 2012, elle sera diffusée par la famille et les avocats d’Ali Aarras en 2015.

    RTBF, 24 mars 2021

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