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  • No se descarta una tercera guerra mundial: ¿qué impacto tendría?

    No se descarta una tercera guerra mundial: ¿qué impacto tendría? – Argelia, África, mundo, Rusia, Ucrania, China, Corea
    No hay que descartar una tercera guerra mundial: ¿qué consecuencias tiene para Argelia, África y el resto del mundo?

    Por Djamel SAADI

    Serguei Lavrov, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, ha planteado por primera vez la idea de una tercera guerra mundial. Por supuesto, el campo de operaciones militares se centrará principalmente en Europa. Sin duda, habrá efectos colaterales para los países cercanos al continente europeo y Argelia está a sólo unos cientos de kilómetros de las costas del sur de los países europeos.
    ¿Debemos preocuparnos por esto? Ciertamente, porque si esta tercera guerra se desata, no perdonará a ningún país, empezando por el ámbito económico, donde nuestro país, socio importante del continente europeo, se verá afectado. El petróleo y el gas que vende Argelia van directamente a Europa. Nuestras exportaciones de no hidrocarburos, que están empezando a subir a un nivel nunca antes alcanzado, se verán debilitadas. En definitiva, es toda nuestra estructura comercial interna y externa la que se verá afectada. Hay, en efecto, motivos de preocupación.

    Independientemente de esta guerra continental, existe un peligro permanente para nuestro país en el lado de su frontera occidental, porque nada dice que una vez lanzada esta guerra en Europa, la tentación de este vecino belicoso, Marruecos, no se convierta en un objetivo, el de atacar a nuestro país, sabiendo que la agitación geopolítica que entonces existirá será propicia para una intervención militar. Por tanto, este anuncio de Lavrov debe tomarse muy en serio y Argelia debe estar preparada para cualquier eventualidad, porque nuestro país es ahora objeto de maniobras cuyo objetivo está fuera de toda duda.

    El desplazamiento de los conflictos regionales hasta ahora más o menos controlados ampliará el espectro de una globalización de la guerra. Se trata del Magreb, y más aún del Sahel, donde seguramente se producirá una extensión de los combates que tienen lugar actualmente en Malí a Chad, Níger y toda África Occidental. Los logros europeos en África se verán afectados y esto inducirá sin duda una respuesta de Francia, cuyos intereses están bien establecidos.

    Los rusos, que ya están presentes en Malí, querrán ampliar su presencia en la región y se enfrentarán a los franceses. No cabe duda de que habrá alianzas en ambos bandos y esto no hará más que degenerar en una situación de extensión de la guerra que sacudirá a Europa a todo el continente africano, ya que al este del mismo se está gestando un conflicto de hace unos meses entre Egipto y Etiopía por la construcción de una segunda gran presa en el Nilo.

    En este polvorín compartido por países altamente inestables como Sudán, Somalia y Eritrea, la tentación de anular las resoluciones de la ONU se convertirá en un hecho y será incontrolable porque la ONU se parecerá entonces a la Sociedad de Naciones que no pudo evitar el estallido de la Segunda Guerra Mundial. ¿Se detendrá ahí? Ciertamente no, porque en el continente asiático está China, y esta segunda potencia económica mundial se verá seriamente impactada económicamente por esta guerra que se originará en Europa, de donde Pekín extrae la mayor parte de su crecimiento, pero también en África. ¿De qué lado estará entonces China? Desde luego, no del lado de Occidente, liderado militarmente por Estados Unidos, el gran enemigo de Pekín. Una alianza estratégica entre Rusia y China para enfrentarse a Occidente será inevitable. La relativa neutralidad observada hasta ahora por este gigante asiático dejará de existir y la tentación de resolver definitivamente el problema de Taiwán será más fuerte que nunca. Lo mismo ocurre con Corea del Norte, que sólo espera la oportunidad adecuada para enfrentarse a su viejo enemigo, Corea del Sur.

    Inevitablemente, la guerra se trasladará al Pacífico, como ocurrió en la Segunda Guerra Mundial, con la diferencia de que esta vez Estados Unidos tendrá que enfrentarse a dos superpotencias, una en Europa y otra en Asia, y ambas poseen armas nucleares en abundancia. De hecho, lo que se está preparando a escala planetaria es un terremoto global. No habrá ganadores en esta tercera guerra mundial, sino sólo perdedores con terribles consecuencias que afectarán a todo el mundo.

    Aujourd’hui l’entreprise, 30/04/2022

    #Ucrania #Rusia #Europa #Argelia #Corea #China #Guerra

  • Ribera pide trasferir gas a Marruecos : El nyet argelino

    Ribera pide trasferir gas a Marruecos : El nyet argelino – España, Argelia, gaseoducto Magreb-Europa,

    Energía: El desvío de gas argelino a través de España hacia un tercer destino podría suponer un incumplimiento del contrato

    Cualquier encaminamiento de gas natural argelino entregado a España, cuyo destino no sea el previsto en los contratos, será considerado como un incumplimiento de los compromisos contractuales y, en consecuencia, podría dar lugar a la rescisión del contrato que vincula a Sonatrach con sus clientes españoles, dijo el miércoles el Ministerio de Energía y Minas en un comunicado.

    El Ministro de Energía y Minas, Mohamed Arkab, ha sido informado « hoy, por correo electrónico, por su homóloga española, Dña. Teresa Ribera, de la decisión de España de autorizar la explotación, en flujo inverso, del Gaseoducto Magreb-Europa (GME). Según el ministro español, esta operación se llevará a cabo hoy o mañana », dice el comunicado.

    A tal efecto, añade la misma fuente, el Ministerio de Energía y Minas quiere precisar que cualquier desvío de « cantidades de gas natural argelino entregadas a España, cuyo destino no sea otro que el previsto en los contratos, será considerado como un incumplimiento de los compromisos contractuales y, en consecuencia, podría dar lugar a la rescisión del contrato que vincula a Sonatrach con sus clientes españoles ».

    Horizons, 27/04/2022

    #España #Marruecos #Argelia #gas #Gaseoducto_magreb_europa

  • Por qué el conflicto de Ucrania ha sellado el del Sáhara

    Por qué el conflicto de Ucrania ha sellado el del Sáhara

    Por qué el conflicto de Ucrania ha sellado el del Sáhara – España, Marruecos, Argelia, Sahara Occidental, Ucrania, Rusia, Europa, Estados Unidos, Vladimir Putin,

    Por Ilya U. Topper*
    La guerra entre Rusia y Ucrania obliga a Europa a acercarse a Marruecos y a enterrar el contencioso del Sáhara Occidental
    ¿Por qué ahora? se han preguntado muchos, tras ver la carta del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez. “España considera que la propuesta marroquí de autonomía presentada en 2007 como la base más seria, creíble y realista para la resolución de este diferendo”. Traducido: Madrid está preparándose para seguir el ejemplo de Estados Unidos y reconocer el Sáhara Occidental como parte del reino marroquí. ¿Por qué ahora? Con el conflicto del Sáhara congelado desde hace treinta años, ¿por qué no dejarlo otros treinta, a ver si desaparece solo? No es un conflicto especialmente costoso para Europa: los 10 millones de euros que Bruselas transfiere al año en ayuda humanitaria son calderilla, al igual que los 5,5 millones que añade la AECID española. A eso se añaden 60 millones de dólares anuales para los cascos azules de la Minurso, que patrulla el territorio no se sabe muy bien para qué, pero eso lo paga Naciones Unidas. Al igual que los 20 millones anuales en comida para los 130.000 refugiados saharauis en Tinduf a través del Programa Mundial de Alimentos y otros 44 millones mediante el ACNUR. Unos 140 millones de dólares al año. Nada. Lo que cuesta una batería de 24 misiles Iskander como los que Rusia lanza en Ucrania cada día.

    Son precisamente esos misiles en Ucrania los que han encendido las alarmas en Europa. Porque tanto está quedando claro: la guerra con Rusia ha venido para quedarse. Incluso si Ucrania se convierte para el régimen de Putin en lo que fue Afganistán para la Unión Soviética, una sangría económica y psicológica que acaba por arruinar la nación, el proceso probablemente dure años. Salvo que una especie de golpe palaciego en Moscú intente salvar los muebles, es decir las finanzas de los oligarcas, apartando a Putin del poder antes de la bancarrota, lo que se avecina es una nueva guerra fría. Como la de antes. Y en época de guerra fría, los conflictos congelados se recalientan.
    El propio conflicto del Sáhara, o mejor dicho su estatus de cuestión internacional, fue un clásico producto de la guerra fría. Por supuesto había factores locales de sobra: para Marruecos, la aspiración de incorporar por fin un territorio que durante siglos solo había considerado parte teórica del reino, además de la pesca, que ya fue manzana de discordia entre España y Portugal en Tordesillas, y unas minas de fosfato de propina. En el otro bando, el rechazo rotundo del Frente Polisario de aceptar la bandera de un régimen que en 1958 había traicionado al movimiento anticolonialista saharaui tras años de apoyo y lo había dejado a merced de las ametralladoras de la operación franco-española Teide / Écouvillon. Hay cosas que no se perdonan.

    Pero ninguno de los dos bandos estaba solo. Rabat podía contar desde los años sesenta con millones de dólares, cohetes antitanque y hasta cazas de Estados Unidos, pensados para defenderse contra Argelia, en la órbita soviética, que recibía un volumen de ferretería aún mucho mayor desde Moscú. El Frente Polisario era un peón en este juego, de haber ganado, la extensa pero casi despoblada república saharaui se habría convertido en un protectorado de Argelia y su costa en el punto ideal para establecer esa base naval sin hielos que la Marina soviética buscaba como el santo grial por los mares del mundo. O eso, al menos, temía Washington. Darle a Rabat todo el apoyo que necesitaba para evitar que ocurriese era parte esencial de su política exterior.

    La disolución de la Unión Soviética debería haber puesto fin a esta lógica de bloques, dando paso a una salida negociada. A la independencia, porque todos los implicados sabían que ese iba a ser el resultado del referéndum que se negoció y que Rabat nunca permitió. Hubo unos años en el que Washington podría haber optado por impulsar esta salida para crear un Estado satélite en su propia órbita, pero renunció a intentarlo. Quizás por respeto a París, que no puede cambiar de aliado en el Magreb. Argelia, por otra parte, tampoco tuvo interés en retirar su apoyo al Frente Polisario, seguía siendo una herramienta para perjudicar a su vecino y sempiterno rival, ya que mantener el control policial y militar sobre el territorio saharaui es una sangría económica, diplomática y democrática para Marruecos. Una bola que arrastra el país y que ralentiza su desarrollo.

    También ralentiza el desarrollo de Argelia: según el digital Algeriepart, el Gobierno argelino desvía cada año de su presupuesto unos 1.300 millones de dólares hacia las estructuras del Frente Polisario para permitir el funcionamiento de lo que reconoce como República Árabe Saharaui Democrática (RASD). Ni usted, lector, se cree que esto se debe al espíritu noble de una cuadrilla de generales argelinos comprometidos con los ideales de la libertad de los pueblos (salvo el suyo propio). En geopolítica, pagar conflictos siempre se hace a cambio de algo.

    Política de Washington
    Donald Trump, experto en pegar patadas a las cosas que los demás políticos no quieren menear, fue el primero en encontrarle una nueva utilidad al conflicto saharaui: reconoció oficialmente la soberanía marroquí a cambio de que Rabat estableciera relaciones diplomáticas con Israel. A Joe Biden le pareció práctico; no retiró ese reconocimiento al igual que no volvió a llevarse la embajada estadounidense de Jerusalén a Tel Aviv, y ahí sigue en la web oficial la dirección (“En proceso de apertura”) del consulado estadounidense en Dajla. No era un capricho de Trump: es política de Washington.
    Por fin, debieron de decirse en París, donde siempre han preferido el elegante silencio para enmascarar su resuelto apoyo a Rabat, salvo Jacques Chirac, que en 2001 utilizó el término “las provincias del sur de Marruecos” para el Sáhara. En enero pasado, Alemania dio un paso al frente: el presidente, Frank-Walter Steinmeier, envió una carta al rey marroquí asegurando que consideraba el plan de autonomía para el Sáhara parte de los “esfuerzos serios y creíbles de Marruecos” y “una buena base para un acuerdo”, una fórmula casi idéntica a la española, salvo el superlativo.

    Pero Alemania pinta poco en el conflicto. Es España quien es no solo el guardián moral del Sáhara sino, sobre todo, el ama de llaves de la relación entre la Unión Europea y Marruecos. Muy a su pesar; recibe todas las pullas que lanza Rabat para avanzar sus intereses en el tablero internacional, ya sea una oleada de migrantes dirigida contra Ceuta —un truco que ha copiado de Erdogan, y que funciona solo porque la Unión Europea aún mantiene una absurda política de limitar la inmigración en lugar de fomentarla, como pide el mercado laboral— , ya sea un cierre de fronteras de Ceuta y Melilla. Y no es fácil responder con la misma moneda bloqueándole las vías de comercio a Marruecos: los camiones que transitan de Tánger a Algeciras van en gran parte a Francia.

    El plan de Europa
    Así estábamos cuando Rusia pegó un puñetazo en la mesa de Ucrania. Y alguien en Bruselas debió de mirar el mapamundi colgado en la pared. Europa tiene tres puertas, aparte el siempre abierto Atlántico. Una da al este: ahí está Moscú y detrás, toda Asia. La otra es al sureste y da paso a Oriente Medio, de Irán a Arabia. Durante siglos se llamaba la Sublime Puerta; hoy tiene un portero de modales menos sublimes, experto en chantajear a Bruselas con oleadas de migrantes. La tercera da al sur, y detrás está África entera.

    No podemos estar peleados con los tres porteros a la vez, se han dicho en Bruselas. Si Putin cierra una puerta, Mohamed VI debe abrir una ventana. De momento, desde luego, África no es un mercado interesante para la Unión Europea, ni un proveedor esencial en volumen de mercancías. De momento. Si hay que prepararse para un largo invierno ruso, no vendrá mal interesarse por el continente, antes de que China se haga con el monopolio. O la propia Rusia. Porque Rusia está en ello, desde Mali a Mozambique. El mundo ha empezado otra carrera por África, 140 años después de la primera.

    La primera estafeta la perdió Francia en febrero pasado, cuando Mali le pidió retirar sus fuerzas y se alineó con Moscú. Pero la meta está más al sur: Nigeria tiene las novenas reservas de gas en el mundo. No son nuevos los planes de llevarlo a Europa mediante un gasoducto que cruce Níger y Argelia, y podemos pensar que ahora mismo más de un despacho está contratando a ingenieros para evaluar costes y trayectos. Pero un gasoducto a través de un desierto con países sumidos en regímenes corruptas, golpes de Estado, mafias de tráfico de migrantes y milicias yihadistas no es lo que necesita Europa. Europa necesita una África, o al menos la mitad norte de África, estable y pacífica, en pleno desarrollo económico y consumidora de bienes europeos. Si puede ser, con derechos humanos y democracia, aunque eso quizás sea pedir mucho: Rusia y China no lo piden. Se hará lo que se pueda.

    El cebo de Rabat
    Para llegar a esa África, el plan de Mohamed VI que muchos han tildado de alcázar real en el aire, quizás no sea tan descabellado: un gasoducto desde Nigeria a Cádiz, pasando a lo largo de toda la costa africana, conectando doce países. El primer tramo, de 600 kilómetros, ya está construido, a través de Benín y Togo hasta Ghana. Faltan otros 5.000 kilómetros. Por supuesto costaría el doble del gasoducto transahariano —se habla de 25.000 millones de dólares frente a 13.000 millones— pero debería tener un efecto secundario importante: el aprovisionamiento energético y el desarrollo económico de todos los países por los que pasa.

    Eso, al menos, es lo que se promete Rabat. Lleva una década invirtiendo en diplomacia, comercio y negocios al sur de sus fronteras. Aún es un mercado menor: el continente recibe solo un 7,7 por ciento de las exportaciones marroquíes —menos que las Américas, con un 11 por ciento— pero esto es una proporción netamente mayor que la de cualquier otro país europeo: España y Francia exportan menos del 2 por ciento de sus productos a África subsahariana. Esto es algo que cambiará con una África occidental más próspera, más desarrollada, más proclive a gastar en casa en lugar de caer en la red de estafas y apostar todo lo ahorrado a la ruleta mortal de la emigración.

    La vía hacia esa África futura pasa por Marruecos. En concreto pasa por Guerguerat, un puesto perdido en la frontera entre Sáhara Occidental y Mauritania. En la práctica, entre Marruecos y Mauritania, salvando una decena de kilómetros bajo mando del Frente Polisario. Es la única arteria para el tráfico rodado que conecta Tánger con el resto del continente. Fue aquí donde arrancó en noviembre de 2020 la última ronda de tensiones bélicas: Rabat se dispuso a asfaltar el tramo fuera de su control para facilitar el paso de los camiones y el Frente Polisario montó protestas, es uno de los pocos puntos donde puede aún recordar que el conflicto no está resuelto y no se puede simplemente ir adelante con el negocio como si nada pasara.

    Si Europa quiere abrir una ventana a África, y ya está tardando en hacerlo, necesita resolver este conflicto. Con Rusia colocando sus peones y sus mercenarios en África Occidental, no puede ya mantener el statu quo en la esperanza de que el problema desaparezca solo. Un conflicto en el Sahel, con una población desesperada, con toda una generación educada en la exaltación del guerrero valiente, el fusil, la bandera, el muerte o libertad, es un peón demasiado fácil de aprovechar. Cuando se enfríe la guerra en Ucrania, no sería raro que se caliente en el Sáhara.
    Ni todo el oro de Moscú puede dar la victoria al Frente Polisario: estamos otra vez donde hace cuarenta años. Pero puede minar con explosivos una de las dos puertas que tiene Europa al sur. De París a Berlín y Madrid se habrán dicho que para prevenirlo, lo más eficaz es seguir la estela de Estados Unidos y reintegrar Marruecos a una alianza firme, con el Sáhara incluido.

    Por supuesto también se podría prevenir de otra manera, dirán ustedes: primero otorgar la independencia al territorio saharaui y acto seguido formar una Unión Magrebí, con Marruecos, Sáhara Occidental, Mauritania, Argelia y Túnez como países miembros, copiando el modelo europeo. Sin duda sería lo más justo. Probablemente habrían dicho lo mismo en los años ochenta en Euskadi y en Irlanda del Norte: si de todas formas vamos hacia una Unión Europea y se abolirán las aduanas, ¿por qué no dejar que cada región elija su bandera y su asiento en la ONU? Pregunten en Madrid y Bilbao, en Londres y en Dublin, por qué no ocurrió.


    No ocurrirá tampoco en el Sáhara, tanto podemos vaticinar. Puestos a elegir entre los dos hermanos enemigos, Europa ya ha decidido: Marruecos es la puerta a África, Argelia es solo un proveedor de gas. Y el gas no está en peligro; Argel no lo cortará, porque de eso vive. Nueve de cada diez dinares que ingresa el país vienen de los hidrocarburos.
    La misma estrategia tiene lugar, desde luego, en la puerta sureste: hasta en Atenas han dicho ya que con Putin ante portas no es momento de enfadarse con Ankara. Al contrario, hay que reforzar lazos con Turquía, facilitar que se arregle por fin con Israel, al menos para poder construir el gasoducto que traerá el fluido del Mediterráneo oriental a través de Anatolia a Europa. Hay que evitar las confrontaciones y solo mantener en silencio la esperanza de que las próximas elecciones, dentro de un año, traigan a algún personaje más sublime a la Puerta. Puede ocurrir.

    Esa esperanza no la hay en Marruecos: las dinastías tienen ciclos más largos y la genética de la sangre azul es aún más impredecible que la voluntad popular. Pero al menos, con la puerta abierta podrá entrar algo de aire fresco.

    *Periodista de vocación desde sus inicios en un diario local de Cádiz, Ilya U. Topper ha pasado por diversas ONG andaluzas y madrileñas antes de aventurarse como ‘freelance’ por ambos extremos del Mediterráneo, desde el Marruecos de su infancia al Iraq de la posguerra. Aprendió el periodismo de profundidad en la redacción de La Clave, donde dirigía Internacional durante tres años, sólo para regresar en 2010 como corresponsal a Estambul, donde sigue trabajando. Es además cofundador y editor de la revista digital M’Sur, que se publica desde 2008, una apuesta de una veintena de periodistas españoles por un periodismo de calidad en el ámbito mediterráneo.

    El Confidencial, 23/04/2022

    #SaharaOccidental #Marruecos #España #Argelia #UnionEuropea #UE #Ucrania #Rusia #Gas #Africa

  • EEUU matiza su posición sobre el Sáhara Occidental.

    EEUU matiza su posición sobre el Sáhara Occidental.

    EEUU matiza su posición sobre el Sáhara Occidental – España, Marruecos, Argelia, autonomía, Estados Unidos, ONU, Staffan de Mistura,

    Estados Unidos sigue abierto a diferentes opciones para el futuro del Sáhara Occidental, mientras que Marruecos, que reclama la soberanía sobre el territorio en disputa, intenta conseguir un mayor apoyo internacional de sus vecinos europeos.
    Marruecos está buscando apoyo para una propuesta que presentó en 2007 y que ofrecería una autonomía limitada a través de un gobierno descentralizado en el Sáhara Occidental, con poderes fiscales y presupuestarios, pero con las relaciones exteriores, la seguridad y la defensa en manos de Rabat.

    La propuesta fue rechazada por el movimiento independentista saharaui, el Frente Polisario, que exige la plena independencia de Marruecos.
    La administración del presidente estadounidense Donald Trump reconoció la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental a finales de 2020 a cambio del reconocimiento oficial del reino a Israel. Esta postura fue confirmada por el sucesor de Trump, Joe Biden, concretamente por la vicesecretaria de Estado estadounidense, Wendy Sherman, durante una visita de cinco días a Marruecos y Argelia en marzo de este año.

    Sin embargo, Washington ha matizado esta posición.

    « Seguimos viendo el plan de autonomía marroquí como algo serio, creíble y realista, y como un enfoque potencial para satisfacer las aspiraciones del pueblo del Sáhara Occidental », dijo a EURACTIV una fuente de la embajada estadounidense en Madrid.

    El funcionario añadió que Estados Unidos está « plenamente comprometido diplomáticamente, en apoyo de la ONU y con nuestros socios internacionales, para fortalecer un proceso político creíble, dirigido por la ONU, que conduzca a una resolución sostenible y digna ».

    Paralelamente, Rabat ha ejercido una intensa presión sobre los países europeos vecinos, con cierto éxito.

    El mes pasado, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, emitió una carta en la que apoyaba los planes de Marruecos de dar una autonomía limitada al territorio en disputa del Sáhara Occidental.

    Se trata de una « pequeña parte de un acuerdo más amplio con Marruecos » que incluye un acuerdo sobre migración y la gestión de los enclaves españoles de Ceuta y Melilla, según declaró a EURACTIV Isaías Barrenada Bajo, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Complutense de Madrid.

    La medida de España se produce después de que las relaciones con Marruecos alcanzaran un nuevo mínimo en mayo de 2021, cuando España dio acceso al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, a un tratamiento hospitalario, negando inicialmente los hechos a Marruecos.

    Marruecos tomó represalias abriendo sus fronteras a la isla de Ceuta, donde llegaron unos 10.000 inmigrantes en pocos días.

    Según Bajo, España debe controlar su frontera y apoyarse en un vecino que « ha utilizado a los inmigrantes como arma ».

    « El segundo tema es un viejo asunto entre España y Marruecos, vinculado a los dos pequeños enclaves territoriales españoles en el norte de Marruecos, Ceuta y Melilla », añadió. Ambos territorios son geográficamente sensibles y « una importante fuente de actividad económica en la región ».

    Bajo cree que estos dos puntos explican en parte la decisión de Sánchez. Sin embargo, señaló que el contenido de la carta del 18 de marzo « no era totalmente nuevo ».

    « No creo que sea exactamente un cambio de posición, sino una declaración oficial de que España apoya la iniciativa marroquí. Desde 2007, el gobierno español [ha] apoyado discretamente la propuesta. Pero ahora se ha explicitado.

    « Para Marruecos, por supuesto, es un tema muy importante. Pero para España, las dos cuestiones anteriores son más importantes que [el conflicto del Sáhara Occidental] ».

    Marruecos también es importante para España « en términos de cooperación económica y antiterrorista », dijo a EURACTIV Aldo Liga, investigador del centro MENA en el Instituto Italiano de Estudios de Política Internacional (ISPI). Las autoridades marroquíes, añadió, están orgullosas de su política antiterrorista, que Rabat utiliza como « palanca adicional ante la UE ».
    Una carta con « errores sorprendentes

    Explicando la posición española sobre el Sáhara Occidental, Bajo dijo que hay « dos fuentes de información ». « El primero es el [comunicado] del Gabinete Real marroquí, que por primera vez habló de la vuelta a la normalidad » con España.

    « La otra fuente, la carta española, es muy extraña. Porque hay muchos errores en ella. No es una carta oficial.

    El Sr. Bajo se refiere al contenido y a la forma, más que a las faltas de ortografía.

    « Llaman al Ministerio de Asuntos Exteriores Ministerio de Asuntos Europeos », dijo, señalando que en España no existe tal ministerio.

    Tras la carta, Sánchez visitó Marruecos y el reino reconfirmó su compromiso de controlar sus fronteras y no reclamar Ceuta y Melilla.

    Por estas razones, el Sr. Bajo considera que lo que está ocurriendo « es una violación del derecho internacional, porque ésta no es la forma convencional de resolver un problema de descolonización ».

    Bajo califica la propia propuesta marroquí como « un ultimátum » más que « el resultado de una negociación », y añade que « España está apoyando políticamente una propuesta unilateral, y creo que ha cerrado su capacidad de mediación ». [Ha pasado de ser parte de la solución a ser parte del problema.

    La posición de España, explicada

    El diputado socialista europeo Juan Fernando López Aguilar declaró a EURACTIV que « la carta del presidente Pedro Sánchez al rey de Marruecos [indicaba] que la oferta marroquí es seria y creíble ». Pero esto no significa que España haya reconocido la soberanía de Marruecos sobre estas tierras ».

    López Aguilar dijo que la posición de Sánchez significa que el « principio de un acuerdo mutuamente aceptado entre dos partes » sigue vigente y que España no ha ignorado las reivindicaciones independentistas de los representantes saharauis.

    Según Aguilar, el plan de Marruecos podría conducir a un « acuerdo duradero y sólido y a una solución pacífica de esta situación ».

    El eurodiputado cree que, después de 50 años, era necesario un gesto significativo para resolver el contencioso y argumentó que el principal sentido de la carta de Sánchez era « relanzar la comunicación bilateral con el Reino de Marruecos » en buenos términos.

    Mientras tanto, el Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores, el ex diplomático español Josep Borrell, dijo el 21 de marzo que la carta de Sánchez no está en contradicción con la posición de la UE sobre el Sáhara Occidental.

    « La solución debe venir de un acuerdo entre las partes en el marco de la resolución de la ONU. Esta es la posición europea, y por lo que he leído en la carta enviada por España, no la contradice », dijo.

    Reacciones de Argelia y el Polisario

    La publicación de la carta del Sr. Sánchez ha provocado un aumento de las tensiones en la región.

    Argelia, que apoya al Frente Polisario independentista, retiró a su embajador de Madrid en señal de protesta, 24 horas después de la publicación de la carta. El Polisario suspendió finalmente los contactos diplomáticos con España el 10 de abril.

    « Se trata de una decisión unilateral que no se ajusta al derecho internacional y que rompe con el consenso de la política exterior española de los últimos 46 años », declaró a EURACTIV el jefe de la delegación del Frente Polisario en Madrid, Abdulah Arabi.

    « Es muy grave que un país como España, potencia administradora de derecho del Sáhara Occidental, se incline por un agresor e invasor como Marruecos y sitúe a España al margen de la legalidad internacional, con lo que se excluye de cualquier posibilidad de desempeñar un papel que pueda ayudar al Enviado Especial de la ONU para el Sáhara Occidental y, además, condiciona su labor al apoyar a Marruecos en contra de las resoluciones de la ONU », dijo Arabi.

    Describió la carta como « el resultado de la presión permanente y constante de Marruecos, principalmente a través de los flujos migratorios », que llega « en un momento muy turbulento en la región ». Las relaciones entre Argelia y Marruecos se han deteriorado aún más mientras « hay una guerra abierta en el Sáhara Occidental ».

    López Aguilar, por su parte, cree que se trata de una respuesta a la « presión híbrida [que] se ha ejercido sobre España como extensión de toda Europa, no sólo por parte de Marruecos, sino también de Argelia, y de Libia ».

    « Ellos, por supuesto, juegan en el plano geopolítico, ejerciendo mucha presión. Argelia es el principal proveedor de gas de España e Italia. [Así que han aprovechado la oportunidad para aumentar la presión que podría ejercer [Argelia].
    La oposición española

    Miguel Urbán Crespo, eurodiputado del partido Anticapitalistas, dijo a EURACTIV que no ha habido ningún cambio real en la política exterior del gobierno español. « Lo que ha ocurrido ahora es que la hipocresía permanente ha llegado por fin a su fin: el gobierno español pone por escrito lo que hace y ha hecho siempre en la práctica con el Sáhara Occidental ».

    « Una vez más, el Sr. Sánchez ha dado prioridad al control de las fronteras y al fortalecimiento del régimen autocrático marroquí sobre la legalidad internacional o el pueblo saharaui », añadió.

    Según explicó el Sr. Crespo, la operación española no podía llevarse a cabo « sin asegurarse antes una alternativa al gas argelino », ya que el restablecimiento de las buenas relaciones con Marruecos debilita a su vez los vínculos de España con Argelia.

    Por: Eleonora Vasques | EURACTIV.com | traducido por Arthur Riffaud

    Fuente : Euractiv, 20/04/2022

    #SaharaOccidental #Marruecos #España #FrentePolisario #EstadisUnidos #ONU #Staffan_de_Mistura

  • Segundo año de guerra en el Sahara Occidental

    Tags : Sahara Occidental, Marruecos, Frente Polisario, Argelia – Segundo año de guerra en el Sahara Occidental

    La guerra en el Sáhara Occidental entra el sábado en su segundo año consecutivo, después de que el Reino de Marruecos rompiera el alto el fuego con el Frente Polisario, tras la agresión militar llevada a cabo el 13 de noviembre de 2020 por las fuerzas de ocupación en la zona de amortiguación de El-Guerguerat, en el suroeste de la última colonia de África.

    El alto el fuego, que entró en vigor el 6 de septiembre de 1991 para poner fin a un conflicto militar de más de 16 años entre el Frente Polisario, que lucha por la independencia del Sáhara Occidental, y Marruecos, fue finalmente roto el 13 de noviembre del año pasado por Rabat. Las fuerzas marroquíes atacaron a civiles saharauis que habían acudido a exigir el cierre de una brecha ilegal erigida en la zona de amortiguación de El-Guerguerat, en violación de la tregua.

    La agresión de El-Guerguerat, que fue, según los responsables saharauis, la culminación de la obstinación de Marruecos y su desafío a la comunidad internacional durante casi treinta años, sumió al territorio saharaui en una guerra que se demostró con el paso de los meses en gran medida en desventaja de Marruecos, y que provocó una protesta internacional. Es también una operación que constituye una flagrante violación del acuerdo militar nº 1 firmado entre el Frente Polisario y el Reino de Marruecos, bajo la supervisión de las Naciones Unidas, en virtud de la Resolución 690 del Consejo de Seguridad de 1991 para la organización de un referéndum de autodeterminación del pueblo saharaui.

    Así, la situación vuelve a ser tensa en el Sáhara Occidental. Y el Frente Polisario anunció, el día del lanzamiento de la agresión marroquí, el fin de su compromiso con el alto el fuego. « La guerra ha comenzado », dijo Mohamed Salem Ould Salek, jefe de la diplomacia de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD).

    « Marruecos ha liquidado el alto el fuego », denunció en reacción a la operación militar lanzada por Marruecos en la zona tampón de El-Guerguerat, en el extremo suroeste de la antigua colonia española, cuyo estatus aún no está definido. Desde el 13 de noviembre de 2020, Marruecos ha sufrido las pérdidas humanas y materiales infligidas por el ejército saharaui, que publica diariamente, desde la reanudación de las hostilidades, comunicados en los que indica los lugares que ha atacado con su fuego, mientras que el ejército de ocupación adopta una política de bloqueo mediático.

    Una « fuente marroquí informada » llegó a decir hace unos días a la AFP que seis soldados de las Fuerzas Reales Marroquíes (FAR) habían muerto por fuego saharaui.

    Marruecos en une situación embarazosa

    La decisión del Frente Polisario de reanudar la lucha armada para liberar los territorios saharauis ocupados ha enturbiado las cartas del Reino de Marruecos, que se encuentra actualmente « en un aprieto », según los expertos en seguridad. Desde el 13 de noviembre, el régimen marroquí también ha sufrido muchos reveses, especialmente tras la « normalización », un mes después, de sus relaciones con Israel a cambio del reconocimiento por parte del expresidente estadounidense Donald Trump de la supuesta « soberanía » del Reino sobre el Sáhara Occidental.

    Marruecos creía que esto era un hecho y que los países aumentarían su adhesión a este régimen, pero no es así. El gobierno de Biden ha dicho que apoya un proceso político « creíble » en el Sáhara Occidental, que será dirigido por las Naciones Unidas para lograr la estabilidad en la región.

    Además, todas las organizaciones internacionales no reconocen la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, incluidas la Corte Internacional de Justicia (CIJ) y el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). Este último había reconocido en 2016 y 2018 que Marruecos y el Sahara Occidental son dos territorios « distintos » y « separados ».

    Y a finales de septiembre, el Tribunal de la Unión Europea anuló dos acuerdos de pesca y agricultura que vinculaban a Marruecos con la Unión Europea (UE) y que se extendían al Sáhara Occidental ocupado, lo que constituye una nueva bofetada a Rabat y una victoria triunfal del pueblo saharaui. Sin embargo, los esfuerzos por alcanzar una solución justa, duradera y mutuamente aceptable se están estancando, especialmente después de que el Consejo de Seguridad votara una resolución para prorrogar el mandato de la Minurso (Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental), que fue fuertemente criticada y considerada parcial por varios miembros del Consejo de Seguridad.

    Los saharauis califican así la resolución de « fracaso », ya que no contiene medidas prácticas para garantizar la plena aplicación del mandato para el que se creó la Minurso en virtud de la resolución 690 (1991) del Consejo de Seguridad.

    Toda la responsabilidad de este fracaso se atribuye al Consejo de Seguridad que « no movió un dedo para hacer frente al impacto de la violación marroquí del acuerdo de alto el fuego como si no hubiera pasado nada grave », según las recientes palabras del representante del Frente Polisario y coordinador con la Minurso, Sidi Mohamed Omar.

    Así, Sidi Mohamed Omar descartó por el momento « un nuevo alto el fuego » mientras el ocupante marroquí siga intentando imponer el statu quo de la colonización por la fuerza en los territorios ocupados de la República Saharaui.

    La atención se centra ahora en el nuevo enviado personal del SG de la ONU, el italo-sueco Staffan de Mistura, que tomó posesión de su cargo el 1 de noviembre, aunque, para el Frente Polisario, el nombramiento de un nuevo enviado « no es un fin en sí mismo », ya que su papel es « facilitar un proceso de paz vigoroso y con plazos que conduzca al ejercicio libre y democrático por parte del pueblo saharaui de su derecho inalienable a la autodeterminación y la independencia ».

    En este contexto, se multiplican los llamamientos al abandono de las mesas redondas consideradas ineficaces y a la reanudación de un « diálogo directo » entre el Frente Polisario y Marruecos, única forma de lograr una solución justa y duradera a un conflicto que ha durado demasiado tiempo.

    APS

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    Reacción de Oxfam ante el primer aniversario del colapso del alto el fuego en el Sáhara Occidental

    Un año después del fracaso de una tregua de 29 años entre el Frente Polisario y Marruecos, Oxfam pide a todas las partes que reanuden inmediatamente las conversaciones de paz. La reciente escalada de violencia en el Sáhara Occidental amenaza la estabilidad regional y expone a los refugiados saharauis, que llevan más de 45 años varados en los campamentos del desierto argelino, a graves consecuencias.

    Oxfam se congratula del tan esperado nombramiento en octubre del nuevo Enviado Personal de la ONU para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura, y hace un llamamiento a la comunidad internacional para que apoye activamente el proceso de paz liderado por la ONU y para que incluya a la sociedad civil, especialmente a las organizaciones de mujeres y de jóvenes.

    Al renovar el mandato de la MINURSO, el Consejo de Seguridad de la ONU reafirma su compromiso con una solución política justa, duradera y mutuamente aceptable, que garantice la autodeterminación del pueblo del Sáhara Occidental de acuerdo con la legalidad internacional, respaldada por múltiples resoluciones adoptadas por el Consejo de Seguridad y la Asamblea General de la ONU.

    Oxfam en Argelia ha estado trabajando en los campamentos de refugiados saharauis junto con las organizaciones locales asociadas desde el comienzo de la crisis en 1975. Cada día vemos cómo las comunidades sufren y pierden la esperanza en su futuro al fracasar los esfuerzos por una paz inclusiva y sostenible. En la actualidad, los índices de desnutrición aumentan y el 94% de los más de 173.000 refugiados saharauis dependen de la ayuda humanitaria para satisfacer sus necesidades básicas, como el acceso a los alimentos, el agua y una vivienda digna. Después de abandonar a los refugiados saharauis durante demasiado tiempo, es hora de que la comunidad internacional se ponga al lado de los refugiados saharauis y garantice la protección de sus derechos, su dignidad y su futuro.

    OXFAM, 12/11/2021

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    Sahara Occidental: Las minas y la berma, un obstáculo para la paz

    ALGIERS – La berma construida por Marruecos en los años 80, ampliada y rodeada de miles de minas colocadas tras la reanudación de la lucha armada en el Sáhara Occidental, constituye un obstáculo para los esfuerzos de paz y un verdadero peligro para la vida de los civiles saharauis, pero también para toda la región.

    El muro, que se extiende a lo largo de 2.700 km y tiene tres metros de altura, ha provocado el desplazamiento de las familias que viven a ambos lados del muro y ha afectado a la vida de los beduinos nómadas, que han perdido amplias zonas de pastoreo, fuente de alimento vegetal y acuático para su ganado.

    En este contexto, el responsable de la Asociación Saharaui de Víctimas de Minas, Aziz Haidar, declaró a APS que los miles de minas que las fuerzas de ocupación marroquíes han plantado a lo largo del nuevo muro construido en la zona de amortiguación de El Guerguerat, en el suroeste del Sáhara Occidental, representan un « peligro real » para la vida humana.

    Mientras que estas minas esparcidas por toda la zona han causado miles de muertos y heridos, la ONU ha expresado su temor por su propagación, mientras que el Frente Polisario, a través de la campaña internacional contra el muro de ocupación marroquí en el Sahara Occidental, condenó su « peligrosidad » por ser el mayor campo de minas del mundo, « que contiene 10 millones de minas de diversos tipos y tamaños (antipersonal y antitanque), además de grandes cantidades de restos explosivos de guerra y municiones de racimo ».

    En octubre de 2020, la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (Minurso) había reanudado sus acciones de desminado al este de la berma tras un paréntesis debido a la pandemia de Covid-19. Pero tras sólo cinco semanas de operaciones, las actividades se interrumpieron de nuevo debido a las hostilidades.

    Las minas y el muro, un peligro para toda la región
    En este sentido, un miembro de la Oficina de Coordinación de la Acción contra las Minas Saharaui, Ghaith al-Nah, explicó que el pueblo saharaui no conocía las minas durante el periodo colonial español, hasta la invasión marroquí del Sáhara Occidental, que provocó la primera víctima saharaui en 1975.

    « Cuando el ejército de ocupación marroquí se dio cuenta de que la victoria era imposible en 1980, construyó la berma y plantó minas a lo largo de toda ella », añadió, manteniendo que « todo el pueblo saharaui es víctima de estas minas, ya sea en el lado oriental o en el occidental de la berma ».

    Según el orador, la ocupación ha colocado unas 20 minas por cada individuo saharaui (fabricadas por 14 países y 125 empresas), subrayando que las minas y el muro no sólo afectan a los saharauis sino a todos los habitantes de la región, ya sea en Mauritania o en Argelia, y contribuyen a « obstaculizar los esfuerzos internacionales ».

    « Esto impide la consecución de la integración magrebí y el intercambio africano, por no hablar de la privación del pueblo saharaui de disfrutar de su riqueza, cultivar su tierra y explotar su agua », dijo el Sr. al-Nah.

    Según el funcionario, más de 2.500 saharauis han resultado heridos desde 1975 hasta hoy, y añadió que « estas cifras no incluyen el número de muertos por las minas, que sigue siendo desconocido ».

    Tras la ruptura del alto el fuego en noviembre de 2020, Marruecos construyó un nuevo muro en la zona de amortiguación de El Guerguerat, que se extiende desde la antigua berma hasta la frontera con Mauritania, en una distancia de unos 5 km.

    Plantó miles de minas y colocó alambre de espino para impedir que los saharauis entraran en la zona, que Marruecos utiliza como punto de paso para los camiones que transportan mercancías desde las zonas ocupadas.

    En este sentido, dijo que hay que hacer un gran esfuerzo para destruir las nuevas minas colocadas por el ocupante, recordando que el Frente Polisario había destruido anteriormente 20493 minas.

    Mientras que la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) ha mostrado responsabilidad y un fuerte compromiso con sus compromisos relacionados con la eliminación de minas y municiones sin explotar, Marruecos insiste en su negativa a firmar el « Tratado de Ottawa » sobre la prohibición del uso, almacenamiento, producción, transferencia y destrucción de minas antipersona, así como la Convención sobre Municiones en Racimo.

    El impacto de una escalada en la región
    En las ciudades saharauis ocupadas, cerradas a la prensa y a los observadores internacionales, la situación se ha deteriorado rápidamente debido a la represión a gran escala de los civiles saharauis por parte de las fuerzas de ocupación. En El Aaiún, Dajla y Esmara, así como en Bojador, se violan así los derechos más elementales de los saharauis.

    Antes de la reanudación de las hostilidades en el Sáhara Occidental, los expertos habían advertido de las graves repercusiones que podría tener cualquier escalada en la paz y la estabilidad de la región. También advirtieron del resurgimiento de una nueva crisis en una región sahelo-sahariana ya inestable.

    La expansión y la agresión marroquíes, que pretenden modificar las fronteras reconocidas internacionalmente, « son la causa de la guerra y la inestabilidad en la región del noroeste de África », según el Colectivo de Asociaciones de la Comunidad Saharaui en Francia y el Norte de Europa.

    Para el colectivo, la utilización de la brecha ilegal de El Guerguerat, para el saqueo ilegal de los recursos naturales del Sáhara Occidental, y la facilitación de la entrada de grandes cantidades de droga en el mercado africano, exponen a su juventud a los estragos de su consumo, y comprometen al mismo tiempo, no sólo el desarrollo de África sino también la construcción e integración del Magreb.

    Esta ruta de tráfico ilegal representa también « un peligro para Europa, por no hablar de los medios de chantaje al terrorismo y a la inmigración que ofrece a Marruecos ».

    APS, 12/11/2021

    #Sahara_occidental #Marruecos #Frente_Polisario #Argelia #Minas #Muro_de_arena #Muro_vergüenza

  • Der Spiegel : Entrevista de Tebboune (texto íntegro)

    Tags : Argerlia, Alemania, Francia, Marruecos, Sahara Occidental – Der Spiegel : Entrevista de Tebboune (texto íntegro)

    El presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboune, cerró recientemene el espacio aéreo de su país con Francia por su enfado ante un comentario de Emmanuel Macron. DER SPIEGEL ha hablado con Tebboune sobre la fractura diplomática, el camino de su país hacia la modernización y por qué los periodistas siguen encerrados en Argelia.

    La carretera que lleva al palacio presidencial de Argel serpentea hasta llegar a una barrera custodiada por guardias militares fuertemente armados. Detrás de ellos están los amplios terrenos del palacio, con edificios encalados, patios verdes y fuentes burbujeantes.

    Desde diciembre de 2019, el palacio está ocupado por Abdelmadjid Tebboune. Este hombre de 75 años llegó a la presidencia tras dos décadas de gobierno de Abdelaziz Buteflika, ese autócrata enfermizo y envejecido que, hacia el final de su reinado, dirigía el país desde una villa junto al mar, apoyado por los todopoderosos militares. Pero en la primavera de 2019, los argelinos estaban hartos del corrupto e incompetente Buteflika y se echaron a la calle por cientos de miles, provocados por el anuncio del presidente de que pretendía presentarse a un quinto mandato. El movimiento de protesta, que llegó a conocerse como Hirak, le obligó a dimitir ese mismo año. En las elecciones de diciembre, Tebboune fue el más votado.

    Sin embargo, la participación fue históricamente baja: sólo el 40%. Muchos de los que se habían unido al movimiento de protesta boicotearon las elecciones. Esperaban un intervalo más largo entre la dimisión de Buteflika y las nuevas elecciones, lo que habría dado a Hirak más tiempo para organizarse. Sin embargo, el ejército impulsó la votación, para la que sólo se certificaron cinco de los 23 candidatos, todos ellos producto de las arraigadas estructuras de poder del país.

    Argelia es un país clave para Europa, tanto desde el punto de vista estratégico como político. Las rutas migratorias pasan por el país, utilizadas por personas del África subsahariana y otras que desean llegar a Europa. Además, Argelia suministra gas natural a España y otros países europeos. El mayor país de África por superficie, Argelia comparte frontera con el norte de Malí, una región de descanso controlada por varios grupos, algunos de ellos islamistas, donde las tropas francesas y alemanas han sido objeto de repetidos ataques. Los otros vecinos del país son Libia, Túnez y Marruecos. Por ello, el gobierno de Argel desempeña un papel vital de mediador y de garante de la seguridad, cuando se decide a asumir esa tarea.

    Actualmente, Tebboune intenta reposicionar a su país en materia de política exterior, tratando de establecer vínculos más estrechos con nuevos socios como Estados Unidos, Italia y Alemania, en parte como forma de distanciar a su país de la antigua potencia colonial de Francia. En octubre, rompió las relaciones diplomáticas con París y supuestamente ya no recibe llamadas de la oficina del presidente francés Emmanuel Macron, con quien solía mantener un estrecho contacto. Soportar este tipo de crisis, dicen los allegados a Tebboune, forma parte de la nueva soberanía de Argelia.

    DER SPIEGEL: Señor presidente, en una conversación con jóvenes argelinos a finales de septiembre, el presidente francés planteó la cuestión de si Argelia había sido siquiera una nación antes de su colonización por Francia. En respuesta, usted rompió inmediatamente las relaciones diplomáticas. ¿Basta una sola frase para justificar semejante reacción?

    Tebboune: No se puede cuestionar la historia de un pueblo y no se puede insultar a los argelinos. Lo que se reveló allí fue el viejo odio que albergaban los amos coloniales, aunque sé que Macron está muy lejos de pensar de esa manera. ¿Por qué dijo eso? Creo que fue por razones de estrategia de campaña. Es el mismo discurso que desde hace tiempo persigue el periodista de extrema derecha Éric Zemmour: Argelia no era una nación, afirma, fue Francia la que la transformó en una nación. Con su comentario, Macron se colocó en el mismo bando que los que justifican la colonización.

    DER SPIEGEL: Pero hasta ese momento, usted se llevaba bien con Macron. Estaban involucrados en proyectos conjuntos, incluyendo una nueva mirada a la historia de sus naciones. ¿Lamentan la crisis actual?

    Tebboune: No me arrepiento. Macron reavivó un viejo conflicto de forma totalmente innecesaria. Cuando Zemmour dice algo así, ¿a quién le importa? Nadie le presta atención. Pero cuando un jefe de Estado afirma que Argelia no era una nación independiente, eso es muy grave. No seré yo quien dé el primer paso. Si no, perderé el apoyo de todos los argelinos. No se trata de mí, sino de un problema nacional. Ningún argelino aceptaría que yo iniciara un contacto con quienes nos insultan.

    DER SPIEGEL: El año pasado, el presidente francés encargó un informe a un historiador al que se le pidió que hiciera recomendaciones sobre cómo debería París tratar su historia colonial. ¿Qué esperaba de él, de Francia? ¿Una disculpa?

    Tebboune: Nuestro país no necesita una disculpa de Macron por algo que ocurrió en 1830 o 1840. Pero sí queremos un reconocimiento completo y sin reservas de los crímenes que Francia cometió. Y Macron ya lo ha hecho. En 2017, declaró públicamente que la colonización había sido un crimen contra la humanidad. Ya saben, los alemanes destruyeron un pueblo entero en Oradour-sur-Glane en 1944. Esa masacre se conmemora hasta hoy, y con razón. Pero en Argelia había decenas de Oradour-sur-Glanes. Los habitantes de innumerables aldeas fueron conducidos a cuevas, se les arrojó madera dentro y luego se les prendió fuego. La gente se asfixió horriblemente.

    DER SPIEGEL: ¿No hay indicios de que la crisis con Francia vaya a terminar pronto?

    Tebboune: No. Si los franceses quieren ahora viajar a Malí o a Níger, tendrán que volar durante nueve horas en lugar de cuatro. Aunque haremos excepciones para la recuperación de los heridos. Pero en todo lo demás, ya no tenemos que cooperar entre nosotros. Tal vez eso se haya acabado. No éramos subhumanos, no éramos un pueblo de tribus nómadas antes de que aparecieran los franceses.

     » Admiro mucho la resistencia de Angela Merkel y su modestia. Lamento mucho que ahora se vaya. « 

    DER SPIEGEL: En sus interacciones con otro país europeo, con Alemania, su tono ha sido mucho más conciliador. ¿Por qué? ¿Qué une a Argelia con Alemania?

    Tebboune: Los alemanes siempre nos han tratado con respeto. Nunca se han dirigido a nosotros con arrogancia y nunca ha habido desacuerdos en política exterior. Además, admiro mucho la resistencia y la modestia de Angela Merkel. Lamento mucho que ahora se vaya. Nunca olvidaré cómo me atendió personalmente cuando estuve en Alemania para recibir tratamiento médico. Alemania es un modelo para nosotros en muchos aspectos.

    DER SPIEGEL: Usted también está interesado en ampliar los lazos económicos con Alemania. ¿Qué espera del nuevo gobierno de Berlín, una vez que tome posesión?

    Tebboune: Para ser sincero, todo eso es posible. Me gustaría, por ejemplo, que construyéramos juntos un gran hospital en Argel. Un lugar que pueda atender todas las áreas especializadas de la atención médica, para todo el Magreb. Así, un presidente africano podría por fin recibir tratamiento en su propio continente en lugar de tener que viajar a Suiza. Estaríamos dispuestos a financiar la mayor parte de este proyecto. También hay un gran potencial en materia de energías renovables. Con la ayuda de Alemania, podríamos abastecer a Europa de energía solar.

    DER SPIEGEL: Hace dos años, usted prometió poner fin a la vieja forma de hacer las cosas e iniciar una nueva era en Argelia. ¿Hasta qué punto se ha hecho realidad?

    Tebboune: He eliminado los impuestos para todos los salarios inferiores a 30.000 dinares, unos 190 euros, al mes. He aumentado el salario mínimo. Las regiones rurales, hasta ahora muy olvidadas, están recibiendo una ayuda especial. Pero una de las tareas más importantes es la de inyectar nueva moral en la administración y la economía. Llevamos dos años luchando contra la corrupción.

    Tebboune pasó suficiente tiempo como parte del aparato de poder en Argel para saber los pocos escrúpulos que tenía Buteflika. A lo largo de varios años, el antiguo jefe de Estado transfirió miles de millones de dólares fuera del país. El nuevo gobierno sigue buscando por todo el mundo el dinero robado con la ayuda de empresas consultoras, en Estados Unidos, en Suiza y en otros países europeos. Al parecer, el nuevo gobierno también se ha incautado de grandes sumas de dinero en la propia Argelia, al menos eso es lo que afirman los allegados al presidente. Tebboune también ha anunciado numerosas reformas económicas. Pero, ¿cuántos de esos planes podrá aplicar realmente? ¿El Ministerio de las Empresas, que ha lanzado, es sólo un farol o es realmente un esfuerzo para cambiar las cosas en el país? ¿Y qué significa que el jefe del ejército aparezca en la televisión con la misma frecuencia que el presidente?

    DER SPIEGEL: Antes de que usted tomara posesión del cargo, los militares encerraron a miembros de alto rango del antiguo aparato de poder, incluido el hermano de Buteflika, Saïd, que posteriormente fue condenado. ¿Se produjeron más detenciones durante su mandato?

    Tebboune: Por supuesto. Actualmente estoy luchando contra la corrupción principalmente en los rangos inferiores. Lo que ocurrió a nivel gubernamental fue un despilfarro imperdonable de las riquezas de este país. Son los ciudadanos los que deben pagar por la corrupción cotidiana. Pero eso se ha acabado. Nunca más alguien tendrá que presentar un billete en un ayuntamiento para obtener un nuevo pasaporte.

    DER SPIEGEL: ¿Es realmente posible cambiar sin más un sistema y unos hábitos arraigados a lo largo de varias décadas?

    Tebboune: Se empieza por lo fundamental. Tuvimos que reconstruir completamente el Estado. Antes teníamos lo que yo llamaría un Estado informal. Traje a mucha gente de la economía privada al gobierno. El portavoz del Gobierno solía ser un moderador de televisión; el hombre que ahora dirige el Ministerio de Startups formó parte del movimiento de protesta de 2019. Actualmente estamos renovando por completo la oficina de auditoría. Estamos persiguiendo a los evasores de impuestos. Y hemos acordado una nueva constitución que otorgará más derechos a los ciudadanos.

    DER SPIEGEL: Y sin embargo, la gente en Argelia está más asustada que nunca por la represión del Estado y tiene miedo de expresar sus opiniones. En su país se detiene a los periodistas. ¿No es usted sólo la fachada civil de una continuación del régimen militar?

    Tebboune: El pueblo argelino sabe que eso no es cierto. Fui yo quien nombró al jefe del ejército. Además de presidente, también soy ministro de Defensa. Los servicios secretos del país están bajo mi control y ya no pertenecen a los militares. Esa es la nueva realidad en Argelia, apuntalada por la Constitución: una acción segura de sí misma en lugar de dependencias.

    DER SPIEGEL: ¿Cuál es el actual equilibrio de poder entre el ejército y el presidente?

    Tebboune: Se lo diré. El jefe del ejército, que está bajo mi mando, recibió una orden mía de modernizar el ejército. Más allá de eso, él tiene bastante con la delicada situación de nuestras fronteras. Yo soy el líder político. Nadie desempeñará esa responsabilidad en mi lugar. Fui yo quien ordenó el cierre del espacio aéreo argelino para los vuelos militares franceses. También fui yo quien hizo lo mismo con los aviones marroquíes. Pero es imposible deshacerse de la imagen que el mundo tiene de Argelia como Estado militar.

    DER SPIEGEL: Hay un pasaje en la nueva constitución que permite a Argelia enviar soldados al extranjero. ¿Piensa enviar sus propias tropas a Malí?

    Tebboune: Ahora se nos puede pedir ayuda. La ONU puede recurrir a nosotros, o la Unión Africana. Si los malienses se encontraran ante un ataque inminente, intervendríamos si nos lo pidieran. Pero nuestros soldados son argelinos que tienen familia. No los enviaré a la muerte para defender los intereses de otros. Ya han muerto suficientes argelinos en el pasado. La gran cuestión en Malí es cómo se puede reunificar el país. Argelia, en cualquier caso, nunca aceptará la partición de Malí.

    DER SPIEGEL: Francia no es el único país con el que tiene problemas. También ha cerrado el espacio aéreo argelino a su vecino Marruecos. ¿Por qué?

    Tebboune: Los marroquíes quieren dividir Argelia. Su representante en la ONU expresó su apoyo al movimiento independentista en una parte de nuestro país, la Cabilia. Nadie, ni siquiera el rey, rectificó sus comentarios. Al final, cortamos las relaciones.

    DER SPIEGEL: Pero ustedes apoyan al Frente Polisario, que busca la independencia del Sahara Occidental. Marruecos reclama ese territorio como propio. ¿Por qué lo hace?

    Tebboune: Estamos a favor de que los saharauis decidan su propio destino. Sólo que Marruecos no nos sigue el juego. Hay algo que me molesta en la percepción pública de los dos países. En Marruecos, el rey es rico, pero la tasa de analfabetismo sigue siendo del 45%. Aquí, es sólo del 9%. Europa imagina erróneamente a Marruecos como una bella postal, pero a nosotros nos ven como una especie de Corea del Norte. Sin embargo, somos un país extremadamente abierto.

    Y sin embargo, muchos jóvenes argelinos, incluso familias enteras, abandonan el país y cruzan el Mediterráneo hacia Europa. Las lanchas rápidas parten de Orán, en el oeste del país, y se cree que están bajo el control de organizaciones mafiosas. El gobierno trata de evitar el tema de la migración ilegal siempre que puede. No hay cifras oficiales sobre los emigrantes, y es peligroso que los periodistas argelinos publiquen las estadísticas de migración recogidas por España. Algunos de ellos, dice un periodista que pidió que no se publicara su nombre, han sido incluso detenidos por publicaciones en Facebook. Un clima de miedo, dice el periodista, se ha vuelto a extender por el país.

    DER SPIEGEL: ¿El hecho de que tantos argelinos abandonen el país no es una condena a su liderazgo?

    Tebboune: No es la situación económica lo que lleva a nuestros jóvenes a Europa. Es el sueño de una vida en Europa. Nadie debe pasar hambre en Argelia. Entre los que se han ido hay muchos médicos y abogados. Pero, por favor, no lo olvidemos: También hay un gran número de argelinos que obtienen visados para viajar a París y Marsella, y luego vuelven a casa después de dos semanas.

     » La libertad de prensa no cubre la producción de Fake News ni permite el vilipendio del propio país. « 

    DER SPIEGEL: Pero muchos ya no creen que usted lleve realmente la democracia al país. Han detenido a periodistas. ¿Es esa la nueva Argelia que usted prometió en su día?

    Tebboune: Hay periodistas encarcelados en Francia y también en Estados Unidos. ¿Por qué no iba a haberlos en Argelia? Aquí tenemos 180 diarios y hay 8.500 personas que trabajan como periodistas en el país. Pero cuando dos o tres de ellos son condenados con razón, la gente dice: oh, están encerrando a sus periodistas. La libertad de prensa no ampara la producción de Fake News ni permite el vilipendio del propio país. En los casos en los que se cruzan estas líneas rojas, el poder judicial debe actuar.

    DER SPIEGEL: ¿Diría entonces a todos sus escépticos que va en serio lo de transformar Argelia?

    Tebboune: El Hirak, el levantamiento, ha terminado. Ahora yo soy el Hirak. El levantamiento fue un movimiento nacional, no un conjunto de grupos disidentes. He declarado el 22 de febrero, fecha en la que comenzaron las protestas en 2019, como fiesta nacional porque este movimiento puso fin al deterioro de nuestro país. Tal vez recuerde las imágenes que muestran a un pueblo resistente con un sentido de la libertad bien desarrollado, similar al de Cuba, Vietnam y otros países revolucionarios.

    DER SPIEGEL: Señor Presidente, le agradecemos esta entrevista.

    Der Spiegel, 09/11/2021

    #Argelia #Alemania #Marruecos #Sáhara_Occidental #Francia #Macron

  • Bouteflika: Francia intenta saldar cuentas con Argelia respaldando a Marruecos (Wikileaks)

                                  Sahara Occidental, Marruecos, Argelia, Marruecos, Wikileaks


    Abdelaziz Bouteflika & Frances Townsend


    Francia jamás aceptó la independencia argelina e intenta saldar cuentas con Argelia respaldando a Marruecos, estimó en 2007 el presidente argelino Abdelaziz Buteflika, según un cable diplomático estadunidense revelado por Wikileaks.

    Los franceses, por el peso de su historia colonial en el Magreb, son incapaces de tener un rol constructivo en el conflicto del Sáhara Occidental, estimó Buteflika en un encuentro con Frances Fragos Townsend, consejera del presidente estadunidense George W. Bush para temas de seguridad.
    Sobre el Sáhara Occidental, si pudiese resolver el problema lo haría, aseguró. Pero no puedo hablar en nombre de los saharauis, añadió. Lo que hace falta es que Marruecos y el Polisario encuentren una solución y pueden hacerlo con la ayuda de los estadunidenses, habría dicho el presidente argelino.
    Según otro documento fechado en 2008, tras un encuentro con un diplomático estadunidense, Buteflika juzgó que en vez de tratar el tema de manera elegante aceptando una independencia del Sáhara Occidental que habrían podido controlar o supervisar, los marroquíes deseaban en realidad un Anschluss (cierre final a la situación), como Sadam Husein con Kuwait. En noviembre de 2009 el presidente argelino criticó al rey de Marruecos, Mohamed VI. No es abierto y le falta experiencia, habría dicho, aunque parece que aprecia a su hermano, Mulay Rachid, con quien afirma haber platicado agradablemente en un encuentro en Sevilla, España, según otro cable estadunidense.
    En cuanto a los marroquíes, de acuerdo con los documentos difundidos, las críticas contra Argelia son legión. En Argel, explican responsables marroquíes en junio de 2009 al enviado especial del secretario general de la ONU, Christopher Ross, el poder está aún en las manos de generales dogmáticos, petrificados con la idea de un plan de autonomía para el Sáhara presentado por Rabat. Las relaciones entre Argel y Rabat son tensas, en particular por el conflicto del Sáhara Occidental, antigua colonia española que fue anexada por Marruecos en 1975.
    Marruecos propone a los saharauis un plan de autonomía bajo su soberanía, pero niega toda posibilidad de independencia.