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  • Marruecos pretende reforzar «el atractivo para los grupos mineros internacionales » en el Sahara Occidental

    Etiquettes : Sahara Occidental, Marruecos, recursos naturales, fosfatos, pesca, OCP, ONHYM, Oficina Nacional Marroquí de Hidrocarburos y Minas,

    Ali Salem Ahmedu

    Marruecos, que ha explotado sin vergüenza los recursos naturales del Sahara Occidental durante años, pretende acelerar su política expansionista mediante el refuerzo de «el atractivo para los grupos mineros internacionales en esta región», con el fin de legitimar y consolidar la ocupación militar de este territorio.

    Como signo de la intensificación de esta política de saqueo sistemático de los recursos del Sahara Occidental, la Oficina Nacional Marroquí de Hidrocarburos y Minas (ONHYM), dirigida por Amina Benkhadra, ha sido recientemente encargada de otorgar los permisos mineros en el Sahara Occidental. Anteriormente, estos permisos eran gestionados por la Dirección de Minas del Ministerio de Transición Energética y Desarrollo Sostenible en Marruecos, dirigido por Leïla Benali. La implicación del ONHYM tiene como objetivo «reforzar el atractivo para los grupos mineros internacionales en esta región», explica un medio francés, afirmando que los servicios de Amina Benkhadra desean «multiplicar las asociaciones con empresas junior de exploración minera, con el fin de compartir los riesgos».

    La apropiación del Sahara Occidental por parte de Marruecos, con la explotación de sus recursos naturales, no es algo nuevo. Durante años, el ocupante marroquí ha explotado ilegalmente las riquezas del territorio, contribuyendo así a prolongar el conflicto y el sufrimiento del pueblo saharaui. El ejemplo del fosfato es emblemático. En 1947, los españoles descubrieron un yacimiento que llamaron Phosboucraa, donde el mineral se extrae fácilmente, prácticamente a cielo abierto. Desde la salida de los españoles, el mineral de Boucraa ha sido explotado y comercializado en todo el mundo por la Oficina Cherifiana de Fosfatos (OCP), de la cual el rey Mohammed VI es accionista.

    Sin embargo, el Sahara Occidental está inscrito en la lista de territorios no autónomos de la ONU desde 1963. En otras palabras, Marruecos no es soberano sobre el Sahara Occidental. Tampoco es la potencia administrante, ya que España mantiene este estatus desde 1965. Por lo tanto, Marruecos es la potencia ocupante, administrando a la población y explotando ilegalmente los recursos de este territorio. Sus esfuerzos cuentan con el apoyo de numerosas empresas internacionales que se benefician del conflicto. Estas empresas activas en el Sahara Occidental crean empleos para los colonos marroquíes presentes ilegalmente, tanto a través de inversiones directas como por las exportaciones de productos hacia países extranjeros, en violación de las Convenciones de Ginebra.

    El gobierno noruego, de hecho, ha calificado la exploración petrolera de Marruecos en el Sahara Occidental como una «violación particularmente grave de las normas éticas fundamentales», considerando que «esto puede reforzar las reclamaciones de soberanía de Marruecos y, por lo tanto, contribuir a sabotear el proceso de paz de la ONU». Peor aún, hace algunos años, una filtración del Ministerio de Asuntos Exteriores marroquí mostró cómo Marruecos utiliza los recursos naturales del Sahara Occidental para involucrar a otros países en su propia ocupación ilegal del Sahara Occidental a través de la participación de empresas extranjeras en el saqueo.

    Mientras Marruecos financia la ocupación usurpando los recursos del país, los saharauis se ven en su mayoría obligados a vivir en condiciones miserables y sin ningún beneficio de las actividades comerciales rentables realizadas en su territorio. El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y el relator de la ONU sobre el derecho a la alimentación han destacado que los saharauis están afectados por la pobreza y no se benefician en absoluto de las considerables inversiones realizadas en sus propias tierras.

    En 2016, el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas subrayó la necesidad de obtener el «consentimiento previo, libre e informado del pueblo saharaui para la realización de proyectos de desarrollo y operaciones de extracción (de recursos)», tras haber examinado el informe de Marruecos en virtud del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Además, Marruecos, que se beneficia de la explotación del Sahara Occidental que mantiene bajo ocupación, no gestiona los recursos del territorio de manera sostenible.

    Un análisis independiente de 2011 encargado por la UE demostró el agotamiento casi total de las reservas de peces frente al Sahara Occidental. Otro informe de evaluación de 2017 de la UE sobre el acuerdo de pesca UE-Marruecos reveló que, con excepción de las sardinas, todas las especies pelágicas frente a las costas del Sahara Occidental estaban sobreexplotadas, a raíz de años de pesca intensa por parte de las flotas locales, europeas y otras extranjeras.

    La situación no es mucho mejor en otros sectores. La agricultura en el desierto no es una empresa sostenible. «Las reservas de agua subterránea en la zona alrededor de Dajla, que deberían ser utilizadas en beneficio de las personas que allí viven, están en vías de agotamiento debido a la agroindustria», había alertado el Observatorio Western Sahara Resource Watch (WSRW). Según este observatorio, los trabajadores del fosfato en el Sahara Occidental se han quejado del riesgo sanitario al que están expuestos. Pero el OCP niega que los subproductos tóxicos de la industria del fosfato causen enfermedades y muertes, y tengan efectos desastrosos sobre el medio ambiente.

    #Marruecos #SaharaOccidental

  • El Sáhara Occidental: un conflicto olvidado con importantes implicaciones económicas

    Etiquetas : Sahara Occidental, Frente Polisario, Marruecos, recursos naturales, riquezas naturales, fosfatos, pesca,

    El conflicto en el Sáhara Occidental, frecuentemente eclipsado por otras crisis internacionales, vuelve a ser destacado debido a su preocupante dimensión económica y ambiental. La Federación Española de Instituciones Solidarias con el Sáhara Occidental ha lanzado una advertencia sobre la explotación ilegal de los recursos naturales en esta región disputada.

    Carmelo Ramírez Marrero, presidente de la Federación, recientemente ha interpelado a la Comisión de Cooperación Internacional para el Desarrollo en las Islas Canarias sobre este asunto crucial. Ha subrayado la urgencia de que la Misión de las Naciones Unidas para la Organización de un Referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO) aborde el problema del saqueo de recursos naturales por parte de Marruecos en los territorios ocupados.

    Esta explotación ilegal plantea interrogantes significativos sobre la sostenibilidad ambiental y la equidad económica en la región. Los recursos en juego, que probablemente incluyen fosfatos, reservas pesqueras y posiblemente petróleo, representan un importante interés económico que exacerba las tensiones en este conflicto de varias décadas.

    Ramírez también ha destacado el papel ambiguo de España, antigua potencia colonial, acusando a los sucesivos gobiernos de no haber cumplido con sus « obligaciones jurídicas, políticas y morales » hacia el Sáhara Occidental en los últimos 60 años. Esta crítica plantea cuestiones sobre la responsabilidad de las antiguas potencias coloniales en la resolución de conflictos poscoloniales y la protección de los recursos naturales en territorios disputados.

    El presidente de la Federación también ha denunciado la « dura represión sufrida por la población saharaui » y la presión ejercida por « cientos de miles de colonos marroquíes », destacando los desafíos demográficos y sociales que complican aún más la búsqueda de una solución pacífica.

    Esta situación pone de relieve los complejos vínculos entre los conflictos territoriales, la explotación de recursos naturales y los derechos humanos. También plantea preguntas sobre el papel y la eficacia de las misiones de la ONU en contextos donde los intereses económicos están estrechamente vinculados a los intereses políticos.

    Mientras la comunidad internacional se centra en otras crisis globales, el caso del Sáhara Occidental recuerda que los conflictos de larga duración, aunque menos mediáticos, pueden tener implicaciones económicas y ambientales significativas que merecen una atención renovada.

    #SaharaOccidental #Polisario #Marruecos #fosfatos #Pesca

  • La MINURSO debe hacer frente al saqueo de los recursos naturales en el Sáhara Occidental

    Etiquetas : MINURSO, Sahara Occidental, recursos naturales, riquezas naturales, fosfatos, pesca, Carmelo Ramírez Marrero,

    La Federación Española de Instituciones Solidarias con el Sáhara Occidental (FEDISSAH) ha llamado a la Misión de las Naciones Unidas para la organización de un referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO) a hacer frente al saqueo de los recursos naturales por parte de Marruecos en los territorios ocupados.

    «La Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO) no está de vacaciones, debe hacer frente al saqueo de los recursos naturales y a la represión por parte de Marruecos que agravan la situación, pero está al servicio del respeto de los derechos humanos», declaró el presidente de la Federación, Carmelo Ramírez Marrero, durante su intervención ante la Comisión de Cooperación Internacional para el Desarrollo en la Cámara de Representantes en las Islas Canarias.

    Ramírez denunció especialmente el papel de España frente a «la obstrucción sistemática de Marruecos» en la aplicación de las resoluciones de las Naciones Unidas, subrayando que ningún gobierno del Estado español ha respetado, en 60 años, «sus obligaciones jurídicas, políticas y morales» con el Sáhara Occidental.

    «Marruecos ha ocupado este territorio, prohíbe e incluso expulsa a las delegaciones de observadores internacionales», se indignó el responsable español, insistiendo en la «dura represión sufrida por la población saharaui» y la «muy fuerte presión» ejercida por «cientos de miles de colonos marroquíes» que «hacen imposible una solución pacífica» al conflicto.

    #SaharaOccidental #Marruecos #CEAS #Recursosnaturales #expolio #saqueo

  • Argelia quiere competir con Marruecos en el mercado de los fosfatos

    Etiquetas : Argelia, Marruecos, fosfatos, Africa, RASD, Sahara Occidental, Kenia, fertilizantes,

    Según una información aportada por la web Marokko Nieuws, Argelia se ha volcado en la producción y exportación de fertilizantes fosfatados, un sector en el que Marruecos es líder mundial. « Con este paso, Argelia quiere frustrar a Marruecos no sólo económicamente sino también diplomáticamente en su estrategia africana », añade.

    « Argelia no empezó a explotar una mina de fosfato en Tébessa hasta 2020, con la ayuda de China. El país pretende duplicar su producción de fertilizantes para 2033 y exportar 6 millones de toneladas de fertilizantes fosfatados al año. Argelia se centra principalmente en los mercados africanos, donde Marruecos ya ha construido una posición sólida gracias a su cooperación Sur-Sur », precisa la web marroquí.

    Según la misma fuente, « el presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, en un mensaje en la Cumbre Africana sobre Fertilizantes y Salud del Suelo, celebrada en Kenia, expresó su voluntad de compartir sus experiencias y capacidades con los países africanos. También destacó el papel de Argelia como proveedor de fertilizantes en el mercado internacional ».

    « Este acercamiento con los países africanos también tiene una dimensión diplomática. Argelia quiere impedir que algunos países que reconocen la autoproclamada República Saharaui (RASD) cambien de posición y se unan a Marruecos, que defiende su soberanía sobre el Sáhara. Es el caso de Kenia, donde algunos políticos han pedido la normalización de las relaciones con Marruecos ».

    « Argelia envió una donación de 16.000 toneladas de fertilizantes de urea 46 a Kenia en enero, un año después de lo prometido. Este gesto fue visto como un intento de influir en el presidente William Ruto para que siguiera apoyando a la RASD », concluye Marokko Nieuws.

    #SaharaOccidental #Marruecos #Argelia #Fosfatos #Kenia #Africa #RASD

  • La energía renovable al servicio del colonialismo

    Etriquetas : energía renovable, colonialismo, Sahara Occidental, Marruecos, extractivismo, fosfatos, pesca, agricultura,

    Una transición injustaEnergía, colonialismo y extractivismo en el territorio ocupado del Sáhara Occidental

    El extractivismo, al igual que el colonialismo, tiene muchas formas y tamaños diferentes. En el caso del Sáhara Occidental, no sólo se manifiesta en la extracción de fosfatos, la pesca y las industrias de la arena y la agricultura. En la actualidad, el extractivismo en el Sáhara Occidental también se sustenta en proyectos de energías renovables, utilizados en parte para « maquillar de verde » la ocupación marroquí del Sáhara Occidental.

    Las múltiples crisis ecológicas causadas por la actividad humana están vinculadas con otros problemas políticos, sociales y económicos que atraviesa el Norte de África y, al mismo tiempo los exacerban.1 En el Sáhara Occidental estas dificultades y crisis están determinadas por su condición de colonia. El presente informe intenta aportar a las conversaciones sobre una transición justa –es decir, una transición hacia «economías prósperas que brindan medios de subsistencia dignos, productivos y ecológicamente sostenibles; gobernanza democrática y resiliencia ecológica»– en el Sáhara Occidental.2 Aborda el modo en que funciona el extractivismo en la zona del Sáhara Occidental actualmente ocupada por Marruecos. Gran parte del análisis se centra en proyectos de energía renovable, debido a que a nivel internacional se felicita a Marruecos por su compromiso con la llamada «transición hacia una energía verde».3 El presente análisis es diferente. Intenta elevar las voces de la población saharaui originaria del Sáhara Occidental. Debido a que los desarrollos en materia de energía renovable menoscaban la autodeterminación del pueblo saharaui y exacerban las desigualdades (percibidas y reales) entre saharauis y marroquíes, esos desarrollos impiden una transición justa.

    A continuación, tras describir brevemente la historia del conflicto en el Sáhara Occidental, los autores identifican, en primer lugar, las formas de extractivismo en ese territorio ocupado del Sáhara Occidental y hacen un relevamiento de quiénes contribuyen a las industrias extractivas y lucran con ellas. Si bien el foco principal del informe son los desarrollos energéticos, también se arroja luz sobre formas de extractivismo conexas, como la extracción de fosfatos, la pesca y las industrias de la arena y la agricultura. La investigación sobre el extractivismo en el Sáhara Occidental se enmarca en conversaciones en profundidad con académicos y activistas acerca de la energía y el colonialismo a nivel mundial. El informe explica además por qué los desarrollos en materia de energía renovable en el territorio ocupado del Sáhara Occidental deberían considerarse formas de extractivismo.

    En segundo lugar, los autores sostienen que la energía producida (potencialmente) en el Sáhara Occidental contribuye a la diplomacia del régimen marroquí en el extranjero, perpetuando así su poder colonial en el territorio ocupado.

    Por último, el informe se pregunta cómo sería una transición justa saharaui. Los autores se inspiraron en los campamentos de refugiados saharauis y en el Gobierno en el exilio ubicado cerca de Tinduf, en Argelia. Allí se analiza una pequeña muestra de iniciativas saharauis para determinar cómo podrían relacionarse con una transición justa o influir en ella.

    Una breve historia sobre el conflicto del Sáhara Occidental

    La colonización española del Sáhara Occidental comenzó en 1884, después de la Conferencia de Berlín, en la que los Estados europeos se dividieron el territorio de África entre sí y el Sáhara Occidental pasó a ser propiedad de España. En un comienzo, la presencia española en el denominado «Sáhara español» se limitaba a la pesca en aguas costeras y el comercio con tribus saharauis. Sin embargo, el descubrimiento de fosfatos, petróleo y otros yacimientos minerales en la década de 1940 alentaron a España a ampliar su dominio sobre el territorio al ámbito político, social y económico.4

    A comienzos de la década de 1960 inició una nueva era de descolonización con la Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1960.5 El Sáhara español (Sáhara Occidental) se incluyó en la lista de las Naciones Unidas de territorios no autónomos que se descolonizarían en 1963. En ese entonces, surgieron movimientos masivos organizados a favor de la independencia saharaui; el primero de los cuales fue la Organización de Vanguardia por la Liberación del Sáhara, creado en 1968 por Mohamed Sidi Brahim Bassiri.6 Más tarde, después de que España desapareciera a Bassiri, un grupo de estudiantes y miembros de la Organización de Vanguardia creó el Frente Popular por la Liberación de Saguía el Hamra y Río de Oro (Polisario) en 1973. En ese mismo año, iniciaron una lucha armada contra los españoles.7

    Desde la independencia de Marruecos en 1956, y debido a sus ambiciones expansionistas, el régimen marroquí ha expresado su sueño de un «Gran Marruecos», que abarcaría el Sáhara Occidental, Mauritania y partes de Argelia y Malí.8 Por lo tanto, cuando España mencionó su plan de llevar a cabo un referéndum sobre la autodeterminación de los saharauis en 1974, Marruecos y Mauritania expresaron nuevamente sus propios argumentos a favor de la soberanía territorial respecto del Sáhara Occidental. La Corte Internacional de Justicia escuchó los argumentos de los dos Estados, que alegaban que antes de la colonización española, el Sáhara Occidental había pertenecido al territorio del Gran Marruecos y la Gran Mauritania. La Corte rechazó estas afirmaciones en una opinión consultiva y exhortó a que se aplicara la resolución 1514 (XV) de las Naciones Unidas, que reconoce la autodeterminación de los indígenas saharaui.9 Sin embargo, España firmó un acuerdo ilegal con Marruecos y Mauritania, mediante el cual se dividió el Sáhara Occidental entre los dos países africanos y se otorgó a España un 35 por ciento de las ganancias de las reservas de fosfato del territorio, además de acceso permanente a su pesca.10

    En octubre de 1975, Marruecos y Mauritania invadieron el Sáhara Occidental.11 Decenas de miles de saharauis huyeron y se refugiaron en campamentos en Argelia. Algunos fueron bombardeados con napalm en el trayecto.12 En 1976, el Frente Polisario, con sede en los campamentos, declaró la creación de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) en el exilio. Esa sería la sede de la lucha armada del Frente Polisario contra Marruecos y Mauritania hasta que las Naciones Unidas negociaron un alto el fuego en 1991, que se acordó sobre la base de la promesa de que se celebraría un referéndum de autodeterminación sobre la independencia de los saharauis. El referéndum nunca tuvo lugar y el proceso diplomático estuvo estancado hasta noviembre de 2020 (véase a continuación).

    Mauritania se retiró de la guerra en 1979, tras firmar un acuerdo de paz con el Frente Polisario. Marruecos sigue ocupando el Sáhara Occidental. La Asamblea General de las Naciones Unidas pidió «encarecidamente a Marruecos que participe también en la dinámica de paz y ponga fin a la ocupación del Territorio del Sáhara Occidental».13 El Frente Polisario controla aproximadamente una cuarta parte del territorio del Sáhara Occidental, al este de la berma construida por Marruecos, que es considerada la «mayor barrera militar del mundo».14

    En la actualidad, alrededor de 180 000 saharauis viven de ayuda humanitaria internacional en campamentos de refugiados en Argelia, mientras que Marruecos sigue aplicando políticas de colonialismo de asentamiento en el territorio ocupado del Sáhara Occidental. Esas políticas abarcan desde la desaparición forzada y la tortura de presos de conciencia15 hasta el traslado de los colonos marroquíes al territorio (no hay datos fiables sobre la proporción exacta de colonos en relación con los indígenas saharauis, pero el consenso es que los primeros superan ampliamente en número a los últimos), además de la apropiación cultural.16

    El alto el fuego negociado por las Naciones Unidas entre el Frente Polisario y Marruecos, que comenzó en 1991, duró 29 años, pero finalizó el 13 de noviembre de 2020, tras un incidente violento. Civiles saharauis habían erigido una barricada en un hueco de la muralla militar cerca de la localidad de Guerguerat, en una zona de amortiguación desmilitarizada en la frontera con Mauritania. Abdelhay Larachi, un saharaui que ayudó a colocar la barricada, explicó: «queríamos cerrar el pase ilegal en Guerguerat […] [es] una entrada por la cual Marruecos envía los recursos naturales que saquea a Mauritania y a otros países».17 Marruecos disparó a los manifestantes en el lugar y el Frente Polisario, declarando el quiebre del cese del fuego, disparó en respuesta.

    No es casualidad que la nueva guerra fuera provocada por el bloqueo saharaui del denominado «corredor del saqueo» en Guerguerat (mediante el cual se trasladan hortalizas del territorio ocupado para enviar al puerto de Nouadhibou, desde donde se exportan al resto del mundo). El extractivismo es una de las causas principales del conflicto y el colonialismo en el Sáhara Occidental.

    Extractivismo en el territorio ocupado del Sáhara Occidental

    El extractivismo es un modo de acumulación capitalista mediante el cual algunas regiones, generalmente del Norte global, extraen recursos naturales de otras regiones, principalmente para su exportación. El extractivismo ha caracterizado la relación de Europa con las Américas, África y Asia desde la época de la conquista y la colonización.19 Hoy en día, el extractivismo en el Norte de África continúa en la forma de neocolonialismo.20 Se extraen recursos desde petróleo y gas hasta menas preciosas, productos pesqueros y agrícolas.21 El turismo y la apropiación cultural también se consideran en general formas de extracción neocolonial, en el sentido de que se explotan recursos del Sur global o indígenas, como recursos intelectuales o artísticos, para el beneficio de las poblaciones del Norte global.22

    En los últimos años ha quedado cada vez más claro que los proyectos de energía renovable también pueden perpetuar o reforzar el extractivismo. Por ejemplo, activistas locales consideraron que la fallida Iniciativa Industrial Desertec, que intentaba satisfacer alrededor del 20 por ciento de la demanda energética de Europa para 2050 mediante la construcción de parques solares y eólicos en Oriente Medio y el Norte de África, era un emprendimiento capitalista neocolonial. Desertec planteó preocupaciones sobre el posible saqueo de los ya escasos recursos hídricos, la exportación de energía a Europa sin satisfacer las necesidades energéticas locales y el lenguaje colonial utilizado para describir el desierto del Sáhara. La iniciativa finalmente fracasó por motivos financieros.23 De modo similar, sobre la base de investigación en comunidades indígenas de México, Alexander Dunlap describe los desarrollos de energía renovable a escala industrial como «combustibles fósiles+», debido a que esos proyectos empresariales de gran escala renuevan y amplían el orden explotador, capitalista y colonial de la industria de los combustibles fósiles.24 Los desarrollos de energía renovable en el territorio ocupado del Sáhara Occidental pueden considerarse extractivistas debido a que perpetúan modos de acumulación capitalista y utilizan recursos en formas que no reconocen los derechos humanos de las comunidades locales ni las benefician.

    Además de un parque eólico privado que suministra electricidad a una fábrica de cemento, los proyectos de energía eólica en el territorio ocupado del Sáhara Occidental son parte de la cartera de la empresa de energía eólica Nareva, que pertenece a la empresa de la monarquía marroquí, Al Mada.25 Nareva ha trabajado en asociación con la multinacional alemana de energía Siemens (y, posteriormente, con su filial española Siemens Gamesa) en todos los parques eólicos que ha desarrollado en el territorio ocupado del Sáhara Occidental. El parque de Aftissat de 200 MW genera electricidad para clientes industriales, entre ellos la empresa estatal marroquí Office Chérifien des Phosphates (OCP).26 El parque eólico de Fum el Uad, de 50 MW, suministra el 95 por ciento de la energía necesaria para el funcionamiento de la mina de fosfato de OCP en Bucraa.27 Está prevista la construcción de más parques eólicos en el territorio ocupado del Sáhara Occidental, que tendrán una capacidad combinada de más de 1000 MW. También hay planes de ampliar dos parques solares en el territorio y de construir un tercero. Además, se están realizando estudios sobre el potencial geotérmico del territorio ocupado.28

    Si bien este artículo se centra en proyectos de energía renovable, es necesario enmarcar esos proyectos en el contexto más amplio del extractivismo en el territorio ocupado del Sáhara Occidental. Los fosfatos de la mina de Bucraa –para cuya extracción se secan pozos subterráneos preciados– se transportan a todo el mundo para utilizar en fertilizantes para la agricultura.29 Invernaderos de tamaño industrial producen hortalizas para el mercado de la Unión Europea (UE).30 Los ricos recursos pesqueros del Sáhara Occidental también son explotados por arrastreros de varios países y regiones, especialmente de la UE y Rusia, mediante prácticas no sostenibles para el medio ambiente.31 A nivel local, se han otorgado varios permisos de pesca a personalidades de alto perfil del makhzen marroquí (la élite en el poder).32

    Muchos juristas cuestionan la legalidad de esas actividades, dado que no se puede explotar legalmente los recursos de un territorio ocupado sin el consentimiento de su población.33 En este sentido, el Gobierno de la RASD y grupos de solidaridad con la población saharaui han entablado demandas ante varios tribunales internacionales.34

    Ocupación energética: de qué modo la energía contribuye a la diplomacia del régimen marroquí

    Los proyectos energéticos son utilizados para crear nuevas formas de dependencia de energía fuera de Marruecos. Esa energía es parcialmente suministrada por el Sáhara Occidental, lo cual genera un incentivo diplomático para que otros países apoyen la ocupación. El Sáhara Occidental está conectado a la red eléctrica de Marruecos a través de una interconexión en su capital, El Aaiún. Se está creando una interconexión de 400 kilovoltios (kV) entre El Aaiún y Dajla, una ciudad en el sur del Sáhara Occidental.35 Marruecos aspira a conectar su red a la de Mauritania a través de Dajla, con el objetivo de exportar energía al mercado de África Occidental.36 De modo similar, en las negociaciones de las Naciones Unidas sobre cambio climático (COP22) celebradas en Marrakech en 2016, Marruecos firmó un plan para exportar energía al mercado interior europeo.37 Estos planes y acuerdos representan fuertes obstáculos adicionales a la autodeterminación del pueblo saharaui. Si se establecen estas interconexiones, Marruecos podría crear una dependencia parcial de Europa y África Occidental respecto de la energía generada en el Sáhara Occidental.

    El régimen marroquí también utiliza la promesa de la energía para aumentar su «poder blando» (es decir, el poder de persuadir o coercionar a otros Estados para que lleven a cabo determinadas políticas o medidas) en el continente.38 Por ejemplo, el gasoducto de Nigeria y Marruecos (NMGP) es un proyecto en tierra y mar que procura suministrar gas de Nigeria a África Occidental y el Norte de África, y que podría abastecer a Europa. El NMGP es un proyecto de energía de grandes dimensiones, con enormes repercusiones políticas: si bien el régimen nigeriano tradicionalmente ha sido un fuerte defensor del Frente Polisario, el país ha suavizado su postura diplomática sobre el conflicto del Sáhara Occidental debido a este proyecto.39 Ello puede interpretarse como una forma de diplomacia energética: Marruecos hace que actores poderosos sean cómplices en la ocupación y crea alianzas para su proyecto colonial a través de sus desarrollos de sistemas energéticos.

    También se pueden analizar los proyectos de energía renovable de Marruecos en el Sáhara Occidental desde la perspectiva del lavado verde. El «lavado verde» consiste en promover un producto, política o acción de manera engañosa como respetuosos del medio ambiente. Marruecos cultiva una imagen de «líder africano en el desarrollo de energía renovable».40 Ello implica un lavado verde de su ocupación del Sáhara Occidental. El impacto ambiental del gran despliegue militar, del muro que separa el país, de la explotación de fosfato y el secado de pozos de agua dulce para regar invernaderos de tamaño industrial se ocultan detrás de la imagen «verde» que el régimen marroquí se ha empeñado en promover.

    Los proyectos de energía en el territorio ocupado del Sáhara Occidental promueven una falsa «soberanía» energética para Marruecos (falsa porque Marruecos no es el poder soberano del Sáhara Occidental), dado que le otorgan «independencia energética» de otros países de la región, mediante la expropiación de los recursos del Sáhara Occidental. En el último trimestre de 2021, Marruecos estaba intentando acelerar el proyecto del NMGP, debido a que Argelia se negó a seguir cooperando con el país, tras haber cortado relaciones diplomáticas con el reino, en gran parte debido al conflicto en el Sáhara Occidental.41 De hecho, en un contexto en el cual el reino produce un volumen insignificante de su propio petróleo y gas, los planes de energía renovable de Marruecos apuntan a que el país deje de depender de la importación de energía del extranjero. El Western Sahara Resource Watch (WSRW) informa que «la energía eólica producida en el territorio ocupado del Sáhara Occidental podría constituir el 47,2 por ciento de la capacidad eólica total de Marruecos de aquí a 2030. En ese mismo año, la proporción de energía solar generada en el territorio podría ser de entre 9,70 por ciento y 32,64 por ciento de la capacidad solar total de Marruecos, o incluso más elevada.42 Por lo tanto, Marruecos está intentando solucionar sus problemas de suministro de energía mediante la explotación colonial de los recursos del Sáhara Occidental.

    Opresión energética: perspectivas saharauis del sistema de energía en el territorio ocupado del Sáhara Occidental

    Los autores reunieron datos sobre los puntos de vista de los saharaui respecto del sistema energético en el territorio ocupado del Sáhara Occidental mediante la observación de participantes (2015), dos grupos de debate (2019) y 20 entrevistas en profundidad semiestructuradas (2019-2020). Los participantes de la investigación, cuyos nombres se han cambiado, eran saharauis que vivían en el territorio ocupado de El Aaiún o Bojador, que se identificaban como no activistas o activistas de bajo perfil (en relación con temas de independencia, medio ambiente y derechos humanos).43 Por «sistema energético» nos referimos a los desarrollos, la infraestructura, la transmisión, el uso y los imaginarios de energía (es decir, el entendimiento de la energía y los significados que se adjudican a la energía en una comunidad determinada). Ello abarca tanto sistemas basados en combustibles fósiles como fuentes de energía renovable.

    Los entrevistados describieron cortes de luz «frecuentes» y dieron varias explicaciones sobre las causas. Dadi dijo: «[un apagón] ocurre por motivos políticos, por ejemplo debido a las manifestaciones nocturnas». De modo similar, Hartan explicó: «cuando los detenidos políticos saharaui regresan a su territorio, las autoridades de la ocupación marroquíes cortan [la electricidad] a propósito para arruinar el evento […] Fui testigo del sufrimiento de activistas por los medios de comunicación cuando estábamos atrapados durante las manifestaciones populares que coincidieron con la visita del enviado de las Naciones Unidas Christopher Ross al territorio ocupado de El Aaiún […] Me percaté de que las baterías de sus cámaras se habían agotado, por lo que no pudieron registrar las violaciones». Mahmoud informó: «[los proveedores de energía] sostienen que los [cortes de electricidad] se deben a problemas en la red, pero sabemos que a veces cortan la electricidad a propósito cuando quieren ingresar cosas secretas a la ciudad o cuando los jóvenes salen a protestar». Con respecto a las «cosas secretas» que mencionó Mahmoud, Fadel sostuvo: «a veces cortan [la electricidad] si trasladan más soldados y armas del aeropuerto al desierto, a la berma. No quieren que la población o los activistas sepan cuántas armas, tanques y soldados están ingresando».44

    ¿Quiénes son «ellos» a los que se refiere Fadel? ¿Se trata de los proveedores de energía y del Estado marroquí? ¿O solamente de este último? La necesidad de formular esta pregunta pone de manifiesto que los participantes de la investigación confunden a unos con otros. Esa confusión es común en los contextos neocoloniales y tiene amplias repercusiones en el modo en que los ciudadanos perciben a los Estados. Como sostiene Idalina Baptista, cuando los proveedores de servicios son asociados estrechamente con el Estado, la relación entre el proveedor y el cliente pasa a entenderse como un reflejo de la relación entre el Estado y la sociedad.45 De modo similar, Charlotte Lemanski sostiene que el acceso de la población a la infraestructura pública marca su identidad como ciudadanos y su relación con el Estado.46 En el Sáhara Occidental, las experiencias de los participantes de la investigación en relación con los sistemas energéticos profundizó el antagonismo que sentían hacia el Estado marroquí.

    Los entrevistados consideraron que los distritos con mayor proporción de personas de origen étnico saharaui, como el distrito de Maatalla en la ciudad de El Aaiún, tendían a sufrir más cortes de luz. Algunos participantes también destacaron que ocurría lo mismo con el agua corriente. Por ejemplo, Ali, de 31 años de edad, nos contó: «Estos cortes de luz son habituales en Maatalla y otros barrios saharauis, pero los colonos pueden bañarse sin problemas».47 Consideraba que la infraestructura –tanto hídrica como eléctrica, en este caso– era una herramienta utilizada por los colonizadores para diferenciar a los colonos de los nativos. Al igual que en situaciones coloniales, la infraestructura energética histórica y real está al servicio de la segregación étnica.48 Además, se deberían tener en cuenta las dimensiones de género de los cortes de electricidad. En la sociedad saharaui, la carga (o el placer) del cuidado de los hijos y del hogar recae en forma desproporcionada en las mujeres y niñas. Por lo tanto, el impacto de los cortes de luz en el hogar tiene dimensiones de género. En palabras de Mahmoud, «como nómada [un corte de electricidad] no me afecta. Estoy acostumbrado. Pero a veces realmente necesitamos la electricidad, especialmente mi esposa y mis hijos».49

    Todos los participantes de la investigación que estaban conectados a la red consideraron que sus facturas de electricidad eran «costosas» y en la mayoría de los casos el gasto les provocaba mucha ansiedad. Salka dijo a los autores que gastó más de la mitad de sus ingresos mensuales para pagar la cuenta de electricidad.50 Los participantes de la investigación también informaron que varias familias, especialmente en los asentamientos del este de El Aaiún, no tenían electricidad. Vale la pena citar las palabras de Zrug, ya que ponen de manifiesto el sentimiento de injusticia vinculado con el elevado costo de la energía, la importancia de la soberanía popular respecto de los recursos energéticos y la cuestión política más amplia de la explotación de los recursos naturales:

    «Es 2019 y en unos días será 2020. Sé que hay muchas personas que no tienen electricidad en sus hogares. Muchas empresas han iniciado grandes proyectos de energía y, no muy lejos de esos proyectos, la población de El Aaiún vive sin electricidad […] Hubo una protesta en el barrio de Al Matar sobre los cortes de agua y electricidad […] Los parques eólicos, etcétera, están empobreciendo a los pobres y enriqueciendo a los ricos. Se está exportando energía verde del Sáhara Occidental a otras partes de África y del mundo. Aunque esta actividad es ilegal porque la realiza la ocupación marroquí, me siento orgulloso ya que muchas personas de otras partes podrán utilizar la electricidad para alumbrarse y para otras actividades. Necesitan la electricidad al igual que yo. Estoy de acuerdo en que las personas tengan beneficios en todas partes y puedo sacrificar mis derechos por ellos para producir luz para las personas pobres, pero con una condición: debe ser gratuita, no debe venderse».51

    Varios participantes afirmaron que los proveedores de energía les habían cobrado de más. Por ejemplo, Mahmoud afirmó: «en ocasiones nos envían facturas con montos equivocados. En nuestro hogar no tenemos muchos artefactos eléctricos, de modo que sabemos cuánta energía utilizamos». Esa desconfianza expresada por los participantes de la investigación respecto de los proveedores también está presente en su percepción de quienes gestionan y son propietarios de la energía en el territorio ocupado del Sáhara Occidental. Nguia consideró que los productores de energía eran «empresas extranjeras inhumanas». Afirmó: «el poder de la ocupación está permitiendo a otros países invertir aquí para que reconozcan la soberanía marroquí respecto del Sáhara Occidental». Dadi comentó: «estas empresas contribuyen a la colonización marroquí y apoyan su presencia en forma permanente». Salka informó que «la ocupación marroquí y las empresas extranjeras se quedan con todas las ganancias».52

    Todos los entrevistados expresaron su deseo de seguir protestando contra los proyectos de energía, pero algunos tenían mucho miedo de llevarlo a cabo. Quienes participaron en las protestas contra los proyectos de energía informaron que fueron golpeados por la policía o sufrieron alguna otra forma de represalia, como la pérdida de sus beneficios de seguridad social o despidos, amenazas contra familiares y prohibición de viajar. A pesar de que organizaciones no gubernamentales lideradas por saharauis tienen prohibido registrarse en el territorio ocupado del Sáhara Occidental, hay dos ONG saharauis no registradas que han centrado su labor en realizar campañas contra la explotación de los recursos naturales del territorio, incluido el ámbito de la energía. Una de ellas es la Liga Saharaui por los Derechos Humanos y los Recursos Naturales, dirigida por Sultana Khaya; la otra es el Comité de Protección de los Recursos Naturales del Sáhara Occidental (CSPRON), cuyo presidente es Sidahmed Lemjeyid. Ambos han sufrido violaciones graves de los derechos humanos por parte del Estado marroquí como consecuencia de su trabajo: Lemjeyid actualmente cumple cadena perpetua en una cárcel marroquí,53 mientras que Khaya está bajo arresto domiciliario, tras haber perdido un ojo como consecuencia de tortura policial.54 La policía recientemente intentó violarla; violaron a su hermana en el hogar de la familia de Khaya, en represalia contra el activismo de Sultana.55 Ello ocurre en medio de un patrón más amplio y arraigado de repercusiones de género contra activistas saharauis: el Estado marroquí ha utilizado formas de tortura con motivaciones de género contra presas políticas saharaui desde 1975, como el abuso sexual, la humillación sexual y obligar a las presas a mantener relaciones sexuales entre sí.56 Por lo tanto, el sistema energético en el territorio ocupado del Sáhara Occidental está claramente vinculado a violaciones graves de los derechos humanos por motivo de género.

    ¿Cómo sería una «transición justa» liderada por la población saharaui? Inspiración y preguntas de los campamentos

    En los debates de alto perfil sobre el futuro de los sistemas energéticos a menudo no se invita a participar a voces indígenas.57 En esta sección, los autores desean destacar algunas iniciativas saharauis que arrojan luz sobre lo que podría ser una transición justa saharaui. Ellas incluyen la hidroponia de baja tecnología para la producción de alimentos sostenibles, la construcción de viviendas a partir de plástico reciclado y planes para el suministro de energía renovable en localidades de un Sáhara Occidental libre. No obstante, debemos ser conscientes de que esos casos de «buenas prácticas» de los campamentos no son, en sí mismos, una garantía de que, si se produjera una descolonización, el Gobierno llevaría a cabo una transición verdaderamente justa en un Sáhara Occidental independiente. Aunque, como hemos visto en la sección anterior, la autodeterminación es una condición necesaria para una transición justa saharaui, no es una condición suficiente para garantizarla. En esta sección los autores también desean destacar las cuestiones que deberían abordarse en un Sáhara Occidental independiente para asegurar una transición del extractivismo hacia un sistema justo, equitativo y regenerativo.

    El ingeniero Taleb Brahim ha desarrollado hidroponia de baja tecnología para que ciudadanos refugiados cultiven hortalizas y pienso para sus animales. La hidroponia es un tipo de horticultura en la cual se cultivan plantas sin utilizar tierra. De «baja tecnología» se refiere a tecnologías que, según Brahim, son accesibles y asequibles para ciudadanos refugiados. Este método es diseñado para que sea accesible para todas las personas, de modo que hasta las familias más pobres pueden acceder a alimentos autoproducidos, saludables y nutritivos. Las unidades hidropónicas reciclan agua y utilizan fertilizantes naturales. Como señala Brahim: «si insistes en que los plaguicidas y los fertilizantes artificiales son necesarios para la agricultura, entonces dependerás de las multinacionales». Brahim explicó que se inspira en la ética de «la sostenibilidad, la autosuficiencia y la independencia para los saharauis». Cree que es la primera persona en el mundo que ha desarrollado hidroponia de baja tecnología en condiciones consideradas «extremas» en cuanto al clima y la disponibilidad de recursos. El Programa Mundial de Alimentos ahora está poniendo a prueba su modelo en varios países con poblaciones de refugiados y 1 200 saharauis en campamentos han recibido la formación necesaria para reproducir su innovación.58

    El ingeniero Tateh Lehbib ha creado un nuevo método de construcción que genera temperaturas más bajas en las viviendas y una mayor resistencia a vientos e inundaciones (las viviendas tradicionales son construidas con adobe, que se desmorona con la lluvia). Su método se basa en la utilización de materiales baratos –botellas de agua recicladas– y es fácil de reproducir. La cúpula cóncava de estas viviendas mantiene más baja la temperatura interior que las viviendas cuadradas tradicionales. Los refugiados especialmente vulnerables, como las personas mayores y las personas con problemas de salud, han sido los primeros en beneficiarse del nuevo tipo de vivienda de Lehbib.59

    Aunque Brahim y Lehbib han liderado innovaciones que permiten vivir de forma más sostenible, cómoda y saludable en los campamentos, otros ciudadanos refugiados reflexionan sobre el futuro de la zona controlada por el Frente Polisario en el Sáhara Occidental. El arquitecto e ingeniero Hartan Mohammed Salem Bechri diseñó una ciudad sostenible del futuro o, como la denomina, un «hábitat sostenible permanente» para los seres humanos y sus compañeros no humanos (camellos y cabras), teniendo en cuenta la zona controlada por el Frente Polisario. Su diseño incluye zonas donde vivirían los ciudadanos sedentarios, al igual que zonas con servicios para los nómadas que visitan y los animales. La ciudad funcionaría totalmente a partir de energía renovable.60

    Las innovaciones de Bechri, Lehbib y Brahim están relacionadas de varias maneras con una transición justa. Para una transición justa se necesita la redistribución igualitaria de los recursos.61 Las innovaciones de Lehbib y Brahim ponen de manifiesto la preocupación respecto de la asequibilidad y la autosuficiencia. Los dos ingenieros han desarrollado formas de asegurar que las familias más pobres tengan acceso a refugio y alimentos saludables, sin tener que depender de la materia prima de las multinacionales. Sus innovaciones procuran ser sostenibles desde el punto de vista económico (para las propias familias) y ambiental. Los diseños de Lehbib, aunque aún están en etapa de planificación, tienen en cuenta más que los seres humanos como parte de su visión de un futuro saharaui en un Sáhara Occidental independiente. La mayoría de los marcos para una transición justa hacen hincapié en la importancia de cuidar «la naturaleza más allá de los seres humanos», así como las comunidades humanas. En el caso saharaui, ello está en consonancia con las tradiciones nómadas. Las prácticas saharauis tradicionales conscientes del medio ambiente y la ecología se remontan al menos al siglo XVIII62 y también hay registros de la importancia tradicional y el cuidado de los camellos.63 La contribución determinada a nivel nacional de la RASD al Acuerdo de Clima de París ilustra la intención del Gobierno de aportar a conversaciones mundiales más amplias para abordar la crisis climática y mantener estas prácticas tradicionales cuidadosas de la ecología.64

    En lo más inmediato, el Departamento de Energía de la RASD tiene planes de instaurar energía renovable en la zona del Sáhara Occidental bajo su control. Ello incentivaría el regreso de los refugiados a esa zona. El departamento ha realizado un estudio exploratorio y está buscando financiación para poner a prueba algunas recomendaciones del estudio, que calcula la energía solar y eólica que será necesaria para suministrar electricidad para infraestructura pública esencial, como hospitales, y hace un relevamiento de la infraestructura existente, como los pozos comunales, que actualmente funcionan con turbinas eólicas, utilizadas por la población nómada. El estudio también analiza opciones de energía para uso residencial. El ingeniero eléctrico y coautor del estudio exploratorio Daddy Mohammed Ali, junto con su equipo, ha contemplado la opción de grandes parques solares. Sin embargo, se pregunta si un modelo de ese tipo se podría adaptar lo suficiente a los estilos de vida nómadas. Por lo tanto, el equipo consideró la posibilidad de suministrar a cada familia saharaui su propia tecnología solar independiente y portátil. Mohammad Ali explica: «Las familias en la zona liberada suelen viajar, por lo que es conveniente que tengan su panel independiente, que puedan transportarlo y que incluso tengan su propia red independiente».65 Esa preocupación de mantener estilos de vida no sedentarios sería una parte fundamental de una transición justa saharaui, que asegure espacios inclusivos para las prácticas nómadas.

    Los planes recientes de un futuro renovable trazados por el Departamento de Energía del Gobierno de la RASD se alejan drásticamente de planes anteriores de la Autoridad de Petróleo y Minas. Mediante llamados a la solicitud de licencias en 2005, la RASD firmó acuerdos de garantías con cuatro empresas internacionales para la concesión de derechos de exploración en el Sáhara Occidental cuando la región sea independiente.66 La Autoridad de Petróleo y Minas afirma que realizó amplias consultas a la sociedad civil antes de lanzar los llamados para la concesión de licencias.67 Sin embargo, una investigación de jóvenes activistas saharauis concluyó que algunos grupos de la sociedad civil apoyaban los acuerdos (porque cuestionaban los esfuerzos de Marruecos de explotar petróleo) y otros criticaban los planes sobre la base de que la energía solar era preferible por motivos ambientales.68 Esto plantea la cuestión de la soberanía popular –integral en toda transición justa– y cómo se adoptarían las decisiones sobre energía en un Sáhara Occidental libre. ¿Se explotaría el petróleo a pesar de la crisis climática y su impacto desproporcionado en las comunidades que viven en climas cálidos, como los saharauis? ¿Se nacionalizarían los parques eólicos y solares en el territorio ocupado del Sáhara Occidental? Para lograr una transición justa y poner fin a la extracción de combustibles fósiles se necesita un proceso de adopción de decisiones democrático y participativo y el beneficio igualitario de los recursos energéticos.

    Por otro lado, hay aspectos reconfortantes en la política energética actual del Gobierno de la RASD en los campamentos. Por ejemplo, cuando surgieron oportunidades limitadas para disponer de electricidad a partir de energía solar en los campamentos a finales de la década de 1980 (en gran medida a través de financiación de ONG suizas y españolas), el Gobierno priorizó a tres instituciones públicas en la electrificación: hospitales y farmacias, escuelas primarias y centros de educación y formación de mujeres.69 Sin duda, esa priorización refleja el compromiso de la RASD con la igualdad de género.70 Como han sostenido los autores en la sección anterior, el modelo energético vigente en el territorio ocupado del Sáhara Occidental ha afectado en forma desproporcionada a mujeres y niñas, debido a los frecuentes cortes de luz y la opresión por motivo de género de quienes se oponen al modelo energético extractivista. Una transición justa saharaui debe ser feminista.71

    Conclusión

    El sistema energético en el territorio ocupado del Sáhara Occidental conecta físicamente a Marruecos y el Sáhara Occidental mediante líneas de transmisión y cables. Además de brindar a Marruecos la oportunidad de lavar la imagen de la ocupación, los desarrollos de energía renovable de Marruecos en el Sáhara Occidental le otorgan una falsa «soberanía» energética, lo cual disminuye su dependencia energética de países vecinos, como Argelia. Además, estos desarrollos se utilizan para crear nuevas formas de dependencia fuera de Marruecos de energía que proviene, al menos parcialmente, del Sáhara Occidental. Estos desarrollos energéticos sin duda generan un incentivo diplomático para que otros países apoyen la ocupación.

    Para los saharauis, el sistema energético vigente en el Sáhara Occidental es una herramienta opresiva y colonial. Para los saharauis que viven en el territorio ocupado, la justicia energética está inextricablemente ligada a la independencia y la descolonización. Ese es también el caso de los saharauis que viven en el Estado en el exilio y los campamentos de refugiados en Argelia, donde se han puesto a prueba innovaciones basadas en la sostenibilidad, la autosuficiencia y la autodeterminación. No obstante, persisten preguntas sobre la política energética en un Sáhara Occidental libre e independiente. Mientras que poner fin a la ocupación marroquí y la descolonización total es fundamental para una transición justa saharaui, la capacidad del Gobierno de la RASD de asegurar la soberanía popular respecto de los recursos energéticos del Sáhara Occidental también será fundamental.

    Acerca de los autores

    Joanna Allan es catedrática del departamento de Geografía y Ciencias Ambientales de la Universidad de Northumbria. También es activista de Western Sahara Campaign Reino Unido y de Western Sahara Resource Watch.

    Mahmoud Lemaadel es investigador independiente y activista de los medios de comunicación. Es cofundador de la plataforma de medios locales y derechos humanos Nushatta Foundation for Media and Human Rights, ubicada en el territorio del Sáhara Occidental ocupado por Marruecos y los campamentos de refugiados saharauis en el suroeste de Argelia.

    Hamza Lakhal es estudiante de doctorado en Antropología por la Universidad de Durham. Es poeta saharaui y activista por la independencia del Sáhara Occidental.

    Créditos

    Corrección de estilo: Rosanna Peveroni

    Notes and sources

    1. Basem Aly. (10 de enero de 2019) ‘5 key security challenges for North Africa in 2019’. Africa Portalhttps://www.africaportal.org/features/5-key-security-challenges-north-africa-2019/# (consultado el 28 de septiembre de 2021).
    2. Utilizamos la definición de «transición justa» de la Alianza por la Justicia Climática. Véase https://climatejusticealliance.org/just-transition/ [consultado el 30 de septiembre de 2021].
    3. Véase, por ejemplo, un artículo recientemente publicado por la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), que caracteriza a Marruecos como «pionero» en la transición a la energía verde: IRENA (2021) ‘Morocco and IRENA partner to boost renewables and green hydrogen development’. https://www.irena.org/newsroom/pressreleases/2021/Jun/Morocco-and-IRENA-Partner-to-Boost-Renewables-and-Green-Hydrogen-Development [consultado el 30 de septiembre de 2021].
    4. Para más información sobre la historia de explotación española de recursos en el Sáhara Occidental, véase Martínez-Milán, J. (2017) ‘La larga puesta en escena de los fosfatos del Sahara Occidental, 1947-1969’, Revista de Historia Industrial 26 (69): 177-205.
    5. Asamblea General de las Naciones Unidas, Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales, 14 de diciembre de 1960, A/RES/1514(XV) https://documents-dds-ny.un.org/doc/RESOLUTION/GEN/NR0/156/42/PDF/NR015642.pdf?OpenElement [consultado el 28 de septiembre de 2021].
    6. Tony Hodges. (1983) ‘The origins of Saharawi nationalism’, Third World Quarterly 5: 28-57. pág. 49.
    7. Para más información sobre la historia del nacionalismo saharaui, véase San Martín, P. (2010) Western Sahara: The refugee nation. Cardiff: University of Wales Press.
    8. San Martín (2010) Western Sahara. p. 66.
    9. Corte Internacional de Justicia (1975) Sáhara Occidental: Opinión consultiva de 16 de octubre de 1975. Disponible en inglés y francés en: https://www.icj-cij.org/en/case/61 [consultado el 30 de septiembre de 2021].
    10. Para más información sobre el Acuerdo Tripartito, véase el capítulo 1 de Zunes, S. y Mundy, J. (2010) Western Sahara: War, nationalism and conflict irresolution. Nueva York: Syracuse University Press.
    11. La denominada «Marcha Verde» de Hassan II, en la cual 350.000 ciudadanos marroquíes descendieron en el Sáhara español armados únicamente con ejemplares del Corán, suele describirse como «pacífica». No obstante, soldados marroquíes habían cruzado hacia el Sáhara español desde el verano anterior y en octubre de 1975 Marruecos había lanzado una «invasión militar total, en la que participaron varios miles de soldados» (San Martín 2010: 104). Como observan Stephen Zunes y Jacob Munday, varios grupos conocidos de derechos humanos publicaron crónicas detalladas de los fuertes ataques contra poblaciones civiles y las violaciones sistemáticas de los Convenios de Ginebra y el derecho de la guerra (Zunes y Mundy 2010: 114).
    12. La fuerza aérea marroquí bombardeó campamentos de refugiados civiles en Guelta Zemmour y Um Draiga (ambos en el Sáhara Occidental) en febrero de 1976 y utilizó napalm en cuatro ocasiones de las que se tiene conocimiento (Zunes y Munday 2010: 114).
    13. Véase Asamblea General de las Naciones Unidas, Cuestión del Sáhara Occidental, 21 de noviembre de 1979, A/RES/34/37. https://digitallibrary.un.org/record/10608/files/A_RES_34_37-ES.pdf?ln=es [consultado el 29 de septiembre de 2021]. La gran mayoría de juristas que trabajan en el caso del Sáhara Occidental también consideran que Marruecos es una «potencia ocupante». Véase Allan, J. y Ojeda, R. (2021) ‘Natural resource exploitation in Western Sahara: new research directions’, Journal of North African Studies. págs. 4-13. https://tinyurl.com/y2x257u5 [consultado el 24 de septiembre de 2021].
    14. Geoffrey Jensen y Lovelace, D. C. (2013) War and Insurgency in the Western Sahara. Strategic Studies Institute and U.S. Army War College. pág. 10.
    15. Véase especialmente Amnistía Internacional (1996) ‘Human rights violations in Western Sahara’, MDE/29/04/96. https://www.amnesty.org/en/documents/MDE29/004/1996/en/ [consultado el 30 de septiembre de 2021].
    16. Robert F. Kennedy Human Rights, Collective of Sahrawi Human Rights Defenders, et al. (2015) ‘Report on the Kingdom of Morocco’s violations of the International Covenant on Economic Social and Cultural Rights in the Western Sahara’. https://tinyurl.com/2p8ye556 [consultado en octubre de 2021].
    17. Entrevista telefónica con Abdelhay Larachi, 19 de noviembre de 2020.
    18. Alberto Acosta. (2013) ‘Extractivism and neoextractivism: two sides of the same curse’, en M. Lang y D. Mokrani (eds.) Beyond Development: Alternative visions from Latin America. Quito y Ámsterdam: Rosa Luxemburg Foundation y Transnational Institute. pág. 62.
    19. Ibíd. pág. 62.
    20. Hamza Hamouchene. (2019). ‘Extractivism and resistance in North Africa’. Ámsterdam: Transnational Institute.
    21. Ibíd. pág. 4.
    22. Sobre turismo, véase Hamouchene (2019: 4). Sobre apropiación cultural, véase Juhn, S. y Ratté, E. (2018) ‘Intellectual extractivism: The dispossession of Maya weaving’. Intercontinental Cryhttps://intercontinentalcry.org/intellectual-extractivism-the-dispossession-of-maya-weaving/
    23. Hamouchene. (2015) ‘Desertec: The renewable energy grab?’ New Internationalisthttps://newint.org/features/2015/03/01/desertec-long [consultado el 21 de septiembre de 2021].
    24. Alexander Dunlap. (2019) Renewing Destruction: Wind energy development, conflict, and resistance in a Latin American context. Londres: Rowman y Littlefield.
    25. Para más información sobre los vínculos entre la familia real marroquí y los proyectos de energía en el Sáhara Occidental, véase WSRW (2021) ‘Greenwashing the occupation: How Morocco’s renewable energy projects in Western Sahara prolong the conflict over the last colony in Africa’. Bruselas: WSRW. pág. 25. https://tinyurl.com/26nt63kp [consultado el 12 de octubre de 2021].
    26. WSRW (2020) ‘Dirty green energy on occupied land’. https://wsrw.org/en/news/renewable-energy [consultado el 22 de septiembre de 2021].
    27. Ibíd.
    28. Ibíd. WSRW, Greenwashing Occupation [consultado el 12 de octubre de 2021].
    29. WSRW (2021) ‘P for plunder: Morocco’s exports of phosphates from occupied Western Sahara’. Bruselas: WSRW. https://tinyurl.com/yckpt8by [consultado el 23 septiembre de 2021].
    30. WSRW (2012) ‘Label and liability’. Stockholm: WSRW y Emmaus Stockholm. https://wsrw.org/files/dated/2012-06-17/wsrw_labelliability_2012.pdf [consultado el 23 de septiembre de 2021].
    31. Saharawi Campaign against the Plunder (SCAP) (2013) ‘Saharawis: Poor people in a rich country’. Tindouf: SCAP. http://www.hlrn.org/img/documents/snrw_report_eng2013.pdf [consultado el 23 de septiembre de 2021].
    32. Observatorio de Derechos Humanos y Empresas en el Mediterráneo (ODHE) (2019) ‘Los tentáculos de la ocupación’. Barcelona: ODHE. http://www.odhe.cat/es/los-tentaculos-de-la-ocupacion/ [Consultado el 23 de septiembre de 2021].
    33. Véase la sección jurídica en Allan y Ojeda (2021) ‘Natural resource exploitation in Western Sahara’.
    34. Allan y Ojeda García (2021) ‘Natural resource exploitation in Western Sahara’.
    35. Neimat Khatib et al. (2018) ‘Country Profile: Morocco 2018’. Renewable Energy Solutions for the Mediterranean and Africa. pág. 4. https://tinyurl.com/3mynh655 (consultado el 4 de octubre de 2021).
    36. Office National de l’Electricité et de l’Eau Potable (2016) ‘ONEE au Maroc et en Afrique: Activité électricité’. http://www.one.org.ma/FR/pdf/Brochure_ONEE_Africa_VF_COP22_V2.pdf (consultado el 4 de octubre de 2021). 
    37. Comisión Europea. Declaración Conjunta sobre el Establecimiento de una Hoja de Ruta para un Comercio de Electricidad Renovable entre Marruecos y el Mercado Interior Europeohttps://ec.europa.eu/energy/sites/ener/files/documents/2016_11_13_set_roadmap_joint_declaration-vf.pdf (consultado el 2 de noviembre de 2021).
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    39. North Africa Post (2019) ‘Morocco reaps diplomatic gains of soft power in Africa’.
    40. Boris Ngounou. (20 de diciembre de 2018) ‘Morocco: Sharing experience in renewable energy with Africa’. Afrik 21. https://tinyurl. com/yckpdjpn (consultado el 4 de octubre de 2021).
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    42. WSRW (2021) ‘Greenwashing Occupation’. pág. 3.
    43. Joanna Allan, Mahmoud Lemaadel y Hamza Lakhal. (2021) ‘Oppressive energopolitics in Africa’s last colony: energy, subjectivities, and resistance’. Antipode. pp. 44-63, https://doi.org/10.1111/anti.12765. [consultado el 26 de septiembre de 2021].
    44.  Ibíd.
    45. Idalina Baptista. (2016) ‘Maputo: Fluid flows of power and electricity – prepayment as mediator of state-society relationships’, in A. Luque-Ayala and J. Silver (eds.) Energy, Power, and Protest on the Urban Grid: Geographies of the electric city. Londres: Routledge. págs. 112-132.
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    47. Allan et al. (2021) ‘Oppressive energopolitics’.
    48. Connor M. Harrison. (2016) ‘The American South: electricity and race in Rocky Mount, North Carolina, 1900-1935’, en A. Luque-Ayala y J. Silver (eds.) Energy, Power, and Protest on the Urban Grid: geographies of the electric city. Londres: Routledge. págs. 21-44.
    49. Entrevista con Mahmoud (pseudónimo), El Aaiún, territorio ocupado del Sáhara Occidental, 27 de mayo de 2019.
    50. Allan et al. (2021) ‘Oppressive energopolitics’.
    51. Ibíd.
    52.  Ibíd.
    53. Tone Moe. (2017) ‘Observer report: the 2017 trial against political prisoners from Western Sahara’. https://ssrn.com/abstract=3050803 (consultado el 28 de junio de 2021).
    54. Allan. (2016) ‘Natural resources and intifada: oil, phosphates, and resistance to colonialism in Western Sahara’, Journal of North African Studies 21(4): 645-666 (p. 656).
    55. Amnistía Internacional (2021) ‘Saharawi activist at risk of further assault’, MDE 29/4198/2021. https://tinyurl.com/ 59637afb [consultado el 12 de octubre de 2021].
    56. Joanna Allan. (2019). Silenced resistance: women, dictatorships, and genderwashing in Western Sahara and Equatorial Guinea. Madison: Wisconsin University Press.
    57. Tristan Loloum, Simone Abram y Nathalie Ortar. (2021) ‘Politicising energy anthropology’, en T. Loloum, S. Abram y N. Ortar (eds.) Ethnographies of Power: a political anthropology of energy. Nueva York: Berghahn. págs. 1-23.
    58. Entrevista con Taleb Brahim, campamento de Smara, 11 de octubre de 2019.
    59. Ibíd.
    60. Hartan Mohammed Salem Bechri. (2017) Towards a Nature-Friendly Durable Permanent Habitat in Western Sahara. Master’s dissertation, Hadj Lakhdar University; Entrevista de Joanna Allan a Harten Mohammed Salem Bechri, campamento de El Aaiún, 15 de octubre de 2019. 
    61. Utilizamos la definición de «transición justa» de la Alianza por la Justicia Climática. Véase: https://climatejusticealliance.org/just-transition/ [consultado el 30 de septiembre de 2021].
    62. La documentación más antigua que los autores hallaron es Pierre Raymond de Brisson y Saugnier. (1792) Voyages to the Coast of Africa by Mess. Saugnier and Brisson, Containing an Account of their Shipwreck on Board Different Vessels, and Subsequent Slavery, and Interesting Details of the Manners of the Arabs of the Desert. Londres: G.G.J. y J. Robinson. pág. 35. El Sr. Saugnier, víctima de un naufragio, «secuestrado» en Boujdour (actualmente el Sáhara Occidental) por «árabes que deambulaban», queda maravillado por las prácticas ecológicas saharauis, como su insistencia en utilizar solamente madera muerta para leña, en vez de arbustos vivos.
    63. Gabriele Volpato y Patricia Howard. (2014) ‘The material and cultural recovery of camels and camel husbandry among Sahrawi refugees of Western Sahara’, Pastoralism 4(7). https://doi.org/10.1186/s13570-014-0007-4 [consultado el 13 de octubre de 2021].
    64. WSRW. (2021) “Saharawi Government Launches Climate Plan,” https://tinyurl.com/3mmy94kd.
    65. Entrevista con Daddy Mohammed Ali, 9 de octubre de 2019.
    66. Fadel Kamal. (2015) ‘The role of natural resources in the building of an independent Western Sahara’, Global Change, Peace & Security 27(3): 345-359.
    67. Randy Irwin. (2019) Derivative States: Property rights and claims-making in a non-self-governing territory. Thesis, Doctor of Philosophy, the New School for Social Research. pág. 79.
    68. Ibíd. p. 79.
    69. Grupos de discusión con el director y varios funcionarios públicos del Departamento de Energía de la RASD, campamento Rabuni en Tinduf, 7 de octubre de 2019.
    70. Para más información sobre los discursos oficiales nacionalistas saharauis sobre igualdad de género, véase Allan, J. (2010) ‘Imagining Saharawi women: the question of gender in POLISARIO discourse’, Journal of North African Studies 15(2): 189-202.
    71. Para más información sobre la necesidad de una transición justa feminista, véase Steinfort, L. (2018) ‘Ecofeminism: fueling the journey to energy democracy’. https://www.tni.org/en/article/ecofeminism-fueling-the-journey-to-energy-democracy [consultado el 13 de octubre de 2021].
  • « No renunciaremos al apoyo a Palestina y al Sáhara Occidental » (presidente argelino)

    Etiquetas : Argelia, Sahara occidental, Palestina, fosfatos, fertilizantes, parlamento, reservas de divisas,

    El presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, pronunció este lunes un discurso a la nación ante las dos cámaras del Parlamento reunidas en congreso en el que afirmó que Argelia no renunciará al apoyo a las causas palestina y saharaui. « Nosotros no renunciaremos al apoyo de Palestina y del Sáhara Occidental », declaró.

    El presidente Tebboune también subrayó que Argelia defenderá « África y las causas justas » en calidad de miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU.

    En este discuros, el presidente argelino anunció también una medida que supondrá una transformación del mercado internacional de fertilizantes. “ Con la entrada en servicio de las minas de Bilad Al Hadba y Annaba, seremos primer exportador de fosfatos a nivel mundial.”

    Además, el presidente Tebboune indicó que las reservas del país en divisas sobrepasan los 70 mil millones dólares. Esto permitirá al Estado financiar un aumento de 45% de los salarios del personal de sanidad y enseñanza, además de las indemnizaciones del paro y de las madres que viven solas con sus hijos.

    El discurso presidencial fue muy ampliamente aplaudido por los diputados que se levantaron somnemente para pedir que se presente pas un nuevo mandato presidencial.

    #Argelia #Palestina #SaharaOccidental #Africa #fosfatos #fertilizantes

  • Fosfatos y bipartidismo en el Congreso

    Etiquetas : Sahara Occidental, Marruecos, fosfatos, fertilizantes,

    Mientras la Cámara de Representantes de Estados Unidos elige un nuevo presidente esta semana, con comentarios iniciales apacibles sobre el trabajo entre ambos partidos, uno podría preguntarse cómo se puede poner en práctica el bipartidismo en la política de recursos naturales, informó la edición de este miércoles de Forbes que indica que « una carta firmada por un grupo de legisladores republicanos y demócratas dirigida a la Secretaria de Comercio de Estados Unidos, Gina Raimondo, enviada el 24 de octubre, nos presenta un ejemplo intrigante. Esta carta pide una reducción de los derechos compensatorios (CVD) sobre las importaciones de un ingrediente esencial en los fertilizantes: los fosfatos ».

    El público suele ver el fósforo en términos de sus connotaciones medioambientales negativas. Las etiquetas de los detergentes que dicen « sin fosfatos » resaltan esta tendencia junto con el lamento mundial sobre los impactos de la minería de fosfatos en países como Nauru en el Pacífico central. Sin embargo, el fósforo es esencial para todas las células vivas, ya que es un componente elemental clave del triphopshato de adenosina (ATP), la molécula que actúa como moneda para la transferencia de energía. El fósforo es, pues, un elemento limitante para la vida y es por eso mismo que ha sido tan apreciado en la producción de fertilizantes para abrirse camino en la cadena alimentaria. De hecho, el gran escritor de ciencia y ciencia ficción Issac Asimov planteó la hipótesis de que la escasez de vida observada en el universo hasta ahora estaba relacionada con la escasez de fósforo en los planetas.

    La minería de fosfato en la remota isla pacífica de Nauru devastó el paisaje, pero también ayudó a impulsar la producción de alimentos en Australia y muchas otras partes del mundo en el siglo XX. Tuve la oportunidad de visitar Nauru en 2015 y fui coautor de un artículo publicado en la revista Ambio un par de años después . El objetivo de este artículo era considerar la restauración ecológica de la región minera de fosfato de Nauru para que este pequeño país resiliente pudiera « recuperarse mejor », un término que ha adquirido nueva vigencia en la era de COVID-19. A medida que la tierra de Nauru se recupera mediante una estrategia de diversificación, también deberíamos considerar la cadena de suministro de fósforo y formas de aprovechar el elemento de manera más sostenible.

    Más del 70% del fosfato de roca del mundo para la producción de fertilizantes se encuentra ahora en Marruecos y el territorio en disputa del Sáhara Occidental. Justo antes de dejar el cargo, el expresidente Trump reconoció el reclamo de Marruecos sobre toda la región del Sáhara Occidental a cambio de la reanudación de las relaciones diplomáticas por parte del país con Israel. La administración Biden no ha indicado una reversión de esta política y, de facto, Marruecos probablemente seguirá teniendo el control de gran parte de la región minera de fosfato. La concentración de depósitos de fosfato económicamente viables en un país debería ser motivo de preocupación, ya que el elemento es clave para la seguridad alimentaria mundial. Al mismo tiempo, si hay una buena gobernanza y una minería responsable de estas reservas, podrían ser una fuente de alivio de la pobreza en las regiones mineras de fosfato del Sahara.

    Para abordar esta dependencia del fósforo extraído, actualmente está ganando mayor atención la investigación sobre el reciclaje del fósforo de los efluentes y de una variedad de otras fuentes. Sin embargo, los factores de coste siguen siendo muy elevados en comparación con el fósforo extraído. Es necesario considerar una investigación mucho mayor sobre los mecanismos bióticos para aprovechar el fósforo, incluido el gas fosfina. La investigación sobre el papel de la fosfina en el ciclo global del fósforo está atrayendo cada vez más atención por parte de los investigadores. De hecho, la mayor biodisponibilidad de nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K) en el Antropoceno ha tenido un fuerte impacto en las comunidades de plantas terrestres. Por lo tanto, nos encontramos con la paradoja de que, a pesar de la escasez limitante de fósforo para la seguridad alimentaria humana, su abundancia se ha vuelto más difusa a través de las industrias agrícolas humanas y los sistemas de desechos.

    Los esfuerzos globales para gestionar mejor los ciclos del fósforo deben coordinarse con inversiones concertadas en investigación y monitoreo de los flujos de fósforo. Esfuerzos como la Alianza por el Fósforo Sostenible con sede en la Universidad Estatal de Arizona son una señal prometedora de que se está reconociendo la urgencia de nuestra dependencia del fósforo. Dos de los principales fundadores de esta alianza, Jim Elser y Phil Haygarth, han publicado un libro autorizado para una amplia audiencia general que deberían leer los responsables políticos de todo el mundo . Los líderes mundiales deberían considerar las palabras del presidente Franklin D. Roosevelt mientras Estados Unidos se recuperaba de la Gran Depresión de 1938:

    « La disposición de nuestros depósitos de fosfato debe considerarse una preocupación nacional… La situación parece ofrecer una oportunidad para que esta nación ejerza previsión en el uso de un gran recurso nacional hasta ahora casi desconocido en nuestros planes para el desarrollo del nación. »

    Roosevelt pronunció esas palabras antes de la llegada de importantes tratados ambientales internacionales; por lo tanto, su tono estaba enfocado a lo nacional. Hoy en día, sus proféticas palabras deberían ser un llamado a la acción global para una gestión internacional más efectiva de este precioso elemento.

    Fosfatos y bipartidismo en el Congreso

    #SaharaOccidental #Marruecos #Fosfatos #Fertilizantes

  • India se está quedando sin fósforo. ¿La solución está en nuestras aguas residuales?

    Etiquetas : India, fósforo, fosfatos, fertlizantes, contaminación, Sahara Occidental, Marruecos,

    El fósforo es un ingrediente esencial en los fertilizantes y un contaminante importante. Necesitamos abordar ambos problemas.

    El problema de la fertilización de la tierra es tan antiguo como la propia agricultura. Cuando los primeros humanos comenzaron a dedicarse a la agricultura sedentaria, rápidamente se dieron cuenta de que, si bien los cultivos necesitaban nutrientes para su crecimiento, los ciclos repetidos de cultivo y cosecha agotaban estos nutrientes, reduciendo el rendimiento con el tiempo. Las primeras sociedades agrícolas comenzaron a notar que ciertas áreas producían mejores cultivos y que los suelos podían reponerse.

    Esta observación condujo a prácticas para restaurar los nutrientes esenciales en el suelo necesarios para el crecimiento de plantas y cultivos. Las comunidades indígenas de todo el mundo desarrollaron métodos de fertilización, por ejemplo, utilizando restos de peces y excrementos de pájaros (guano) como fertilizantes.

    Los cuerpos de agua dulce del mundo están asfixiados por el fósforo

    Esto cambió en el siglo XIX, cuando se produjeron importantes avances en la química, que llevaron a la creación de fertilizantes sintéticos y a la identificación del nitrógeno, el fósforo y el potasio. Son la base de los fertilizantes químicos sintéticos modernos y han provocado un auge de la productividad agrícola. La Revolución Verde de mediados del siglo XX aceleró la adopción de variedades de cultivos de alto rendimiento y el uso intensivo de estos fertilizantes, y hoy estas sustancias son cruciales para sostener la producción mundial de alimentos.

    Pero ahora tenemos un problema. El fósforo es escaso y existe sólo en cantidades limitadas, en determinadas formaciones geológicas. No sólo nos estamos quedando sin él, sino que también contamina el medio ambiente. No existe como gas, lo que significa que sólo puede pasar de la tierra al agua, donde provoca la proliferación de algas y la eutrofización.

    La geopolítica y el juego del fósforo

    La historia del fósforo abarca desde su descubrimiento en el guano hasta las cadenas de suministro globales actuales. Hoy en día, un puñado de países controlan la mayor parte de las reservas mundiales de fósforo. Esta es una preocupación geopolítica importante. Las reservas más grandes del mundo se encuentran en Marruecos y la región del Sahara Occidental. Pero aquí el fósforo coexiste con el cadmio, un metal pesado que puede acumularse en los riñones de animales y humanos cuando se ingiere. La eliminación del cadmio también es un proceso costoso.

    Como resultado, los fertilizantes cargados de cadmio a menudo se aplican al suelo, son absorbidos por los cultivos y consumidos, bioacumulándose en nuestros cuerpos. Los estudios han encontrado que esto acelera las enfermedades cardíacas. En 2018, la UE aprobó una nueva legislación para regular los niveles de cadmio en los fertilizantes.

    Sólo seis países tienen reservas sustanciales de fósforo libre de cadmio. De ellos, China restringió las exportaciones en 2020 y muchos países de la UE ya no compran a Rusia. De modo que el mercado de fósforo seguro se ha disparado repentinamente. Esta es una de las razones por las que Sri Lanka prohibió la importación de fertilizantes sintéticos y se volvió orgánico en 2021, experimentando luego una caída repentina en el rendimiento de los cultivos que precipitó una crisis política.

    Hoy en día, la India es el mayor importador mundial de fósforo, la mayor parte procedente de los depósitos cargados de cadmio de África occidental. No todos los cultivos absorben cadmio al mismo ritmo, pero el arroz, un cultivo básico en la India, es particularmente susceptible; Los agricultores indios también aplican muchos fertilizantes al arroz. Otros cereales, como el trigo, la cebada y el maíz, también absorben cadmio, aunque menos.

    (La absorción de cadmio por los cultivos varía según la calidad del suelo, las condiciones climáticas y el tipo y variedad de cultivos cultivados. Los factores sociales y culturales afectan aún más la ingesta de cadmio en el cuerpo humano y la gravedad de los efectos sobre la salud).

    Por lo tanto, es posible que en el futuro nos enfrentemos a una decisión difícil: si no eliminamos el cadmio del fósforo, podemos enfrentarnos a una crisis de salud pública; si lo hacemos, los fertilizantes serán más caros.

    El problema de la eliminación del fósforo

    En primer lugar, sólo alrededor de una quinta parte del fósforo extraído se consume a través de los alimentos. Gran parte se pierde directamente en las masas de agua como escorrentía agrícola, debido a la aplicación excesiva de fertilizantes.

    En segundo lugar, la mayor parte del fósforo que consume la gente acaba en las aguas residuales. La mayoría de las aguas residuales en la India todavía no reciben tratamiento o sólo se tratan hasta el nivel secundario. Entonces, incluso si la materia orgánica se digiere, el efluente vertido de las PCT todavía contiene nitratos y fosfatos. De estos, los nitratos pueden ser digeridos por bacterias desnitrificantes y liberados de forma segura como gas nitrógeno a la atmósfera, mientras que el fósforo permanece atrapado en los sedimentos y la columna de agua.

    Luego es absorbido por las floraciones de algas que crecen en respuesta al alto suministro de nutrientes y, cuando se descomponen, las bacterias que se alimentan de ellas consumen el oxígeno disuelto. El resultado: los cuerpos de agua se quedan sin oxígeno, lo que provoca la muerte de peces. Las floraciones de algas también son tóxicas y causan problemas respiratorios, náuseas y otras dolencias a las personas expuestas a ellas.

    Encontrar fósforo en otros lugares

    Dado que gran parte del fósforo no es absorbido por los cultivos, una forma de mejorar la escasez de fósforo es reducir el uso de fertilizantes químicos mediante la agricultura de precisión. Los enfoques agroecológicos de bajos insumos están demostrando ser cada vez más una alternativa viable. Si se practican correctamente, se pueden lograr con poca o ninguna pérdida de rendimiento, especialmente en los pequeños agricultores que no pueden afrontar el costo de los fertilizantes y pesticidas químicos.

    Pero existe un interés creciente en cerrar el círculo del fósforo extrayendo aguas residuales urbanas para producir fósforo de alta calidad. De hecho, el interés en las “economías circulares del agua” ha llevado a la Unión Europea –que casi no tiene reservas propias de fósforo– a repensar el ciclo del agua urbano.

    En primer lugar, los inodoros con separación en fuente: casi dos tercios del fósforo que consumimos se excreta en la orina y el resto en las heces. La orina también contiene grandes cantidades de nitrógeno y potasio. Si podemos recolectar este flujo de desechos seguro y concentrado, podríamos generar una fuente local de fertilizantes. Los sanitarios con separación en fuentes están diseñados para separar la orina de las heces. Para que se generalicen, los edificios y hogares necesitarán un sistema de recolección y almacenamiento, lo que conducirá a un sistema logístico que recolecte y procese la orina de manera centralizada.

    En segundo lugar, el reciclaje de aguas residuales y lodos: el reciclaje de aguas residuales ya se produce de alguna forma en la India hoy en día. Las aguas residuales ricas en nutrientes se aplican directamente a la agricultura, como en el proyecto KC Valley-Kolar, que transporta las aguas residuales de Bengaluru a las regiones de Kolar con escasez de agua. Pero existe la preocupación de que la cantidad de nutrientes pueda ser demasiado alta y eventualmente degradar el suelo. De manera similar, en muchas ciudades y pueblos, los agricultores ya retiran el lodo de las PCT, pero resulta voluminoso de transportar. Entonces, si bien los agricultores pueden estar dispuestos a pagar por el transporte de lodos, no pueden permitirse el lujo de pagar un STP por los lodos en sí. Por lo tanto, el reciclaje de aguas residuales hoy en día no ayuda a que el tratamiento de aguas residuales sea rentable.

    Aquí existe potencial para una innovación revolucionaria: la extracción de lodos de las STP para recuperar nutrientes. Empresas como EasyMining en Europa están modernizando las STP para recuperar nutrientes de las aguas residuales. El producto final tiene el mismo aspecto que el fertilizante convencional y, de hecho, es de mayor calidad y comercializable a un coste comparable.

    La extracción de fósforo de las aguas residuales permite a los países controlar su propia producción de fósforo y al mismo tiempo abordar el problema de la eutrofización de las masas de agua.

    Problemas con los incentivos

    En teoría, dados los elevados precios actuales de los fertilizantes, estas tecnologías ya son económicamente viables. ¿Por qué entonces no se han realizado?

    Un problema son los incentivos en los extremos de abastecimiento y usuario de la cadena de valor del fósforo. En la India rural, los agricultores más poderosos de las aldeas suelen ser también los traficantes de pesticidas y fertilizantes y otorgan crédito a los agricultores con propiedades más pequeñas. Como resultado, estos últimos se ven incentivados a aplicar exceso de fertilizantes en lugar de reducirlos. Esto debe abordarse por separado, mediante mejores servicios de extensión y campañas de sensibilización.

    En la India urbana, las aguas residuales se perciben como una actividad indigna, históricamente relegada a las personas que pertenecen a las llamadas castas « inferiores ». Las regulaciones reflejan esta mentalidad de “deshacerse de eso”. En todo el mundo, las regulaciones se han formulado en términos de estándares de descarga. Las empresas deben garantizar que los niveles de nitratos y fosfatos en las plantas de tratamiento de efluentes estén por debajo de un nivel aceptable. Pero cuando las regulaciones están escritas de esta manera, los operadores de plantas de tratamiento en la India a menudo diluyen los efluentes con agua dulce antes de descargarlos. La dilución no es realmente una solución a la contaminación, ya que de todos modos la misma cantidad de nutrientes termina en los cuerpos de agua.

    Incluso si se endurecen la regulación y el cumplimiento, el problema fundamental persiste: el tratamiento de aguas residuales es un centro de costos, no un centro de ingresos, para la mayoría de las ciudades. Nadie quiere pagar el alto costo, ni siquiera Bengaluru, una ciudad con un PIB per cápita relativamente alto. Y si bien a las empresas de servicios públicos se les paga por suministrar agua, no obtienen ingresos adicionales por tratar las aguas residuales según los estándares. De hecho, desde su perspectiva, simplemente aumenta el costo del tratamiento de aguas residuales, lo que los sobrecarga aún más. Por eso tienden a demorarse hasta que el Tribunal Verde Nacional les impone una multa.

    Es por eso que repensar fundamentalmente todo nuestro enfoque puede funcionar. Si la tecnología es lo suficientemente barata, ¿podemos otorgar una concesión para establecer plantas de extracción de fósforo y permitirles vender el fertilizante? Para lograrlo, necesitamos un cambio sistémico, no incremental.

    Esto requiere que cada una de las partes interesadas haga pequeños ajustes. Los innovadores necesitan reducir los costos de la extracción de aguas residuales para ser financieramente viables en la India; los reguladores deben permitir el uso de fósforo extraído de zonas urbanas en la agricultura; y los STP deben pagarse no en función de los estándares de descarga sino de la recuperación de nutrientes.

    Y esos cambios, aunque complicados, también podrían resolver múltiples problemas. India puede volverse menos dependiente de crisis geopolíticas inciertas; los agricultores pueden adquirir fertilizantes a precios asequibles; los cuerpos de agua tendrán alguna esperanza de ser aptos para nadar (después de eliminar los nutrientes heredados en los lechos de los lagos); y la salud pública puede beneficiarse del consumo de alimentos cultivados en suelos libres de cadmio.

    El fósforo es escaso y existe sólo en cantidades limitadas, en determinadas formaciones geológicas. No sólo nos estamos quedando sin él, sino que también contamina el medio ambiente.

    La historia del fósforo abarca desde su descubrimiento en el guano hasta las cadenas de suministro globales actuales. Hoy en día, un puñado de países controlan la mayor parte de las reservas mundiales de fósforo. Esta es una preocupación geopolítica importante. Las reservas más grandes del mundo se encuentran en Marruecos y la región del Sahara Occidental.

    Sólo seis países tienen reservas sustanciales de fósforo libre de cadmio. De ellos, China restringió las exportaciones en 2020 y muchos países de la UE ya no compran a Rusia. De modo que el mercado de fósforo seguro se ha disparado repentinamente.

    Fuente

    #Fosforo #Fosfatos #fertilizantes #Marruecos #SaharaOccidental

  • El problema del fósforo

    Etiquetas : fósforo, fertilizantes, fosfatos, agricultura, biología, ADN, metalurgia,

    ¿Por qué en Noticias?

    El problema mundial del fósforo está ganando atención. Con reservas limitadas de fósforo, problemas de contaminación y perturbaciones en el mercado de fertilizantes, encontrar soluciones sostenibles se ha convertido en una prioridad fundamental.

    ¿Cuáles son los principales hechos relacionados con el fósforo?

    Qué es :

    El fósforo es un elemento químico de símbolo « P » y número atómico 15. Es un elemento esencial para la vida y tiene diversas propiedades y aplicaciones importantes.

    Propiedades químicas:

    El fósforo forma fácilmente compuestos con otros elementos, especialmente el oxígeno, formando diversos fosfatos.

    Es muy reactivo y puede arder espontáneamente en el aire, produciendo un humo blanco.

    Los compuestos de fósforo son cruciales en biología, ya que son un componente fundamental del ADN , el ARN y el ATP (trifosfato de adenosina).

    Ocurrencia natural:

    El fósforo se encuentra comúnmente en la corteza terrestre en forma de varios minerales de fosfato, como la apatita.

    Usos industriales:

    Los compuestos de fósforo se utilizan en la producción de fertilizantes, ya que son necesarios para el crecimiento de las plantas.

    También se utiliza en detergentes , donde los compuestos de fosfato ayudan a descomponer y eliminar las manchas.

    El fósforo se utiliza en la producción de acero y otros procesos metalúrgicos.
    Fósforo en la India:

    India es deficiente en disponibilidad de apatita (grupo de minerales de fosfato) y fosfato de roca.

    Según el Anuario de Minerales de la India 2018, en el caso de la apatita, el país depende totalmente de las importaciones, mientras que la producción de fosfato de roca proviene solo de dos estados, a saber, Rajasthan y Madhya Pradesh.

    India es el mayor importador de fósforo del mundo y lo obtiene principalmente de depósitos de África occidental contaminados con cadmio.

    El arroz , un cultivo básico en la India, es particularmente propenso a la absorción de cadmio , y los agricultores indios utilizan ampliamente fertilizantes en los arrozales.

    ¿Cuál es la evolución histórica de la fertilización y los desafíos contemporáneos que rodean al fósforo?

    Evolución histórica:

    La cuestión de la fertilización de la tierra ha afectado a la agricultura desde sus inicios . Las primeras sociedades agrícolas reconocieron que los ciclos repetidos de cultivo y cosecha agotaban los nutrientes esenciales del suelo, disminuyendo el rendimiento de los cultivos.

    Las comunidades indígenas idearon varios métodos de fertilización, incluido el uso de restos de peces y excrementos de pájaros (guano).

    Sin embargo, importantes avances en la química durante el siglo XIX llevaron a la creación de fertilizantes sintéticos y a la identificación de elementos vitales como el nitrógeno, el fósforo y el potasio.

    Estos elementos sentaron las bases de los fertilizantes químicos modernos y desempeñaron un papel fundamental en el impulso de la productividad agrícola durante la Revolución Verde de mediados del siglo XX.

    En el escenario actual, existe un desafío multifacético que involucra al fósforo , un componente crucial de los fertilizantes.

    Desafíos asociados con el fósforo:

    Reservas limitadas y contaminación por cadmio:

    El fósforo es escaso y se encuentra principalmente en formaciones geológicas específicas. Esta es una preocupación geopolítica importante.

    Marruecos y la región del Sáhara Occidental poseen las mayores reservas de fósforo del mundo , pero estas reservas contienen cadmio , un metal pesado nocivo que puede acumularse en los riñones de animales y humanos cuando se consume.

    La extracción y eliminación de cadmio de los recursos de fósforo son procesos costosos.

    Los fertilizantes cargados de cadmio pueden contaminar los cultivos y generar riesgos potenciales para la salud, como enfermedades cardíacas.

    Nota

    No eliminar el cadmio de las fuentes de fósforo conlleva el riesgo de una crisis de salud pública. Por el contrario, la eliminación del cadmio podría dar lugar a mayores gastos en fertilizantes, introduciendo un complejo equilibrio entre salvaguardar la salud pública y mantener la asequibilidad agrícola.

    La Unión Europea ha introducido legislación para regular los niveles de cadmio en los fertilizantes.

    Interrupciones del mercado y preocupaciones asociadas:

    De todos los países, sólo seis tienen reservas importantes de fósforo sin cadmio.
    Entre ellos, China impuso restricciones a las exportaciones en 2020 y varias naciones de la UE dejaron de comprar a Rusia.

    En consecuencia, ha habido un aumento en la demanda de fósforo seguro.
    Este es uno de los factores detrás de la decisión de Sri Lanka de prohibir las importaciones de fertilizantes sintéticos en 2021 y pasar a la agricultura orgánica.
    Sin embargo, esta transición provocó una repentina disminución del rendimiento de los cultivos , lo que desencadenó una crisis política y económica en el país.

    Uso excesivo de fósforo: la aplicación excesiva de fertilizantes provoca la escorrentía de fósforo hacia los cuerpos de agua. El exceso de fósforo promueve la proliferación de algas , agotando el oxígeno en los cuerpos de agua y provocando la muerte de los peces.

    La proliferación de algas también puede ser tóxica para los humanos y provocar problemas respiratorios y otros problemas de salud.

    Minería con uso intensivo de energía: La extracción y el procesamiento de roca de fosfato requieren un uso intensivo de energía, lo que contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero y a la degradación ambiental.

    ¿Cuáles pueden ser las posibles estrategias para gestionar el uso de fósforo?

    Agricultura inteligente y fertilización de precisión: implementar técnicas de agricultura de precisión que utilicen redes de sensores, inteligencia artificial y análisis de datos para optimizar el uso de fósforo en las granjas. Esto asegura que los cultivos reciban la cantidad exacta de fósforo que necesitan , reduciendo el exceso de escorrentía hacia los cuerpos de agua.

    El presupuesto de la Unión 2023-24 lanzó el plan PM-PRANAM para promover el uso equilibrado de fertilizantes químicos y alternativos , generando conciencia sobre la agricultura regenerativa (RA).

    Recuperación de fósforo de aguas residuales y desechos: existe la necesidad de desarrollar tecnologías avanzadas para la recuperación eficiente de fósforo de aguas residuales y diversos flujos de desechos.

    Esto podría incluir el uso de procesos innovadores de filtración, precipitación e intercambio iónico para extraer y reciclar fósforo para su uso en fertilizantes u otras aplicaciones.

    Ejemplo: Empresas como EasyMining están modernizando plantas de tratamiento de aguas residuales para recuperar productos de fósforo de alta calidad.

    Economía circular del fósforo: existe la necesidad de establecer una economía circular para el fósforo , donde los productos que contienen fósforo estén diseñados para una fácil recuperación y reciclaje, reduciendo la necesidad de minería y reduciendo el impacto ambiental.

    Marco global de gestión del fósforo: Es necesario desarrollar un marco internacional para la gestión del fósforo , similar a los acuerdos climáticos globales. Esto promovería la colaboración y los esfuerzos coordinados para abordar las preocupaciones sobre el fósforo a escala global.

    Examen de servicios civiles de UPSC, pregunta del año anterior

    P. Con referencia a los fertilizantes químicos en la India, considere las siguientes afirmaciones: (2020)

    En la actualidad, el precio minorista de los fertilizantes químicos lo determina el mercado y no lo administra el Gobierno.

    El amoníaco, que es un aporte de urea, se produce a partir del gas natural.
    El azufre, que es materia prima para los fertilizantes de ácido fosfórico, es un subproducto de las refinerías de petróleo.

    ¿Cuál de las afirmaciones dadas anteriormente es/son correctas?

    (a) solo 1
    (b) solo 2 y 3
    (c) solo 2
    (d) 1, 2 y 3

    Respuesta: B

    Exp:

    El Gobierno de la India subsidia los fertilizantes para garantizar que los agricultores puedan acceder fácilmente a ellos y que el país siga siendo autosuficiente en la producción agrícola. Lo mismo se ha logrado en gran medida controlando el precio de los fertilizantes y la cantidad de producción. Por tanto, la afirmación 1 no es correcta.

    Se ha sintetizado amoníaco (NH3) a partir del gas natural. En este proceso, las moléculas del gas natural se reducen a carbono e hidrógeno. Luego, el hidrógeno se purifica y se hace reaccionar con nitrógeno para producir amoníaco. Este amoníaco sintético se utiliza como fertilizante, ya sea directamente como amoníaco o indirectamente después de la síntesis como urea, nitrato de amonio y fosfatos monoamónicos o diamónicos. Por tanto, la afirmación 2 es correcta.

    El azufre es un importante subproducto del refinado de petróleo y del procesamiento de gas. La mayoría de los grados de petróleo crudo contienen algo de azufre, la mayor parte del cual debe eliminarse durante el proceso de refinación para cumplir con los estrictos límites de contenido de azufre en los productos refinados. Esto se hace mediante hidrotratamiento y da como resultado la producción de gas H2S, que se convierte en azufre elemental. El azufre también se puede extraer de depósitos subterráneos naturales, pero esto es más costoso que obtener petróleo y gas y en gran medida se ha descontinuado. El ácido sulfúrico se utiliza en la producción tanto de fosfato monoamónico (MAP) como de fosfato diamónico (DAP). Por tanto, la afirmación 3 es correcta.

    Por tanto, la opción B es la respuesta correcta.

    Fuente

    #Fosforo #Fosfatos #Agricultura