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  • Sáhara Occidental: Un problema internacional no resuelto

    Sáhara Occidental: Un problema internacional no resuelto

    Tags : Sahara Occidental, Frente Polisario, Marruecos, ONU, MINURSO, RASD,

    Todos los lunes, Eye in the Retro te hace revivir una historia significativa del pasado. Este lunes, rumbo a Marruecos. En medio de una investigación sobre la corrupción en el Parlamento Europeo por parte de Qatar y Marruecos, descubrimos que tenemos que remontarnos al 27 de febrero de 1976 para comprender las razones que pueden empujar a Marruecos a influir en los eurodiputados.

    Ese día, el último soldado español abandonó lo que todavía se llamaba el Sáhara Español, provocando un espinoso problema internacional que aún hoy no está resuelto. Entonces, ¿de qué estamos hablando? Procedente de un territorio del noroeste de África que da al Atlántico, frente a las Islas Canarias, que aún son españolas.

    Este territorio, que se españolizó a finales del siglo XIX, se convirtió en Sáhara Occidental en 1976. A diferencia de otras descolonizaciones, aquí, cuando el colono se va, los vecinos del Sáhara Occidental se reparten el territorio. Marruecos se apodera de dos tercios del Sáhara y Mauritania del tercio restante, en virtud de un acuerdo con España. Pero nadie pidió la opinión de los saharauis. Y el 27 de febrero de 1976, cuando partieron los últimos soldados españoles, el movimiento de liberación nacional, el Frente Polisario, declaró la independencia del Sáhara Occidental.

    Entrará en lucha armada contra los que considera los nuevos ocupantes, Marruecos y Mauritania. Tres años después, en 1979, Mauritania abandonó la lucha y reconoció al Frente Polisario como soberano del territorio que ocupaba. Pero Marruecos aprovecha para apoderarse también de esta parte.

    Desde entonces, el conflicto ha continuado, aunque en la práctica Marruecos ocupa ya el 80% del territorio protegido por un muro. Y detrás de este muro está la pequeña parte sin acceso al mar, bajo el control del Frente Polisario.

    Para Marruecos, considerar el Sáhara Occidental como su territorio es obvio, una forma de consenso nacional. Es más, cuando se le pidió su opinión en 1975, la Corte Internacional de Justicia reconoció que cuando llegaron los colonizadores existían lazos legales de lealtad entre el sultán de Marruecos y ciertas tribus que vivían en el Sáhara occidental.

    Sin embargo, en esta misma opinión, la Corte Internacional de Justicia dice otra cosa que no está de acuerdo con Marruecos: especifica que no se establece ningún vínculo de soberanía territorial entre el Sáhara Occidental y Marruecos. Por lo tanto, la ONU nunca ha reconocido esta anexión.

    Hoy, el estatus internacional de este territorio sigue sin resolverse. Algunos estados reconocen la soberanía del Frente Polisario sobre el Sáhara Occidental y otros son más conciliadores con la posición marroquí. Por ejemplo, abogan por una forma de autonomía del Sáhara dentro de Marruecos. Este es particularmente el caso en los Estados Unidos, Francia, España y Bélgica.

    Y a la vista del Qatargate, no se puede dejar de pensar en la influencia de los lobbies marroquíes, que sabemos están activos en el Parlamento de la misma manera que los qataríes, hasta el punto de que, sacudidos por sospechas de corrupción, los diputados europeos acaban de votar por última vez. mes por abrumadora mayoría un texto pidiendo a Marruecos que respete la libertad de expresión, lo que el Parlamento Europeo nunca ha hecho hasta ahora, votar un texto como este.

    Fuente

    #Sahara_Occidental #Marruecos #RASD #Frente_Polisario #MINURSO #ONU

  • Sobre la guerra en el Sáhara Occidental

    Sobre la guerra en el Sáhara Occidental

    Tags : Sahara Occidental, Marruecos, Frente Polisario, ONU, MINURSO, muro de defensa,

    Nick Brooks

    Es posible que haya escuchado o no que el alto el fuego que se ha mantenido durante casi 30 años en el Sáhara Occidental se rompió ayer y el territorio ahora está en guerra nuevamente. No hay nada en el sitio web de noticias de la BBC al respecto en el momento de escribir este artículo, aunque recibió una breve mención en el Servicio Mundial y hay un artículo del New York Times.

    Ambos lados en el conflicto, Marruecos y el Polisario, tienen sus versiones de lo que sucedió, y es probable que Marruecos tenga la voz más alta. Así que aquí está mi opinión.

    Marruecos invadió el Sáhara Occidental en 1975, cuando España se retiró. El Polisario, formado unos años antes para luchar por la independencia de España, se opuso a la ocupación de Marruecos. Se libró una guerra hasta 1991, cuando la ONU negoció un alto el fuego e instaló una fuerza de mantenimiento de la paz: la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental, conocida por su acrónimo en francés, MINURSO. Como su nombre lo indica, esta fuerza recibió el mandato de organizar un referéndum sobre la autodeterminación. Esto nunca ha sucedido y la MINURSO sigue siendo la única fuerza de mantenimiento de la paz sin un mandato de supervisión de los derechos humanos. El Sáhara Occidental sigue siendo un territorio no autónomo según lo definido por el Comité de Descolonización de la ONU. En otras palabras, el proceso de descolonizaciónaún no se ha competido. El Sáhara Occidental se conoce a menudo como la última colonia de África .

    A lo largo del conflicto de 1975-1991, Marruecos aseguró el territorio que había tomado detrás de terraplenes defensivos o bermas . Para 1991, estos se habían fusionado en una sola estructura, The Berm , que se extiende 2700 km (alrededor de 1700 millas) a lo largo del territorio, dividiéndolo efectivamente en una zona controlada por Marruecos al oeste y al norte, y una zona controlada por el Polisario al este y al sur. (Figura 1). Garfi (2014) proporciona un análisis detallado de la berma y su evolución .

    Figura 1 . Sáhara Occidental bajo el alto el fuego, que muestra la partición de la berma marroquí, las ubicaciones clave y el despliegue de las fuerzas de mantenimiento de la paz de la MINURSO. Mapa de MINURSO/ONU Mantenimiento de la paz.

    Según los términos del alto el fuego , el Sáhara Occidental se divide en tres áreas (Figura 1):

    i) una Franja de Amortiguamiento que se extiende por 5 km al este y al sur de la berma en el lado del Polisario, que es efectivamente una zona de exclusión o tierra de nadie, en la que no se permite personal o equipo militar;

    ii) dos Áreas Restringidas, que se extienden por 30 km a ambos lados de la berma, en las que están prohibidas las actividades militares; y

    iii) dos Áreas con Restricciones Limitadas, que incluyen todo el resto del territorio del Sáhara Occidental, en las que se pueden desarrollar actividades militares normales a excepción de aquellas que supongan una escalada de la situación militar.

    Figura 2. Esquema que muestra las diferentes áreas definidas bajo el alto el fuego.

    La información anterior, incluidos los mapas que muestran las diferentes zonas y el texto del alto el fuego ( Acuerdo Militar #1 ), solía estar en el sitio web de la MINURSO, pero se eliminó hace algunos años. Cuando se les preguntó, MINURSO y el mantenimiento de la paz de la ONU no explicaron por qué, lo que llevó a muchos a concluir que esto fue el resultado del cabildeo marroquí. La narrativa de Marruecos es que controla todo el Sáhara Occidental excepto una franja de seguridad establecida por la ONU para su protección, y que el Polisario no tiene presencia en el Sáhara Occidental. Los mapas y el acuerdo militar lo contradicen claramente.

    Desde 1991, Marruecos ha estado afianzando su ocupación del Sáhara Occidental y desarrollando sus recursos naturales, en contra de las convenciones internacionales que prohíben a las potencias ocupantes explotar los recursos en los territorios ocupados para su propio beneficio. Estos recursos incluyen fosfatos, pesca y recursos hídricos: Marruecos ha desarrollado la agricultura en el Sáhara Occidental ocupado, incluida la producción de cultivos que requieren mucha agua, como los tomates (incluida la marca Azera).

    Algunos de estos recursos y los productos derivados de ellos transitan por Mauritania hacia el sur, por ejemplo, los productos pesqueros de las aguas ocupadas del Sáhara Occidental que se destinan a los mercados africanos a través del puerto de Nouadhibouin Mauritania. Esta ruta involucra el tráfico que pasa a través de la berma al sur del asentamiento de Guergerat (Figura 3), luego atraviesa la franja de protección durante 5 km hasta la frontera con Mauritania (Figura 4).

    Figura 3. Ubicación de Guergerat en el extremo suroeste del Sáhara Occidental.

    A fines de octubre de 2020, los manifestantes saharauis comenzaron a bloquear la carretera entre el cruce de Guergerat Berm y la frontera con Mauritania (Figura 4), dentro de la franja de seguridad. Protestaban contra la exportación de recursos naturales, incluido el pescado destinado al puerto mauritano de Nouadhibou, desde el Sáhara Occidental ocupado por Marruecos. También acusaron a Marruecos de facilitar el tráfico de drogas y personas a través de Guergerat.

    Figura 4. La carretera que atraviesa la berma (arriba) al sur de Guergerat, atravesando la franja de protección de 5 km establecida bajo el alto el fuego de 1991 , hasta la frontera entre el Sáhara Occidental y Mauritania. Ver figura

    Los días 12 y 13 de noviembre, Marruecos envió tropas para dispersar a los manifestantes y tomar el control del tramo de carretera que atraviesa la Franja de Amortiguamiento. Simplemente entrando en la Franja de Amortiguamiento, Marruecos violó el alto el fuego. El 13 de noviembre, el Polisario declaró que esta ruptura marcaba el final del alto el fuego y la reanudación de las hostilidades, y que ahora estaban en guerra con Marruecos. Más tarde, el día 13, Marruecos informó de enfrentamientos a lo largo de la berma en el norte del Sáhara Occidental, y el 14 parecía que se estaban produciendo combates en las cercanías de Mahbes y Hauza en el norte del Sáhara Occidental, y Aouserd y Guergerat en el sur. .

    Todo esto se produce en un contexto de 45 años de conflicto y exilio para los saharauis. En algún lugar alrededor de 100.000 saharauis viven bajo la ocupación marroquí, mientras que quizás alrededor de 200.000 viven en cinco campos de refugiados en el desierto de Argelia alrededor de la ciudad de Tinduf. Estos campos están gobernados por el Polisario y son efectivamente una sociedad y un estado en el exilio. El Polisario también controla las áreas al este y al sur de la Berma, conocidas por los saharauis como la Zona Libre.

    Durante décadas, el descontento en los campamentos ha ido en aumento, particularmente entre los jóvenes saharauis, en respuesta al estancamiento, el fracaso de la ONU para organizar el referéndum largamente prometido y la comprensible percepción de que han sido olvidados y abandonados por el resto de mundo. Muchos ven el regreso a la guerra como la única forma de tener alguna esperanza de resolver el conflicto, ya sea a través de medios militares o como resultado de la diplomacia facilitada por lo que esperan sea un nuevo foco de atención en el territorio si se reanudan las hostilidades. Durante muchos años, el Polisario ha logrado contener este descontento y ha evitado el conflicto. Parece que la última provocación de Marruecos ha sido demasiado flagrante para que este enfoque siga siendo viable.

    Nick Brooks ha viajado mucho por el Sáhara Occidental, como codirector del Proyecto del Sáhara Occidental , un proyecto de investigación centrado en la arqueología y el cambio ambiental pasado en el territorio. Entre 2002 y 2009 dirigió seis temporadas de trabajo de campo en la zona del Sáhara Occidental controlada por el Polisario, y viajó al territorio en siete ocasiones, pasando también un tiempo en los campos de refugiados saharauis alrededor de Tinduf. El trabajo de campo implicó frecuentes desvíos hacia Mauritania para evitar la berma marroquí.

    Fuente : Sand&Dust, 14/11/2020

    #Sahara_Occidental #Marruecos #Frente_Polisario #ONU #MINURSO #Muro

  • A propos de la guerre au Sahara Occidental

    A propos de la guerre au Sahara Occidental

    Tags : Sahara Occidental, Maroc, ONU, Front Polisario, MINURSO, mur de sable,

    Vous avez peut-être ou pas entendu que le cessez-le-feu qui a tenu pendant près de 30 ans au Sahara Occidental a été rompu hier, et le territoire est maintenant de nouveau en guerre. Il n’y a rien sur le site de la BBC à ce sujet à l’heure où j’écris ces lignes, bien que cela ait été brièvement mentionné sur le World Service et qu’il y ait cet article du New York Times.

    Les deux parties au conflit – le Maroc et le Polisario – ont leur version des faits, et le Maroc est susceptible d’avoir la voix la plus forte. Voici donc mon point de vue.

    Le Maroc a envahi le Sahara Occidental en 1975, quand l’Espagne s’est retirée. Le Polisario, formé quelques années plus tôt pour lutter pour l’indépendance vis-à-vis de l’Espagne, s’est opposé à l’occupation marocaine. Une guerre a été menée jusqu’en 1991, lorsque les Nations unies ont négocié un cessez-le-feu et installé une force de maintien de la paix – la Mission des Nations unies pour l’organisation d’un référendum au Sahara occidental, connue sous son acronyme français, MINURSO. Comme son nom l’indique, cette force avait pour mandat d’organiser un référendum d’autodétermination. Celui-ci n’a jamais eu lieu, et la MINURSO reste la seule force de maintien de la paix sans mandat de surveillance des droits de l’homme. Le Sahara occidental reste un territoire non autonome tel que défini par le Comité de décolonisation de l’ONU. En d’autres termes, le processus de décolonisation n’est pas encore achevé. Le Sahara Occidental est souvent appelé la dernière colonie d’Afrique.

    Tout au long du conflit de 1975-1991, le Maroc a sécurisé le territoire qu’il avait pris derrière des remblais défensifs ou des bermes. En 1991, ceux-ci ont fusionné en une structure unique – le Berm – qui s’étend sur 2700 km (environ 1700 miles) à travers le territoire, le divisant effectivement en une zone contrôlée par le Maroc à l’ouest et au nord, et une zone contrôlée par le Polisario à l’est et au sud (Figure 1). Une analyse détaillée du Berm et de son évolution est fournie par Garfi (2014).

    Figure 1 . Sahara occidental sous le cessez-le-feu, montrant la partition par le Berm marocain, les emplacements clés et le déploiement des soldats de la paix de la MINURSO. Carte de la MINURSO/Maintien de la paix des Nations Unies.

    Selon les termes du cessez-le-feu, le Sahara occidental est divisé en trois zones (Figure 1) :

    i) une bande tampon s’étendant sur 5 km à l’est et au sud du Berm du côté du Polisario, qui est effectivement une zone d’exclusion ou un no man’s land, dans lequel aucun personnel ou équipement militaire n’est autorisé ;

    ii) deux zones à restrictions, s’étendant sur 30 km de part et d’autre du mur de sable, dans lesquelles les activités militaires sont interdites ; et

    iii) deux zones à restrictions limitées, qui comprennent tout le territoire restant du Sahara occidental, dans lesquelles des activités militaires normales peuvent être menées, à l’exception de celles qui représentent une escalade de la situation militaire.

    Figure 2. Schéma montrant les différentes zones définies dans le cadre du cessez-le-feu

    Les informations ci-dessus, y compris les cartes montrant les différentes zones et le texte du cessez-le-feu (Accord Militaire #1) se trouvaient sur le site web de la MINURSO mais ont été retirées il y a quelques années. Lorsqu’on leur a demandé, la MINURSO et les forces de maintien de la paix de l’ONU n’ont pas voulu expliquer pourquoi, ce qui a amené beaucoup de gens à conclure que c’était le résultat du lobbying marocain. La version du Maroc est qu’il contrôle tout le Sahara Occidental à l’exception d’une bande tampon établie par l’ONU pour sa protection, et que le Polisario n’a aucune présence au Sahara Occidental. Les cartes et l’accord militaire le contredisent clairement.

    Depuis 1991, le Maroc a consolidé son occupation du Sahara Occidental et a développé ses ressources naturelles, contre les conventions internationales qui interdisent aux puissances occupantes d’exploiter les ressources des territoires occupés pour leur propre bénéfice. Ces ressources incluent les phosphates, la pêche et les ressources en eau – Le Maroc a développé l’agriculture au Sahara Occidental occupé, y compris la production de cultures gourmandes en eau telles que les tomates (dont la marque Azera).

    Certaines de ces ressources et les produits qui en sont dérivés transitent par la Mauritanie vers le sud, par exemple, les produits de la pêche provenant des eaux du Sahara Occidental occupé qui sont destinés aux marchés africains via le port de Nouadhibouin en Mauritanie. Cette route implique que le trafic passe par le mur de sable au sud de l’établissement de Guergerat (Figure 3), puis traverse la bande tampon sur 5 km jusqu’à la frontière avec la Mauritanie (Figure 4).

    Figure 3. Emplacement de Guergerat dans l’extrême sud-ouest du Sahara occidental.

    Fin octobre 2020, des manifestants sahraouis ont commencé à bloquer la route entre le passage du Berm de Guergerat et la frontière mauritanienne (Figure 4), à l’intérieur de la bande tampon. Ils protestaient contre l’exportation de ressources naturelles, notamment de poissons destinés au port mauritanien de Nouadhibou, depuis le Sahara occidental occupé par le Maroc. Ils ont également accusé le Maroc de faciliter le trafic de drogue et de personnes via Guergerat.

    Figure 4. La route qui traverse la berme (en haut) au sud de Guergerat, traversant la bande tampon de 5 km établie sous le cessez-le-feu de 1991 , jusqu’à la frontière entre le Sahara occidental et la Mauritanie. Voir la figure

    Le 12/13 novembre, le Maroc a envoyé des troupes pour disperser les manifestants et prendre le contrôle de la section de la route traversant la bande tampon. En entrant simplement dans la bande tampon, le Maroc a rompu le cessez-le-feu. Le 13 novembre, le Polisario a déclaré que cette violation marquait la fin du cessez-le-feu et la reprise des hostilités, et qu’il était désormais en guerre avec le Maroc. Plus tard le 13, le Maroc a rapporté des affrontements le long du Berm dans le nord du Sahara Occidental, et le 14 il est apparu que des combats avaient lieu dans les environs de Mahbes et Hauza dans le nord du Sahara Occidental, et Aouserd et Guergerat dans le sud.

    Tout ceci intervient dans un contexte de 45 ans de conflit et d’exil pour les Sahraouis. Environ 100 000 Sahraouis vivent sous l’occupation marocaine, tandis qu’environ 200 000 vivent dans cinq camps de réfugiés dans le désert algérien autour de la ville de Tindouf. Ces camps sont gouvernés par le Polisario, qui constitue en fait une société et un État en exil. Le Polisario contrôle également les zones situées à l’est et au sud du Berm, que les Sahraouis appellent la zone libre.

    Depuis des décennies, le mécontentement dans les camps ne cesse de croître, en particulier chez les jeunes Sahraouis, en réaction à l’impasse, à l’incapacité des Nations unies à organiser le référendum promis depuis longtemps et à la perception compréhensible qu’ils ont été oubliés et abandonnés par le reste du monde. Beaucoup considèrent le retour à la guerre comme le seul moyen d’avoir un quelconque espoir de résoudre le conflit, que ce soit par des moyens militaires ou comme le résultat d’une diplomatie facilitée par ce qu’ils espèrent être un nouveau coup de projecteur sur le territoire si les hostilités reprennent. Pendant de nombreuses années, le Polisario a réussi à contenir ce mécontentement et à éviter le conflit. Il semble que la dernière provocation du Maroc ait été trop flagrante pour que cette approche reste viable.

    Nick Brooks a beaucoup voyagé au Sahara occidental, en tant que co-directeur du Projet Sahara occidental, un projet de recherche axé sur l’archéologie et les changements environnementaux passés dans le territoire. Entre 2002 et 2009, il a dirigé six saisons de travail de terrain dans la zone du Sahara Occidental contrôlée par le Polisario, et a voyagé dans le territoire à sept reprises, passant également du temps dans les camps de réfugiés sahraouis autour de Tindouf. Le travail de terrain impliquait de fréquents détours par la Mauritanie pour éviter le mur de sable marocain.

    Sand&Dust, 14/11/2020

  • A return to war in Western Sahara

    A return to war in Western Sahara

    Tags : Morocco, Western Sahara, Frente Polisario, UNO, MINURSO,

    Nick Brooks

    You may or may not have heard that the ceasefire that has held for nearly 30 years in Western Sahara broke down yesterday, and the territory is now at war again. There is nothing on the BBC news website about it at the tike of writing, although it did get a brief mention on the World Service and there is this article from the New York Times.

    Both sides in the conflict – Morocco and the Polisario – have their versions of what’s happened, and Morocco is likely to have the loudest voice. So here’s my take.

    Morocco invaded Western Sahara in 1975, when Spain pulled out. The Polisario, formed a few years earlier to fight for independence from Spain, opposed Morocco’s occupation. A war was fought until 1991, when the UN brokered a ceasefire and installed a peacekeeping force – the United Nations Mission for the Referendum in Western Sahara, known by its French acronym, MINURSO. As the name indicates, this force was mandated to organise a referendum on self-determination. This has never happened, and MINURSO remains the only peacekeeping force without a human rights monitoring mandate. Western Sahara remains a non self-governing territory as defined by the UN Committee on Decolonisation. In other words, the decolonisation process has not yet been competed. Western Sahara is often referred to as the Last Colony in Africa.

    Throughout the 1975-1991 conflict, Morocco secured territory it had taken behind defensive earthworks or berms. By 1991, these had merged into a single structure – The Berm – which stretches 2700km (about 1700 miles) across the territory, effectively partitioning it into a Moroccan controlled zone to the west and north, and a Polisario controlled zone to the east and south (Figure 1). A detailed analysis of the Berm and its evolution is provided by Garfi (2014).

    Figure 1. Western Sahara under the ceasefire, showing partition by the Moroccan Berm, key locations, and deployment of MINURSO peacekeepers. Map from MINURSO/UN Peacekeeping.

    Under the terms of the ceasefire, Western Sahara is divided into three areas (Figure 1):

    i) a Buffer Strip extending for 5km east and south of the Berm on the Polisario side, which is effectively an exclusion zone or no-man’s land, in which no military personnel or equipment are permitted;

    ii) two Restricted Areas, extending for 30km either side of the Berm, in which military activities are prohibited; and

    iii) two Areas with Limited Restrictions, which include all the remaining territory of Western Sahara, in which normal military activities can be carried out with the exception of those that represent an escalation of the military situation.

    Figure 2. Schematic showing the different areas defined under the ceasefire.

    The above information, including maps showing the different zones and the text of the ceasefire (Military Agreement #1) used to be on the MINURSO website but were removed some years ago. When asked, MINURSO and UN Peacekeeping would not explain why, leading many to conclude this was a result of Moroccan lobbying. Morocco’s narrative is that it controls all of Western Sahara except a buffer strip established by the UN for its protection, and that the Polisario has no presence in Western Sahara. The maps and military agreement clearly contradict this.

    Since 1991, Morocco has been entrenching its occupation of Western Sahara and developing its natural resources, against international conventions that prohibit occupying powers from exploiting resources in occupied territories for their own gain. These resources include phosphates, fisheries and water resources – Morocco has developed agriculture in occupied Western Sahara, including the production of water-intensive crops such as tomatoes (including the Azera brand).

    Some of these resources and the products derived from them transit through Mauritania to the south, for example, fish products from occupied Western Saharan waters that are destined for African markets via the port of Nouadhibouin Mauritania. This route involves traffic passing through the Berm south of the settlement of Guergerat (Figure 3), then traversing the buffer strip for 5km to the border with Mauritania (Figure 4).

    Figure 3. Guergerat location in the far southwest of Western Sahara.

    In late October 2020, Sahrawi protestors started blockading the road between the Guergerat Berm crossing and the Mauritanian border (Figure 4), within the Buffer Strip. They were protesting against the export of natural resources, including fish destined for the Mauritanian port of Nouadhibou, from occupied Western Sahara by Morocco. They also accused Morocco of facilitating the trafficking of drugs and people via Guergerat.

    Figure 4. The road that passes through the Berm (top) south of Guergerat, traversing the 5km Buffer Strip established under the 1991 ceasefire, to the Western Sahara-Mauritania border. See Figure

    On 12th/13th November, Morocco sent troops to disperse the protestors and take control of the section of road traversing the Buffer Strip. By merely entering the Buffer Strip, Morocco breached the ceasefire. On 13th November, the Polisario declared that this breach marked the end of the ceasefire and the resumption of hostilities, and that they were now at war with Morocco. Later on the 13th, Morocco reported clashes along the Berm in the north of Western Sahara, and on the 14th it appeared that fighting was taking place in the vicinity of Mahbes and Hauza in the north of Western Sahara, and Aouserd and Guergerat in the south.

    This all comes against a background of 45 years of conflict and exile for the Sahrawi. Somewhere around 100,000 Sahrawi live under Moroccan occupation, while perhaps around 200,000 live in five refugee camps in the Algerian desert around the town of Tindouf. These camps are governed by the Polisario, and are effectively a society and state in exile. The Polisario also controls the areas to the east and south of the Berm, known to the Sahrawi as the Free Zone.

    For decades, discontent in the camps has been growing, particularly among younger Sahrawis, in response to the stalemate, the failure of the UN to organise the long-promised referendum, and an understandable perception that they have been forgotten and abandoned by the rest of world. Many see a return to war as the only way of having any hope of resolving the conflict, whether through military means or as the result of diplomacy facilitated by what they hope will be a renewed spotlight on the territory if hostilities resume. For many years, the Polisario has managed to keep this discontent contained and has avoided conflict. It seems that the latest provocation by Morocco has been too flagrant for this approach to remain viable.

    Nick Brooks has travelled extensively in Western Sahara, as co-director of the Western Sahara Project, a research project focusing on archaeology and past environmental change in the territory. Between 2002 and 2009 he led six seasons of fieldwork in the Polisario-controlled zone of Western Sahara, and travelled to the territory on seven occasions, also spending time in the Sahrawi refugee camps around Tindouf. Fieldwork involved frequent detours into Mauritania to avoid the Moroccan Berm.

    @SAHARAWIVOICE on Twitter is a good source of updates on the conflict.

  • MINURSO : Arguments contre la proposition de John Kerry

    Tags : Maroc, Sahara Occidental, ONU, MINURSO, droits de l’homme,

    La suggestion de M. Kerry d’étendre le rôle de la MINURSO pour inclure la surveillance des droits de l’homme dans les provinces du sud du Maroc et dans les camps sahraouis sous contrôle algérien doit être perçue comme une décision hâtive et une atteinte manifeste à la souveraineté du Maroc sur ses territoires. Cette suggestion est, en termes diplomatiques, « hâtive et mal informée ».

    Cette décision a été fortement critiquée par l’ensemble de l’échiquier politique marocain, notamment parce que le Maroc a fait preuve d’un engagement réel et sérieux dans le traitement de cette question, sur TOUTES les parties de son territoire, en établissant un organisme solide de défense des droits de l’homme (CNDH) qui travaille en consultation étroite avec plusieurs organismes internationaux de défense des droits de l’homme, tels que le Conseil des droits de l’homme et le Haut Commissariat des Nations Unies aux droits de l’homme, afin d’améliorer son bilan en matière de droits de l’homme.

    La revendication du Maroc est encore légitimée par le manque d’impartialité dans cette affaire, puisque la MINURSO a rapporté la situation des droits de l’homme dans les provinces du sud du Maroc sans évaluer correctement le manque de liberté de mouvement dans ces camps, où la création d’associations est interdite (inscrite dans la constitution de la pseudo RASD) et où l’oppression de toutes sortes de dissidence est flagrante – Abdelaziz est probablement la dernière personne à être élue quatre fois avec un résultat de 96% des voix aux dernières élections.

    Le principal défaut de la suggestion de M. Kerry reste cependant d’essayer de demander que cela soit fait pour les deux parties, comme si les deux étaient égaux en termes de structure et de reconnaissance de l’État. Il devrait être clairement indiqué que le Maroc est un État souverain, qu’il a signé toutes les conventions des droits de l’homme et qu’il adhère pleinement à la charte des droits de l’homme de l’ONU, contrairement à ce pseudo-État qui n’a aucune existence légitime. En outre, le Maroc a récupéré ce territoire pacifiquement et au cours des 37 dernières années, aucune rébellion armée n’a eu lieu dans cette région, la raison étant que 1) les citoyens de ces provinces reconnaissent le droit du Maroc sur ce territoire, et 2) (sans aucun doute) l’absence de moyens d’oppression systématique dans ces régions n’a pas poussé le peuple sahraoui à recourir à la violence.

    Le gouvernement marocain réitère à chaque occasion possible son engagement à atteindre une solution mutuellement acceptable et juste pour ce conflit, mais il ne ménagera aucun effort pour défendre sa souveraineté, son unité nationale et son intégration territoriale.

    Les États-Unis devraient être mieux informés des violations des droits de l’homme à Tindouf. L’envoyé des Nations Unies au Sahara Occidental devrait avoir le même courage pour exposer à la communauté internationale les conditions économiques difficiles et les restrictions imposées aux libertés civiles dans ces camps.

    L’ONU, par le biais de son Haut Commissariat aux Réfugiés (HCR), devrait envoyer une partie indépendante, pour un recensement et un processus d’identification (le seul camp de « réfugiés » dans le monde à ne pas être passé par ce processus) et pour collecter, enquêter et rapporter les cas de violations des droits de l’homme dans les camps de réfugiés.

    Démarches et actions à entreprendre par la diplomatie marocaine, la société civile et les partis politiques

    L’opinion publique marocaine doit être sensibilisée à cette question et la diplomatie marocaine doit faire prendre conscience à la communauté internationale que la proposition d’étendre la surveillance des droits de l’homme par la MINURSO dans les provinces du sud du Maroc est futile et inutile.

    La société civile et les partis politiques doivent lancer une pétition d’un million d’exemplaires à l’attention du Secrétaire général de l’ONU et mener une vaste campagne médiatique et sociale pour dénoncer la proposition américaine hâtive d’étendre le rôle de la MINURSO à la surveillance des droits de l’homme dans les provinces du sud du Maroc.

    La société civile et les partis politiques doivent adresser une pétition d’un million de personnes au secrétaire général de l’ONU et mener une vaste campagne dans les médias et les médias sociaux pour dénoncer l’État et demander la liberté de nos frères et sœurs marocains séquestrés dans les camps de Tindouf – les camps de la honte.

    Une marche d’un million de personnes doit être organisée à Rabat et autour du siège de l’ONU à New York le jour et à l’heure où la résolution est discutée afin de donner de l’élan à notre délégation marocaine à l’ONU.

    Ouverture de canaux de communication avec les médias internationaux entre la période de soumission de l’envoyé de l’ONU le 22 avril et l’adoption de la résolution. Une documentation commune et bien préparée des arguments doit être fournie en anglais, français, espagnol et arabe aux orateurs contrôlés qui seront autorisés à apparaître sur ces programmes.

    Demander à la diaspora marocaine de faire pression et de manifester de manière pacifique (les Américains sont en effet nos alliés) son mécontentement face à la décision hâtive des Américains et de sensibiliser les gens sur la revendication juste et équitable du droit du Maroc à défendre l’intégrité totale de ses territoires, et la situation désastreuse endurée par les personnes vivant dans ces camps. Le rythme devrait être intensifié à partir de la période de publication du rapport de l’envoyé de l’ONU jusqu’à l’adoption de la résolution.

    #Maroc #ONU #MINURSO #John_Kerry

  • The main arguments against Kerry’s suggestions

    The main arguments against Kerry’s suggestions

    Tags : Morocco, Western Sahara, John Kerry, MINURSO, Human rights,

    Mr. Kerry’s suggestion to expand the role of the MINURSO to include human rights monitoring in the Moroccan southern provinces and the Algerian controlled Sahrawi camps should be perceived as a hasty decision and a clear infringement of Moroccan sovereignty over its territories. This suggestion is, in diplomatic terms, “hasty and ill informed”.

    This move was strongly criticized across the Moroccan political spectrum, not least because Morocco has shown a genuine and serious commitment in dealing with this issue, over ALL the parts of its territory, by establishing a solid human rights body (CNDH) that works in closer consultation with several international human rights bodies, such as the Human Rights Council and the United Nations High Commissioner for Human rights, in order to improve its human rights records.

    Morocco’s claim is further legitimized because of the lack of impartiality in this matter, since The MINURSO has been reporting on the human rights situation on the Moroccan southern provinces without assessing properly the lack of freedom of movement in those camps, where creation of associations is forbidden (written in the constitution of the pseudo RASD) and where oppression of all kinds of dissidence is flagrant – Abdelaziz is probably the last person to get elected four times with a last election result win of 96% of the votes.

    The main flaw however in Mr Kerry’s suggestion remains in trying to request it to be done for both sides, as if both are equal in terms of state structure and state recognition. It should be clearly spelled out that Morocco is a sovereign state, and has signed to all Human Rights conventions and adheres fully to the UN human rights charter, contrary to that pseudo state that has no legitimate existence. Furthermore, Morocco has regained that territory peacefully and in the last 37 years no armed rebellion took place in that area, the reason being is that 1) citizens of those provinces acknowledge Morocco’s right to that territory, and 2) (undoubtedly) the absence of systematic oppressive means of ruling in those regions didn’t urge the Sahrawi people to resort to violence.

    The Moroccan government reiterates at every possible occasion its commitment to reach a mutually agreed and a just solution for this conflict, but it will spare no efforts in defending its sovereignty, national unity and territorial integration.

    The US should be better informed about human rights abuses in Tindouf. The United Nations envoy to the Western Sahara should have an equal courage to expose to the international community the harsh economic conditions and the imposed civil liberties restrictions faced while living in those camps.

    The UN under its High Commission for Refugees (HCR) ought to dispatch an independent party, for a census and identification process (The only “refugee” camp in the world not to have gone through this process) and to collect, investigate and report on instances of human rights abuses in the refugee Camps.


    Steps and actions to be taken by the Moroccan diplomacy, civil society and political parties

    The Moroccan public opinion needs to be sensitized about the this issue and the Moroccan diplomacy should make the international community aware that the proposition of expanding the MINURSO monitoring on human rights in the Moroccan southern provinces is futile and unnecessary.

    Civil society and the political parties have to raise a ONE million petition letter to the UN secretary General and lead a large media and social media campaign to denounce the hasty US proposition to expand the role of the MINURSO to include human rights monitoring in the Moroccan Southern provinces

    Civil society and political parties have to raise a ONE million petition letter to the UN secretary General and lead a large media and social media campaign to denounce the state and request the freedom of our Moroccan sequestered brothers and sisters in the camps of Tindouf – The camps of shame.

    A ONE million March needs to be organized in Rabat, and around the UN Headquarters in New York on the day and the hours the resolution is being discussed to give momentum to our Moroccan delegation at the UN.

    Opening of channels of communication with International media outlets between the period of the submission of the UN envoy on the 22nd of April until the passing of the resolution. A common and well prepared documentation of arguments need to be provided in the English, French, Spanish and Arabic languages to controlled speakers who will be allowed to appear on those programs.

    Request the Moroccan Diaspora to lobby and demonstrate in a peaceful manner (Americans are indeed our allies) its discontent with the American hasty decision and raise awareness on the fair and just claim of Morocco’s right to defend the total integrity of its territories, and the disastrous situation endured by the people living in those camps. The tempo should be intensified from the period of the release of the UN envoy report till the passing of the resolution.

    #Morocco #Western_Sahara #MINURSO #John_Kerry #Human_rights


  • Entretien avec le Chef de la MINURSO -Procès verbal-

    Entretien avec le Chef de la MINURSO -Procès verbal-

    Topics : Sahara Occidental, Front Polisario, Maroc, MINURSO, Wolfgang Weisbrod-Weber, Christopher Ross,

    J’ai l’honneur de porter à votre connaissance que j’ai eu, le 7 novembre, une séance de travail avec M. Wolfgang Weisbrod-Weber, Représentant spécial du Secrétaire général de l’ONU pour le Sahara marocain, en présence de M. Larbi Mrabet, Gouverneur, chargé de la Coordination avec la MINURSO. La réunion a porté sur les deux points suivants :

    -La visite de l’Envoyé personnel dans les provinces du sud du Royaume;

    -La préparation du briefing du Conseil de sécurité du 28 courant.

    I- Visite de M. Ross dans les provinces du sud :

    a/Visite à Lâayoune :

    Pour le Représentant spécial :

    1- « La visite de M. Ross a été très importante pour le personnel de la MINURSO. Elle a constitué une occasion propice pour lui expliquer les conditions de travail de la Mission et de « sous-dimensionner » certains problèmes évoqués dans le rapport du Secrétaire général » ;

    2- « Il y a un grand désir chez les populations sahraouies de rencontrer les étrangers (diplomates, journalistes, personnel de l’ONU…etc) » ;

    3- « M. Ross a eu trois sortes de rencontres :

    -Avec l’Administration, notamment le Wali et le Maire de Lâayoune. Le message véhiculé par ces responsables visait à assurer que les autorités marocaines oeuvrent pour la promotion du développement économique et social du territoire ;

     -Avec les personnes et dignitaires « pro-autonomie » : le point de vue de ce groupe de personnes visait à démontrer, selon différents angles (religieux, sécuritaire, protection des droits de l’Homme et promotion des spécificités culturelles), que l’Initiative marocaine d’autonomie est la voie idéale pour le règlement définitif du différend sur le Sahara ;

    -Avec les personnes « pro-référendum » qui ont critiqué « l’exploitation illégale des ressources naturelles », les « violations » des droits de l’Homme et ont défendu l’option du référendum comme voie vers l’indépendance ».

    En réaction, j’ai fait les commentaires suivants :

    -La catégorisation des interlocuteurs des provinces du sud en « pro-autonomie » versus « pro-référendum » suscite de sérieuses interrogations. Elle donne l’impression que la population de ces provinces se positionne par rapport au Maroc (pour ou contre le Royaume). Or, il s’agit d’une composante de la nation marocaine qui a contribué à l’élaboration de la proposition d’autonomie.

    -Le discours de certaines entités comme ASVDH et CODESA est foncièrement politique. Elles épousent tout simplement les thèses de l’Algérie et du polisario (choix de l’indépendance à travers un référendum), ce qui discrédite leurs allégations relatives aux droits de l’homme.

    b/ Visite à Tifariti :

    Le Représentant spécial a fait part du récit suivant :

    -« La Minurso a choisi de visiter deux « Team sites », à l’ouest (Mahbès) et à l’est (Tifariti) du dispositif de défense ;

    -Le Coordonnateur du polisario avec la Minurso a contacté la Mission pour l’informer que le « commandant de la deuxième région » les accueillera à Tifariti. Le Représentant spécial a jugé que cette présence ne posait pas de problème particulier.

    -A l’arrivée à Tifariti, la délégation accompagnant Ross a été surprise par la présence du dénommé Bouhali soit disant « Ministre de la défense » des séparatistes ;

    -Le Représentant spécial a attiré l’attention de M .Ross, en lui indiquant qu’il a deux choix : « descendre de l’hélicoptère ou faire demi-tour ». M. Ross a pris la décision de descendre, tout en évitant de saluer les militaires polisario et leur drapeau. »

    En réaction, j’ai fait les commentaires suivants :

    -L’acceptation de la présence du soi-disant commandant de la 2ème région militaire  était déjà une grave erreur. A Mahbès, le Maroc a respecté la spécificité de la visite, il n’y avait pas de militaires sur place.

    -Plus grave est le fait que M. Ross soit tombé dans le piège tendu par les autres parties qui ont instrumentalisé politiquement et médiatiquement sa visite au « Team site » de Tifariti.

    -Le Représentant spécial a concédé qu’il s’agissait effectivement d’une erreur de jugement. Il a indiqué qu’il faudrait tirer les enseignements de cet incident et qu’il consulterait systématiquement le Bureau de Coordination avec la Minurso par rapport à ces questions.

    -Interrogé sur son intention d’aborder ce sujet lors du prochain briefing devant le Conseil de Sécurité, M. Wolfgang Weisbrod-Weber a souligné qu’il n’avait pas l’intention de le faire, mais que désormais il est disposé à donner les précisions sur ce qui s’est passé réellement à Tifariti, si un membre du conseil lui pose une question à ce sujet.

    « Incidents » survenus le 1er novembre à Lâayoune :

    -Le Représentant spécial a souligné que la Minurso « n’a pas des yeux et des oreilles à Lâayoune » et que sa fonction est essentiellement de surveiller le cessez-le-feu aux team-sites des deux côtés du dispositif de sécurité ;

    -Pour les incidents évoqués, la MINURSO s’est basée sur les rapports des médias et de quelques témoignages. Le caractère contradictoire de ces rapports ne lui permet pas de préciser les raisons, la nature et l’ampleur des ces incidents ;

    -La Minurso a pris note de l’intention des autorités marocaines de mener une enquête à ce sujet.

    II- Briefing du Conseil de sécurité :

    La présentation de M. Wolfgang Weisbrod-Weber devant le Conseil de sécurité s’articulerait autour de trois aspects :

    1- Le cessez-le-feu :

    Selon lui, le cessez-le-feu est bien respecté. Le principal défi réside dans les documents sur lesquels il se base et qui datent de 1998. Ces documents sont dépassés par les développements technologiques et par l’évolution du contexte stratégique et sécuritaire régional.

    Des mesures qui pourraient paraître nécessaires pour assurer la sécurité ou améliorer les capacités techniques sont, toutefois, considérées comme des violations des Accords militaires, alors qu’elles ne présentent pas de menace réelle pour le cessez-le-feu. Une réflexion devrait être menée pour la révision des Accords militaires pour tenir compte des évolutions et adapter les textes juridiques aux réalités sur le terrain.

    2- Les mesures de confiance et le déminage :

    La Minurso est satisfaite de l’acquis réalisé au niveau de la mise en œuvre des ces deux mesures.

    3- Le « reporting » :

    -M. Weisbrod-Weber devrait évoquer devant le Conseil les éléments suivants :

    -Il a multiplié les contacts avec les coordinations avec la Minurso ;

    -Il compte élargir, en consultation étroite avec le Bureau de Coordination avec la Minurso, le champ des interlocuteurs au niveau de l’Administration (Walis, Chiouks etc);

    -Il compte envoyer régulièrement un responsable politique (Political Officer) à Smara et Dakhla, en consultation avec le Bureau de coordination.

    En réaction, j’ai fait le commentaire suivant :

    -Le briefing intervient après la période de « tension » à la suite de la publication du rapport du Secrétaire général et des démarches du Maroc auprès du Secrétaire général en mai dernier ;

    -Il est important que les membres du Conseil puissent recevoir un message positif et de sérénité. Un message tourné vers l’avenir qui démontre qu’on entame une nouvelle étape dans le processus politique et dans la mise en œuvre du mandat, très clair par ailleurs, de la Minurso ;

    -La nécessité de ne pas « être en mode crise » mais en « mode relance ». Ainsi, M. Ross devrait partager avec le Conseil de sécurité les nouvelles voies pour la relance du processus politique. De même, le Représentant spécial devrait décrire l’esprit constructif qui prévaut dans les relations entre le Maroc et la Minurso pour consolider les acquis et poursuivre la réflexion sur ce qui pourrait être amélioré.

    Nasser Bourita

    Secrétaire Général

    MAED

    #Maroc #Sahara_Occidental #MINURSO #ONU

  • Le problème du Sahara occidental dans les résolutions de l’ONU

    Le problème du Sahara occidental dans les résolutions de l’ONU

    Tags : Sahara Occidental, Maroc, résolution 1514, droit à l’autodétermination, ONU, MINURSO,

    L’acte juridique de référence est la résolution 1514 du 14 décembre 1960 de l’Assemblée Générale de l’ONU, dite « Déclaration sur l’octroi de l’indépendance aux peuples colonisés ». Le fondement juridique résulte de la Charte des Nations-Unies, à savoir l’article 1, paragraphe 2, définissant comme l’un des buts des Nations-Unies de « développer entre les nations des relations amicales fondées sur le respect du principe de l’égalité de droits des peuples et de leur droit à disposer d’eux-mêmes».

    L’ONU a listé les territoires non autonomes (TNA), et le Sahara Occidental a été répertorié comme en 1963. L’Espagne n’a pu ignorer ce mouvement général et, en 1966, prend position en faveur de la décolonisation du Sahara occidental. La tension est montée entre l’Espagne, le Maroc, la Mauritanie… et le Front Polisario, mouvement regroupant les nationalistes sahraouis, créé en 1973. Les positions des uns et des autres, reposant toutes sur des revendications de souveraineté, l’AG del’ONU a choisi de saisir la Cour internationale de justice pour recueillir un avis consultatif.

    La CIJ a rendu son avis en 1975, concluant que s’il y avait eu des liens précoloniaux entre le Maroc et certaines tribus dans le territoire du Sahara occidental et sur certains points avec la Mauritanie, ces liens étaient très insuffisants pour établir une souveraineté, autre que celle du peuple sahraoui. Pour la Cour, lesdonnées de fait ne remettent pas en cause l’applicationde la résolution 1514 (XV) sur la décolonisation et, en particulier, « l’application du principe d’autodétermination grâce à l’expression libre et authentique de la volonté despopulations du territoire». Pour la CIJ, le processus de décolonisation du Sahara occidental doit se poursuivre « sansque le Maroc puisse évoquer une remise encause de son intégrité territoriale».

    Alors que l’avis était extrêmement clair, condamnant les prétentions du Maroc, le roi Hassan II a soutenu une interprétation ouvertement contraire, concluant qu’il revenait au Maroc «d’occuper son territoire», puis a donné le signal de la « Marche Verte», marquant la prise de possession du territoire. Le Conseil de sécurité a immédiatement réagi par sa résolution 377/1975 du 22 octobre 1975. Visant l’article 34 de la Charte, relatif aux menaces sur la paix internationale, il a alors réaffirmé les principes de la résolution 1514 (XV) de l’AG de l’ONU, ce qui revient à condamner l’action du Maroc et toute forme d’annexion par la force armée.

    Le Maroc passant outre, ont suivi deux résolutions, la 379 du 3 novembre 1975 et la 380 du 6 novembre 1975, le Conseil de sécurité dénonçant clairement, dans cette dernière, une occupation étrangère injustifiée et demandant au Maroc «de retirer immédiatement du territoire du Sahara occidental tous les participants à la marche».

    Toutefois, cette marche a été une réussite sur le terrain, d’où elle a conduit l’Espagne à rejoindre le point de vue marocain et conclure un accord à Madrid avec ce pays, le 14 novembre 1975. En application de cet accord, l´Espagne s’est retirée de ce territoire, en 1976, au profit du Maroc. L’ONU a toujours refusé de reconnaître la moindre valeur à cet accord, dès lors que ni l’Espagne ni le Maroc ne peuvent faire valoir de souveraineté sur le Sahara occidental.

    #Maroc #Sahara_Occidental #MINURSO

  • Sahara occidental: Conflit, irrédentisme, nationalisme et intervention internationale

    Sahara occidental: Conflit, irrédentisme, nationalisme et intervention internationale

    Tags : Sahara Occidental, Maroc, ONU, Espagne, MINURSO, France, Etats-Unis,

    Près de 35 ans se sont écoulés depuis que l’Espagne a abandonné son ancienne colonie à son triste sort de sang et de guerre. En l’état actuel des choses, le conflit est loin d’être résolu. Cet article est une tentative de discerner les motifs et les forces qui sous-tendent le conflit du Sahara occidental depuis la crise de 1975 jusqu’à aujourd’hui, en prenant particulièrement en considération la dimension internationale du conflit. Revêtu des couleurs de la guerre froide et de la guerre contre le terrorisme, le soutien international aux deux parties de ce conflit illustre très clairement les déséquilibres sinistres et les résultats du parrainage interétatique. Des recherches récemment publiées par Mundy[1] ont mis en évidence l’importance du rôle joué par l’Amérique, et surtout par Kissinger, dans la crise de 1975 : castrer efficacement la capacité des institutions internationales et de la négociation pour la résolution des conflits.

    En novembre 1975, alors que le généralissime Francisco Franco agonise à Madrid, des milliers de volontaires de la Marche verte, organisée par le roi du Maroc Hassan II, traversent symboliquement l’ancienne colonie espagnole, marquant ce que les nationalistes marocains considèrent comme la réunification tant attendue du pays. Selon les termes de l’accord de Madrid, le Sahara occidental devait être divisé entre le Maroc et la Mauritanie et tout le personnel espagnol devait se retirer avant le 28 février 1976[2]. Le Front populaire de libération de Seguia El-Hamra et Rio de Oro (POLISARIO), a procédé à l’évacuation de 40 000 Sahraouis vers des camps situés près de la ville algérienne de Tindouf. Le 26 février 1976, le jour où l’Espagne s’est retirée de l’administration tripartite du territoire, le POLISARIO a proclamé la République arabe saharienne démocratique (RASD). Peu après, le POLISARIO est en guerre avec le Maroc et la Mauritanie – bien que des affrontements avec l’armée marocaine aient déjà eu lieu en octobre 1975, avant la pacifique Marche Verte. [3] Bien que le POLISARIO ait réussi en 1978, avec l’aide de l’Algérie, à vaincre l’armée mauritanienne et à forcer le gouvernement mauritanien à renoncer à ses revendications sur le territoire, il n’a pas été capable de mener la guerre à son terme, mais a seulement réussi à contenir les FAR marocaines dans une impasse qui a duré jusqu’au cessez-le-feu de septembre 1991, parrainé par l’ONU. L’objectif de ce cessez-le-feu était d’organiser un référendum d’autodétermination au début de 1992, mais celui-ci n’a jamais eu lieu. D’autres tentatives d’organiser le référendum ont été contrecarrées par les objections des deux parties quant à savoir qui devrait avoir le droit de vote dans un plébiscite qui mettrait fin à toute revendication de souveraineté et de légitimité pour l’une des parties.

    La réticence du Maroc et du POLISARIO à renoncer à leur revendication de souveraineté sur le territoire est au cœur du conflit. Actuellement, le Maroc administre la majeure partie du territoire du Sahara Occidental et sa réticence à mettre en péril sa position actuelle et sa revendication de souveraineté a été inébranlable depuis 1975. Le gouvernement en exil de la RASD s’y oppose avec la même férocité et représente une revendication et un sentiment nationalistes qui, selon Tony Hodge, n’ont été que renforcés par la durée et la férocité de la lutte[4].

    Une autre cause principale du conflit du Sahara Occidental à ce jour est la capacité des deux parties à obtenir un soutien international pour leurs revendications. Ainsi, la pression que les Nations Unies ont pu exercer sur les deux parties a été limitée, et jusqu’à présent inefficace. L’importance du modèle de parrainage international réside dans le fait que les Etats-Unis n’avaient aucun intérêt direct dans le Sahara Occidental, mais ils avaient un intérêt dans le maintien du régime anti-communiste du roi Hassan en Afrique du Nord. Hassan avait été capable de lier la survie de la monarchie à l’issue de la crise du Sahara occidental.

    Pour élucider les motivations derrière le conflit, il est d’abord nécessaire d’explorer les facteurs clés qui ont joué un rôle dans la crise de 1974-75 qui a conduit à l’occupation marocaine. Il s’agit notamment de facteurs internes au Sahara Occidental, à l’Espagne et au Maroc, qui ont provoqué le retrait précipité de l’Espagne et façonné la politique du Maroc. Deuxièmement, il est également nécessaire d’explorer le rôle des principales puissances étrangères impliquées dans la crise : l’Algérie, les États-Unis et la France. Troisièmement, je tenterai de discerner comment les facteurs nationaux et internationaux, y compris le parrainage des grandes puissances, ont évolué jusqu’à aujourd’hui et de vérifier leur pertinence actuelle pour la poursuite du conflit.

    Les facteurs de la crise de 1974-75

    Depuis les derniers jours de la domination espagnole jusqu’à aujourd’hui, les partisans du nationalisme sahraoui et de sa revendication d’autodétermination se sont montrés extraordinairement résistants et déterminés face à l’adversité et à une guerre prolongée dans le désert. Bien que cette résistance ait été, dans une certaine mesure, rendue possible par l’aide de puissances étrangères telles que l’Algérie et la Libye[5], elle trouve ses racines dans un sentiment d’appartenance à une nation qui a pris naissance pendant l’administration espagnole du territoire, et qui a été exacerbé par le conflit. La résistance à l’autorité espagnole s’est manifestée au début de l’occupation espagnole, puis en collaboration avec l’Armée de libération marocaine en 1957-58, et a été réprimée par l’opération franco-espagnole « Ouragan »[6]. [Hodges affirme qu’à ce stade, il est possible que « certains participants sahraouis à cette lutte aient embrassé l’idéal de faire partie du Maroc indépendant, mais il est probable que la plupart […] considéraient leur lutte comme une reprise du ghazzian anticolonial »[7]. En effet, je classerais la résistance au début de l’occupation espagnole comme une résistance primaire, et donc tribale plutôt que nationaliste par essence. En revanche, le mouvement de résistance que l’Espagne et la France ont réprimé dans les années 1950 était de nature plus nationaliste et constituait donc une résistance anticoloniale secondaire, selon la définition de Terence Ranger[8].

    Dans les années 1960 et 1970, l’expérience coloniale, qui avait offert certaines opportunités d’éducation et d’emploi et favorisé la sédentarisation dans les nouveaux centres urbains ainsi que l’intégration dans les cadres sociaux et politiques espagnols, a engendré une nouvelle génération de leaders anticolonialistes qui avaient étudié à l’étranger, en Espagne ou au Maroc, et qui étaient déterminés à obtenir l’indépendance. [En 1967, un mouvement officiel pour l’indépendance, l’Organisation pour la libération de Saquiat al-Hamra et Wad al-Dahab, a été créé par Mohammed Sidi Ibrahim Bassiri, un Reguibi qui avait étudié à Casablanca, au Caire et à Damas. Le mouvement a été brutalement réprimé par les autorités espagnoles en juin 1970, et Bassiri n’a jamais été revu.

    Par la suite, en mai 1973, le Frente Popular para la Liberación de Saguia el Hamra y Rió de Oro (Front POLISARIO) a été créé par de jeunes étudiants et des militants chevronnés dirigés par El Ouali Mustapha Sayed. Les efforts espagnols pour contrer l’influence croissante du POLISARIO – avec un plan d’autonomie interne adopté par la Djemaa (une assemblée consultative de représentants tribaux créée en 1967 par les autorités coloniales) en 1974, et la création du parti pro-espagnol Partido de la Unión Nacional Saharaui (PUNS) – ont été inefficaces. [En mai 1975, une mission d’enquête de l’ONU s’est rendue sur le territoire et a conclu qu’ »il y avait un consensus écrasant parmi les Sahraouis à l’intérieur du territoire en faveur de l’indépendance et contre l’intégration à tout pays voisin » et a assisté à « des manifestations de masse, de soutien à un mouvement, le Front POLISARIO »[12] Il semble clair qu’en 1975, de larges sections de la population du Sahara occidental étaient déterminées à obtenir l’indépendance. Cette détermination est à l’origine du conflit, car elle s’est traduite par un soutien populaire suffisant pour que le POLISARIO s’engage dans la guerre qui a suivi.

    En opposition à la détermination des Sahraouis à obtenir l’indépendance se trouve la revendication fortement défendue par le Maroc de la souveraineté sur le territoire. Cette revendication est fondée sur l’étendue historique de la domination marocaine qui incluait la Mauritanie, de grandes parties de l’ouest de l’Algérie, le nord du Mali et le Sahara occidental et qui était fortement défendue par le parti nationaliste Istiqlal. La nature de la revendication semble difficile à saisir pour les observateurs occidentaux, puisque la « souveraineté » dans ce cas est basée sur l’allégeance personnelle des personnes à la direction religieuse et politique – la Couronne marocaine – plutôt que sur la nature territoriale selon la compréhension occidentale traditionnelle du terme. La revendication marocaine était fondée sur l’allégeance des tribus du territoire au sultanat marocain avant le traité de Fès de 1912. En effet, les liens entre le Maroc précolonial et le Sahara Occidental semblent avoir été très étroits[13] L’Espagne a nié que ces liens constituaient une revendication de souveraineté précoloniale, affirmant que le territoire était terra nullus avant la colonisation, et a annoncé le 21 août 1974 qu’elle organiserait un référendum en 1975 pour accorder l’autodétermination à la colonie.

    Le Maroc, irrité par le fait que le référendum inclurait l’option de la continuation de l’administration espagnole ou de l’indépendance, mais pas de l’intégration au Maroc, a proposé le 17 septembre 1974 de demander à la Cour Internationale de Justice un avis consultatif sur la question de savoir si le Sahara Occidental avait été terra nullus avant la colonisation et, si non, quels avaient été les liens juridiques entre ce territoire et le Maroc et la Mauritanie. L’importance cruciale de cette demande était que, si le territoire avait été trouvé comme ayant des liens de pleine souveraineté avec le Maroc, la solution de décolonisation selon la résolution 1514 (XV), paragraphe 6, de l’Assemblée générale des Nations Unies de 1960 aurait été sa réintégration plutôt qu’un référendum d’autodétermination[14]. Cette clause était destinée à résoudre le statut des petites enclaves, si leur statut de souveraineté précoloniale avait été clair, en les rendant à leur autorité précoloniale. Cependant, elle n’a pas été conçue pour aider à la décolonisation de zones aussi grandes que le Sahara Occidental.

    La Cour a décidé qu’il y avait des liens légaux de fidélité entre certaines tribus individuelles et le Sultan, ainsi que des liens les reliant à une entité mauritanienne, mais que cela ne constituait pas des droits de souveraineté. La CIJ a également affirmé le droit du territoire à l’autodétermination. L’arrêt  » a fait des vainqueurs et des vaincus de toutes les parties intéressées, laissant chacune d’entre elles libre de tirer ses propres conclusions « [15]. Hassan II a salué cette décision comme une reconnaissance mondiale de la revendication du Maroc et a proclamé la Marche Verte pour récupérer le territoire.

    La détermination d’Hassan à récupérer le Sahara occidental n’était cependant pas seulement motivée par des revendications historiques. En plus d’être extrêmement riche en poissons, le Sahara Occidental était le sixième exportateur mondial de phosphates ; le seul concurrent potentiel pour l’industrie d’exportation de phosphates du Maroc. Il est cependant plus important de considérer que la monarchie connaissait un point bas dans sa popularité et sa stabilité après deux tentatives de coup d’état en juillet 1971 et août 1972 qui avaient menacé la vie du roi. La deuxième tentative de coup d’État a impliqué le ministre de la défense, le général Oukfir, et a été suivie d’une rébellion rurale et d’émeutes urbaines en mars 1973. Ces événements reflètent un mécontentement plus large à l’égard de la situation économique et politique du pays. Face à cette situation,  » Hassan savait qu’il devait reconstruire le système politique marocain et forger un objectif commun avec l’opposition nationaliste « [16] ainsi qu’un consensus national plus large autour de son pouvoir. La récupération du Sahara occidental est devenue un point de ralliement pour l’opinion publique marocaine. L’appel à 350 000 volontaires pour la Marche verte a connu un grand succès, puisqu’ils ont été 524 000. Plus important encore,  » les partis d’opposition se sont empressés de le soutenir, tout comme l’OLP et de nombreux gouvernements arabes « [17]. La cause de l’union nationale avait fourni un objectif qui unissait l’opinion populaire, les partis nationalistes et la monarchie, qui pouvait  » reprendre l’hégémonie nationale par la domination du discours nationaliste « [18].

    Un matin froid de la fin octobre 1975, dans la salle habituelle du conseil du palais du Pardo, on assiste à la dernière scène de l’agonie du Caudillo. La pièce adjacente dissimule la machinerie complexe qui maintient le dictateur en vie grâce à une multitude de tubes et de fils. Franco est amené par deux médecins en uniforme militaire ; il est vêtu d’une tenue militaire complète, signifiant qu’il dirige les trois forces armées. A côté de lui est assis Jose Luis Solis. Arias Navarro expose la situation pressante au Sahara espagnol et la position du Maroc. La réponse du dictateur est claire et sèche :  » Declarad guerra a Marruecos « . 19] Cependant, la guerre n’a jamais été déclarée. Il me semble que les ministres du dictateur mourant ont conclu qu’une transition en douceur après sa mort était plus importante que l’engagement de l’Espagne envers sa colonie.

    La position du prince Juan Carlos dans la crise est également ambiguë. Sa visite fringante du territoire et des troupes d’élite qui le défendent a peut-être été conçue pour s’attirer les bonnes grâces de l’armée et des résidents espagnols du territoire, qui ont été évacués peu après vers l’Espagne, plutôt que pour affirmer la détermination de l’Espagne à défendre le territoire. En tout état de cause, son amitié durable avec le roi Hassan et son fils suggère que la position du roi d’Espagne a au moins évolué vers une acceptation de la perte du Sahara occidental au profit du Maroc.

    Les préoccupations du régime espagnol concernant la succession de Franco et une transition pacifique ont été parmi les facteurs les plus déterminants de la politique espagnole pendant la crise. Le pays était en proie à des troubles depuis l’assassinat du Premier ministre, l’amiral Carrero Blanco, par l’ETA en 1973. Arias-Navarro lui a succédé et a présidé aux divisions du cabinet, aux dernières périodes de maladie de Franco, aux appels à la démocratie ainsi qu’à la violence croissante des séparatistes basques. Même si les forces militaires marocaines n’étaient pas de taille à affronter les troupes espagnoles stationnées dans la colonie, [20] les conséquences politiques d’une guerre auraient pu être catastrophiques pour le régime. Le gouvernement espagnol subit également la pression des États-Unis et de la France[21] pour laisser le territoire au Maroc, éventuellement après un accord pour sauver la face, car la déstabilisation de la monarchie marocaine aurait été aussi indésirable que les effets d’une guerre coloniale sur l’Espagne. [Même si le ministre des Affaires étrangères Cortina y Maurí a essayé d’insister sur la tenue d’un référendum et a peut-être rencontré le leader du POLISARIO El-Ouali en septembre 1975,[23] il semble avoir été dépassé par la faction plus radicale dirigée par Solís Ruiz, qui était prête à se soumettre aux conditions d’Hassan[24] Une transition sans heurts après la mort de Franco était d’une plus grande importance politique que l’engagement de l’Espagne envers l’autodétermination de son ancienne colonie.

    La dimension internationale

    Le rôle de la communauté internationale a été crucial pour déterminer l’issue de la crise de 1975. Tout d’abord, l’Algérie était, depuis son indépendance en 1962, opposée au Maroc. Leur inimitié découle d’une rivalité régionale alimentée par une confrontation idéologique. Le Maroc était une monarchie conservatrice et pro-occidentale, tandis que l’Algérie était un État issu de la révolution et le champion du mouvement des non-alignés. Le Maroc avait revendiqué de grandes parties de l’Algérie occidentale pour des raisons historiques et rejeté le principe de l’uti possidetis ; cette confrontation a conduit à la guerre des sables de 1963[25]. Des arguments similaires ont été utilisés par le Maroc[26] pour justifier la souveraineté sur le Sahara occidental. Le rejet à peine voilé de l’autodétermination par le Maroc, que l’Algérie défendait, a alarmé le gouvernement de Boumedienne, car Hassan  » ramenait à la vie les vieux démons du Grand Maroc « [27] Il a été suggéré[28] que les scrupules de l’Algérie à l’égard des revendications marocaines sur le territoire pouvaient également être le résultat de son désir d’obtenir une route vers l’Atlantique à travers le Sahara occidental pour son minerai de fer[29], ainsi que des intérêts liés aux ressources du territoire. Hodges, cependant, rejette les raisons idéologiques et économiques et met en avant les préoccupations algériennes selon lesquelles  » l’équilibre régional entre l’Algérie et le Maroc pencherait dangereusement à l’avantage de Hassan « [30] et du bloc occidental. Je suggère que la position algérienne était le résultat de facteurs idéologiques et d’un désir de saper le régime marocain. Après de nombreuses hésitations, l’Algérie a embrassé la cause du POLISARIO, engageant même ses propres troupes au tout début de la guerre, et a commencé à apporter un soutien diplomatique et économique ainsi qu’à fournir du matériel militaire de fabrication soviétique. Le soutien de l’Algérie s’est avéré plus important que celui de la Libye voisine et a permis au Front d’expulser les Mauritaniens et de maintenir les Marocains dans une impasse militaire coûteuse.

    La crise de 1975 s’inscrit dans la logique globale de la guerre froide, ce qui a contribué à la prolongation du conflit. Des hypothèses sur l’importance du Maroc en Afrique et dans le monde arabe, sa position stratégique, son opposition au communisme, au nationalisme arabe et son rôle dans la stabilité régionale ont conduit la France, les États-Unis et même l’Espagne à conclure que la stabilité de la monarchie marocaine était d’une importance capitale[31].

    Cet alignement stratégique s’est traduit par un parrainage très solide des États-Unis et de la France, qui s’est traduit par un soutien substantiel en termes de fournitures d’armes,[32]d’aide économique et de soutien diplomatique. Ce dernier a été crucial dans le développement de la crise de 1975 et la poursuite du conflit jusqu’à ce jour. Mundy soutient de manière convaincante que pour assurer la survie politique d’Hassan, les États-Unis n’ont pas seulement ralenti et contenu les actions du Conseil de sécurité, mais ont également reçu « une directive explicite du président Ford pour poursuivre une politique pro-marocaine sans ambiguïté »[33]. [33] L’ambassadeur américain à l’ONU en 1975-76, Daniel Patrick Moynihan, a écrit que l’objectif premier des États-Unis était que « l’ONU se révèle totalement inefficace dans toutes les mesures qu’elle entreprend »[34]. Cela s’est traduit par des pressions pour des résolutions faibles en faveur du Maroc et peut-être même par la facilitation d’un « vote [référendaire] truqué de l’ONU »[35], ainsi que par des pressions sur le gouvernement espagnol pour négocier directement avec le Maroc. Le secrétaire général de la colonie Luis Rodriguez de Viguri, témoignant devant les Cortes dans le cadre des enquêtes parlementaires espagnoles sur le retrait de la colonie, a blâmé les gouvernements américain et français pour les pressions qui ont abouti à la rétrocession au Maroc[36].

    Il semble clair que le soutien diplomatique des Etats-Unis et de la France était essentiel pour garantir l’issue de la crise en faveur du Maroc, contre les principes d’autodétermination des Nations Unies, afin d’assurer « la stabilité du trône chancelant du roi Hassan ». [La conséquence du contournement du droit international par le Maroc, au point même d’éviter un référendum « truqué » en 1975, a été (comme au Timor oriental et en Palestine) un arrangement précaire basé sur le pouvoir de facto et la force militaire, et constitue, à ce jour, l’une des principales causes du conflit.

    Les principes du conflit aujourd’hui

    L’impasse militaire des deux décennies suivantes a été brisée par l’accord de cessez-le-feu de 1991, parrainé par les Nations unies, qui prévoyait un référendum au début de 1992 et l’établissement d’une force de maintien de la paix, la MINURSO. Le référendum n’a jamais eu lieu ; le cessez-le-feu a été occasionnellement rompu par les deux parties, les réfugiés ne sont pas rentrés, et le Maroc a pu profiter militairement du cessez-le-feu pour étendre son contrôle sur le territoire[38].

    Pendant les dix années qui ont suivi le cessez-le-feu, le conflit s’est concentré sur la question de savoir qui devait voter au référendum. Le POLISARIO fait campagne pour une liste électorale basée sur le référendum espagnol de 1974, affirmant que le Maroc a depuis changé la conformation démographique du territoire et que les immigrants marocains ne devraient pas avoir le droit de vote. Le Maroc soutient que des milliers de Sahraouis (comme les descendants des survivants de l’ »Opération Ouragan »[39]) ont été exclus des listes électorales et n’accepte pas les différentes listes établies par la MINURSO. Des recours interminables ont fait que les parties n’ont jamais pu se mettre effectivement d’accord sur une liste électorale qui ne favorise pas leur revendication. En effet, le référendum est un concours de type  » winner takes all « [40] qui déterminera la survie de l’une ou l’autre des causes.

    En 2001, le nouvel envoyé du Secrétaire général, James Baker, a conclu que le plan de règlement de 1991 ne pouvait être mis en œuvre et a proposé un accord-cadre suggérant une administration marocaine en préparation d’un référendum, avec une liste électorale incluant tous les résidents permanents du territoire depuis le 31 octobre 1998, ce qui a été rejeté par POLISARIO. En 2002, Kofi Annan a proposé que le Conseil de sécurité choisisse l’une des quatre options (1 : le plan de règlement, 2 : l’accord-cadre, 3 : la division du territoire et 4 : la fin de la MINURSO) que Baker devait développer et qui serait imposée par le Conseil de sécurité aux parties sans nouvelles négociations. Le Conseil de sécurité n’a pu se mettre d’accord sur aucune de ces options. En 2003, Baker a proposé un « plan de paix » basé sur un référendum qui inclurait la liste électorale existante de la MINURSO et la liste du HCR des exilés et résidents sahraouis depuis le 30 décembre 2003, l’ONU ayant le dernier mot sur l’éligibilité ; le POLISARIO a accepté mais pas le Maroc, mécontent des aspects non négociables du plan.

    La détermination marocaine à annexer le territoire n’a pas été diminuée par les coûts extrêmement élevés de la guerre et la crise économique des années 1980. La légitimité de la monarchie est si inextricablement liée au Sahara occidental qu’elle ne peut abandonner la course à la souveraineté, d’autant plus qu’au Maroc, le territoire est considéré par les autorités comme faisant partie intégrante de la nation. En septembre 1996, le gouvernement a salué la participation des Sahraouis à un référendum constitutionnel comme une preuve de leur allégeance.[41] Cette position est également dénotée par l’accord signé en octobre 2001 avec Kerr-McGee et TotalFinaElf pour l’exploration pétrolière dans les eaux sahariennes.[42] Les enjeux n’ont fait qu’augmenter avec la découverte de pétrole. La politique marocaine consiste désormais à rechercher un accord avec le POLISARIO qui légitimerait son contrôle de fait du territoire[43], comme il a tenté de le faire en juin 2007 lors de pourparlers à Manhasset (New York)[44].

    Les problèmes intérieurs de l’Algérie ont réduit la marge de manœuvre du POLISARIO, puisque l’aide matérielle au POLISARIO a été réduite et que l’Algérie attend désormais du Front qu’il poursuive ses objectifs par la diplomatie plutôt que par les armes[45]. La Libye a également retiré son aide, le colonel Kadhafi estimant qu’un soutien continu au Front pourrait  » balkaniser  » le Maghreb[46]. Cependant, comme l’ont montré les récents échecs des négociations, l’Algérie soutient toujours le POLISARIO, notamment en termes d’activité diplomatique et de soutien aux négociations. Cela ne devrait pas être surprenant, car l’actuel président Bouteflika était le ministre des affaires étrangères qui a soutenu POLISARIO pour la première fois en 1975. L’observateur doit également tenir compte de la concurrence du Maroc et de l’Algérie pour l’hégémonie régionale. En effet, leur quête est pratiquement terminée, et le Sahara occidental est un facteur majeur, car l’annexion formelle du territoire par le Maroc pourrait saper la position de l’Algérie.

    Le Maroc a bénéficié d’un grand soutien des États-Unis et de la France pendant sa guerre contre le POLISARIO avant le cessez-le-feu, la France étant le principal fournisseur d’armes et les États-Unis fournissant de grandes quantités d’aide financière, de prêts et de matériel militaire[47]. L’Espagne n’a jamais pris de mesures sérieuses pour rectifier ses engagements trahis en faveur de l’autodétermination de son ancienne colonie. Le Maroc a bénéficié d’un soutien international continu, en particulier depuis qu’il s’est révélé être un allié clé dans la guerre contre le terrorisme[48]. Il conserve un soutien diplomatique suffisant de la part de la France et des États-Unis pour garantir qu’aucune résolution ne lui sera imposée par le Conseil de sécurité. En octobre 2003, le président Chirac a déclaré que la France soutenait la position marocaine au Conseil de sécurité et qu’ »une solution nécessite l’accord des parties, en particulier celui des deux parties principales, et ne peut être imposée par la communauté internationale contre la volonté de l’une des parties »[49]. [John Bolton, représentant des Etats-Unis à l’ONU en 2005-2006, a écrit dans ses mémoires que, bien qu’il soit clair qu’un référendum équitable aboutirait à l’indépendance, cela « déstabiliserait le Maroc et risquerait une prise de pouvoir par des islamistes extrémistes » et qu’ »il n’y avait aucun doute que la stabilité pour le roi Mohammed VI l’emportait sur l’autodétermination ». [Le soutien de la France et des Etats-Unis, mais aussi le soutien tacite et la reconnaissance[51] accordée par d’autres puissances comme le Royaume-Uni, l’Espagne et l’UE[52] au Maroc signifie non seulement qu’aucun plan de paix ne sera appliqué contre ses intérêts, mais aussi que le sort de ceux dont les droits de l’homme sont violés au Sahara Occidental[53] et dans les camps autour de Tindouf continuera à être ignoré[54].

    Il est clair que le soutien de la position marocaine par la France et surtout les Etats-Unis est la clé de la poursuite de l’effort militaire du Maroc contre le POLISARIO ainsi que sa capacité à bloquer toute action de l’ONU en s’assurant que, sous la menace du veto, le Conseil de Sécurité ne rendra aucune proposition de paix applicable au Maroc. La même influence qui a permis aux Etats-Unis eux-mêmes de contourner l’ONU lors de l’invasion de l’Irak en 2003 est utilisée par le Maroc dans sa violation des processus d’autodétermination de l’ONU et sa conquête effective du territoire.

    Par conséquent, les forces à l’origine du conflit du Sahara occidental sont : premièrement, l’incapacité et le manque de volonté de l’Espagne de résister à la pression marocaine pour une cession sans référendum en 1975, ce qui a abouti au statut non résolu du territoire. À ce jour, les gouvernements espagnols n’ont pris aucune mesure pour résoudre cette situation[55]Deuxièmement, la position de la monarchie marocaine et du POLISARIO est d’une importance capitale : Mohammed VI serait sérieusement endommagé par une capitulation sur la question, car cela détruirait complètement l’initiative nationaliste de la monarchie. Aucune des deux parties n’est prête à renoncer à sa souveraineté. En tout état de cause, le contrôle marocain du territoire est très poussé et serait très difficilement renversé militairement par le POLISARIO, car le soutien limité que le Front reçoit actuellement de l’Algérie ne lui permettrait pas de reproduire les campagnes plus réussies des années 1970 et 1980. Troisièmement, le parrainage explicite et le soutien international implicite du Maroc excluent toute solution qui lui serait imposée par l’ONU, ce qui signifie qu’il est maintenant en mesure de pousser à une solution basée sur l’autonomie partielle plutôt que sur l’indépendance en raison du fait accompli de son pouvoir sur le territoire.

    L’impasse diplomatique continue parce que les deux parties sont toujours résolues à poursuivre la souveraineté sur le Sahara Occidental. La clé de l’impasse actuelle est la réticence des deux parties à parvenir à un accord et la réticence du Conseil de sécurité à prendre des mesures pour en imposer un, grâce au parrainage efficace du Maroc par la France et les États-Unis[56]. Toutes les mesures que l’ONU a prises jusqu’à présent pour résoudre la question ont été basées sur les initiatives de bons offices du Secrétaire général (en vertu du chapitre VI de la Charte des Nations unies), et sont donc susceptibles d’échouer parce que le Conseil général n’est pas disposé à imposer une partie d’une initiative de paix aux parties.

    Les perspectives de paix nécessiteraient une action plus énergique de la part de l’ONU, ce qui exigerait le soutien des Américains et des Français, mais entraînerait des critiques et une instabilité pour la monarchie marocaine. En attendant, des centaines de milliers de réfugiés sahraouis vivent dans des conditions honteuses dans les camps de Tindouf, avec peu de perspectives de changement. La communauté diplomatique exprime sa sympathie pour le sort des Sahraouis, mais n’est pas prête à agir.[57] Une réévaluation décisive par Barak Obama sur les politiques de collaboration contre le terrorisme et les droits de l’homme ont le potentiel de mettre en danger le soutien international qui rend la position marocaine tenable, mais malheureusement, cela semble peu probable.

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    [2] A. Thobani, Le Sahara occidental depuis 1975 sous administration marocaine, pp. 58.
    [3] T. Hodges, Sahara Occidental : Les racines d’une guerre du désert, pp. 220.
    [4] Hodges, ‘The Origins of Saharawi Nationalism’, pp56.
    [5] G. Joffé, ‘Western Sahara : Un conflit sans fin ? Le Monde Diplomatique, édition espagnole, février 2009.
    [6] T. Marks, ‘Spanish Sahara – Background to Conflict’, African Affairs, Vol. 25, 298, p.p6.
    [7] Hodges, Origines du nationalisme sahraoui, p. 32.
    [8] T. O. Ranger, ‘Connexions between ‘Primary Resistance’ Movements and Modern Mass Nationalism in East and Central Africa : II’, The Journal of African History, Vol. 9, No. 4 (1968), pp. 631-641.
    [9] George Joffé, ‘Conflict in the Western Sahara’, Conflict in Africa, ed Oliver Furley, pp119.
    [10] Thobani, pp48
    [11] Ibid, pp49
    [12] Rapport de la mission de visite de l’ONU au Sahara espagnol, 1975, cité dans Hodges, The Roots of a Desert War, pp. 199.
    [13] Joffé, ‘Conflit au Sahara Occidental’, pp116.
    [14] G. Joffé, ‘ICJ and the Western Sahara’, War and Refugees : Le conflit du Sahara occidental, pp. 21
    [15] B. O. Okere, ‘The Western Sahara Case’, International and Comparative Law Quarterly, Volp28,2, pp312.
    [16] C. Pennell, Morocco since 1830, pp333.
    [17] Ibid, pp339
    [18] J. Sater, Société civile et changement au Maroc, pp44.
    [19] Communication privée de Solis et du chirurgien personnel de Franco, le Dr Pozuelo.
    [20] Hodges, Roots of a Desert War, p. 215.
    [21] Ibid, pp215
    [22] Le récent renversement de l’Estado Novo portugais, miné par les guerres coloniales, par des révolutionnaires socialistes a dû peser lourd sur les politiciens espagnols.
    [23] Hodges, p. 205.
    [24] J. Mundy, p. 290.
    [25] AA Heggoy, ‘Colonial Origins of the Algerian-Moroccan Border Conflict of October 1963′, African Studies Review, Vol13,1, pp21.
    [26]  » Le Maroc a fondé ses arguments sur la situation telle qu’elle était avant l’intrusion des Européens « ,Ibid, pp20.
    [27] Hodges, Roots of a Desert War, pp. 191.
    [28] Notamment par le Secrétaire d’État Kissinger. Mundy, pp297
    [29] extrait dans le sud-ouest de l’Algérie, loin des usines de fusion de la côte méditerranéenne.
    [30] Hodges, Roots of a Desert War, p. 194.
    [31] Joffé, « Conflit au Sahara Occidental », pp. 125.
    [32] Seddon, ‘Morocco and the Western Sahara’, Review of African Political Economy, 38, pp. 24-47.
    [33] Mundy, pp. 300
    [34] Daniel Moynihan, A Dangerous Place, p. 247.
    [35] Conversation entre Kissinger et le Président Ford, 11 novembre 1975, Mundy, pp. 300.
    [36] Ibid, pp290
    [37] T. Franck, ‘The Stealing of the Sahara’, The American Journal of International Law, Vol70, No4, pp696.
    [38] D. Seddon, ‘Western Sahara Tug-of-War’, Review of African Political Economy, No. 52, pp112.
    [39] Joffé, ‘Conflict in the Western Sahara’, pp117.
    [40] E. Jensen, Sahara Occidental, Anatomie d’une impasse, pp13.
    [41] Pennell, pp379
    [42] Western Sahara Campaign, ‘Oil : Shifts in the Balance’, Review of African Political Economy, Vol30,96, pp340.
    [43] Simon Tisdall, ThepGuardian, 13.3.2007
    [44] Ian Black, ThepGuardian, 18.6.2007
    [45] Joffé, ‘Sahara Occidental : Conflit sans fin ?
    [46] Ibid.

    [47] David Seddon, « Le Maroc et le Sahara Occidental », pp29.
    [48] « […] les Etats-Unis auraient envoyé des suspects terroristes au Maroc pour interrogatoire dans le cadre du programme connu sous le nom de « restitution extraordinaire » ». C. Ross, Independent Diplomat, p. 125
    [49] Conférence de presse 11/11/2003 (myttranslation)
    [50] J. Bolton, Surrender is not an option, pp368
    [51] Ross, p. 113
    [52] Javier Solana, lors d’une récente visite au Maroc, a déclaré que l’UE considère le Maroc comme « un partenaire de premier plan dans la région méditerranéenne », Thobani, pp297.
    [53] HumanpRightspWatchpWorldpReportp2007
    [54] Thobani, pp247
    [55] L’action de l’Espagne à ce jour s’est limitée au faible volontarisme de particuliers accueillant des enfants sahraouis pour passer l’été en Espagne.
    [56] Jensen, p. 112.
    [57] Ross, p 114

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  • Sahara occidental : le rêve vire au cauchemar -Opinion-

    Tags : Sahara Occidental, Maroc, Front Polisario, ONU, Hassan II, Ceuta, Melilla, MINURSO,

    Par Chertat Ould Ejjembe

    Il y a quarante ans, à une année près, Hassan II, roi du Maroc, et la Mauritanie de Mokhtar Ould Dada, ont envahi le Sahara occidental, vidé de l’occupation espagnole. Hassan II a dit que ce pays lui appartenait, après avoir appartenu à ses ancêtres, sans expliquer alors pourquoi il le partageait avec un pays, dont il disait aussi qu’il lui appartenait. Il n’a pas dit, non plus, pourquoi il n’a pas organisé, avant ce jour, sa folklorique et ridicule «marche verte», ni pourquoi il ne l’a pas revendiqué à l’Espagne. Comme il ne dira pas pourquoi il ne regardait même pas du côté du nord de son royaume, vers Ceuta et Melilla.

    Son fils et successeur au trône, sur les traces du père, continue de suer sang et eau pour garder «son Sahara», délaissant les 20% reconquis par le Front Polisario, sans regarder vers ces morceaux de son fief spoliés par les Espagnols. Il continue de braver l’ONU, en ignorant ses résolutions, notamment celle qui ordonne l’organisation d’un référendum d’autodétermination au profit des Sahraouis. S’il peut avoir ce privilège, au même titre que l’entité sioniste, de bafouer la légalité internationale et de nier un peuple, ce n’est pas du tout dû à sa puissance militaire.

    Son armée a été taillée en pièces par la résistance sahraouie et le cessez-le-feu onusien l’a sauvée du désastre. Un cessez-le-feu concédé il y a 31 ans, en contrepartie d’un référendum qui devait se tenir il y a 31 ans, sous la supervision de la Mission des Nations unies pour l’organisation d’un référendum au Sahara occidental (Minurso), qui attend toujours d’accomplir la tâche pour laquelle elle a été désignée. Un cessez-le-feu extorqué grâce à un parjure de la France et des Etats-Unis, chefs de file de l’ignominie. Il fallait sauver, à la fois, le Makhzen de l’effondrement et faire contrepoids contre l’Algérie. Car il s’agit bien de cela.

    Cependant, les Sahraouis devaient finir par disparaître de la scène. Et l’eau a coulé sous les ponts. Les Sahraouis sont toujours aussi déterminés à récupérer les 80% occupés de leurs pays et leur cause gagne du terrain. Progressivement, avec la reconfiguration de la carte des intérêts impérialistes, le Makhzen voit s’écrouler ses certitudes sur un soutien occidental sans faille. Exemple, le 9 octobre 2014, la Cour de Justice de l’Union européenne a décidé d’exclure «toute possibilité pour les navires communautaires d’exercer des activités de pêche dans les zones de pêche marocaines sur le fondement d’une licence délivrée par les autorités marocaines sans l’intervention des autorités compétentes de l’Union européenne».

    Autre exemple, la ministre suédoise des Affaires étrangères, Margot Wallström, vient de déclarer que son gouvernement allait se «pencher sur le cas du Sahara occidental après un examen approfondi de la situation actuelle». Les sionistes eux-mêmes, devant les reconnaissances en cascade d’un Etat palestinien, font un parallèle avec le statut du Sahara occidental. Emmanuel Navon, chef du Département de Science politique et de Communication au Collège universitaire orthodoxe de Jérusalem, s’insurge ainsi : «Comme la RASD (République Sahraouie), l’Autorité palestinienne (AP) ne contrôle que partiellement le territoire qu’elle revendique» Pour lui, en reconnaissant la Palestine en tant qu’Etat, «la Suède pratique une politique de deux poids deux mesures» Et enfin, cette affirmation du sous-secrétaire d’État parlementaire des Affaires étrangères, Tobias Ellwood, où est reconnu «le droit du peuple sahraoui à l’autodétermination».

    Mohammed VI est bien dans ses petits souliers. Le Polisario a bien d’autres soutiens, au contraire de ce qu’il dit et de ce que disent tous les médias qui, systématiquement, quand il le cite accolent la formule «soutenu par l’Algérie».

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