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  • Iran-Arabia : El acuerdo agita el tablero en Oriente Medio

    Tags : Arabia Saudi, Irán, Estados Unidos, Oriente Medio, Yemen, Líbano, Israel, Siria, China, Rusia,

    El acuerdo con mediación china trastorna la diplomacia en Oriente Medio y deja de lado a Estados Unidos

    El acuerdo negociado en Pekín para restablecer las relaciones entre Arabia Saudí e Irán supuso, al menos temporalmente, una reordenación de las alianzas y rivalidades habituales, dejando a Washington al margen.

    WASHINGTON – Por fin hay una especie de acuerdo de paz en Oriente Medio. No entre Israel y los árabes, sino entre Arabia Saudí e Irán, que han estado enfrentados durante décadas. Y no con la mediación de Estados Unidos, sino de China.

    Se trata de uno de los acontecimientos más importantes y turbulentos que nadie podría haber imaginado, un cambio que hizo girar cabezas en las capitales de todo el mundo. Las alianzas y rivalidades que han regido la diplomacia durante generaciones se han visto alteradas, al menos por el momento.

    Los estadounidenses, que han sido los actores centrales en Oriente Próximo durante los últimos tres cuartos de siglo, casi siempre los que estaban en la sala donde sucedían las cosas, se encuentran ahora al margen en un momento de cambio significativo. Los chinos, que durante años sólo desempeñaron un papel secundario en la región, se han transformado de repente en el nuevo actor de poder. Y los israelíes, que han estado cortejando a los saudíes frente a sus mutuos adversarios de Teherán, se preguntan ahora dónde les deja esto.

    Amy Hawthorne, subdirectora de investigación del Project on Middle East Democracy (Proyecto para la Democracia en Oriente Medio), una organización sin ánimo de lucro de Washington, afirma: « No hay forma de evitarlo: es un gran problema ». « Sí, Estados Unidos no podría haber negociado un acuerdo de este tipo ahora mismo con Irán específicamente, ya que no tenemos relaciones. Pero en un sentido más amplio, el prestigioso logro de China la sitúa en una nueva liga diplomática y eclipsa cualquier cosa que Estados Unidos haya podido lograr en la región desde que Biden llegó al cargo ».

    La Casa Blanca del presidente Biden ha celebrado públicamente el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Arabia Saudí e Irán y no ha expresado ninguna preocupación manifiesta por el papel de Pekín en el acercamiento entre ambos países. En privado, los ayudantes de Biden sugirieron que se estaba dando demasiada importancia a este avance, burlándose de las sugerencias de que indicaba una erosión de la influencia estadounidense en la región.

    Y, según analistas independientes, seguía sin estar claro hasta dónde llegaría realmente el acercamiento entre Arabia Saudí e Irán. Tras décadas de competencia, a veces violenta, por el liderazgo en Oriente Medio y en el mundo islámico en general, la decisión de reabrir las embajadas cerradas en 2016 representa solo un primer paso.

    No significa que los suníes de Riad y los chiíes de Teherán hayan dejado de lado todas sus profundas y viscerales diferencias. De hecho, es concebible que este nuevo acuerdo de intercambio de embajadores ni siquiera se lleve a cabo finalmente, dado que se puso un cauteloso calendario de dos meses para concretar los detalles.

    La clave del acuerdo, según dijeron los saudíes a los estadounidenses, era el compromiso de Irán de poner fin a nuevos ataques contra Arabia Saudí y reducir el apoyo a los grupos militantes que han tomado como objetivo el reino. Irán y Arabia Saudí han librado una devastadora guerra por poderes en Yemen, donde los rebeldes Houthi alineados con Teherán han combatido a las fuerzas saudíes durante ocho años. El año pasado, una tregua negociada con el apoyo de las Naciones Unidas y la administración Biden detuvo en gran medida las hostilidades.

    La ONU calculó a principios del año pasado que más de 377.000 personas habían muerto durante la guerra a causa de la violencia, el hambre o las enfermedades. Al mismo tiempo, los Houthis han disparado cientos de misiles y drones armados contra Arabia Saudí.

    Arabia Saudí llevaba años buscando una suspensión de las hostilidades con Irán, primero mediante conversaciones mantenidas en Bagdad que finalmente no llegaron a ninguna parte. Funcionarios de la administración Biden dijeron que los saudíes les informaron sobre las conversaciones en Pekín, pero los estadounidenses expresaron su escepticismo de que Irán cumpla sus nuevos compromisos.

    El príncipe heredero Mohammed bin Salman, el líder de facto de Arabia Saudí que tenía fuertes lazos con el presidente Donald J. Trump y ha ayudado a asegurar 2.000 millones de dólares en financiación para la firma de inversión creada por Jared Kushner, el yerno del expresidente, ha estado jugando un intrincado juego diplomático desde que Biden llegó al cargo.

    En una ocasión, Biden prometió convertir a Arabia Saudí en un Estado « paria » por orquestar el asesinato de Jamal Khashoggi, columnista saudí de The Washington Post residente en Estados Unidos. Pero el año pasado accedió a regañadientes a visitar el reino mientras intentaba bajar los precios del gas, elevados en parte por la invasión rusa de Ucrania.

    En su intento de suavizar las relaciones con los saudíes, Biden fue objeto de duras críticas por un publicitado choque de puños con el príncipe heredero, a quien la CIA consideró responsable del asesinato y descuartizamiento de Khashoggi.

    Pero Biden y su equipo se enfurecieron cuando, en su opinión, los saudíes incumplieron posteriormente el acuerdo no anunciado alcanzado durante esa visita y frenaron la producción de petróleo el pasado otoño para mantener elevado el precio del gas. En ese caso, los funcionarios estadounidenses creyeron que el príncipe Mohammed se estaba poniendo del lado del presidente ruso Vladimir V. Putin, y Biden amenazó con « consecuencias » no especificadas, pero luego se echó atrás sin imponer ninguna.

    Ahora el príncipe heredero recurre a los chinos. « Algunas personas en el golfo ven claramente que éste es el siglo chino », dijo Steven A. Cook, investigador principal de estudios sobre Oriente Medio en el Consejo de Relaciones Exteriores. « Los saudíes han expresado su interés en unirse a la Organización de Cooperación de Shanghai y buena parte de su petróleo va a China ».

    El Sr. Cook comparó la táctica del príncipe Mohammed, conocido por sus iniciales M.B.S., con el planteamiento del presidente Gamal Abdel Nasser de Egipto, que durante la Guerra Fría intentó enfrentar a Estados Unidos y la Unión Soviética. « En realidad no funcionó tan bien como Nasser esperaba », dijo Cook. « Podría salirle el tiro por la culata ».

    Daniel C. Kurtzer, ex embajador en Israel y Egipto, ahora en la Universidad de Princeton, dijo que la dinámica cambiante representada por el pacto mediado por China sigue planteando un desafío a la administración Biden cuando ésta preferiría centrarse en otra cosa.

    « Es una señal de la agilidad china para aprovechar cierto enfado dirigido a Estados Unidos por parte de Arabia Saudí y un poco de vacío allí », dijo. « Y es un reflejo del hecho de que los saudíes y los iraníes han estado hablando durante algún tiempo. Y es una desafortunada acusación a la política estadounidense ».

    China unió a Arabia Saudí con Irán en un momento en que Israel ha esperado que Estados Unidos la uniera con Arabia Saudí. Tras haber establecido relaciones diplomáticas con otros Estados del Golfo, Emiratos Árabes Unidos y Baréin, durante los últimos días de la administración Trump en lo que se denominaron los Acuerdos de Abraham, Israel desea ansiosamente hacerlo también con Arabia Saudí. Tal movimiento marcaría un cambio fundamental en el estatus de Israel en su vecindario hostil desde hace mucho tiempo, efectivamente el final de generaciones de aislamiento por parte del mundo árabe.

    Pero los saudíes han pedido más de lo que Washington está dispuesto a dar. A cambio de abrir lazos formales con Israel, los saudíes han pedido a Estados Unidos garantías de seguridad, ayuda para desarrollar un programa nuclear civil y menos restricciones en la venta de armas.

    Los funcionarios de la Administración consideran excesivas estas peticiones, pero las ven como una oferta inicial que podría conducir a la normalización. Mientras tanto, el equipo de Biden ha contribuido a lograr avances entre las dos naciones, como la apertura del espacio aéreo saudí a todos los aviones civiles israelíes.

    Si bien sus esfuerzos diplomáticos ayudaron a calmar las hostilidades en Yemen, la administración Biden no ha logrado revivir un acuerdo nuclear con Irán negociado en 2015 por el presidente Barack Obama y posteriormente abandonado por el Sr. Trump. Dos años de diplomacia se han estancado y la agencia de vigilancia de la ONU dice que Irán ahora tiene suficiente uranio altamente enriquecido para construir varias armas nucleares si lo desea, aunque aún no ha perfeccionado una ojiva.

    Obstaculizado por las sanciones estadounidenses, Irán ha intensificado sus relaciones con Rusia y ahora con China. Teherán ha proporcionado a Rusia los aviones no tripulados que tanto necesita en su guerra de Ucrania, lo que le convierte en un socio más importante que nunca para el Moscú de Putin.

    Al recurrir a Pekín para mediar con los saudíes, Irán está elevando a China en la región y tratando de escapar del aislamiento impuesto por Washington. E Israel ve evidentemente frustradas sus esperanzas de una coalición antiiraní con Arabia Saudí.

    Los funcionarios de la administración Biden afirman que Irán está sometido a una presión real y sufre profundas dificultades económicas debido a las sanciones estadounidenses. Pero eso tampoco significa que China, uno de los signatarios del acuerdo nuclear original, quiera que Irán tenga un arma nuclear. Si Pekín tiene una nueva influencia en Teherán, los funcionarios estadounidenses esperan que quizá pueda utilizarla para frenar las ambiciones nucleares de Irán.

    No obstante, para muchos políticos estadounidenses veteranos resulta desconcertante ver que China desempeña un papel tan destacado en una región en la que lleva años haciendo incursiones.

    « Este es el último recordatorio de que la competencia es mundial », dijo Mara Rudman, vicepresidenta ejecutiva de política del Center for American Progress y ex enviada a Oriente Medio de Obama. « No se limita en absoluto al Indo-Pacífico, como tampoco se limita únicamente a la economía, la seguridad o el compromiso diplomático ».

    Estados Unidos sigue teniendo cartas clave en Oriente Próximo, con amplios vínculos comerciales, militares y de inteligencia con la mayoría de los actores críticos de la región. Tras el final de la Guerra Fría y el colapso de la Unión Soviética, Estados Unidos era esencialmente el único actor exterior importante en la zona. Pero Rusia regresó con fuerza en 2015, cuando envió unidades militares para rescatar al asediado régimen del presidente Bashar al-Assad en la guerra civil de Siria.

    China ha estado buscando bases militares propias en la región en su búsqueda de recursos energéticos e influencia más allá de Asia. La decisión de implicarse en la desavenencia saudí-iraní deja claro que hay otro actor a tener en cuenta.

    « Creo que refleja la forma en que los socios de Estados Unidos se han inclinado por sus crecientes lazos con China », dijo el Sr. Kurtzer. « ¿Es una amenaza directa para Estados Unidos? Eso es discutible. Pero el orden regional está cambiando ».

    Peter Baker es el corresponsal jefe de la Casa Blanca y ha cubierto los últimos cinco presidentes para The Times y The Washington Post. Es autor de siete libros, el más reciente « The Divider: Trump en la Casa Blanca, 2017-2021 », con Susan Glasser. @peterbakernyt – Facebook

    Fuente

    #Iran #Arabia_Saudi #China #Rusia #EEUU #Yemen #Libano #Siria

  • El Pentágono estudia privar a Marruecos del African Lion

    Estados Unidos, Marruecos, African Lion, Sahara Occidental,

    El Pentágono estudia retirar a Marruecos como sede del mayor ejercicio militar en África

    Por Bryant Harris

    WASHINGTON – El Departamento de Defensa está estudiando ubicaciones alternativas para el mayor ejercicio militar en África, en medio de la presión del Senado para que Marruecos deje de ser el anfitrión anual de los ejercicios.

    El senador James Inhofe, republicano de Oklahoma, miembro de mayor rango en la Comisión de Servicios Armados, ha liderado la carga contra el hecho de que Marruecos sea el anfitrión del ejercicio León Africano, con el fin de hacer frente a su control sobre el disputado Sahara Occidental.

    « Durante más de cinco décadas, el pueblo saharaui ha estado sometido a repetidas promesas incumplidas y ataques despiadados por parte del gobierno marroquí », dijo Inhofe la semana pasada en una audiencia de confirmación de los candidatos a dirigir el Mando de África y el Mando de Operaciones Especiales.

    « He presionado [al Departamento de Defensa] para que busque lugares alternativos para el ejercicio militar anual African Lion que se ha celebrado en Marruecos anteriormente », añadió Inhofe. « Me complace que [el secretario de Defensa, Lloyd Austin] esté de acuerdo conmigo en esta cuestión ».

    La oficina de Inhofe dijo a Defense News que consiguió el compromiso de Austin en una reunión privada para buscar ubicaciones alternativas para el ejercicio anual, que Estados Unidos y 10 países asociados realizan conjuntamente en Marruecos, Túnez, Senegal y Ghana.

    El informe que acompaña a la versión del Senado de la Ley de Autorización de la Defensa Nacional para el año fiscal 2023 también ordena a Austin que « desarrolle un plan para rotar los acuerdos de acogida y las ubicaciones » de todos los ejercicios multilaterales, incluido el León Africano, dentro del ámbito del AFRICOM, y que presente un informe antes de diciembre.

    El Teniente General Michael Langley y el Teniente General Bryan Fenton, los nominados para dirigir el AFRICOM y el SOCOM respectivamente, dijeron a Inhofe durante su audiencia de confirmación que estaban de acuerdo en encontrar lugares alternativos para los ejercicios African Lion.

    « Haré un seguimiento de esta grave cuestión », dijo Langley. « Sé que el Departamento de Defensa lo ha estado estudiando. Creo que es hora de ver si Marruecos está haciendo progresos ».

    Inhofe ha sido durante mucho tiempo crítico con el control de Marruecos sobre el Sahara Occidental, que enfrenta a Rabat con el Frente Polisario -un movimiento independentista saharaui- respaldado por Argelia.

    Calificó de « chocante y profundamente decepcionante » el hecho de que el ex presidente Donald Trump diera un vuelco a décadas de política estadounidense al reconocer la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental al mismo tiempo que Marruecos firmaba los Acuerdos de Abraham que normalizaban los lazos con Israel. El presidente Joe Biden ha dejado intacta la política de Trump.

    El ex primer ministro marroquí Saadeddine Othmani tuiteó el año pasado que el ejercicio del León Africano, que se celebra desde hace casi dos décadas, « marca la consagración del reconocimiento estadounidense del Sáhara marroquí. » Othamni tuiteó entonces que parte de los ejercicios de 2021 se realizarían en el Sáhara Occidental, pero borró el tuit después de que el AFRICOM desmintiera que el ejercicio se realizaría en el territorio en disputa.

    Después de eso, el Senado añadió una disposición a la NDAA de 2022 que prohíbe a las fuerzas estadounidenses participar en ejercicios multilaterales organizados en Marruecos a menos que el secretario de Defensa certifique que el país está « comprometido con la búsqueda de una solución política mutuamente aceptable en el Sáhara Occidental. »

    Austin no hizo esa certificación para los ejercicios de este año, que tuvieron lugar el mes pasado, y en su lugar presentó una exención de seguridad nacional permitida por la NDAA de 2022 para permitir que los simulacros siguieran adelante.

    « El Comando de África de los Estados Unidos continúa explorando alternativas para diversificar aún más las ubicaciones de los ejercicios multilaterales y sigue consultando estrechamente con el Departamento de Defensa y el Departamento de Estado para garantizar el pleno cumplimiento de los requisitos futuros según lo dispuesto por la NDAA », dijo un portavoz del Departamento de Defensa a Defense News en un comunicado.

    Ni la versión del Senado ni la de la Cámara de Representantes de la NDAA de 2023 contienen el lenguaje que prohíbe a Marruecos acoger ejercicios dirigidos por Estados Unidos que el Congreso añadió al proyecto de ley del año pasado. Sin embargo, el informe del Senado que acompaña al proyecto de ley de este año autoriza 10 millones de dólares para que el AFRICOM « evalúe ubicaciones alternativas y acuerdos de acogida para ejercicios multilaterales con socios africanos. »

    « La comisión cree además que la diversificación de los anfitriones y las ubicaciones de estos ejercicios puede ayudar al [Departamento de Defensa] a ampliar las asociaciones en África, aumentar las capacidades de los socios africanos y fomentar el acceso y la influencia de Estados Unidos en el continente », afirma el informe.

    Otros ejercicios dirigidos por el AFRICOM son el Cutlass Express de la Armada cerca del Cuerno de África, el Obangame Express en la costa occidental africana y el Phoenix Express en el Mediterráneo.

    Con la retirada de Inhofe a finales de año, los saharauis perderán a uno de sus más poderosos defensores en el Capitolio. Pero el estatus de Marruecos como anfitrión clave en el ejercicio del León Africano puede seguir en peligro.

    El senador Mike Rounds, republicano por el Distrito de Columbia, también forma parte del Comité de Servicios Armados e indicó en la audiencia de confirmación de la semana pasada que tiene la intención de seguir presionando a Marruecos en su política sobre el Sahara Occidental. Expresó su preocupación por la posibilidad de que el prolongado conflicto con el Frente Polisario vuelva a desembocar en una guerra abierta.

    « Esto podría ser un barril de pólvora », dijo Rounds. « Con otros intereses externos cebando la bomba, si no conseguimos resolver esta cuestión, podría ser otro de estos puntos calientes que no desaparece y un poco de atención ahora mismo podría servir de mucho ».

    Defensenews, 25/07/2022

    #Marruecos #Estados_Unidos #EEUU #African_Lion #Sahara_Occidental

  • En Oriente Medio, Biden no consigue cambiar de política

    Oriente Medio, Estados Unidos, Joe Biden, Palestina, Donald trump, Israël, Golan, Sahara Occidental,

    WASHINGTON (AP) – Joe Biden asumió el cargo con la intención de remodelar la política exterior de Estados Unidos en Oriente Medio, dando prioridad a la promoción de la democracia y los derechos humanos. En realidad, ha luchado en varios frentes para separar significativamente su enfoque del del ex presidente Donald Trump.

    La visita de Biden a la región esta semana incluye una reunión con el rey Salman de Arabia Saudí y el príncipe heredero Mohammed bin Salman, el líder de facto del reino rico en petróleo que los funcionarios de inteligencia de Estados Unidos determinaron que aprobó el asesinato en 2018 del periodista estadounidense Jamal Khashoggi en Turquía.

    Biden se había comprometido como candidato a recalibrar la relación de Estados Unidos con Arabia Saudí, a la que describió como una nación « paria » después de la postura más complaciente de Trump, pasando por alto el historial de derechos humanos del reino y aumentando las ventas militares a Riad.

    Pero ahora Biden parece estar calculando que se gana más cortejando al país que aislándolo.

    La primera parada de Biden en su visita a Oriente Medio será Israel. Aquí, de nuevo, su postura se ha suavizado desde las firmes declaraciones que hizo cuando se presentó a la presidencia.

    Como candidato, Biden condenó la política de la administración Trump sobre los asentamientos israelíes en Cisjordania. Como presidente, ha sido incapaz de presionar a los israelíes para que detengan la construcción de asentamientos judíos y no ha ofrecido ninguna iniciativa nueva para reanudar las conversaciones de paz entre Israel y los palestinos, estancadas desde hace tiempo.

    Biden también ha dejado pasar la decisión de Trump de 2019 de reconocer la soberanía de Israel sobre los Altos del Golán, que revirtió más de medio siglo de política estadounidense.

    El gobierno de Biden « ha tenido esta política bastante confusa de continuidad en muchos temas de Trump – el camino de menor resistencia en muchos temas diferentes, incluyendo Jerusalén, el Golán, el Sahara Occidental, y la mayoría de los otros asuntos », dice Natan Sachs, director del Centro de Política de Oriente Medio en la Institución Brookings.

    Ahora Biden parece estar tratando de encontrar un mayor equilibrio en su política hacia Oriente Medio, poniendo el foco en lo que es posible en una parte complicada del mundo en un momento en el que Israel y algunas naciones árabes están mostrando una mayor disposición a trabajar juntos para aislar a Irán -su enemigo común- y a considerar la cooperación económica.

    « Biden llega, en esencia, haciendo una elección », dijo Sachs. « Y la elección es abrazar la arquitectura regional emergente ».

    El sábado, Biden utilizó un artículo de opinión en el Washington Post -las mismas páginas en las que Khashoggi escribió gran parte de sus críticas al gobierno saudí antes de su muerte- para declarar que Oriente Medio se ha vuelto más « estable y seguro » en sus casi 18 meses en el cargo y se opuso a la idea de que su visita a Arabia Saudí equivalía a un retroceso.

    « En Arabia Saudí, hemos invertido la política de cheque en blanco que heredamos », escribió Biden. También reconoció que « hay muchos que no están de acuerdo » con su decisión de visitar el reino.

    Señaló los esfuerzos de su administración para presionar a la coalición liderada por Arabia Saudí y a los Houthis para que acepten un alto el fuego mediado por la ONU -ahora en su cuarto mes- después de siete años de una guerra que ha dejado 150.000 muertos en Yemen. Biden también citó como logros el papel de su administración para ayudar a organizar una tregua en la guerra de 11 días entre Israel y Gaza del año pasado, la disminución de la capacidad del grupo terrorista Estado Islámico en la región y el fin de la misión de combate de Estados Unidos en Irak.

    Pero el historial general de Biden en Oriente Medio es mucho más complicado. Ha evitado en gran medida enfrentarse a algunos de los problemas más acuciantes de la región, incluidos algunos que él mismo ha culpado a Trump de haber exacerbado.

    Biden habla a menudo de la importancia de las relaciones en política exterior. Su decisión de visitar Oriente Medio en un viaje que promete pocos logros tangibles sugiere que está intentando invertir en la región a largo plazo.

    En público, ha hablado de los conocimientos adquiridos gracias a las largas horas pasadas con Xi Jinping, de China, y a la evaluación de Vladimir Putin, de Rusia. Ha disfrutado estableciendo vínculos con una generación más joven de líderes mundiales, como el primer ministro canadiense Justin Trudeau y el japonés Fumio Kishida.

    Biden se ha reunido con todos los primeros ministros israelíes desde Golda Meir, mantiene una larga relación con el rey Abdullah II de Jordania y, como vicepresidente, estuvo muy involucrado en ayudar al presidente Barack Obama a poner fin a la guerra de Irak. Pero Biden, que alcanzó la mayoría de edad en la escena de la política exterior durante la Guerra Fría y considera que el ascenso de China es la crisis más acuciante a la que se enfrenta Occidente, se ha orientado menos hacia Oriente Medio que hacia Europa y Asia.

    « No tiene las relaciones personales. No tiene la duración de las relaciones », dijo Jon Alterman, director del Programa de Oriente Medio en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.

    Llega en un momento incierto para el liderazgo israelí. El ex primer ministro Naftali Bennett y Yair Lapid disolvieron el mes pasado la Knesset al desmoronarse su coalición, políticamente diversa. Lapid, ex ministro de Asuntos Exteriores, es ahora el primer ministro interino.

    Biden también se enfrentará a nuevas preguntas sobre su compromiso con los derechos humanos tras el fatal asesinato de la periodista palestina estadounidense Shireen Abu Akleh. Las investigaciones independientes determinaron que probablemente fue disparada por un soldado israelí mientras informaba desde Cisjordania en mayo.

    La familia de Abu Akleh, en una mordaz carta dirigida a Biden, acusó a su administración de excusar a los israelíes por la muerte de la periodista. El Departamento de Estado dijo la semana pasada que los funcionarios de seguridad de Estados Unidos determinaron que los disparos israelíes probablemente la mataron, pero « no encontraron ninguna razón para creer que fuera intencional ».

    Dos de los momentos más vigilados durante la visita de cuatro días de Biden a Oriente Medio serán cuando se reúna con el líder de la oposición israelí y ex primer ministro Benjamin Netanyahu y cuando vea al príncipe heredero saudí.

    Pero no es probable que ninguno de los dos encuentros altere drásticamente la dinámica política entre Estados Unidos y Oriente Medio.

    Ambos líderes parecen haber puesto sus ojos en un Estados Unidos posterior a Biden, mientras el presidente demócrata lucha con los bajos números de las encuestas en su país, impulsados por la disparada de la inflación y el malestar con la gestión de la economía por parte de Biden, dicen los analistas.

    « Ambos líderes, a mi juicio, están ahora mirando más allá de la administración Biden, y esperando con gran interés el regreso de Donald Trump o su avatar », dijo Aaron David Miller, que sirvió a seis secretarios de Estado como asesor en las negociaciones árabe-israelíes y ahora es miembro senior de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional. « Creo que es un viaje complejo, y creo que deberíamos ser extremadamente realistas sobre estas expectativas ».

    Las perspectivas de Biden de avanzar en el regreso de Estados Unidos al acuerdo nuclear con Irán, negociado por Obama en 2015 y del que se retiró Trump en 2018, siguen siendo esquivas. La administración ha participado indirectamente en las conversaciones de Viena destinadas a que tanto Washington como Teherán vuelvan a cumplir el acuerdo. Pero las conversaciones han resultado hasta ahora infructuosas.

    Como candidato, Biden prometió que los saudíes « pagarían el precio » por su historial de derechos humanos. La aguda retórica ayudó a Biden a contrastar con Trump, cuyo primer viaje oficial al extranjero como presidente fue al reino y que elogió a los saudíes como un « gran aliado » incluso después del asesinato de Khashoggi.

    La dura advertencia de Biden a los saudíes se produjo en un momento en el que el petróleo cotizaba a unos 41 dólares por barril; ahora, los precios están más cerca de los 105 dólares. Los elevados precios del petróleo están perjudicando a los estadounidenses en el surtidor de gasolina y haciendo subir los precios de los productos esenciales, al tiempo que ayudan a los resultados de los saudíes.

    Funcionarios de la Casa Blanca han dicho que las conversaciones sobre energía constituirán uno de los componentes de la parte saudí de la visita del presidente, pero han restado importancia a la posibilidad de que los saudíes accedan a aumentar aún más la producción de petróleo porque el reino dice que está casi al límite de su capacidad de producción.

    Pero Bruce Riedel, que fue asesor principal del Consejo de Seguridad Nacional de cuatro presidentes, dijo que la visita a Arabia Saudí es « completamente innecesaria » dadas las circunstancias.

    « No hay nada que Joe Biden vaya a hacer en Jeddah que el secretario de Estado o el secretario de Defensa, o francamente, un embajador realmente bueno no pudiera hacer por su cuenta », dijo Riedel. « No hay ningún resultado que vaya a salir de esto que realmente justifique una visita presidencial ».

    Por Associated Press Washington
    PUBLICADO 8:39 AM ET 10 de julio de 2022

    Spectrum News NY-1, 10 jul 2022

    #EEUU #Estados_Unidos #Oriente_Medio #Palestina #Jerusalén #Golan #Sahara_Occidental


  • Clintongate revela las razones detrás del asesinato de Gadafi

    Libia, Gadafi, Estados Unidos, Francia, Nicolas Sarkozy, Africa, Banco Central Africano, Françafrique, Franco CFA, FCFA, Africa francófona,

    Muammar Gadafi logró mucho para su país. Una de las políticas inmediatas de Gadafi fue compartir los beneficios y la riqueza con todos los libios.

    Gadafi utilizó el principal recurso de Libia (el petróleo) para ayudar a crear programas sociales de educación, sanidad, vivienda, obras públicas y subsidios para la electricidad y los alimentos. Sus políticas hicieron que Libia pasara de ser uno de los países más pobres del mundo a tener 150.000 millones de dólares de reservas de divisas y un país libre de deuda externa. Libia se convirtió en uno de los países sustanciales de África.

    ¿Por qué Muammar Gaddafi era una amenaza?

    El « líder de la revolución » libia, el coronel Muammar Gaddafi, pidió la creación de un Banco Central Africano en 2004.

    El Dr. Umar Johnson y el ministro Louis Farrakhan, que dirige la Nación del Islam, hablan y profundizan en lo que un Banco Central Africano haría al resto del mundo.

    Gadafi fue asesinado el 20 de octubre de 2011. Desde su muerte la vida en Libia no ha sido la misma. Desde la muerte de Gadafi, « han pasado más de 10 años de injusticia, bombardeos, asesinatos y secuestros », dijo Mohammad Abi Hamra. Libia era uno de los países más poderosos de África.

    « Odio decirlo, pero nuestra vida era mejor bajo el régimen anterior », dijo a AFP en 2015 Fayza al-Naas, una farmacéutica de 42 años, refiriéndose al gobierno de Gadafi. Un sentimiento compartido por muchos libios, incluidos los que se opusieron a él en algún momento.

    Durante una aparición en la CBS, Hilary Clinton tuvo una retorcida reacción al enterarse de la muerte de Gadafi. En el vídeo, Clinton dice: « Vinimos, vimos, murió ». Haciendo referencia a la famosa frase de Julio César « veni, vidi, vici », que significa « vine, vi, vencí », informa The Wrap.

    A Clinton se le filtraron más de 3000 correos electrónicos en 2015. Al menos un tercio de esos correos eran de su íntimo confidente Sidney Blumenthal, el abogado que defendió a su marido en el caso Monica Lewinsky.

    Según WikiLeaks, en uno de estos e-mails, con fecha de 2 Abril 2011, se lee :

    « El gobierno de Gadafi posee 143 toneladas de oro, y una cantidad similar en plata … Este oro fue acumulado antes de la actual rebelión y estaba destinado a ser utilizado para establecer una moneda panafricana basada en el Dinar de oro libio. Este plan fue diseñado para proporcionar a los países africanos francófonos una alternativa al franco francés (CFA) ».

    En los WikiLeaks, el correo electrónico mencionaba el valor del oro y la plata del gobierno de Gadafi, razones del presidente Nicolas Sarkozy para atacar a Libia:

    « Según personas conocedoras, esta cantidad de oro y plata está valorada en más de 7.000 millones de dólares. Los oficiales de inteligencia franceses descubrieron este plan poco después de que comenzara la actual rebelión, y éste fue uno de los factores que influyeron en la decisión del presidente Nicolas Sarkozy de comprometer a Francia en el ataque a Libia ». Según estas personas, los planes de Sarkozy están impulsados por las siguientes cuestiones:

    -El deseo de obtener una mayor participación en la producción de petróleo de Libia,
    -Aumentar la influencia francesa en el norte de África,
    -Mejorar su situación política interna en Francia,
    -Proporcionar al ejército francés una oportunidad para reafirmar su posición en el mundo,
    -Responder a la preocupación de sus asesores sobre los planes a largo plazo de Gadafi para suplantar a Francia como dominante.

    Es evidente que Sarkozy, Hilary Clinton y la OTAN mandaron matar a Gadafi por intentar crear el primer banco central de África.

    #HillaryClinton #USA #Francia #Sarkozy #OTAN #Africa #FracoCFA #FCFA #Francofonía #BancoCentralAfricano #Wikileaks

  • Sánchez, Europa y el Sáhara Occidental

    Sahara Occidental, Marruecos, España, Europa, OTAN, neocolonialismo, Estados Unidos, Francia,

    Jesus L. Garay
    Miembro de Asociación de Amigos y Amigas de la RASD

    Necesitamos toda la fuerza de la solidaridad y toda la voluntad política democrática para parar este golpe del neocolonialismo, desmontar los argumentos falaces de la oportunidad política y la falsa compasión humanitaria que ha desplegado el PSOE y poner en marcha una movilización social y política efectiva.

    Cuando han pasado tres meses desde que Marruecos filtrara la carta de Pedro Sánchez en la que el Gobierno español modificaba su postura formal sobre la cuestión del Sáhara Occidental, los ecos de las reacciones que ha provocado este giro, lejos de apaciguarse, siguen estando en primera línea de las declaraciones políticas y mediáticas, esta vez al hilo de la suspensión por parte de Argelia del tratado de amistad y cooperación con España.

    La decisión del Gobierno español tiene, sin duda, muchas derivadas que sería imposible abarcar de forma breve, como imposible resulta hacer frente a la multitud de desatinos que se han vertido y se vierten al comentar los diversos aspectos de este asunto.

    Se han comentado, sobre todo, las implicaciones que puede tener la posición del gobierno en la política interna del Estado; pero más allá declaraciones y mociones genéricas, si algo ha quedado claro en esta cuestión es que los partidos que integran o apoyan a este gobierno son incapaces –¿o puede que simplemente no tengan voluntad real?– de hacer revertir la decisión de reconocer implícitamente la soberanía marroquí sobre la colonia española. Igualmente, parece que las organizaciones sociales no hemos sabido vehicular la simpatía y solidaridad que suscita la causa saharaui en la inmensa mayoría de la población hacia una expresión clara de rechazo o de indignación. Aunque, como demuestra la decisión de Argelia, nunca es tarde para retomar la iniciativa.

    Sin embargo, las últimas decisiones argelinas ponen de relieve una dimensión casi silenciada por el ruido que han provocado las formas y los tiempos elegidos para dar a conocer la decisión del gobierno. En efecto, en el plano internacional, las declaraciones de apoyo a la ocupación marroquí revelan que la decisión no es fruto de un simple «calentón» del Sr. Sánchez, como algunos medios pretenden calificar –aunque algo de improvisación parece claro que hay– ni tampoco, como se hace sobre todo desde las redes sociales, una simple rendición al chantaje brutal de Marruecos –que también–.

    El posicionamiento actual del Gobierno español es el resultado de un esfuerzo estratégico de largo alcance para consolidar en el Magreb árabe una relación de fuerzas definitivamente favorable a los intereses neocoloniales del occidente capitalista. Este esfuerzo, liderado inicialmente por Estados Unidos, como corresponde a su condición de potencia hegemónica, tuvo su máxima expresión en la declaración de un presidente saliente, Donald Trump, aceptando la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental a cambio del restablecimiento pleno de relaciones entre el reino de Marruecos y el estado de Israel.

    En el actual orden internacional, sin embargo, el control geopolítico de esta zona del norte de África no le corresponde directamente a USA, sino a Europa. No a esa Europa constructora de derechos y valores democráticos que nos quieren vender, sino a la Europa de las necropolíticas migratorias, subsidiaria de la OTAN y heredera del colonialismo más reciente, que se desliza en los últimos años hacia la ultraderecha ideológica.

    Muchas de las reacciones de responsables políticos sobre la ruptura de relaciones de Argelia con España demuestran que, en el fondo, la visión que Europa tiene de África apenas ha cambiado desde la conferencia de Berlin de 1885 y, que igual que USA con América Latina, sigue tratando al continente africano como su patio trasero: una especie de enorme finca de donde extraer los recursos necesarios para su desarrollo económico y social y en el que los habitantes y dirigentes africanos deberían limitarse a cumplir eficazmente con esa labor.

    La lista de asesinatos, golpes de estado e intervenciones militares para controlar los movimientos independentistas o simplemente para «moderar» políticas consideradas potencialmente peligrosas para los intereses de Europa no está cerrada. Francia, Reino Unido y Alemania se esfuerzan abierta y clandestinamente en condicionar la vida política y económica de los pueblos de África, porque de ello depende, en gran medida, el rumbo de la economía europea que ellos lideran.

    Ciertamente, la práctica neocolonial europea entra en abierta contradicción con el entramado legal propiciado tras la segunda guerra mundial, la llamada legalidad internacional por lo que, en gran medida, las intervenciones son de tipo «encubierto» o simplemente silenciadas a la opinión pública. Y sí, España, aunque es el único país europeo que sigue teniendo una colonia reconocida como tal en África, el Sáhara Occidental, tiene un papel marginal en este empeño. Como la permanencia en la OTAN, esto es parte del precio que tuvo que pagar en su momento a cambio de su entrada en la UE.

    En este contexto, el Magreb árabe se ha convertido en uno de los escenarios más evidentes de confrontación entre los intereses neocoloniales y los derechos de los pueblos africanos y el Sáhara Occidental en el campo de batalla probablemente más decisivo al respecto. Si, finalmente, Marruecos consigue apropiarse del estratégico territorio del Sahara Occidental y controlar sus bienes, Occidente habrá conseguido equilibrar en buena medida el poder principal de la región que, hoy día, representa Argelia.

    El único problema es la resistencia que opone el pequeño pueblo saharaui esgrimiendo a su favor la legalidad internacional. En efecto, el pueblo saharaui, al menos desde la creación del Frente Polisario, ha basado la legitimidad de su lucha en el derecho internacional. Esto le ha supuesto una importante baza a la hora de enfrentarse al colonialismo y reafirmar su voluntad de alcanzar el derecho a la autodeterminación y a la independencia. De manera que cada vez que las fuerzas neocoloniales han intentado justificar o perpetuar sus fechorías, todas y cada una de las instancias y tribunales internacionales han ratificado la legitimidad de la resistencia saharaui y han condenado las prácticas coloniales.

    La llamada legalidad internacional es, curiosamente, una creación de quienes apoyan la ocupación del territorio, la expoliación de sus recursos, y el intento de aniquilar a la población originaria. Esto es, del conjunto político-económico de gobiernos y empresas que financian y proporcionan con medios y armas la ocupación del Sahara Occidental. En este lobby de la muerte y el expolio los gobiernos y empresas españolas sí tienen, por razones históricas y geográficas, un papel destacado.

    Son ya 50 años de un equilibrio inestable entre la legitimidad y los intereses económicos y geopolíticos. Una lucha en la que ninguna de las partes, puede darse definitivamente por vencedora. El neocolonialismo ha intentado la rendición del pueblo saharaui con bombardeos a refugiados civiles, con desapariciones masivas, con invasión de colonos, con el expolio masivo de los recursos, con todo tipo de tácticas para retrasar la aplicación de las resoluciones de la ONU, con mentiras y silencios y con el apoyo descarado de España, Francia o USA al régimen genocida de Mohamed VI pero la resistencia saharaui se mantiene, apoyada en el derecho internacional. La venta de armas, el robo gigantesco de fosfatos y pescado, los negocios agrícolas con el rey de Marruecos, la energía fósil y verde del Sahara Occidental que explotan empresas como Siemens-Gamesa, aparecen así como hechos cumplidos pero imposibles de justificar o legalizar.

    La clave para deshacer este cruel empate podría estar en una serie de sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que, desde 2016, vienen estrechando el margen para que estas prácticas coloniales puedan realizarse, al declarar nulos los acuerdos económicos con Marruecos en las que se basan. A lo largo del 2023 se espera que la más alta instancia judicial europea resuelva definitivamente el contencioso a favor de los argumentos del Frente Polisario con lo que la UE debería replantear el conjunto de sus relaciones con Marruecos. No solamente las comerciales, sino todas las cuestiones que afectan al territorio del Sahara Occidental, que Marruecos considera suyo y que constituye no solo la principal fuente de riqueza del reino alauí, sino, como explicamos, la única esperanza, tanto para Marruecos como para Europa, de poder hacer frente a su principal rival en el tablero del Magreb.

    La decisión del Gobierno español, por tanto, formaría parte de un plan para imponer la realidad de la ocupación por la vía del consenso político internacional, fuera cual fuera la decisión de los tribunales europeos. Construir ese consenso en el caso europeo requiere de la implicación directa de los dos principales gobiernos, Francia y Alemania y, para el tema del Sahara Occidental, de la potencia colonial de referencia, España –como lo sería Bélgica si hablamos de la República del Congo o Portugal de Mozambique–. Una vez construido este consenso de «realpolitik» sería fácil sumar a la mayoría de los gobiernos europeos –aunque quizás no tan fácil como ha sido con el caso de la guerra en Ucrania– y junto a los Estados Unidos imponer la ley del mas fuerte también en este rincón del mundo.

    Es por eso que necesitamos toda la fuerza de la solidaridad y toda la voluntad política democrática para parar este golpe del neocolonialismo, desmontar los argumentos falaces de la oportunidad política y la falsa compasión humanitaria que ha desplegado el PSOE y poner en marcha una movilización social y política efectiva. Porque no solo está en juego la libertad y los derechos de un pueblo africano, sino que gobiernos y empresas puedan o no imponer su voluntad por encima del derecho, que ellos mismos dicen promover.

    NAIZ, 16 jun 2022

    #SaharaOccidental #Marruecos #España #Argelia #Neocolonialismo #Europa #EstadosUnidos #Francia



  • CIA : Juan Carlos entregó el Sáhara para salvar su trono

    Sahara Occidental, Marruecos, España, Juan Carlos de Borbón, Marcha Verde, Hassan II, Henry Kissinger, Estados Unidos, CIA, documentos desclasificados,

    Juan Carlos pudo haber pactado en secreto los términos de la Marcha Verde con Hassan II

    El entonces príncipe acordó el repliegue de las tropas y la entrada de 50 marroquíes en El Aaiún. La revelación de un mediático lío de faldas con una vedette habría sido una cortina de humo para tapar el impacto de la desclasificación de documentos de la CIA que probarían el papel de Juan Carlos.

    Esta semana se ha procedido a la desclasificación de nuevos documentos de la CIA. Unas 12.500 entradas tienen por objeto España y albergan informes secretos de la inteligencia americana sobre la Transición, el rey Juan Carlos y la política interior del país hasta los años 90.

    En esta documentación se hallan las conversaciones entre el Rey Juan Carlos y el Embajador de EE UU, Wells Stabller. Según los periodistas de El Español Araluce y Sainz, quedaría probado que el rey emérito no se limitó a mediar en el grave conflicto de la retirada del Sáhara del Ejército español, sino que habría pactado con EE UU y Marruecos los términos de la Marcha Verde. ¿Motivos? Asegurarse su corona. La reciente salida a la luz de un lío de faldas con una vedette se habría orquestado para que este dato, de una relevancia infinitamente mayor, pasara desapercibido.

    El conflicto saharaui es uno de los capítulos de historia reciente que más avergüenza a muchos españoles. Una vergüenza política, militar y que supuso el cruel abandono de los ciudadanos de la 53 provincia del estado, un pueblo con DNI español acogido a sus leyes y a su protección.

    España, acatando las órdenes de Juan Carlos, se doblegó ante un ejército muy inferior y abandonó cobardemente el campo de batalla sin pegar un solo tiro y entregando a su enemigo acuartelamientos y armamento.

    Luis Rodríguez de Viguri, secretario general del Gobierno del territorio hasta la salida de España, afirmaba: « Ya sólo se puede pensar en responsabilidades históricas. Ha primado el interés de liquidar las aventuras colonialistas a costa del genocidio de los autóctonos, que es el caso del pueblo saharaui ».

    La Marcha Verde

    Franco había anunciado en 1974 que celebraría un referéndum de autodeterminación. Marruecos puso en marcha toda su maquinaria para evitarlo y ante la disputa, la ONU encargó un dictamen en el Tribunal de la Haya. Conclusión: el Sáhara Occidental no tenía vínculos de soberanía ni con Marruecos ni con Mauritania. El 6 de octubre de 1975, los servicios de Inteligencia del Ejército español habían informado a Franco, ya muy enfermo, de los planes del rey de Marruecos de apropiarse del Sahara. Un territorio vital desde el punto geoestratégico, rico en fosfatos, hierro, petróleo y gas.

    Franco moribundo y el Príncipe Juan Carlos asumía en funciones la jefatura de Estado. La situación era crítica. A Juan Carlos le preocupaba la situación en el Sahara, cando estaba muy reciente el caso portugués. Si no lo gestionaba bien, podría perder su corona antes de ceñirla.

    Hasta la fecha, había fundadas sospechas que Juan Carlos habría pedido en esta crisis la mediación de Estados Unidos. Kissinger habría aceptado e intercedido ante Hassan II y de esta petición surgiría un pacto secreto por el que Juan Carlos se comprometería a entregar el Sahara español a Marruecos a cambio del total apoyo político americano en su próxima andadura como rey de España. Hechos que los documentos desclasificados podrían corroborar y que podrían calificar el comportamiento del rey emérito de Alta Traición.

    Y es que la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal contempla en el título XXIII: de los delitos de traición y contra la paz o la independencia del estado y relativos a la defensa nacional., los artículos 581 y 582 capítulo I: delitos de traición. a una potencia extranjera a declarar la guerra a España o se concertare con ella para el mismo fin, será castigado con la pena de prisión de quince a veinte años ». Artículo 582. El español que facilite al enemigo la entrada en España, la toma de una plaza, puesto militar, buque o aeronave del Estado o almacenes de intendencia o armamento.

    Desde la Ley de Sucesión Don Juan Carlos intentaba asegurarse la lealtad del ejército con el que mantenía una magnífica relación. Pero apenas horas antes del episodio, no tuvo reparo en fingir con los militares allí destacados, “España no dará un paso atrás, cumplirá todos sus compromisos, respetará el derecho de los saharauis a ser libres” . Para mayor escarnio dijo “No dudéis que vuestro comandante en jefe estará aquí, con todos vosotros, en cuanto suene el primer disparo”. Horas después, podríamos hablar de una traición al pueblo español, a los saharauis y a la propia ONU.

    El hábil Hasan Hasan II, decidido a apropiarse el territorio, organiza un movimiento masivo de miles de ciudadanos marroquíes forzados para invadir el Sáhara Occidental, conocido como  »Marcha Verde » que se harían pasar por antiguos habitantes de la zona. Con un marcado carácter religioso y patriótico exhibían banderas marroquíes, retratos de su rey, Hasan II, y el Corán,..: « No nos queda más que recuperar nuestro Sáhara, cuyas puertas se nos han abierto ».. dijo Hassan con cierta sorna. De hecho, había pactado que entrarían sólo 50.

    Al tiempo que los civiles de la marcha se movilizaban bajando por Tarfaya, 25.000 soldados marroquíes de las Fuerzas Armadas Reales (FAR) penetraron por el este. Detalles que pueden consultarse en los libros de José Luis Rodríguez Jiménez  » Agonía, Traición Huída. El final ded Sahara español » de José Ramón Diego Aguirre, « Guerra en el Sáhara » o el de Tomás Bárbulo « Historia prohibida del Sahara español ».

    La ONU, incómoda y sin saber qué sucedía, urgía a Hassan II a retirarse y a respetar la legalidad internacional. Mientras España asistía atónita y, el ejército estaba desconcertado. Pero el Principe quería asegurarse su corona y ya había pactado con el alauita. Hasta envió al Ministro de la Presidencia en visita de cortesía a los campamentos marroquíes de la Marcha Verde.

    Por fin, el 14 de noviembre de 1975: La Declaración de Madrid hace entrega a Marruecos toda la parte norte de la antigua provincia española: 200.000 Kms cuadrados de gran importancia geoestratégica, muy ricos en toda clase de minerales, gas y petróleo. A Mauritania (que los abandonara presionada por Marruecos) se le transfieren 70.000 Kms cuadrados del sur, pobres e improductivos.

    El 26 de febrero de 1976 España retira sus tropas y abandona a la población saharaui que pasa a ser de dominio marroquí. Marruecos ocupó inmediatamente el Sahara. Huyeron 70.000 saharauis hacia los territorios de Tindouf, que está a 800 kilómetros de desierto. Les bombardearon con napalm, a mujeres, niños y ancianos. Otros quedaron en el Sáhara Occidental, donde el régimen marroquí sigue imponiendo una férrea ocupación militar.

    Algunos militares y decenas de legionarios no los abandonaron y, permanecieron en el Sáhara tras la traición y lucharon junto al Polisario hasta que finalizó la guerra en 1991”. Y la ONU que prometió un referéndum de autodeterminación que llevan esperando 25 años.

    Pérdidas para España, a corto y largo plazo

    La conclusión de Rodríguez Jiménez es que la huida de España del Sáhara fue una decisión poco favorable a los intereses de nuestro país, con « consecuencias económicas, diplomáticas y en materia de seguridad y defensa ».

    Con el abandono de la ex colonia, « España perdió un gran aliado », afirma Rodríguez Jiménez. “Un aliado cuyos lazos de amistad hubieran asegurado acceso a los ricos recursos naturales del territorio: « fosfatos [allí se encuentran los yacimientos más importantes del mundo], el banco de pesca, minas de uranio, cobre y oro, además de petróleo, pues ya había prospecciones con indicios positivos », « Los acuerdos con la nación saharaui podrían haber sido como los de la Commonwealth. Nos habría beneficiado en materia de seguridad, pudiendo ser un Estado de contención del islamismo radical y un aliado en materia de migración ». Pero sobre todo, hubierámos ahorrado a nuestros antiguos compatriotas décadas de sufrimiento.

    Situación actual

    El rey marroquí ha desoído recurrentemente las resoluciones del máximo órgano de jurisdicción universal (la ONU) y en cierta manera presiona y chantajea permanentemente a los dirigentes españoles. Tiene todas las cartas a su favor: el apoyo que recibe del EEUU, la hostilidad de la izquierda a incrementar nuestra potencia militar y últimamente amenaza con dejar de contener las masas de inmigrantes en la frontera ,Por todo ello se le conceden todo tipo de prebendas en materia de colaboración y desarrollo.

    Junto a esto, la infiltración masiva de marroquíes en territorio saharaui y la evolución demográfica de éstos que harían ya que de plantearse el referendum, ganara Marruecos.

    Testimonios de militares en el conflicto

    En palabras de militares destinados entonces en la zona como Diego Camacho, capitán de las tropas nómadas del Sahara “ Fue la página más vergonzosa que nuestra nación haya suscrito en materia internacional”,

    José Taboada, actual presidente de CEAS Sahara y soldado en El Aaiún en la tropa de Ingenieros. “Fue una traición para el pueblo saharaui que todavía hoy sigue sufriendo con la ocupación y el exilio la falta de dignidad de España” y “Una humillación para los militares que estábamos allí destinados y que habíamos convivido codo con codo con los saharauis, nuestros hermanos y amigos”.

    « Los soldados estábamos convencidos de que defenderíamos el Sáhara frente al ejército marroquí, de hecho pusimos 60.000 minas para evitar que la Marcha Verde entrara en el territorio, pero luego recibimos la orden de retirarlas“, cuenta Taboada.

    La revista Le nouvel Afrique Asie ha publicado que el Rey Juan Carlos I llegó a ofrecer en 1979 al difunto Hassán II la “entrega” de Ceuta a Marruecos cuando Gibraltar fuese transferido a España por Londres. El artículo fue firmado por el periodista marroquí Selim Malek. Destacar que en Marruecos nadie osa publicar noticias relacionadas con la monarquía alauita sin su aquiescencia.

    El Rey Juan Carlos y Hassan II cultivaron durante años una profunda amistad. Todavía se recuerdan las palabras que exclamaba entre lágrimas en su entierro: « Hassan II era mi hermano mayor ».

    María Fidalgo Casares
    Doctora en Historia, analista social y crítica de Arte y Literatura. Doctora en Historia por la Universidad de Sevilla, escribe en MUNDIARIO y es académica de la Historia de Andalucía.

    Mundiario, 26/01/2017

    #SaharaOccidental #Marruecos #España #CIA #Documentosdesclasificados #JuanCarlos #MarchaVerde

  • Guerra digital en Ucrania

    Guerra digital en Ucrania

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    La de Ucrania es la primera guerra viralizada, con un número de actores online sin precedentes tomando parte en la confrontación. Las grandes plataformas tecnológicas se han convertido, además, en instrumentos del conflicto: recogiendo y compartiendo datos con gobiernos, controlando la información, apuntándose a los boicots internacionales, eliminando cuentas de redes sociales, o actuando como instrumentos de movilización y emocionalidad. Ucrania puede convertirse en el primer frente bélico donde miden sus fuerzas las dos grandes tendencias globales de digitalización y sus plataformas: el tecnoautoritarismo de Rusia y China, y el modelo estadounidense del Silicon Valley.

    Si los mapas siempre son esenciales en cualquier conflicto, en la guerra de Ucrania hay toda una batalla de imágenes y (des)información librándose en las redes sociales. Un número de actores online sin precedentes están tomando parte en esta confrontación asimétrica, desde voluntarios de Anonymus a rastreadores digitales, los equipos de ciberdefensa de la OTAN, o el recién creado equipo cibernético de respuesta rápida de la Unión Europea, dirigido desde Lituania. Las grandes plataformas tecnológicas -sin distinción de origen, desde el Silicon Valley, a Rusia o China- se han convertido en instrumentos del conflicto: recogiendo y compartiendo datos con gobiernos, hackeando webs o controlando la información, apuntándose a los boicots internacionales, eliminando cuentas de redes sociales, o actuando como instrumentos de movilización y emocionalidad. Pero, sobre todo, la de Ucrania es la primera guerra viralizada; retransmitida en tiempo real a partir de fragmentos de imágenes que, en pocos segundos, intentan reflejar amenazas, miedos, heroicidades y devastación.

    Durante las primeras semanas, The Washington Post pudo rastrear el movimiento de las tropas rusas en Ucrania utilizando solo videos subidos a TikTok por usuarios que iban compartiendo imágenes de tanques y soldados de manera cada vez más viral, hasta el punto que The New Yorker bautizó la invasión de Ucrania como “la primera guerra de Tik Tok”. La aplicación china con más de mil millones de usuarios, convertida en la red social de las coreografías virales familiares en plena pandemia, se ha erigido ahora en fuente de información para centenares de miles de jóvenes, que siguen las imágenes de la guerra de Ucrania deslizando el dedo por sus teléfonos móviles. Avanzando indiscriminadamente entre la emocionalidad, las escenas bélicas y los memes, la realidad y la ficción se mezclan. Uno de los vídeos sobre Ucrania que más ha circulado por las redes, con más de siete millones de visualizaciones, donde se ven soldados fatigados despidiéndose de sus familias, resultó ser una escena de una película ucraniana de 2017.

    Tik Tok se ha convertido en una fuente de galvanización de apoyo para los ucranianos, pero también en un terreno fértil para la proliferación de cuentas fraudulentas que distribuyen contenido falso con el objetivo de conseguir dinero rápido a través de vídeos que pedían donaciones para la causa ucraniana. Los creadores de contenido en esta red pueden recibir obsequios virtuales, como rosas y pandas digitales, durante las transmisiones en vivo y convertirlos en Diamantes, una moneda de TikTok que luego se puede retirar como dinero real. TikTok cobra una comisión del 50 por ciento sobre el dinero gastado en regalos virtuales. Todo el sistema ha quedado en evidencia por los deficientes controles de moderación de contenido y el negocio que hay detrás de la viralización de ciertos videos.

    Confrontación tecnológica

    Los gigantes tecnológicos de Estados Unidos ejercen también de actores privados en esta guerra, alineados con la estrategia occidental, ya sea para la presión política (como Apple suspendiendo las ventas de iPhone y otros productos en Rusia) o para la captura y control tanto de datos como de información (desde el mapeo a la censura). Ante la consciencia de que Google Maps podía ser empleado como una herramienta de guerra más, tanto por el bando ruso como por el ucraniano, a la hora de confeccionar las estrategias militares, Google decidió desactivar temporalmente esta funcionalidad en esta parte del mundo. Además, el paquete de sanciones aprobadas por Estados Unidos y la Unión Europea incluye un boicot a las exportaciones tecnológicas. Microsoft, Apple, Samsung, Oracle o Cisco se han negado, desde entonces, a vender servicios en Rusia o han cerrado sus operaciones en ese país.

    Esta colaboración se extiende también al terreno de la seguridad. A mediados de enero, mientras Rusia concentraba tropas y armamento en la frontera rusa al este de Ucrania, un ataque informático bautizado como el WhisperGate inhabilitó durante horas unas 70 páginas webs del gobierno ucraniano, que acabaron mostrando un mensaje que conminaba a “tener miedo y esperar lo peor”. Después del hackeo, Microsoft decidió compartir su análisis y los detalles técnicos del ataque, así como recomendaciones a los afectados para aumentar su capacidad de resistencia.

    Otra empresa de ciberseguridad fundada en Kíev en 2017, Hacken, ha armado un ejército de hasta 10.000 hackers en 150 países distintos, según sus propias declaraciones, dedicados a irrumpir en las plataformas de medios rusos y a amplificar las narrativas ucranianas del conflicto a través de las redes sociales.

    Si esta es, como afirma el centenario filósofo francés, Edgar Morin, “la primera ciberguerra en la historia de la humanidad”, Ucrania puede convertirse en el primer frente bélico donde miden sus fuerzas las dos grandes tendencias globales de digitalización: el tecnoautoritarismo y el modelo estadounidense del Silicon Valley, donde las corporaciones privadas despliegan el llamado “capitalismo de vigilancia” que denuncia Shoshana Zuboff.

    Mucho antes de la invasión, el mundo digital ya había empezado a bifurcarse en una confrontación tecnológica marcada por la rivalidad entre China y Estados Unidos. La “soberanía” rusa de internet ya se construía sobre la censura de la información y la persecución de la oposición política. Los aliados del Kremlin controlaban VKontakte, el Facebook ruso, y desde 2019 la ley sobre la soberanía de internet ya obligaba a todos los proveedores de servicios online a pasar por los filtros del censor digital Koscomnadzor. Y, a pesar de ello, la guerra ha acelerado y profundizado el alcance de este telón de acero digital que pretende aislar a los rusos de cualquier narrativa que se aleje del argumentario oficial del Kremlin para la construcción de su casus belli.

    En un escenario tan polarizado de guerra informativa, donde la censura y la emocionalidad narrativa se han convertido en una parte esencial del relato de bélico, la apuesta comunitaria por la supresión de determinados medios, así como la instrumentalización de los grandes monopolios digitales en favor de su propia estrategia, plantean también contradicciones con la idea de libertad de expresión defendida por unos y otros.

    El mismo fundador y CEO de la red de mensajería encriptada rusa, Telegram, Pável Dúrov, ha advertido a los internautas que “duden de tota la información” que puedan encontrar en la plataforma y ha pedido explícitamente a los usuarios que no se utilice la herramienta para “exacerbar conflictos e incitar a la discordia interétnica”. Telegram se ha convertido en un instrumento perfecto para medir el choque de narrativas sobre la guerra. La plataforma se ha posicionado en los últimos tiempos como una herramienta de información muy útil para los periodistas en Ucrania, sobre todo para la creación de canales de noticias especialmente dirigidos a una audiencia menor de 25 años que ha dejado de escuchar la radio o ver la televisión tradicional. A diferencia de WhatsApp, Telegram no limita el número de usuarios en un mismo canal y, al mismo tiempo, como no hay casi moderación de contenidos, también ha funcionado como espacio de movilización del apoyo a las tropas rusas, como demuestra la capacidad de penetración del canal “Intel Slava Z”.

    Si, según los expertos, el estancamiento militar sobre el terreno puede acelerar la ciberguerra, a corto plazo, la estrategia rusa sigue centrada en la censura y el control del relato: en el poder de la conocida como granja de trolls rusa, la Internet Research Agency con sede en San Petersburgo, y en su capacidad para crear contenido y orquestar reacciones organizadas.


    En el súmmum de la confusión, una investigación de Pro Publica ha demostrado como, en la guerra de Ucrania, se ha dado incluso la paradoja de utilizar falsos verificadores que aparentemente desmentían fakes inexistentes. Los investigadores identificaron al menos una docena de vídeos denunciando supuestas campañas de propaganda ucraniana que nunca se produjeron. El objetivo, según los expertos, sería implantar la duda ante cualquier imagen posterior que denunciara el impacto de supuestos ataques rusos.

    Dilemas éticos y estratégicos

    La batalla por el control del relato se libra también desde la propia Unión Europea, consciente desde hace tiempo de la capacidad de penetración e influencia rusa sobre la opinión pública europea. A petición de Bruselas, Google, Meta y Twitter decidieron tomar medidas contra las cuentas vinculadas al Kremlin para evitar la diseminación de desinformación, y especialmente el acceso a contenidos de canales oficiales rusos como RT y Sputnik; Apple retiró la app de RT News de su tienda y YouTube bloqueó el canal de noticias ruso. Anunciar la prohibición de las emisiones de RT y Sputnik en la Unión Europea no solo es políticamente arriesgado sino también difícil de imponer legalmente.

    En un escenario tan polarizado de guerra informativa, donde la censura y la emocionalidad narrativa se han convertido en una parte esencial del relato de bélico, la apuesta comunitaria por la supresión de determinados medios, así como la instrumentalización de los grandes monopolios digitales en favor de su propia estrategia, plantean también contradicciones con la idea de libertad de expresión defendida por unos y otros.

    La guerra híbrida expande el impacto disruptivo de una confrontación que va más allá de los avances militares rusos y la capacidad de resistencia ucraniana. Se despliega a través de la desinformación y en cada intento de infección con software malicioso de infraestructuras y vías de comunicación. Bots, trolls o troyanos, todo vale para debilitar al enemigo.

    Carme Colomina, investigadora principal, CIDOB @carmecolomina

    BARCELONA CENTRE FOR INTERNATIONAL AFFAIRS, mayo 2022

    #Ucrania #Rusia #EstadosUnidos #EEUU #Guerra_digital

  • Ucrania y Marruecos tentáculos de la OTAN. ¿Quién dirige la NATO?

    Ucrania y Marruecos tentáculos de la OTAN. ¿Quién dirige la NATO? – Sahara Occidental, Estados Unidos,

    Por el Coronel Manrique

    Jazaría y origen Rusia

    En estos momentos en que el Canciller de Rusia habla de la muy posible guerra nuclear mundial, no quiero dejar de dar mi modesto testimonio respecto a dos grandes acontecimientos de trascendencia inmensa para España: la guerra de Ucrania y la insufrible agresión personalizada por Marruecos. Para no ser muy gravoso al sufrido lector, trataré de sintetizar y plasmar ideas con gráficos.

    Tengo presente, y quiero resaltar, que la OTAN, brazo armado de las potencias sajonas en primer lugar y de la plutocracia mundialista en último extremo, tiene como últimos fines confesados cosas tan aberrantes como la ideología de género y la agenda 2030, mientras la renacida Rusia ex soviética ha recuperado, en gran medida, la religión cristiana (ortodoxa) e introducido en su Constitución, de la mano de Putin, el respeto a la familia tradicional. Porque no solo la geoestrategia y el lucro económico están detrás de la guerra en Europa.

    Ucrania

    Para empezar, como síntesis de la historia de Ucrania, y sin olvidar el Rus de Kíev (origen de Rusia) y el reino Jázaro que encabezan estas líneas, la adjunta ilustración muestra las peculiaridades sociológicas de la Ucrania contemporánea, engrandecida por Rusia/URSS a lo largo del s.XX. Y ello no sin citar de pasada los nunca respetados Acuerdos de Minsk (y Aquí) y los ucranianos prorrusos muertos en los ocho años de la guerra civil (y Aquí) antes de la invasión rusa. También el que pudo ser plan inicial ruso, frustrado, aparentemente, por las deficiencias de información y por la resistencia ucraniana montada en base a la ingente, antigua y siempre impulsada por Usa/UK/UE. La actual situación de los frentes dibujan, con aparente claridad, cuál va a ser el final de esta fase del ataque ruso: el dominio del Sur y Este de Ucrania, donde son mayoría casi generalizada las poblaciones son prorrusas (y más tras los desplazamientos de los nacionalistas ucranianos y las retiradas/derrotas de sus fuerzas), y quizá, al final, con frontera fluvial con la Ucrania residual, fundamentalmente, en el Diéneper, y con Moldavia al Oeste en el Diénester.

    En cuanto a la marcha de la guerra hay que tener presente que Ucrania, una nación comparable en extensión y población con la nuestra, contaba, sobre el papel y según fuentes norteamericanas, con el ejército convencional más numeroso y potente de Europa. Sus posibles deficiencias en tecnologías punta, y armamento “no convencional”, eran compensadas con las ingentes y apenas secretas ayudas norteamericanas, y su experiencia de combate en la guerra civil, además de unas milicias muy politizadas, autodenominadas nazis (sin duda, muy infiltradas y manipuladas) y que representaban casi la mitad de los efectivos totales (más de 100.000 hombres). Ejemplos de la participación en la guerra de la OTAN son la probable captura del Teniente General yanqui Roger Cloutier en Mariopul y el hundimiento del crucero “Moscú”, este último, al parecer, a consecuencia de impactos en la banda que no daba a la costa; ambas cosas no han sido reconocidas por Rusia, pues, sin ningún género de dudas, llevarían a la guerra total con la OTAN.

    El imperialismo OTAN, en Europa y África, caballo de batalla del NOM.

    En relación a las “milicias nazis”, la labor de la OTAN/Ucrania es impresionante y casi increíble: han sido capaces enfrentar a muerte dos pueblos hermanos e instrumentalizar una ideología que supuestamente detestan, como es el nacional-socialismo alemán, en favor de sus intereses. Hay que recordar que tanto Zelensky, y muchos de sus colaboradores, como Boris Johnson (el Primer Ministro inglés) son judíos askenazis reconocidos, y, seguramente, Úrsula Von der Leyen, dado su origen e inclinaciones (también lo es la ex canciller Ángela Merkel).

    Aparente (¿buscada?) contradicción

    Los últimos apuntes gráficos son ejemplos de la manipulación mediática que nos inocula la maravillosa personalidad de Zelenski y el no menos ejemplar comportamiento (democrático y ético) de sus fuerzas, sin olvidar el de la OTAN y sus aliados. Zelenski ha suprimido todos los partidos políticos y medios de comunicación y dado, al menos, rienda libre a los grupos paramilitares que han asesinado a 11 alcaldes e innumerables ciudadanos ucranianos de cualquier sexo y edad; y eso por no hablar de masacres de bandera falsa (Bucha, Kramatorsk, etc).

    ¡A Zelenski aplaudió el Congreso, VOX incluido, después de insultar a España (Felipe II, Guernica, empresas, etc)!

    En Bucha los cadáveres aparecieron tras la retirada rusa (es impensable que dejaran esas “pruebas” tan a la vista … y algunas autopsias lo demuestran). El nº de serie del “misil ruso” en Kramatorsk era ucraniano (como otros caídos en ciudades del Donbass). Y lo que no ofrece dudas es el ingente número de vídeos de milicianos y soldados ucranianos torturando y matando a soldados rusos, compatriotas suyos prorrusos y periodistas occidentales independientes.

    La manipulación de los crímenes

    No puede sorprendernos, al menos no desde la uniformidad tiránica de la manipulación asociada al Covid, que prácticamente todos los Gobiernos y Media apoyen el discurso oficial “atlantista” (sajón), eludan la mínima búsqueda de la verdad e impongan una censura casi imposible de superar. Y, en relación a la mínima equidad y ética, no es que se demonice a Rusia, es que se da carta blanca para cualquier desafuero/crimen no solo a Ucrania, sino a esa alianza atlántico-global que nos tiraniza y, mire usted por donde, no le ha salido nunca eso de defender Ceuta y Melilla, e incluso Canarias, y nos invade en Gibraltar. Y lo mismo hay que decir de la Unión Europea, una de cuyas principales fronteras son esas tierras españolas. Para estos aliados, que seguramente nos llevan de cabeza a una guerra nuclear, no hace falta enemigos.

    Pero esa historia africana es digna de un trabajo propio posterior.
    La ocupación marroquí vino, no solo pacíficamente, de la mano de Usa, y sin su ayuda Marruecos pudo ser derrotado

    Comentaba anteriormente la inaudita uniformidad de nuestros políticos a la hora de implicar gravemente la seguridad nacional y los intereses patrios en un peligrosísimo y peculiar conflicto que no es ajeno, de la mano de unos “aliados” que no solo no nos defienden (Ceuta-Melilla), sino que nos invaden (Gibraltar) y apoyan todo tipo de agresiones de terceros, como es el caso Marruecos en el Sáhara-Canarias, Ceuta-Melilla-Peñones, en su guerra comercial y en las apenas encubiertas acciones de supuestas mafias de la droga y la inmigración ilegal.

    Marruecos, nuestro más peligroso “aliado”

    Aunque en la vergonzosa carta de Pedro Sánchez al rey alauí, saltando por encima de todo tipo de legalidad nacional e internacional y los mínimos protocolos diplomáticos, ha habido cierta uniformidad contra el mandatario del PSOE, ha sido obviando partes fundamentales del problema saharaui y sus implicaciones con Canarias. Porque las Islas Afortunadas han dejado de serlo al perder sus aguas, pesca, fondos marinos, y quedar vendidas a las invasiones inmigratorias. Y España en general a un largo etcétera que incluye el grave peligro de su seguridad y las represalias a nivel de terceros, empezando por Argelia (gas y aguas de Baleares) y la República Árabe Saharaui (RASD). Con relación a la última, nuestra traicionada y abandonada provincia, nadie parece acordarse de que la condenamos a una larga (1975-1991) y durísima guerra, la cual Marruecos a reiniciado hace dos años sin que se hayan dado por enterado ninguna plañidera o medio de comunicación, ni ONU, ni OTAN, ni Unión Europea, ni las señorías de los partidos parlamentarios o de los cuerpos jurídicos, ni las jerarquías eclesiásticas, ni nuestro avezados y atlantistas militares.

    Por esto es normal, pues en España nadie parece saber que las dos únicas colonias que hay en Europa y África son Gibraltar y el Sáhara Español, ambas pendientes de descolonizar según la ONU y ambas “españolas de iure”, para nuestra vergüenza y calamidades. Tampoco recuerda que Puerto Rico (y Guam y muchos otros “enclaves”) están o deberían estar en la misma situación y en manos de los países sajones que impulsan la guerra contra Rusia y apoyan a Marruecos en todas sus acciones contra todo derecho.

    La mano que se mueve por detrás de algunos actores

    Aquella provincia española fue arrancada a la fuerza y con traición, sin cumplirse nunca el mandato de la ONU respecto al referéndum de autodeterminación, que impulsó España hasta el cambio de régimen. Y la sangre española derramada no fue solo la de los saharauis con DNI español, ni la de los caídos por proyectiles y minas marroquíes, ni la hispana derramada por los “polisarios”, también fue la de los pescadores asesinados fríamente en oscuros atentados atribuidos por Marruecos (y nuestro Gobierno) a la RASD, pero cuya responsabilidad muy bien pudo de un reino que ha terminado robándonos no solo la pesca, sino las aguas y la riqueza de sus fondos (“tierras raras”, petróleo, gas, etc).

    Todo ello, claro está, con la inicialmente encubierta ayuda norteamericana e israelí, entre otros estados, y hoy proclamada a los cuatro vientos.

    Algunas de las ingentes pérdidas alauís

    El libro

    Pero este trascendental y peligroso tema, apenas esbozado aquí en su historia y actualidad merece un detallado estudio que ofrezco en una obra que no les dejará ni indiferentes ni sin respuestas, tanto en cuanto a historia, sociología, geopolítica y milicia. Resumo:

    Además de las históricas relaciones entre la Península y el Magreb en las épocas fenicia, romana (Mauritania Tingitana), bizantina y visigoda, y los ocho siglos de presencia musulmana en nuestras tierras, Marruecos, tras la sangrienta pacificación del Protectorado, desde su “renacimiento” en 1956 Marruecos nos ha hecho siempre la guerra. Ataques armados y otros apenas encubiertos en la mayoría de las ocasiones; una guerra híbrida al decir actual.

    La sangrienta Guerra de Ifni-Sáhara en 1958, aún sin retirarse por completo de allí nuestro Ejército del Norte de África y tener en nuestras academias más de 200 cadetes suyos, nos forzó a abandonar la Zona Sur del Protectorado de Marruecos (Tarfaya), incluso, y vergonzosamente, sin habernos entregado los prisioneros que tenían, y Sidi Ifni (Provincia nº 51) en 1969, a pesar de ser una concesión “a perpetuidad” de Marruecos tras el tratado de paz la Guerra de 1860. Y entonces Marruecos no contaba prácticamente con armamento pesado, Aviación, ni Marina.

    Libro de ampliación

    La Marcha Verde, cuando España era casi potencia nuclear y el reino alauí prácticamente carecía de Aviación y Marina, nos forzó a entregar el Sáhara (Provincia nº 53), incumpliendo gravísimos compromisos legales nacionales e internacionales. Así como, tras oscuros ataques terroristas, dejar los caladeros del banco canario-saharaui.

    Marruecos luego fagocitó las zonas neutrales, Perejil y la Zona Económica Exclusiva Canaria, al tiempo que nos inundaba de droga, inmigrantes, terroristas, productos hortícolas y humillaciones de todo tipo. Y, siempre reclamando descaradamente muchas zonas nuestras, se lanzó luego a una carrera de armamento que ha ganado claramente.


    Todo esto, y lo que venga, ha sido y será posible gracias a traiciones españolas, junto con apoyos e inducciones de otras naciones que, formalmente, son nuestras aliadas.

    Disculpen la propaganda y quédense con su contenido.

    Indicios de futuro

    VOX

    Y, para demostrar que no me mueven motivos egoístas, voy a quitarme, seguramente, algunos lectores con la crítica al grupo que más podría haber hecho en beneficio de España, pero que, con ocasión de las crisis de Ucrania y el Sáhara, ha tenido una actuación nada boyante, por decirlo suavemente. Porque en ambos casos ha demostrado una aterradora falta de conocimientos o de principios.

    Ya en su momento dio una muestra de ello poniéndose de perfil con ocasión de la profanación sacrílega del Valle de los Caídos y del Generalísimo Franco, con lo que aquella acción suponía de carga de profundidad.

    A lo dicho se suma la no denuncia de graves ilegalidades en las últimas elecciones (por marcar un límite temporal). Y eso que lo hizo en su momento en Andalucía y recuperó miles de votos “extraviados”, y que es público y notorio que no se hace el obligado escrutinio manual general ni se audita el sistema de transmisión de datos desde las mesas electorales al Ministerio del Interior. ¿Alguien pude creer que con esa postura le darán más oportunidades? Porque puede mirarse en el espejo de Marine Le Pen o de Trump. ¿Creen que van a tener tiempo (años) frente a una carrera acelerada del NOM (Tercera Guerra Mundial -nuclear- incluida)?

    Tampoco hace las merecidas críticas a unas instituciones, por muy altas que sean (Jefatura del Estado, Justicia, Milicia, Sanidad Pública, etc), que en muchas ocasiones deben ser objeto de llamadas de atención.

    Aterrador panorama el de VOX como no cambie. ¿A qué espera? ¿Por qué tantos balones de oxígeno a este sistema corrupto? ¿Creen que con estos amaños “electoralistas” (al decir del profesor Centeno) les van a perdonar?

    Y apocalíptico futuro el que se vislumbra para España.

    Coronel Manrique
    José María Manrique (Burgos, 1949), coronel de artillería retirado (1968, 2005 reserva por edad). En la forzada situación de reserva por edad a los 56 años fue escribiendo la historia española y universal especialmente del S. XIX en adelante, así como la metahistoria.

    El Correo de España, 30/04/2022

    #Marruecos #España #SaharaOccidental #Gibraltar #OTAN #EstadosUnidos

  • Por qué el conflicto de Ucrania ha sellado el del Sáhara

    Por qué el conflicto de Ucrania ha sellado el del Sáhara

    Por qué el conflicto de Ucrania ha sellado el del Sáhara – España, Marruecos, Argelia, Sahara Occidental, Ucrania, Rusia, Europa, Estados Unidos, Vladimir Putin,

    Por Ilya U. Topper*
    La guerra entre Rusia y Ucrania obliga a Europa a acercarse a Marruecos y a enterrar el contencioso del Sáhara Occidental
    ¿Por qué ahora? se han preguntado muchos, tras ver la carta del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez. “España considera que la propuesta marroquí de autonomía presentada en 2007 como la base más seria, creíble y realista para la resolución de este diferendo”. Traducido: Madrid está preparándose para seguir el ejemplo de Estados Unidos y reconocer el Sáhara Occidental como parte del reino marroquí. ¿Por qué ahora? Con el conflicto del Sáhara congelado desde hace treinta años, ¿por qué no dejarlo otros treinta, a ver si desaparece solo? No es un conflicto especialmente costoso para Europa: los 10 millones de euros que Bruselas transfiere al año en ayuda humanitaria son calderilla, al igual que los 5,5 millones que añade la AECID española. A eso se añaden 60 millones de dólares anuales para los cascos azules de la Minurso, que patrulla el territorio no se sabe muy bien para qué, pero eso lo paga Naciones Unidas. Al igual que los 20 millones anuales en comida para los 130.000 refugiados saharauis en Tinduf a través del Programa Mundial de Alimentos y otros 44 millones mediante el ACNUR. Unos 140 millones de dólares al año. Nada. Lo que cuesta una batería de 24 misiles Iskander como los que Rusia lanza en Ucrania cada día.

    Son precisamente esos misiles en Ucrania los que han encendido las alarmas en Europa. Porque tanto está quedando claro: la guerra con Rusia ha venido para quedarse. Incluso si Ucrania se convierte para el régimen de Putin en lo que fue Afganistán para la Unión Soviética, una sangría económica y psicológica que acaba por arruinar la nación, el proceso probablemente dure años. Salvo que una especie de golpe palaciego en Moscú intente salvar los muebles, es decir las finanzas de los oligarcas, apartando a Putin del poder antes de la bancarrota, lo que se avecina es una nueva guerra fría. Como la de antes. Y en época de guerra fría, los conflictos congelados se recalientan.
    El propio conflicto del Sáhara, o mejor dicho su estatus de cuestión internacional, fue un clásico producto de la guerra fría. Por supuesto había factores locales de sobra: para Marruecos, la aspiración de incorporar por fin un territorio que durante siglos solo había considerado parte teórica del reino, además de la pesca, que ya fue manzana de discordia entre España y Portugal en Tordesillas, y unas minas de fosfato de propina. En el otro bando, el rechazo rotundo del Frente Polisario de aceptar la bandera de un régimen que en 1958 había traicionado al movimiento anticolonialista saharaui tras años de apoyo y lo había dejado a merced de las ametralladoras de la operación franco-española Teide / Écouvillon. Hay cosas que no se perdonan.

    Pero ninguno de los dos bandos estaba solo. Rabat podía contar desde los años sesenta con millones de dólares, cohetes antitanque y hasta cazas de Estados Unidos, pensados para defenderse contra Argelia, en la órbita soviética, que recibía un volumen de ferretería aún mucho mayor desde Moscú. El Frente Polisario era un peón en este juego, de haber ganado, la extensa pero casi despoblada república saharaui se habría convertido en un protectorado de Argelia y su costa en el punto ideal para establecer esa base naval sin hielos que la Marina soviética buscaba como el santo grial por los mares del mundo. O eso, al menos, temía Washington. Darle a Rabat todo el apoyo que necesitaba para evitar que ocurriese era parte esencial de su política exterior.

    La disolución de la Unión Soviética debería haber puesto fin a esta lógica de bloques, dando paso a una salida negociada. A la independencia, porque todos los implicados sabían que ese iba a ser el resultado del referéndum que se negoció y que Rabat nunca permitió. Hubo unos años en el que Washington podría haber optado por impulsar esta salida para crear un Estado satélite en su propia órbita, pero renunció a intentarlo. Quizás por respeto a París, que no puede cambiar de aliado en el Magreb. Argelia, por otra parte, tampoco tuvo interés en retirar su apoyo al Frente Polisario, seguía siendo una herramienta para perjudicar a su vecino y sempiterno rival, ya que mantener el control policial y militar sobre el territorio saharaui es una sangría económica, diplomática y democrática para Marruecos. Una bola que arrastra el país y que ralentiza su desarrollo.

    También ralentiza el desarrollo de Argelia: según el digital Algeriepart, el Gobierno argelino desvía cada año de su presupuesto unos 1.300 millones de dólares hacia las estructuras del Frente Polisario para permitir el funcionamiento de lo que reconoce como República Árabe Saharaui Democrática (RASD). Ni usted, lector, se cree que esto se debe al espíritu noble de una cuadrilla de generales argelinos comprometidos con los ideales de la libertad de los pueblos (salvo el suyo propio). En geopolítica, pagar conflictos siempre se hace a cambio de algo.

    Política de Washington
    Donald Trump, experto en pegar patadas a las cosas que los demás políticos no quieren menear, fue el primero en encontrarle una nueva utilidad al conflicto saharaui: reconoció oficialmente la soberanía marroquí a cambio de que Rabat estableciera relaciones diplomáticas con Israel. A Joe Biden le pareció práctico; no retiró ese reconocimiento al igual que no volvió a llevarse la embajada estadounidense de Jerusalén a Tel Aviv, y ahí sigue en la web oficial la dirección (“En proceso de apertura”) del consulado estadounidense en Dajla. No era un capricho de Trump: es política de Washington.
    Por fin, debieron de decirse en París, donde siempre han preferido el elegante silencio para enmascarar su resuelto apoyo a Rabat, salvo Jacques Chirac, que en 2001 utilizó el término “las provincias del sur de Marruecos” para el Sáhara. En enero pasado, Alemania dio un paso al frente: el presidente, Frank-Walter Steinmeier, envió una carta al rey marroquí asegurando que consideraba el plan de autonomía para el Sáhara parte de los “esfuerzos serios y creíbles de Marruecos” y “una buena base para un acuerdo”, una fórmula casi idéntica a la española, salvo el superlativo.

    Pero Alemania pinta poco en el conflicto. Es España quien es no solo el guardián moral del Sáhara sino, sobre todo, el ama de llaves de la relación entre la Unión Europea y Marruecos. Muy a su pesar; recibe todas las pullas que lanza Rabat para avanzar sus intereses en el tablero internacional, ya sea una oleada de migrantes dirigida contra Ceuta —un truco que ha copiado de Erdogan, y que funciona solo porque la Unión Europea aún mantiene una absurda política de limitar la inmigración en lugar de fomentarla, como pide el mercado laboral— , ya sea un cierre de fronteras de Ceuta y Melilla. Y no es fácil responder con la misma moneda bloqueándole las vías de comercio a Marruecos: los camiones que transitan de Tánger a Algeciras van en gran parte a Francia.

    El plan de Europa
    Así estábamos cuando Rusia pegó un puñetazo en la mesa de Ucrania. Y alguien en Bruselas debió de mirar el mapamundi colgado en la pared. Europa tiene tres puertas, aparte el siempre abierto Atlántico. Una da al este: ahí está Moscú y detrás, toda Asia. La otra es al sureste y da paso a Oriente Medio, de Irán a Arabia. Durante siglos se llamaba la Sublime Puerta; hoy tiene un portero de modales menos sublimes, experto en chantajear a Bruselas con oleadas de migrantes. La tercera da al sur, y detrás está África entera.

    No podemos estar peleados con los tres porteros a la vez, se han dicho en Bruselas. Si Putin cierra una puerta, Mohamed VI debe abrir una ventana. De momento, desde luego, África no es un mercado interesante para la Unión Europea, ni un proveedor esencial en volumen de mercancías. De momento. Si hay que prepararse para un largo invierno ruso, no vendrá mal interesarse por el continente, antes de que China se haga con el monopolio. O la propia Rusia. Porque Rusia está en ello, desde Mali a Mozambique. El mundo ha empezado otra carrera por África, 140 años después de la primera.

    La primera estafeta la perdió Francia en febrero pasado, cuando Mali le pidió retirar sus fuerzas y se alineó con Moscú. Pero la meta está más al sur: Nigeria tiene las novenas reservas de gas en el mundo. No son nuevos los planes de llevarlo a Europa mediante un gasoducto que cruce Níger y Argelia, y podemos pensar que ahora mismo más de un despacho está contratando a ingenieros para evaluar costes y trayectos. Pero un gasoducto a través de un desierto con países sumidos en regímenes corruptas, golpes de Estado, mafias de tráfico de migrantes y milicias yihadistas no es lo que necesita Europa. Europa necesita una África, o al menos la mitad norte de África, estable y pacífica, en pleno desarrollo económico y consumidora de bienes europeos. Si puede ser, con derechos humanos y democracia, aunque eso quizás sea pedir mucho: Rusia y China no lo piden. Se hará lo que se pueda.

    El cebo de Rabat
    Para llegar a esa África, el plan de Mohamed VI que muchos han tildado de alcázar real en el aire, quizás no sea tan descabellado: un gasoducto desde Nigeria a Cádiz, pasando a lo largo de toda la costa africana, conectando doce países. El primer tramo, de 600 kilómetros, ya está construido, a través de Benín y Togo hasta Ghana. Faltan otros 5.000 kilómetros. Por supuesto costaría el doble del gasoducto transahariano —se habla de 25.000 millones de dólares frente a 13.000 millones— pero debería tener un efecto secundario importante: el aprovisionamiento energético y el desarrollo económico de todos los países por los que pasa.

    Eso, al menos, es lo que se promete Rabat. Lleva una década invirtiendo en diplomacia, comercio y negocios al sur de sus fronteras. Aún es un mercado menor: el continente recibe solo un 7,7 por ciento de las exportaciones marroquíes —menos que las Américas, con un 11 por ciento— pero esto es una proporción netamente mayor que la de cualquier otro país europeo: España y Francia exportan menos del 2 por ciento de sus productos a África subsahariana. Esto es algo que cambiará con una África occidental más próspera, más desarrollada, más proclive a gastar en casa en lugar de caer en la red de estafas y apostar todo lo ahorrado a la ruleta mortal de la emigración.

    La vía hacia esa África futura pasa por Marruecos. En concreto pasa por Guerguerat, un puesto perdido en la frontera entre Sáhara Occidental y Mauritania. En la práctica, entre Marruecos y Mauritania, salvando una decena de kilómetros bajo mando del Frente Polisario. Es la única arteria para el tráfico rodado que conecta Tánger con el resto del continente. Fue aquí donde arrancó en noviembre de 2020 la última ronda de tensiones bélicas: Rabat se dispuso a asfaltar el tramo fuera de su control para facilitar el paso de los camiones y el Frente Polisario montó protestas, es uno de los pocos puntos donde puede aún recordar que el conflicto no está resuelto y no se puede simplemente ir adelante con el negocio como si nada pasara.

    Si Europa quiere abrir una ventana a África, y ya está tardando en hacerlo, necesita resolver este conflicto. Con Rusia colocando sus peones y sus mercenarios en África Occidental, no puede ya mantener el statu quo en la esperanza de que el problema desaparezca solo. Un conflicto en el Sahel, con una población desesperada, con toda una generación educada en la exaltación del guerrero valiente, el fusil, la bandera, el muerte o libertad, es un peón demasiado fácil de aprovechar. Cuando se enfríe la guerra en Ucrania, no sería raro que se caliente en el Sáhara.
    Ni todo el oro de Moscú puede dar la victoria al Frente Polisario: estamos otra vez donde hace cuarenta años. Pero puede minar con explosivos una de las dos puertas que tiene Europa al sur. De París a Berlín y Madrid se habrán dicho que para prevenirlo, lo más eficaz es seguir la estela de Estados Unidos y reintegrar Marruecos a una alianza firme, con el Sáhara incluido.

    Por supuesto también se podría prevenir de otra manera, dirán ustedes: primero otorgar la independencia al territorio saharaui y acto seguido formar una Unión Magrebí, con Marruecos, Sáhara Occidental, Mauritania, Argelia y Túnez como países miembros, copiando el modelo europeo. Sin duda sería lo más justo. Probablemente habrían dicho lo mismo en los años ochenta en Euskadi y en Irlanda del Norte: si de todas formas vamos hacia una Unión Europea y se abolirán las aduanas, ¿por qué no dejar que cada región elija su bandera y su asiento en la ONU? Pregunten en Madrid y Bilbao, en Londres y en Dublin, por qué no ocurrió.


    No ocurrirá tampoco en el Sáhara, tanto podemos vaticinar. Puestos a elegir entre los dos hermanos enemigos, Europa ya ha decidido: Marruecos es la puerta a África, Argelia es solo un proveedor de gas. Y el gas no está en peligro; Argel no lo cortará, porque de eso vive. Nueve de cada diez dinares que ingresa el país vienen de los hidrocarburos.
    La misma estrategia tiene lugar, desde luego, en la puerta sureste: hasta en Atenas han dicho ya que con Putin ante portas no es momento de enfadarse con Ankara. Al contrario, hay que reforzar lazos con Turquía, facilitar que se arregle por fin con Israel, al menos para poder construir el gasoducto que traerá el fluido del Mediterráneo oriental a través de Anatolia a Europa. Hay que evitar las confrontaciones y solo mantener en silencio la esperanza de que las próximas elecciones, dentro de un año, traigan a algún personaje más sublime a la Puerta. Puede ocurrir.

    Esa esperanza no la hay en Marruecos: las dinastías tienen ciclos más largos y la genética de la sangre azul es aún más impredecible que la voluntad popular. Pero al menos, con la puerta abierta podrá entrar algo de aire fresco.

    *Periodista de vocación desde sus inicios en un diario local de Cádiz, Ilya U. Topper ha pasado por diversas ONG andaluzas y madrileñas antes de aventurarse como ‘freelance’ por ambos extremos del Mediterráneo, desde el Marruecos de su infancia al Iraq de la posguerra. Aprendió el periodismo de profundidad en la redacción de La Clave, donde dirigía Internacional durante tres años, sólo para regresar en 2010 como corresponsal a Estambul, donde sigue trabajando. Es además cofundador y editor de la revista digital M’Sur, que se publica desde 2008, una apuesta de una veintena de periodistas españoles por un periodismo de calidad en el ámbito mediterráneo.

    El Confidencial, 23/04/2022

    #SaharaOccidental #Marruecos #España #Argelia #UnionEuropea #UE #Ucrania #Rusia #Gas #Africa

  • EEUU matiza su posición sobre el Sáhara Occidental.

    EEUU matiza su posición sobre el Sáhara Occidental.

    EEUU matiza su posición sobre el Sáhara Occidental – España, Marruecos, Argelia, autonomía, Estados Unidos, ONU, Staffan de Mistura,

    Estados Unidos sigue abierto a diferentes opciones para el futuro del Sáhara Occidental, mientras que Marruecos, que reclama la soberanía sobre el territorio en disputa, intenta conseguir un mayor apoyo internacional de sus vecinos europeos.
    Marruecos está buscando apoyo para una propuesta que presentó en 2007 y que ofrecería una autonomía limitada a través de un gobierno descentralizado en el Sáhara Occidental, con poderes fiscales y presupuestarios, pero con las relaciones exteriores, la seguridad y la defensa en manos de Rabat.

    La propuesta fue rechazada por el movimiento independentista saharaui, el Frente Polisario, que exige la plena independencia de Marruecos.
    La administración del presidente estadounidense Donald Trump reconoció la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental a finales de 2020 a cambio del reconocimiento oficial del reino a Israel. Esta postura fue confirmada por el sucesor de Trump, Joe Biden, concretamente por la vicesecretaria de Estado estadounidense, Wendy Sherman, durante una visita de cinco días a Marruecos y Argelia en marzo de este año.

    Sin embargo, Washington ha matizado esta posición.

    « Seguimos viendo el plan de autonomía marroquí como algo serio, creíble y realista, y como un enfoque potencial para satisfacer las aspiraciones del pueblo del Sáhara Occidental », dijo a EURACTIV una fuente de la embajada estadounidense en Madrid.

    El funcionario añadió que Estados Unidos está « plenamente comprometido diplomáticamente, en apoyo de la ONU y con nuestros socios internacionales, para fortalecer un proceso político creíble, dirigido por la ONU, que conduzca a una resolución sostenible y digna ».

    Paralelamente, Rabat ha ejercido una intensa presión sobre los países europeos vecinos, con cierto éxito.

    El mes pasado, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, emitió una carta en la que apoyaba los planes de Marruecos de dar una autonomía limitada al territorio en disputa del Sáhara Occidental.

    Se trata de una « pequeña parte de un acuerdo más amplio con Marruecos » que incluye un acuerdo sobre migración y la gestión de los enclaves españoles de Ceuta y Melilla, según declaró a EURACTIV Isaías Barrenada Bajo, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Complutense de Madrid.

    La medida de España se produce después de que las relaciones con Marruecos alcanzaran un nuevo mínimo en mayo de 2021, cuando España dio acceso al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, a un tratamiento hospitalario, negando inicialmente los hechos a Marruecos.

    Marruecos tomó represalias abriendo sus fronteras a la isla de Ceuta, donde llegaron unos 10.000 inmigrantes en pocos días.

    Según Bajo, España debe controlar su frontera y apoyarse en un vecino que « ha utilizado a los inmigrantes como arma ».

    « El segundo tema es un viejo asunto entre España y Marruecos, vinculado a los dos pequeños enclaves territoriales españoles en el norte de Marruecos, Ceuta y Melilla », añadió. Ambos territorios son geográficamente sensibles y « una importante fuente de actividad económica en la región ».

    Bajo cree que estos dos puntos explican en parte la decisión de Sánchez. Sin embargo, señaló que el contenido de la carta del 18 de marzo « no era totalmente nuevo ».

    « No creo que sea exactamente un cambio de posición, sino una declaración oficial de que España apoya la iniciativa marroquí. Desde 2007, el gobierno español [ha] apoyado discretamente la propuesta. Pero ahora se ha explicitado.

    « Para Marruecos, por supuesto, es un tema muy importante. Pero para España, las dos cuestiones anteriores son más importantes que [el conflicto del Sáhara Occidental] ».

    Marruecos también es importante para España « en términos de cooperación económica y antiterrorista », dijo a EURACTIV Aldo Liga, investigador del centro MENA en el Instituto Italiano de Estudios de Política Internacional (ISPI). Las autoridades marroquíes, añadió, están orgullosas de su política antiterrorista, que Rabat utiliza como « palanca adicional ante la UE ».
    Una carta con « errores sorprendentes

    Explicando la posición española sobre el Sáhara Occidental, Bajo dijo que hay « dos fuentes de información ». « El primero es el [comunicado] del Gabinete Real marroquí, que por primera vez habló de la vuelta a la normalidad » con España.

    « La otra fuente, la carta española, es muy extraña. Porque hay muchos errores en ella. No es una carta oficial.

    El Sr. Bajo se refiere al contenido y a la forma, más que a las faltas de ortografía.

    « Llaman al Ministerio de Asuntos Exteriores Ministerio de Asuntos Europeos », dijo, señalando que en España no existe tal ministerio.

    Tras la carta, Sánchez visitó Marruecos y el reino reconfirmó su compromiso de controlar sus fronteras y no reclamar Ceuta y Melilla.

    Por estas razones, el Sr. Bajo considera que lo que está ocurriendo « es una violación del derecho internacional, porque ésta no es la forma convencional de resolver un problema de descolonización ».

    Bajo califica la propia propuesta marroquí como « un ultimátum » más que « el resultado de una negociación », y añade que « España está apoyando políticamente una propuesta unilateral, y creo que ha cerrado su capacidad de mediación ». [Ha pasado de ser parte de la solución a ser parte del problema.

    La posición de España, explicada

    El diputado socialista europeo Juan Fernando López Aguilar declaró a EURACTIV que « la carta del presidente Pedro Sánchez al rey de Marruecos [indicaba] que la oferta marroquí es seria y creíble ». Pero esto no significa que España haya reconocido la soberanía de Marruecos sobre estas tierras ».

    López Aguilar dijo que la posición de Sánchez significa que el « principio de un acuerdo mutuamente aceptado entre dos partes » sigue vigente y que España no ha ignorado las reivindicaciones independentistas de los representantes saharauis.

    Según Aguilar, el plan de Marruecos podría conducir a un « acuerdo duradero y sólido y a una solución pacífica de esta situación ».

    El eurodiputado cree que, después de 50 años, era necesario un gesto significativo para resolver el contencioso y argumentó que el principal sentido de la carta de Sánchez era « relanzar la comunicación bilateral con el Reino de Marruecos » en buenos términos.

    Mientras tanto, el Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores, el ex diplomático español Josep Borrell, dijo el 21 de marzo que la carta de Sánchez no está en contradicción con la posición de la UE sobre el Sáhara Occidental.

    « La solución debe venir de un acuerdo entre las partes en el marco de la resolución de la ONU. Esta es la posición europea, y por lo que he leído en la carta enviada por España, no la contradice », dijo.

    Reacciones de Argelia y el Polisario

    La publicación de la carta del Sr. Sánchez ha provocado un aumento de las tensiones en la región.

    Argelia, que apoya al Frente Polisario independentista, retiró a su embajador de Madrid en señal de protesta, 24 horas después de la publicación de la carta. El Polisario suspendió finalmente los contactos diplomáticos con España el 10 de abril.

    « Se trata de una decisión unilateral que no se ajusta al derecho internacional y que rompe con el consenso de la política exterior española de los últimos 46 años », declaró a EURACTIV el jefe de la delegación del Frente Polisario en Madrid, Abdulah Arabi.

    « Es muy grave que un país como España, potencia administradora de derecho del Sáhara Occidental, se incline por un agresor e invasor como Marruecos y sitúe a España al margen de la legalidad internacional, con lo que se excluye de cualquier posibilidad de desempeñar un papel que pueda ayudar al Enviado Especial de la ONU para el Sáhara Occidental y, además, condiciona su labor al apoyar a Marruecos en contra de las resoluciones de la ONU », dijo Arabi.

    Describió la carta como « el resultado de la presión permanente y constante de Marruecos, principalmente a través de los flujos migratorios », que llega « en un momento muy turbulento en la región ». Las relaciones entre Argelia y Marruecos se han deteriorado aún más mientras « hay una guerra abierta en el Sáhara Occidental ».

    López Aguilar, por su parte, cree que se trata de una respuesta a la « presión híbrida [que] se ha ejercido sobre España como extensión de toda Europa, no sólo por parte de Marruecos, sino también de Argelia, y de Libia ».

    « Ellos, por supuesto, juegan en el plano geopolítico, ejerciendo mucha presión. Argelia es el principal proveedor de gas de España e Italia. [Así que han aprovechado la oportunidad para aumentar la presión que podría ejercer [Argelia].
    La oposición española

    Miguel Urbán Crespo, eurodiputado del partido Anticapitalistas, dijo a EURACTIV que no ha habido ningún cambio real en la política exterior del gobierno español. « Lo que ha ocurrido ahora es que la hipocresía permanente ha llegado por fin a su fin: el gobierno español pone por escrito lo que hace y ha hecho siempre en la práctica con el Sáhara Occidental ».

    « Una vez más, el Sr. Sánchez ha dado prioridad al control de las fronteras y al fortalecimiento del régimen autocrático marroquí sobre la legalidad internacional o el pueblo saharaui », añadió.

    Según explicó el Sr. Crespo, la operación española no podía llevarse a cabo « sin asegurarse antes una alternativa al gas argelino », ya que el restablecimiento de las buenas relaciones con Marruecos debilita a su vez los vínculos de España con Argelia.

    Por: Eleonora Vasques | EURACTIV.com | traducido por Arthur Riffaud

    Fuente : Euractiv, 20/04/2022

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