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  • Sánchez, Europa y el Sáhara Occidental

    Sahara Occidental, Marruecos, España, Europa, OTAN, neocolonialismo, Estados Unidos, Francia,

    Jesus L. Garay
    Miembro de Asociación de Amigos y Amigas de la RASD

    Necesitamos toda la fuerza de la solidaridad y toda la voluntad política democrática para parar este golpe del neocolonialismo, desmontar los argumentos falaces de la oportunidad política y la falsa compasión humanitaria que ha desplegado el PSOE y poner en marcha una movilización social y política efectiva.

    Cuando han pasado tres meses desde que Marruecos filtrara la carta de Pedro Sánchez en la que el Gobierno español modificaba su postura formal sobre la cuestión del Sáhara Occidental, los ecos de las reacciones que ha provocado este giro, lejos de apaciguarse, siguen estando en primera línea de las declaraciones políticas y mediáticas, esta vez al hilo de la suspensión por parte de Argelia del tratado de amistad y cooperación con España.

    La decisión del Gobierno español tiene, sin duda, muchas derivadas que sería imposible abarcar de forma breve, como imposible resulta hacer frente a la multitud de desatinos que se han vertido y se vierten al comentar los diversos aspectos de este asunto.

    Se han comentado, sobre todo, las implicaciones que puede tener la posición del gobierno en la política interna del Estado; pero más allá declaraciones y mociones genéricas, si algo ha quedado claro en esta cuestión es que los partidos que integran o apoyan a este gobierno son incapaces –¿o puede que simplemente no tengan voluntad real?– de hacer revertir la decisión de reconocer implícitamente la soberanía marroquí sobre la colonia española. Igualmente, parece que las organizaciones sociales no hemos sabido vehicular la simpatía y solidaridad que suscita la causa saharaui en la inmensa mayoría de la población hacia una expresión clara de rechazo o de indignación. Aunque, como demuestra la decisión de Argelia, nunca es tarde para retomar la iniciativa.

    Sin embargo, las últimas decisiones argelinas ponen de relieve una dimensión casi silenciada por el ruido que han provocado las formas y los tiempos elegidos para dar a conocer la decisión del gobierno. En efecto, en el plano internacional, las declaraciones de apoyo a la ocupación marroquí revelan que la decisión no es fruto de un simple «calentón» del Sr. Sánchez, como algunos medios pretenden calificar –aunque algo de improvisación parece claro que hay– ni tampoco, como se hace sobre todo desde las redes sociales, una simple rendición al chantaje brutal de Marruecos –que también–.

    El posicionamiento actual del Gobierno español es el resultado de un esfuerzo estratégico de largo alcance para consolidar en el Magreb árabe una relación de fuerzas definitivamente favorable a los intereses neocoloniales del occidente capitalista. Este esfuerzo, liderado inicialmente por Estados Unidos, como corresponde a su condición de potencia hegemónica, tuvo su máxima expresión en la declaración de un presidente saliente, Donald Trump, aceptando la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental a cambio del restablecimiento pleno de relaciones entre el reino de Marruecos y el estado de Israel.

    En el actual orden internacional, sin embargo, el control geopolítico de esta zona del norte de África no le corresponde directamente a USA, sino a Europa. No a esa Europa constructora de derechos y valores democráticos que nos quieren vender, sino a la Europa de las necropolíticas migratorias, subsidiaria de la OTAN y heredera del colonialismo más reciente, que se desliza en los últimos años hacia la ultraderecha ideológica.

    Muchas de las reacciones de responsables políticos sobre la ruptura de relaciones de Argelia con España demuestran que, en el fondo, la visión que Europa tiene de África apenas ha cambiado desde la conferencia de Berlin de 1885 y, que igual que USA con América Latina, sigue tratando al continente africano como su patio trasero: una especie de enorme finca de donde extraer los recursos necesarios para su desarrollo económico y social y en el que los habitantes y dirigentes africanos deberían limitarse a cumplir eficazmente con esa labor.

    La lista de asesinatos, golpes de estado e intervenciones militares para controlar los movimientos independentistas o simplemente para «moderar» políticas consideradas potencialmente peligrosas para los intereses de Europa no está cerrada. Francia, Reino Unido y Alemania se esfuerzan abierta y clandestinamente en condicionar la vida política y económica de los pueblos de África, porque de ello depende, en gran medida, el rumbo de la economía europea que ellos lideran.

    Ciertamente, la práctica neocolonial europea entra en abierta contradicción con el entramado legal propiciado tras la segunda guerra mundial, la llamada legalidad internacional por lo que, en gran medida, las intervenciones son de tipo «encubierto» o simplemente silenciadas a la opinión pública. Y sí, España, aunque es el único país europeo que sigue teniendo una colonia reconocida como tal en África, el Sáhara Occidental, tiene un papel marginal en este empeño. Como la permanencia en la OTAN, esto es parte del precio que tuvo que pagar en su momento a cambio de su entrada en la UE.

    En este contexto, el Magreb árabe se ha convertido en uno de los escenarios más evidentes de confrontación entre los intereses neocoloniales y los derechos de los pueblos africanos y el Sáhara Occidental en el campo de batalla probablemente más decisivo al respecto. Si, finalmente, Marruecos consigue apropiarse del estratégico territorio del Sahara Occidental y controlar sus bienes, Occidente habrá conseguido equilibrar en buena medida el poder principal de la región que, hoy día, representa Argelia.

    El único problema es la resistencia que opone el pequeño pueblo saharaui esgrimiendo a su favor la legalidad internacional. En efecto, el pueblo saharaui, al menos desde la creación del Frente Polisario, ha basado la legitimidad de su lucha en el derecho internacional. Esto le ha supuesto una importante baza a la hora de enfrentarse al colonialismo y reafirmar su voluntad de alcanzar el derecho a la autodeterminación y a la independencia. De manera que cada vez que las fuerzas neocoloniales han intentado justificar o perpetuar sus fechorías, todas y cada una de las instancias y tribunales internacionales han ratificado la legitimidad de la resistencia saharaui y han condenado las prácticas coloniales.

    La llamada legalidad internacional es, curiosamente, una creación de quienes apoyan la ocupación del territorio, la expoliación de sus recursos, y el intento de aniquilar a la población originaria. Esto es, del conjunto político-económico de gobiernos y empresas que financian y proporcionan con medios y armas la ocupación del Sahara Occidental. En este lobby de la muerte y el expolio los gobiernos y empresas españolas sí tienen, por razones históricas y geográficas, un papel destacado.

    Son ya 50 años de un equilibrio inestable entre la legitimidad y los intereses económicos y geopolíticos. Una lucha en la que ninguna de las partes, puede darse definitivamente por vencedora. El neocolonialismo ha intentado la rendición del pueblo saharaui con bombardeos a refugiados civiles, con desapariciones masivas, con invasión de colonos, con el expolio masivo de los recursos, con todo tipo de tácticas para retrasar la aplicación de las resoluciones de la ONU, con mentiras y silencios y con el apoyo descarado de España, Francia o USA al régimen genocida de Mohamed VI pero la resistencia saharaui se mantiene, apoyada en el derecho internacional. La venta de armas, el robo gigantesco de fosfatos y pescado, los negocios agrícolas con el rey de Marruecos, la energía fósil y verde del Sahara Occidental que explotan empresas como Siemens-Gamesa, aparecen así como hechos cumplidos pero imposibles de justificar o legalizar.

    La clave para deshacer este cruel empate podría estar en una serie de sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que, desde 2016, vienen estrechando el margen para que estas prácticas coloniales puedan realizarse, al declarar nulos los acuerdos económicos con Marruecos en las que se basan. A lo largo del 2023 se espera que la más alta instancia judicial europea resuelva definitivamente el contencioso a favor de los argumentos del Frente Polisario con lo que la UE debería replantear el conjunto de sus relaciones con Marruecos. No solamente las comerciales, sino todas las cuestiones que afectan al territorio del Sahara Occidental, que Marruecos considera suyo y que constituye no solo la principal fuente de riqueza del reino alauí, sino, como explicamos, la única esperanza, tanto para Marruecos como para Europa, de poder hacer frente a su principal rival en el tablero del Magreb.

    La decisión del Gobierno español, por tanto, formaría parte de un plan para imponer la realidad de la ocupación por la vía del consenso político internacional, fuera cual fuera la decisión de los tribunales europeos. Construir ese consenso en el caso europeo requiere de la implicación directa de los dos principales gobiernos, Francia y Alemania y, para el tema del Sahara Occidental, de la potencia colonial de referencia, España –como lo sería Bélgica si hablamos de la República del Congo o Portugal de Mozambique–. Una vez construido este consenso de «realpolitik» sería fácil sumar a la mayoría de los gobiernos europeos –aunque quizás no tan fácil como ha sido con el caso de la guerra en Ucrania– y junto a los Estados Unidos imponer la ley del mas fuerte también en este rincón del mundo.

    Es por eso que necesitamos toda la fuerza de la solidaridad y toda la voluntad política democrática para parar este golpe del neocolonialismo, desmontar los argumentos falaces de la oportunidad política y la falsa compasión humanitaria que ha desplegado el PSOE y poner en marcha una movilización social y política efectiva. Porque no solo está en juego la libertad y los derechos de un pueblo africano, sino que gobiernos y empresas puedan o no imponer su voluntad por encima del derecho, que ellos mismos dicen promover.

    NAIZ, 16 jun 2022

    #SaharaOccidental #Marruecos #España #Argelia #Neocolonialismo #Europa #EstadosUnidos #Francia



  • España desautorizada por Alemania, Italia y Francia

    España, Argelia, Alemania, Italia, Francia, Marruecos, Sahara Occidental, Pedro Sanchez

    Las sanciones adoptadas por Argelia contra España no afectarán a las relaciones entre Argel y Bruselas.

    Se trata de una nueva bofetada al gobierno español de Pedro Sánchez, que había intentado implicar a la Unión Europea en su reciente conflicto diplomático con Argelia, tras el alineamiento de Madrid con la posición colonial de Marruecos en la cuestión de la descolonización del Sáhara Occidental, en violación del derecho internacional, incluido el afirmado por el Tribunal Europeo que prohíbe la explotación de los territorios saharauis ocupados.

    La primera desautorización europea a Madrid llega desde Berlín a través de Katja Keul, secretaria de Estado alemana de Asuntos Exteriores, recibida este lunes por el jefe de la diplomacia argelina Ramtane Lamamra. « Argelia es un actor importante en la resolución de conflictos regionales en el norte y el oeste de África. Por eso es importante para mí intensificar el diálogo político con los funcionarios argelinos », dijo Keul, que tiene vínculos políticos con los Verdes. Y añadió: « Propondré al gobierno argelino una cooperación más estrecha para desarrollar nuestras relaciones energéticas. Estoy convencido de que debemos aprovechar más el potencial de las energías renovables para nuestras relaciones bilaterales.

    Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores italiano anunció el lunes que está preparando activamente la reunión intergubernamental de alto nivel con Argelia que se celebrará el próximo mes, con el fin de consolidar las relaciones políticas y económicas entre ambos países. Según la misma fuente, el Secretario General del Ministerio italiano y el Embajador argelino en Roma discutieron « la situación en el Mediterráneo, las consecuencias de la guerra en Ucrania, la energía y la seguridad alimentaria ».

    Argelia – Entrevista de Catherine Colonna con su homólogo (13 de junio de 2022)

    Según la página web des Ministerio francés de asuntos exteriores, Catherine Colonna, Ministra de Europa y Asuntos Exteriores, ha hablado el lunes por teléfono con su homólogo argelino, Ramtane Lamamra.

    Los dos ministros han afirmado su voluntad de continuar la dinámica positiva de las relaciones bilaterales entre Francia y Argelia, en todas sus dimensiones, con vistas a los próximos plazos bilaterales.

    Han debatido sobre los últimos acontecimientos en las relaciones argelino-españolas. La ministra subrayó su profundo apego a las buenas relaciones entre nuestros socios europeos y nuestros vecinos de la orilla sur del Mediterráneo y su confianza en que el diálogo nos permitirá superar los retos comunes.

    Los dos ministros hablaron de las crisis regionales, especialmente en Malí y Libia, donde la cooperación entre nuestros dos países es fundamental.

    #España #Argelia #Italia #Alemania #Francia #Marruecos #SaharaOccidental

  • Der Spiegel : Entrevista de Tebboune (texto íntegro)

    Tags : Argerlia, Alemania, Francia, Marruecos, Sahara Occidental – Der Spiegel : Entrevista de Tebboune (texto íntegro)

    El presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboune, cerró recientemene el espacio aéreo de su país con Francia por su enfado ante un comentario de Emmanuel Macron. DER SPIEGEL ha hablado con Tebboune sobre la fractura diplomática, el camino de su país hacia la modernización y por qué los periodistas siguen encerrados en Argelia.

    La carretera que lleva al palacio presidencial de Argel serpentea hasta llegar a una barrera custodiada por guardias militares fuertemente armados. Detrás de ellos están los amplios terrenos del palacio, con edificios encalados, patios verdes y fuentes burbujeantes.

    Desde diciembre de 2019, el palacio está ocupado por Abdelmadjid Tebboune. Este hombre de 75 años llegó a la presidencia tras dos décadas de gobierno de Abdelaziz Buteflika, ese autócrata enfermizo y envejecido que, hacia el final de su reinado, dirigía el país desde una villa junto al mar, apoyado por los todopoderosos militares. Pero en la primavera de 2019, los argelinos estaban hartos del corrupto e incompetente Buteflika y se echaron a la calle por cientos de miles, provocados por el anuncio del presidente de que pretendía presentarse a un quinto mandato. El movimiento de protesta, que llegó a conocerse como Hirak, le obligó a dimitir ese mismo año. En las elecciones de diciembre, Tebboune fue el más votado.

    Sin embargo, la participación fue históricamente baja: sólo el 40%. Muchos de los que se habían unido al movimiento de protesta boicotearon las elecciones. Esperaban un intervalo más largo entre la dimisión de Buteflika y las nuevas elecciones, lo que habría dado a Hirak más tiempo para organizarse. Sin embargo, el ejército impulsó la votación, para la que sólo se certificaron cinco de los 23 candidatos, todos ellos producto de las arraigadas estructuras de poder del país.

    Argelia es un país clave para Europa, tanto desde el punto de vista estratégico como político. Las rutas migratorias pasan por el país, utilizadas por personas del África subsahariana y otras que desean llegar a Europa. Además, Argelia suministra gas natural a España y otros países europeos. El mayor país de África por superficie, Argelia comparte frontera con el norte de Malí, una región de descanso controlada por varios grupos, algunos de ellos islamistas, donde las tropas francesas y alemanas han sido objeto de repetidos ataques. Los otros vecinos del país son Libia, Túnez y Marruecos. Por ello, el gobierno de Argel desempeña un papel vital de mediador y de garante de la seguridad, cuando se decide a asumir esa tarea.

    Actualmente, Tebboune intenta reposicionar a su país en materia de política exterior, tratando de establecer vínculos más estrechos con nuevos socios como Estados Unidos, Italia y Alemania, en parte como forma de distanciar a su país de la antigua potencia colonial de Francia. En octubre, rompió las relaciones diplomáticas con París y supuestamente ya no recibe llamadas de la oficina del presidente francés Emmanuel Macron, con quien solía mantener un estrecho contacto. Soportar este tipo de crisis, dicen los allegados a Tebboune, forma parte de la nueva soberanía de Argelia.

    DER SPIEGEL: Señor presidente, en una conversación con jóvenes argelinos a finales de septiembre, el presidente francés planteó la cuestión de si Argelia había sido siquiera una nación antes de su colonización por Francia. En respuesta, usted rompió inmediatamente las relaciones diplomáticas. ¿Basta una sola frase para justificar semejante reacción?

    Tebboune: No se puede cuestionar la historia de un pueblo y no se puede insultar a los argelinos. Lo que se reveló allí fue el viejo odio que albergaban los amos coloniales, aunque sé que Macron está muy lejos de pensar de esa manera. ¿Por qué dijo eso? Creo que fue por razones de estrategia de campaña. Es el mismo discurso que desde hace tiempo persigue el periodista de extrema derecha Éric Zemmour: Argelia no era una nación, afirma, fue Francia la que la transformó en una nación. Con su comentario, Macron se colocó en el mismo bando que los que justifican la colonización.

    DER SPIEGEL: Pero hasta ese momento, usted se llevaba bien con Macron. Estaban involucrados en proyectos conjuntos, incluyendo una nueva mirada a la historia de sus naciones. ¿Lamentan la crisis actual?

    Tebboune: No me arrepiento. Macron reavivó un viejo conflicto de forma totalmente innecesaria. Cuando Zemmour dice algo así, ¿a quién le importa? Nadie le presta atención. Pero cuando un jefe de Estado afirma que Argelia no era una nación independiente, eso es muy grave. No seré yo quien dé el primer paso. Si no, perderé el apoyo de todos los argelinos. No se trata de mí, sino de un problema nacional. Ningún argelino aceptaría que yo iniciara un contacto con quienes nos insultan.

    DER SPIEGEL: El año pasado, el presidente francés encargó un informe a un historiador al que se le pidió que hiciera recomendaciones sobre cómo debería París tratar su historia colonial. ¿Qué esperaba de él, de Francia? ¿Una disculpa?

    Tebboune: Nuestro país no necesita una disculpa de Macron por algo que ocurrió en 1830 o 1840. Pero sí queremos un reconocimiento completo y sin reservas de los crímenes que Francia cometió. Y Macron ya lo ha hecho. En 2017, declaró públicamente que la colonización había sido un crimen contra la humanidad. Ya saben, los alemanes destruyeron un pueblo entero en Oradour-sur-Glane en 1944. Esa masacre se conmemora hasta hoy, y con razón. Pero en Argelia había decenas de Oradour-sur-Glanes. Los habitantes de innumerables aldeas fueron conducidos a cuevas, se les arrojó madera dentro y luego se les prendió fuego. La gente se asfixió horriblemente.

    DER SPIEGEL: ¿No hay indicios de que la crisis con Francia vaya a terminar pronto?

    Tebboune: No. Si los franceses quieren ahora viajar a Malí o a Níger, tendrán que volar durante nueve horas en lugar de cuatro. Aunque haremos excepciones para la recuperación de los heridos. Pero en todo lo demás, ya no tenemos que cooperar entre nosotros. Tal vez eso se haya acabado. No éramos subhumanos, no éramos un pueblo de tribus nómadas antes de que aparecieran los franceses.

     » Admiro mucho la resistencia de Angela Merkel y su modestia. Lamento mucho que ahora se vaya. « 

    DER SPIEGEL: En sus interacciones con otro país europeo, con Alemania, su tono ha sido mucho más conciliador. ¿Por qué? ¿Qué une a Argelia con Alemania?

    Tebboune: Los alemanes siempre nos han tratado con respeto. Nunca se han dirigido a nosotros con arrogancia y nunca ha habido desacuerdos en política exterior. Además, admiro mucho la resistencia y la modestia de Angela Merkel. Lamento mucho que ahora se vaya. Nunca olvidaré cómo me atendió personalmente cuando estuve en Alemania para recibir tratamiento médico. Alemania es un modelo para nosotros en muchos aspectos.

    DER SPIEGEL: Usted también está interesado en ampliar los lazos económicos con Alemania. ¿Qué espera del nuevo gobierno de Berlín, una vez que tome posesión?

    Tebboune: Para ser sincero, todo eso es posible. Me gustaría, por ejemplo, que construyéramos juntos un gran hospital en Argel. Un lugar que pueda atender todas las áreas especializadas de la atención médica, para todo el Magreb. Así, un presidente africano podría por fin recibir tratamiento en su propio continente en lugar de tener que viajar a Suiza. Estaríamos dispuestos a financiar la mayor parte de este proyecto. También hay un gran potencial en materia de energías renovables. Con la ayuda de Alemania, podríamos abastecer a Europa de energía solar.

    DER SPIEGEL: Hace dos años, usted prometió poner fin a la vieja forma de hacer las cosas e iniciar una nueva era en Argelia. ¿Hasta qué punto se ha hecho realidad?

    Tebboune: He eliminado los impuestos para todos los salarios inferiores a 30.000 dinares, unos 190 euros, al mes. He aumentado el salario mínimo. Las regiones rurales, hasta ahora muy olvidadas, están recibiendo una ayuda especial. Pero una de las tareas más importantes es la de inyectar nueva moral en la administración y la economía. Llevamos dos años luchando contra la corrupción.

    Tebboune pasó suficiente tiempo como parte del aparato de poder en Argel para saber los pocos escrúpulos que tenía Buteflika. A lo largo de varios años, el antiguo jefe de Estado transfirió miles de millones de dólares fuera del país. El nuevo gobierno sigue buscando por todo el mundo el dinero robado con la ayuda de empresas consultoras, en Estados Unidos, en Suiza y en otros países europeos. Al parecer, el nuevo gobierno también se ha incautado de grandes sumas de dinero en la propia Argelia, al menos eso es lo que afirman los allegados al presidente. Tebboune también ha anunciado numerosas reformas económicas. Pero, ¿cuántos de esos planes podrá aplicar realmente? ¿El Ministerio de las Empresas, que ha lanzado, es sólo un farol o es realmente un esfuerzo para cambiar las cosas en el país? ¿Y qué significa que el jefe del ejército aparezca en la televisión con la misma frecuencia que el presidente?

    DER SPIEGEL: Antes de que usted tomara posesión del cargo, los militares encerraron a miembros de alto rango del antiguo aparato de poder, incluido el hermano de Buteflika, Saïd, que posteriormente fue condenado. ¿Se produjeron más detenciones durante su mandato?

    Tebboune: Por supuesto. Actualmente estoy luchando contra la corrupción principalmente en los rangos inferiores. Lo que ocurrió a nivel gubernamental fue un despilfarro imperdonable de las riquezas de este país. Son los ciudadanos los que deben pagar por la corrupción cotidiana. Pero eso se ha acabado. Nunca más alguien tendrá que presentar un billete en un ayuntamiento para obtener un nuevo pasaporte.

    DER SPIEGEL: ¿Es realmente posible cambiar sin más un sistema y unos hábitos arraigados a lo largo de varias décadas?

    Tebboune: Se empieza por lo fundamental. Tuvimos que reconstruir completamente el Estado. Antes teníamos lo que yo llamaría un Estado informal. Traje a mucha gente de la economía privada al gobierno. El portavoz del Gobierno solía ser un moderador de televisión; el hombre que ahora dirige el Ministerio de Startups formó parte del movimiento de protesta de 2019. Actualmente estamos renovando por completo la oficina de auditoría. Estamos persiguiendo a los evasores de impuestos. Y hemos acordado una nueva constitución que otorgará más derechos a los ciudadanos.

    DER SPIEGEL: Y sin embargo, la gente en Argelia está más asustada que nunca por la represión del Estado y tiene miedo de expresar sus opiniones. En su país se detiene a los periodistas. ¿No es usted sólo la fachada civil de una continuación del régimen militar?

    Tebboune: El pueblo argelino sabe que eso no es cierto. Fui yo quien nombró al jefe del ejército. Además de presidente, también soy ministro de Defensa. Los servicios secretos del país están bajo mi control y ya no pertenecen a los militares. Esa es la nueva realidad en Argelia, apuntalada por la Constitución: una acción segura de sí misma en lugar de dependencias.

    DER SPIEGEL: ¿Cuál es el actual equilibrio de poder entre el ejército y el presidente?

    Tebboune: Se lo diré. El jefe del ejército, que está bajo mi mando, recibió una orden mía de modernizar el ejército. Más allá de eso, él tiene bastante con la delicada situación de nuestras fronteras. Yo soy el líder político. Nadie desempeñará esa responsabilidad en mi lugar. Fui yo quien ordenó el cierre del espacio aéreo argelino para los vuelos militares franceses. También fui yo quien hizo lo mismo con los aviones marroquíes. Pero es imposible deshacerse de la imagen que el mundo tiene de Argelia como Estado militar.

    DER SPIEGEL: Hay un pasaje en la nueva constitución que permite a Argelia enviar soldados al extranjero. ¿Piensa enviar sus propias tropas a Malí?

    Tebboune: Ahora se nos puede pedir ayuda. La ONU puede recurrir a nosotros, o la Unión Africana. Si los malienses se encontraran ante un ataque inminente, intervendríamos si nos lo pidieran. Pero nuestros soldados son argelinos que tienen familia. No los enviaré a la muerte para defender los intereses de otros. Ya han muerto suficientes argelinos en el pasado. La gran cuestión en Malí es cómo se puede reunificar el país. Argelia, en cualquier caso, nunca aceptará la partición de Malí.

    DER SPIEGEL: Francia no es el único país con el que tiene problemas. También ha cerrado el espacio aéreo argelino a su vecino Marruecos. ¿Por qué?

    Tebboune: Los marroquíes quieren dividir Argelia. Su representante en la ONU expresó su apoyo al movimiento independentista en una parte de nuestro país, la Cabilia. Nadie, ni siquiera el rey, rectificó sus comentarios. Al final, cortamos las relaciones.

    DER SPIEGEL: Pero ustedes apoyan al Frente Polisario, que busca la independencia del Sahara Occidental. Marruecos reclama ese territorio como propio. ¿Por qué lo hace?

    Tebboune: Estamos a favor de que los saharauis decidan su propio destino. Sólo que Marruecos no nos sigue el juego. Hay algo que me molesta en la percepción pública de los dos países. En Marruecos, el rey es rico, pero la tasa de analfabetismo sigue siendo del 45%. Aquí, es sólo del 9%. Europa imagina erróneamente a Marruecos como una bella postal, pero a nosotros nos ven como una especie de Corea del Norte. Sin embargo, somos un país extremadamente abierto.

    Y sin embargo, muchos jóvenes argelinos, incluso familias enteras, abandonan el país y cruzan el Mediterráneo hacia Europa. Las lanchas rápidas parten de Orán, en el oeste del país, y se cree que están bajo el control de organizaciones mafiosas. El gobierno trata de evitar el tema de la migración ilegal siempre que puede. No hay cifras oficiales sobre los emigrantes, y es peligroso que los periodistas argelinos publiquen las estadísticas de migración recogidas por España. Algunos de ellos, dice un periodista que pidió que no se publicara su nombre, han sido incluso detenidos por publicaciones en Facebook. Un clima de miedo, dice el periodista, se ha vuelto a extender por el país.

    DER SPIEGEL: ¿El hecho de que tantos argelinos abandonen el país no es una condena a su liderazgo?

    Tebboune: No es la situación económica lo que lleva a nuestros jóvenes a Europa. Es el sueño de una vida en Europa. Nadie debe pasar hambre en Argelia. Entre los que se han ido hay muchos médicos y abogados. Pero, por favor, no lo olvidemos: También hay un gran número de argelinos que obtienen visados para viajar a París y Marsella, y luego vuelven a casa después de dos semanas.

     » La libertad de prensa no cubre la producción de Fake News ni permite el vilipendio del propio país. « 

    DER SPIEGEL: Pero muchos ya no creen que usted lleve realmente la democracia al país. Han detenido a periodistas. ¿Es esa la nueva Argelia que usted prometió en su día?

    Tebboune: Hay periodistas encarcelados en Francia y también en Estados Unidos. ¿Por qué no iba a haberlos en Argelia? Aquí tenemos 180 diarios y hay 8.500 personas que trabajan como periodistas en el país. Pero cuando dos o tres de ellos son condenados con razón, la gente dice: oh, están encerrando a sus periodistas. La libertad de prensa no ampara la producción de Fake News ni permite el vilipendio del propio país. En los casos en los que se cruzan estas líneas rojas, el poder judicial debe actuar.

    DER SPIEGEL: ¿Diría entonces a todos sus escépticos que va en serio lo de transformar Argelia?

    Tebboune: El Hirak, el levantamiento, ha terminado. Ahora yo soy el Hirak. El levantamiento fue un movimiento nacional, no un conjunto de grupos disidentes. He declarado el 22 de febrero, fecha en la que comenzaron las protestas en 2019, como fiesta nacional porque este movimiento puso fin al deterioro de nuestro país. Tal vez recuerde las imágenes que muestran a un pueblo resistente con un sentido de la libertad bien desarrollado, similar al de Cuba, Vietnam y otros países revolucionarios.

    DER SPIEGEL: Señor Presidente, le agradecemos esta entrevista.

    Der Spiegel, 09/11/2021

    #Argelia #Alemania #Marruecos #Sáhara_Occidental #Francia #Macron

  • MINURSO: Gracias al contingente francés, los marroquíes están bien informados

    Sahara Occidental, Marruecos, Frente Polisario, MINURSO, ONU, Francia, #Sahara_Occidental, #Marruecos, #MINURSO, #ONU, #Espionaje,

    En el contingente de la misión de la ONU supuestamente « para el referéndum en el Sáhara Occidental » (MINURSO) hay oficiales de muchas nacionalidades, incluso de los países que integran el llamado « Grupo de Amigos del Sáhara Occidental », formado por EEUU, Rusia, Francia, el Reino Unido y España. Sin embargo, un hecho llama la atención de la opinión pública saharaui: mientras que los soldados franceses están presentes en la MINURSO, los españoles brillan por su ausencia. Está claro que no son bienvenidos debido a la legendaria simpatía española por la situación de los ciudadanos de su antigua colonia.
    Así que los españoles son alejados, mientras que no es el caso de los militares de Francia, primer aliado de Marruecos y su primer defensor en el Consejo de Seguridad, cuyas conexiones en los pasillos de las Naciones Unidas han sido ampliamente desveladas por los documentos confidenciales de la diplomacia marroquí revelados por el hacker Chris Coleman.
    Si los diplomáticos franceses se muestran bien desacomplejados cuando defienden los intereses de Marruecos, ¿por qué no lo serían sus soldados que operan en la MINURSO?
    Extracto del informe del SG de la ONU sobre la MINURSO (octubre 2021)

    Las protestas del Frente Polisario contra la presencia de militares franceses en la misión de la ONU en el Sáhara Occidental nunca fueron escuchadas por las autoridades de la ONU debido a la presión ejercida por Francia y Marruecos para mantener su contingente en la MINURSO con el fin de conservar una valiosa fuente de información que les permite controlar todos los movimientos de la misión y obtener información confidencial sobre las unidades saharauis estacionadas en los territorios liberados.
    Gracias al contingente francés, los franceses y los marroquíes están bien informados sobre los efectivos y cada movimiento de las tropas saharauis, así como sobre su armamento. Esta información es decisiva en cualquier conflicto armado, especialmente en el Sáhara Occidental, donde los enfrentamientos se reanudaron hace ahora 11 meses. Las consolas de imágenes permiten a la MINURSO proporcionar al ejército marroquí datos muy valiosos sobre el ejército saharaui para cualquier ataque aéreoe y con drones armados.
  • «Cambiaríamos los envíos de comida por una postura firme a favor del Sahara»

    OVIEDO

    Bachir Salek. Delegado saharaui para Asturias: «Cambiaríamos los envíos de comida por una postura firme a favor del Sahara»

    «Algunos políticos creen que engordando al pueblo saharaui se le podría ofrecer como cordero de Pascua; una segunda venta no es posible»

    Gonzalo DÍAZ-RUBÍN

    Bachir Salek es, desde el pasado mes de noviembre, el delegado saharaui para el Principado de Asturias. Nacido en el Aiun en 1955, afirma «estar sorprendido del grado de solidaridad de los asturianos con la causa».

    Bachir Salek no tiene dudas de las intenciones que abriga Marruecos al reclamar Ceuta, Melilla y las Canarias: «Buscan que España no apoye la autodeterminación del Sahara».

    ¿Qué tal le han acogido los asturianos?

    La verdad es que muy buena. El movimiento solidario con la causa de nuestro pueblo es enorme y despierta mucho interés. No hay día en que no tengamos alguna actividad programada. Es un movimiento con bases muy sólidas, apoyado por la Plataforma Asturcántabra en la que participan 30 municipios del Principado y la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui, una de las primeras del país. Contamos, además, con el respaldo de instituciones como la Junta General del Principado y de los distintos partidos políticos.

    El Consejo de Seguridad ha aplazado su decisión sobre el Sahara…

    Es uno más de los muchos que llevamos en estos 27 años. En este caso nos ha alegrado porque rechaza la vil tesis de la autonomía dentro de Marruecos. A pesar de que durante años las resoluciones de la ONU hayan sido pisoteadas por países que son pilares de la comunidad
    internacional.

    ¿Hablamos de Francia?

    Desde el Frente Polisario entendemos que sólo Francia es la culpable de que las resoluciones de la ONU se incumplan. Marruecos no es un país, es un departamento de Francia. Toda su política se dicta desde el Elíseo. Francia no quiere en su área de influencia un país independiente e hispanoparlante.

    Nunca han recurrido al terrorismo para defender sus reclamaciones…

    No es una opción. Somos un ejemplo de paciencia.

    ¿Y la guerra?

    Es una realidad que está ahí, desgraciadamente. Es la peor de las opciones, pero si se nos cierran todas las puertas, ¿qué salida nos quedará que no sea defender con las armas nuestros derechos? Pero nuestra revolución no está dirigida sólo al pueblo saharaui, sino para que todos los pueblos del Magreb sean libres de verdad. Eso no será posible mientras en Marruecos exista una monarquía absoluta que no respeta las libertades de su pueblo, por mucho que se maquille esta realidad desde fuera de las fronteras de Marruecos con seudoelecciones.

    ¿Qué más puede hacer España por el Sahara?

    Lo que se está haciendo es enorme, pero, de veras, el pueblo saharaui cambiaría todas las toneladas de comida por una postura firme a favor de su causa. Algunos políticos piensan que engordando con comida al pueblo saharaui se le podría ofrecer como cordero de Pascua. Quisiera dejar muy claro a algunos políticos que una segunda venta del Sahara no es posible. España debe asumir y cumplir su compromiso humano, histórico y político con el Sahara.

    Fuente : La Nueva España, 8 ago 2002

    Tags : Sahara Occidental, España, Marruecos, ONU, Francia,