Étiquette : nuevo orden mundial

  • 2023, un año crucial para la lucha del pueblo saharaui

    Etiquetas : Marruecos, Sahara occidental, Frente Polisario, Estados Unidos, Ucrania, Rusia, israel, gaza, nuevo orden mundial, orden multilateral, doble vara,

    Siguiendo la estrategia preconizada por Marruecos basada en el mantenimiento del status quo y el tiempo como instrumento de erosión para la causa saharaui, Estados Unidos, no sólamente garantiza a Marruecos una resolución tallada a la medida de sus caprichos en el Consejo de Seguridad sino que además vela para que nada cambie. Sin embargo, en 2023, Washington pareció mostrar un cierto interés por salir del callejón sin salida en el que se encuentra estancado el proceso de paz dirigido por la ONU desde hace más de 32 años, un tiempo récord.

    En efecto, en el 2023, los americanos mostraron una voluntad más evidente de sacar el congelado proceso onusino del Sáhara Occidental. Empezaron obligando Marruecos a aceptar que el Enviado Personal del Secretario General de la ONU, Staffan de Mistura, visite los territorios saharauis ocupados. Aún así, de Mistura no logró que las dos partes beligrantes vuelvan a negociar aunque sea en el marco de las famosas mesas redondas reivindicadas por Marruecos para imponer su tesis que pretende que con quien está en conflicto es con Argelia, una tesis apoyada por la Casa Blanca. En cuanto a los saharauis, tanto Washington como Rabat tienen un remedio basado en la receta utilizada por Israel en Gaza. Es decir, el exterminio de los saharauis en nombre de los intereses vitales del Tío Sam. Esto llevó Washington a decidir coger el toro por los cuernos para hacer avanzar el proceso político, pero a su manera : obligando Argelia a implicarse, no sólo aceptando participar en las mesas redondas sino aceptando también la autonomía como salida para un contencioso cuya duración coloca a EEUU en mala posición con respecto a la situación internacional vigente en este momento.

    El apoyo de Washington a la lucha de Ucrania contra la invasión rusa puso de manifiesto la política de dos varas de medir aplicada por los yankis aunque la naturaleza de los dos conflictos es la misma : una invasión militar pura y dura. Una visión que se incrementó aún más un 7 de octubre, cuando empezó la epopeya palestina de Hamás. Tanto con Ucrania como con israel, Joe Biden, y sus aliados de Occidente, no dudaron en desfilar en Kiev y Tel Aviv expresando los más nobles « sentimientos » y comprometiéndose a apoyar el horror de la guerra.

    Para los saharauis, podría ser un duro ejercicio intentar pensar que haya buena voluntad en el desplazamiento a Tinduf de Joshua Harris, el consejero para Africa del Norte y Próximo Oriente donde se entrevistó con el presidente saharaui. Era la primera vez que un alto responsable de la administración estadounidense se entrevista con los dirigentes saharauis. De ahí se dirigió a Argel donde fue recibido por el Ministro de Relaciones Exteriores argelino, Ahmed Attaf. El hecho de que no fuera recibido por el presidente argelino refleja que Argel no espera gran cosa de esta visita que, como por casualidad, viene inmediatamente después de que el BRICS negase la adhesión de Argelia. Washington saltó sobre la ocasión para sacar dividendos del sentimiento de frustración argelino generado por la actitud de Rusia. Los americanos hicieron lo mismo hace más de 35 años, en 1988 precisamente. En aquel entonces, los paises productores de petróleo que no giraban en la órbita de Occidente eran objeto de continuos ataques. En el caso de Argelia, el precio del petróleo era el arma más eficaz y cada vez que la OPEP decidía disminuir la producción para subir los precios, Arabia Saudita aumentaba la producción. De esta manera, la situación económica y social en Argelia se fue degradando poco a poco hasta que culminó con las gigantescas manifestaciones que obligaron a Chadli Bendjedid a acabar con el régimen monopartidista y celebrar elecciones que dieron lugar a la victoria de los islamistas y los dramáticos acontecimientos cuyas secuelas aún se sienten en el país. La difícil situación ataravesada por Argelia a raíz de los conflictos internos llevó los americanos a presionar a Argelia para que el Polisario retire algunas de las condiciones que había formulado para aceptar el plan de paz. La condición más importante a la que los saharauis renunciaron fue la retirada de las tropas marroquíes para la organización del referéndum de autodeterminación.

    Pero, como dijo Richard Haass, un distinguido analista global, “la coherencia en la política exterior es un lujo que los formuladores de políticas no siempre pueden permitirse”. En lugar de aferrarse a la legalidad y el derecho para salir de la encrucijada generada por la política de doble vara, Washington, continua aferrándose a sus intereses geopolíticos aunque tenga que recurrir a la mano dura como es el caso en Palestina.

    Por lo tanto, la gira de Joshua Harris no puede verse fuera de este esquema, que es el de intentar resolver el conflicto del Sahara Occidental a favor de Marruecos. Su segunda visita a Argel es más misteriosa. En diciembre, realizó otra gira en la región de la que excluyó a los saharauis, lo cual indica que esta segunda visita no está relacionada con el asunto saharaui sino con los graves sucesos que tienen lugar en Oriente Medio. Para los americanos, Argelia podría aprovechar la complicada situación de Joe Biden para aprovisionar al Frente Polisario en armas susceptibles de poner en peligro la supremacía de Marruecos en el terreno militar. En otras palabras, teme la presencia de drones en el Sahara Occidental por el riesgo de escalada que eso implica. La entrevista otorgada por Joshua Harris a un diario argelino aporta una idea de la dirección seguida por la diplomacia americana y su apoyo incondicional a Rabat en el conflicto saharaui.

    Otro factor de preocupación para el Departamento de Estado es el desarrollo de los acontecimientos en la región del Sahel donde los últimos contingentes militares franceses y europeos fueron expulsados por los militares que protagonizaron el último golpe de Estado de Níger. El nacimiento de una nueva alianza militar entre Niger, Mali y Burkina Faso respaldada por Russia incomoda en Occidente que sospecha afinidades ideológicas con Argelia basadas en el repudio de Francia y las secuelas del colonialismo en Africa.

    Como dice el refrán, cuando el río suena agua lleva y lo que los americanos llevan en esta agitación no debe ser nada bueno para los saharauis, sobre todo ahora que se sabe que el presidente Biden conspiraba en secreto para que Arabia Saudita caiga en la red de la llamada « normalización » con el Estado hebreo. Normalización que constituía, hasta el 7 de octubre, fecha de la ofensiva de Hamás, uno de los pilares del nuevo plan de Joe Biden para Oriente Medio en el que Israel sería el centro neurálgico de una alianza anti-iraní compuesta esencialmente por países árabes que sueñan con acabar con el régimen de los Ayatollahs. Por ello, Marruecos es una pieza clave para la administración Biden en la misma medida en que Palestina es hoy « una especie de avatar de una rebelión contra la hipocresía occidental, contra este orden global inaceptable y contra el orden poscolonial”, como dijo el especialista israelí Daniel Ley.

    La situación en el campo de batalla

    Desde la firma de los llamados Acuerdos de Abraham, Rabat ha establecido con Israel una asociación estratégica en materia de defensa. Desde su primera utilización en 2021 para matar al difunto jefe de la gendarnería saharaui, Dah El bendir, el uso de drones se ha convertido en una especie de videojuego para un ejército atrincherado en sus cuarteles más allá del muro de arena con el que obligó al Frente Polisario a retirar la totalidad de su armamento pesado de los territorios liberados. Desde entonces, los dirigentes de Rabat están convencidos de con su supremacía armamentística pueden invertir la balanza a su favor e imponer, militarmente, el hecho consumado colonial en el Sáhara Occidental, algo que no logró obtener por vías políticas y negociaciones que siempre saboteaba.

    En este año de 2023, los marroquíes realizaron tres ataques con drones. El primero fue el 24 de enero en la región de Zgula. Se soldó con 3 buscadores de oro mauritanos. El segundo tuvo lugar un día antes de la visita de Joshua Harris a Tinduf. El primeo de septiembre, un drón acabó con la vida del Jefe de la 6ª región, Abbaali Hamudi mientras dirigía un ataque contra posiciones marroquíes en Tueizgui, en el sur de Marruecos. El tercero fue el domingo pasado en Gleibat El Fula. Tres buscadores de oro mauritanos perdieron la vida en este ataque que tuvo lugar cerca de la frontera mauritana.

    Los drones convirtieron los territorios liberados en un infierno tanto para el ejército saharaui como para los civiles saharauis y mauritanos. Una realidad que no deja de conmover a la opinión pública saharaui que se pregunta por qué el Frente Polisario no consigue armas capaces de derribar a los drones de « majeinzu », término usado para referirse a los marroquíes.

    Los drones también juegan un importante papel en la guerra como medio para operaciones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento. Su eficacia fue tal que Marruecos adquirió toda una colección de drones israelíes, turcos y chinos. Incluso, según un diario israelita, Rabat y Tel Aviv decidieron instalar en Casablanca una fábrica de drones en Casablanca. « Elbit Systems planea establecer dos fábricas de drones en Marruecos. Marruecos e Israel han acordado fortalecer su cooperación militar, ampliándola a la inteligencia y ciberseguridad. Esto se acordó durante una reunión bilateral de defensa en enero pasado en Rabat, reporta The Times of Israel que cita fuentes del ejército marroquí.

    En el último congreso del Polisario, el presidente saharaui Brahim Gali prometió una solución al problema de los drones marroquíes. Un año después, los drones siguen haciendo estragos tanto en las filas de los militares como en la población civil. Sin embargo, sí que se constata un ligero cambio en las capacidades militares saharauis. Desde el primer ataque de Smara, se observa una neta mejoría en la precisión de los tiros y la distancia de los objetivos puestos en la mira. Focalizando sus tiros sobre los aeropuertos de Smara y Mahbes, el ejército saharaui logró éxitos que Marruecos intenta invertir a su favor alegando que los ataques del Polisario apuntan a víctimas civiles.

    La ONU y la coyuntura internacional

    Con la explosión del conflicto palestino, la disputa entre Occidente y el llamado Sur Global aumentó en intensidad. Lo que para americanos y europeos es un orden liberal, para el resto de los países no es más que un orden americano impuesto por las armas en Irak, Siria, Libia y Afganistán. En la Asamblea General de la ONU muy pocos paises condenaron la invasión rusa de Ucrania. Un presentador pro-israelí de la cadena francesa de televisión francesa LCI se preguntaba : « por qué no nos quieren » aludiendo a los paises en desarrollo y fingiendo ignorar las causas de tal sentimiento.

    La pregunta que se plantean los presuntores defensores del orden de la « democracia » y los « derechos humanos » es por qué tantos socios naturales de Occidente se mostraron recalcitrantes a la hora de condenar la invasión rusa. La respuesta se la dió Vladimir Putin : “Este es un motín contra lo que ven como un Occidente colectivo que domina el discurso internacional e impone sus problemas a todos los demás, mientras deja de lado sus prioridades en materia de compensación por el cambio climático, desarrollo económico y alivio de la deuda. El resto se siente constantemente marginado de los asuntos mundiales”. El Ministro de Asuntos Exteriores de la India, S. Jaishankar, lo expresó sucintamente: “En algún lugar, Europa tiene que superar la mentalidad de que los problemas de Europa son los problemas del mundo, pero los problemas del mundo no son los problemas de Europa”.

    Con Gaza, el sentimiento antioccidental dió un importante salto. Los paises que ayer condenaban los presuntos « crímenes de guerra » cometidos por Rusia en Ucrania, se callaron ante las atrocidades cometidas por Israel contra la población de Gaza. Benjamín Netanyahu puede dormir tranquilo porque está seguro de no recibir el mismo mandato internacional emitido por el Tribunal Penal Internacional contra el presidente ruso. Una situación que « puede provocar el desmoronamiento del orden mundial”, dijo el lacayo egipcio de Occidente.

    Todo esto es sinónimo de configuración en el mundo. « El antiguo sistema mundial unipolar está siendo reemplazado por un nuevo orden mundial multipolar, más justo », declaró el presidente Putin. Por lo tanto, los conflictos de Ucrania y Gaza desacreditaron el concepto de orden basado en los diktats yanquis y dividieron a Occidente, debilitando a Biden y a la UE. Parece ser que la administración Biden empieza a darse cuenta de los límites de su capacidad para dirigir no sólo el resultado de la guerra de Ucrania, sino también el orden global que surgirá después de ella y que puede tener repercusiones decisivas sobre el longevo conflicto que opone el pueblo saharaui al Estado invasor de Marruecos.

    En el terreno africano se observa un importante cambio caracterizado por una tendencia de los paises africanos a distanciarse de las tramas de Occidente, y por ende, de sus lacayos, como Marruecos. Es el caso de Senegal que hasta hace poco era el principal valedor de los intereses marroquíes en la Unión Africana. Una coyuntura favorable a la presencia de la RASD en la organización panafricana que adoptó une posición firme en lo que concierne a la participación del Estado saharaui en los encuentros organizados entre la UA y diversos países ricos. En noviembre pasado, la entidad africana se negó a organizar una cumbre con la Liga Arabe en la que Arabia Saudita impedía la participación de la delegación saharaui, por lo que el encuentro fue transformado en cumbre afro-saudita.

    En medio de estos turbulentos acontecimientos, Argelia ingresó hoy en el Consejo de seguridad como miembro no permanente, un puesto que le permitirá destacarse como defensor de las causas justas y sobre todo de las causas de Africa que aspira a una silla permanente en el Consejo al mismo tiempo que intentará avanzar el expediente del Sáhara en la ONU aunque corre el riesgo de tropezar con los aliados de Marruecos a los que no agrada la presencia del viejo aliado de Rusia y defensor de un nuevo orden mundial que despojaría a los americanos de sus inmensos privilegios.

    #SaharaOccidental #Marruecos #FrentePolisario #ONU #Ucrania #Rusia #EstadosUnidos #Gaza #Israel #NuevoOrdenMundial

  • Probables consecuencias de la crisis en la Franja de Gaza

    Etiquetas : Gaza, Palestina, Hamás, Israel, Estados Unidos, Oriente Medio, paises árabes, Islam, crímenes de guerra, genocidio, nuevo orden mundial,

    La horrenda tragedia que vive la humanidad en la Franja de Gaza ha generado un aluvión de artículos e informaciones de todo tipo. Quisiera abordar algunos de los temas que son menos discutidos en ese universo informativo. El impacto económico en el pueblo palestino es descomunal y cruel como pocas veces se ha visto en la historia. Pero Israel (o por mejor decir, el pueblo israelí) está siendo víctima también de las políticas fascistas de su gobierno. Más allá de las acciones puramente militares, se acumulan colosales impactos económicos, sociales, de relaciones internacionales, tanto a corto como a mediano plazo.

    Deseo hacer una aserción bien clara: Israel está perdiendo la batalla de Gaza en su conjunto y los efectos de su agresión y derrota van a ser de largo aliento. El primer impacto es de tipo económico: Israel no puede permitirse el lujo de permanecer plenamente movilizado durante tanto tiempo, ni siquiera con el apoyo financiero ilimitado de Estados Unidos. Son cientos de miles de reservistas que llevan más de 60 días fuera de sus empleos, muchos de ellos permanecerán por tiempo indefinido.

    Una parte sustancial (quizás la más alta del mundo) de los israelitas ostenta doble nacionalidad y se estima que a pesar de los limitados vuelos comerciales, más de un cuarto de millón ha abandonado el país en los últimos dos meses, es decir un tres por ciento de la población. Ese es también el número de los que se han marchado de sus asentamientos a lugares menos expuestos, tanto en el sur- en un amplio radio alrededor de Gaza-, como en una extensa franja a lo largo de las fronteras con el Líbano y Siria, en una excepcionalmente alta migración interna.

    Israel no está preparado para conflictos prolongados y, a pesar de su sofisticado equipo militar, depende de concluir sus guerras de manera rápida y abrumadora. El problema es que ahora no puede. Hamás está demasiado arraigado y Hezbolá es demasiado fuerte. Ambos tienen su propio equipo militar bastante efectivo, a pesar de la ausencia de armas pesadas, marina y fuerza aérea, muy útil para la guerra asimétrica que ejecutan. Su estrategia ha sido hacer que las fuerzas aéreas y navales enemigas sean en gran medida inútiles contra ellos mediante una vasta y bien equipada red subterránea de túneles reforzados, sellados y bien defendidos. Su estrategia es el desgaste: prolongar el conflicto más tiempo del que los israelíes estén dispuestos o sean capaces de soportar.

    El 6 de noviembre, el londinense Financial Times publicó una investigación extraordinaria que rastreaba el devastador costo económico de la guerra de Israel en Gaza: su impacto repercutió en las finanzas personales, los mercados laborales, las empresas, las industrias y el propio gobierno israelí. Informa que la guerra ha afectado a “miles” de empresas, muchas de ellas al borde del colapso, y con sectores enteros sumidos en una crisis sin precedentes.

    Los datos citados por la Oficina Central de Estadísticas de Israel revelan una realidad sombría: una de cada tres empresas ha cerrado o está operando al 20 por ciento de su capacidad desde que comenzó la Operación Diluvio de Al-Aqsa el 7 de octubre y abrió una brecha en la confianza nacional israelí. Más de la mitad de las empresas enfrentan pérdidas de ingresos que superan el 50 por ciento. Las regiones del sur, más cercanas a Gaza, son las más afectadas, con dos tercios de las empresas cerradas o funcionando «al mínimo». Para agravar la crisis, el Ministerio de Trabajo de Israel informa que 764 mil ciudadanos, cerca de una quinta parte de la fuerza laboral de Israel, están desempleados debido a evacuaciones, cierres de escuelas que exigen responsabilidades de cuidado de niños, o llamados a filas de tropas de la reserva.

    El costo en el comercio y el turismo de Israel

    El lunes 4 de diciembre, Bloomberg puso cifras del impacto económico de la beligerancia militar de Tel Aviv: la guerra de Gaza le ha costado a la economía israelí casi 14 mil millones de dólares hasta la fecha, con otros 260 millones de dólares en pérdidas adicionales cada día que pasa.

    A pesar de esta terrible situación, el Primer Ministro Benjamín Netanyahu, quien depende en gran medida del apoyo de facciones políticas ultra sionistas de derecha, persiste en asignar enormes sumas a proyectos no esenciales de la economía. Netanyahu ha destinado una cifra récord de 14 mil millones de shekels (tres mil 600 millones de dólares) en gastos para proyectos de los cinco partidos políticos que componen su gobierno de coalición, gran parte destinados a escuelas religiosas y al desarrollo de asentamientos judíos ilegales en la ocupada Cisjordania.

    En una amarga ironía, múltiples proyectos de construcción israelíes se han paralizado temporalmente porque dependían principalmente de la explotación de trabajadores palestinos. Los ultra – sionistas «no quieren tener trabajadores palestinos allí».

    El turismo, un salvavidas económico, ofrece poco respiro para Tel Aviv. Las cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) muestran que los viajes internacionales contribuyen apenas con el 2,8 por ciento del PIB de Israel y sustentan 230 mil puestos de trabajo, poco más del seis por ciento de la fuerza laboral total.

    A pesar de los persistentes esfuerzos a lo largo de 2023 para reactivar el turismo, en octubre se produjo una enorme caída del 76 por ciento con respecto a octubre de 2022. Los vuelos diarios del aeropuerto Ben Gurion cayeron de 500 a apenas 100. Sin un final a la vista para la guerra y con los propios colonos sionistas huyendo en masa, parece poco probable que Tel Aviv vuelva a convertirse en un popular destino de vacaciones a corto plazo.

    La guerra económica

    La catástrofe que se está desarrollando no pasa inadvertida para los economistas en Israel, 300 de los cuales, ya desde el 1 de noviembre, instaron a Netanyahu y sus ministros de finanzas a «entrar en razón», debido al «grave golpe que Israel había recibido».

    Creen que el cataclismo «requiere un cambio fundamental en las prioridades nacionales y una redistribución masiva de fondos para hacer frente a los daños de la guerra, la ayuda a las víctimas y la rehabilitación de la economía». En respuesta, el Primer Ministro se comprometió imprudentemente a crear una “economía armada”: “Mi orientación es clara: estamos abriendo los grifos, inyectando dinero a todos los que lo necesitan… Cualquiera que sea el precio económico que esta guerra nos imponga, lo pagaremos sin dudarlo… Derrotaremos al enemigo en la guerra militar y ganaremos la guerra económica también”.

    A pesar de tal grandilocuencia retórica, hay amplios indicios de que el Estado sionista está tan peligrosamente engañado acerca de su sostenibilidad económica como de su destreza militar. Los informes publicados por el “grupo de expertos” del Start-Up Nation Policy Institute (SNPI) de Tel Aviv revelan un panorama sombrío. Apenas dos semanas después de que estallara la inundación de Al-Aqsa, la organización publicó un estudio sobre los daños al sector de alta tecnología de Israel, que alguna vez fue una fuente de orgullo y alegría nacional, y un indicador de su prosperidad en general.

    Incluso en esa etapa inicial, el SNPI pronosticó una “crisis económica cuya fuerza aún se desconoce” rápidamente inminente, basándose en su encuesta. En total, el 80 por ciento de las empresas tecnológicas israelíes informaron daños resultantes del empeoramiento de la «situación de seguridad» del país, mientras que una cuarta parte registró «daños dobles, tanto en recursos humanos como en la obtención de capital de inversión».

    Más del 40 por ciento de las empresas de tecnología tuvo acuerdos de inversión retrasados o cancelados, y sólo el 10 por ciento “logró tener reuniones con inversores”. El informe concluye diciendo que: “La incertidumbre y la consiguiente decisión de muchos inversores de esperar debido a la situación actual golpea a un sistema económico que ya estaba en dificultades para recaudar capital, en parte debido a la inestabilidad política en vísperas de la guerra, combinada con la crisis mundial”.

    Otra razón del fracaso del sector tecnológico israelí, es la exposición de las vulnerabilidades reales o percibidas de los sistemas de guerra y vigilancia electrónica de Israel durante el ataque de Hamas del 7 de octubre.

    Ese informe concluyó que la operación de la resistencia palestina “probablemente conduciría a una disminución significativa en el prestigio del sector de ciberseguridad de Israel”, dado que representa un golpe grave y potencialmente terminal para la marca “Startup Nation”, que depende en gran medida de la ciberseguridad. Los acontecimientos posteriores han confirmado esta predicción.

    Fluctuaciones económicas “bruscas”

    Ya el 2 de noviembre, SNPI publicó un estudio adicional que investiga la resistencia económica histórica de Israel a las crisis de seguridad basándose en datos de “eventos de combate significativos de los últimos veinte años”, en particular la Operación Margen Protector de 2014.

    Si bien reconoció que los acontecimientos recientes habían suscitado “naturalmente grandes preocupaciones entre los inversores, socios y clientes extranjeros” de las empresas israelíes, el SNPI dibujó un panorama más optimista que antes, sugiriendo que Tel Aviv “ha demostrado su capacidad para superar crisis de este tipo en el pasado y…emerger más fuerte”.

    Este juicio alcista se basa en que el ataque a Gaza de 2014 costó sólo el 0,3 por ciento del PIB israelí, o alrededor de ocho mil millones de shekels (unos dos mil 157 millones de dólares) en dinero real. Además, ese esfuerzo militar no trastornó de manera duradera los mercados financieros ni causó “fluctuaciones bruscas” en la bolsa de valores de Tel Aviv a corto o largo plazo. El SNPI concluyó que, por lo tanto, se podría suponer el mismo nivel impacto, en la operación actual contra Gaza.

    Sin embargo, la escala sin precedentes de las operaciones, que obligó a la movilización de 360 mil soldados israelíes, además de la intensificación de las escaramuzas militares en el frente norte con Hezbolá del Líbano y la devastación económica duradera, desafían la aplicabilidad del escenario de 2014, cuando apenas cinco mil soldados fueron movilizados en una acción militar de las Fuerzas de Ocupación Israelí que duró sólo 49 días.

    Netanyahu, al menos retóricamente, da la apariencia de querer eliminar a Hamas y poner fin al gobierno del movimiento en Gaza, incluso si estos objetivos hasta ahora no se han logrado en absoluto. También hay indicios inequívocos de que Estados Unidos y Gran Bretaña están buscando un conflicto de poder prolongado y con consecuencias no sólo en Palestina, sino en toda Asia occidental. Esta impía trinidad puede estar a punto de aprender una lección insoportablemente dolorosa sobre los verdaderos límites modernos de su poder.

    La Operación Diluvio de Al-Aqsa ha logrado provocar una reacción enorme, desafiando las medidas de seguridad establecidas y potencialmente señalando el comienzo de un desmoronamiento mayor del proyecto sionista. Los riesgos para Israel nunca han sido tan grandes. La economía colonial de Tel Aviv, que depende de la subyugación de los palestinos, puede estar enfrentando un futuro precario.

    Las fuerzas de resistencia de los palestinos y sus aliados han planeado una confrontación de duración ilimitada, mientras que Israel sólo puede acometer ataques cortos, masivos, diseñados para una victoria rápida, que en este caso es ilusoria.

    Esta es la razón principal por la que han elegido el genocidio como táctica. Por eso vemos fotos de Gaza que nos recuerdan a Stalingrado. Razonan que las muertes masivas y horribles de palestinos civiles vulnerables, principalmente mujeres y niños, obligarán a Hamás, Hezbolá y sus aliados a correr riesgos y exponerse. Pero el genocidio no está funcionando. Y cuando no es así, la respuesta de Israel es utilizar más genocidio.

    Gaza carece en gran medida de alimentos, medicinas, electricidad, combustible o agua potable. Israel está tratando de obligar a una población en pánico a irse o morir. Si se van, es al Sinaí, para no volver jamás a su propio país. Eso le conviene a Israel, pero no a Egipto, que ha ayudado poco a los palestinos, más allá del ámbito verbal.

    Por eso Israel está recurriendo a bombardear hospitales, escuelas, mezquitas e incluso las pocas iglesias de la pequeña comunidad cristiana que abrieron sus puertas a sus hermanos y hermanas musulmanes que buscaban refugio. La estrategia israelí parece ser que cuando las imágenes de demacrados esqueletos vivientes de niños y montones de cadáveres comiencen a estimarse en cientos de miles, o más, los combatientes se desesperarán y/o la comunidad internacional obligará a Egipto a abrir sus puertas. .

    La estrategia podría resultar contraproducente. La comunidad internacional podría horrorizarse tanto que ninguna “Hasbará” (medios de comunicación amigos del sionismo y en sentido más general de Israel) cubrirá crímenes tan sórdidos y mezquinos. En cambio, sus aliados más acérrimos podrían verse obligados a abandonarlos, y otras potencias podrían entrar en la contienda del lado de los palestinos. En ese momento, las consecuencias se vuelven impredecibles. Millones de personas asisten a manifestaciones que ya están ocurriendo crecientemente en todo el mundo. Al menos una voz prominente en Israel ha sugerido la opción nuclear (1).

    La crisis de Gaza aún no ha terminado, creo incluso que está lejos de terminar. Las cosas podrían cambiar muy rápidamente, puede ser que para bien, pero mucho más probablemente para mal. Si en el Congreso de los Estados Unidos, no se aprueba el “paquete de ayuda” de nada más y nada menos 14 mil 600 millones de dólares, le economía israelí tendrá retos de extraordinarias dimensiones que enfrentar (continuará).

    rmh/jro
    Nota
    1. El ministro de Patrimonio, Amihai Eliyahu, dijo durante una entrevista radiofónica que la opción nuclear sería “una forma” de tratar con Gaza, lo cual implicó que Israel no sólo está en posesión de armas nucleares (algo que ese país nunca ha admitido oficialmente), sino que también está dispuesto a utilizarlas. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, suspendió el domingo a ese ministro, miembro de un partido de extrema derecha en el gobierno de coalición, de las reuniones del gabinete “hasta nuevo aviso”. No porque no sea verdad, sino por decirlo en público, claro está.

    Potenciales consecuencias de la crisis en la Franja de Gaza (II fin)

    Connecticut, EEUU. (Prensa Latina) La crisis enorme de Gaza, la descomunal mortandad de civiles, mujeres, niños, no permitirá se restauración cuando todo termine, el status quo ante. Por más que Israel, Estados Unidos y otras potencias capitalistas (e incluso estados árabes reaccionarios) no lo quieran, surgirá un Estado Palestino soberano en Palestina, junto con Israel. El Medio Oriente ya no será igual después que termine la hecatombe.

    La política exterior de Israel vis a vis Arabia Saudí, Jordania, Egipto y otros estados de población musulmana o no, sufriendo sus peores retos

    Un ejemplo, en el que quiero extenderme un poco (por ser de los menos mencionados) es Jordania que está atravesando lo que parece ser la discrepancia diplomática más grave con Israel desde que los dos países establecieron relaciones formales en 1994.

    Ammán ha anunciado que planea reforzar su presencia militar a lo largo de su extensa frontera con Israel para frustrar cualquier plan de expulsar a los palestinos de la Cisjordania ocupada hacia Jordania.

    La monarquía recurriría a “todos los medios disponibles para evitar que tal escenario se convierta en realidad”, dijo el primer ministro jordano, Bisher Khasawneh, al canal de televisión saudita Al Arabiya: «Producir las condiciones que conducirían a un desplazamiento forzoso por parte de Israel equivale a declararnos la guerra, ya que constituye una violación material del acuerdo de paz», sentenció Khasawneh.

    El jefe del gobierno jordano subrayó que el acuerdo de normalización firmado con Israel hace 29 años quedaría reducido a “un documento en un estante polvoriento” si Tel Aviv no respeta su contenido.

    Israel y Jordania normalizaron formalmente sus relaciones con el acuerdo de Wadi Araba en 1994, a pesar de que no se restablecieron los derechos palestinos ni se puso fin a la ocupación militar israelí de Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental, y la Franja de Gaza.

    Otra Nakba

    La expulsión forzosa de palestinos a la vecina Jordania constituiría otra Nakba, repitiendo la catástrofe de 1948, cuando las milicias sionistas limpiaron étnicamente a unos 800 mil palestinos de sus tierras. Muchos de ellos huyeron a Jordania.

    En 1967, cuando Israel invadió y conquistó Cisjordania, cientos de miles de palestinos más fueron obligados a marcharse al este del río Jordán.

    Los líderes jordanos temen que Israel quiera hacer realidad los planes sionistas de larga data de convertir a Jordania en una “patria alternativa” para los palestinos, alterando así el actual orden político del país.

    Una parte importante de la población de Jordania es de origen palestino. Más de dos millones de ellos tienen estatus oficial de refugiados. La mayoría posee la ciudadanía jordana.

    En los últimos años, el gobierno jordano ha sido criticado por revocar arbitrariamente la nacionalidad jordana a miles de ciudadanos de origen palestino como parte de un esfuerzo por mantener identidades jordanas y palestinas separadas y distintas.

    El profesor de la Universidad de Columbia, Joseph Massad, describió esto como “una política intencionada de jordanización y despalestinización ” en su libro sobre la formación de la identidad jordana, “Colonial Effects”.

    Un ex ministro del gobierno que también fue el primer embajador de Jordania en Israel lo expresó sucintamente en un artículo reciente: “La decisión de no admitir a más palestinos en el país proviene de dos direcciones: el establishment beduino que no desea una mayor dilución de la identidad jordana y una posición oficial y pública que no quiere un Estado palestino fuera del suelo palestino, y ciertamente no en Jordania”,

    Se descarta acuerdo sobre agua por energía

    El ministro de Asuntos Exteriores de Jordania, Ayman Safadi, declaró la semana pasada que el país se estaba retirando de un acuerdo que le habría permitido enviar electricidad generada por energía solar a Israel a cambio de agua desalinizada. “No lo firmaremos», dijo Safadi a Al Jazeera la semana pasada. “¿Se imaginan a un ministro jordano sentado junto a un ministro israelí para firmar un acuerdo sobre agua y electricidad, mientras Israel continúa matando niños en Gaza?», se preguntó.

    Los dos países firmaron hace dos años un memorando de entendimiento sobre el arreglo junto con los Emiratos Árabes Unidos. Miles de personas protestaron contra el tratado en Ammán tras su anuncio, donde las fuerzas de seguridad jordanas golpearon y arrestaron a manifestantes. Pide la construcción de una granja solar financiada por los Emiratos en suelo jordano para proporcionar electricidad a Israel. A cambio, Israel estudiaría construir una planta desalinizadora en la costa mediterránea para suministrar agua a Jordania.

    El convenio, que se suponía sería ratificado el mes pasado, parecía motivado más por un esfuerzo político para alinear firmemente a Jordania dentro de los llamados Acuerdos de Abraham, que por algún beneficio práctico.

    El único ganador, políticamente hablando, habría sido Israel.

    Si bien Safadi citó el ataque de Israel a Gaza como la razón por la que Ammán no firmó el acuerdo, no dijo si Jordania podría aceptar regresar a él si se logra un alto el fuego duradero entre Israel y Hamas y señaló que el tratado de paz entre Jordania e Israel de 1994 era “parte de un esfuerzo árabe más amplio para establecer una solución de dos Estados. Eso no se ha logrado e Israel no ha cumplido su parte del acuerdo. Así que el acuerdo de paz tendrá que permanecer en un segundo plano acumulando polvo por ahora”.

    El rey Abdullah de Jordania escribió un artículo de opinión en The Washington Post este mes, enfatizando una vez más la moribunda solución de dos Estados.

    En medio de un apoyo cada vez menor entre los palestinos a la monarquía jordana, los llamados a una solución de dos Estados son un ritual que nunca van acompañados de alguna acción internacional seria para lograrlo. Se cree ampliamente que la agresiva colonización israelí de la Cisjordania ocupada, incluida Jerusalén Oriental, ha hecho que el plan sea poco practicable y cada vez más injusto. El problema es que no se observan mejores opciones.

    Si bien el rey Abdullah critica la continua expansión de los asentamientos coloniales por parte de Israel ofrece una perspectiva sombría sobre soluciones alternativas.

    «Las acciones unilaterales de Israel han socavado el proceso de paz y han desacatado los acuerdos de Oslo, que prometían una solución de paz y seguridad de dos Estados para ambas partes», escribe. “¿Existen alternativas realistas a una solución de dos Estados? Es difícil imaginar algo” .

    Jordania está permitiendo que Estados Unidos estacione fuerzas militares adicionales en su territorio como lo que parece ser parte del refuerzo militar estadounidense ordenado por el presidente Joe Biden para el Medio Oriente durante la guerra genocida de Israel en Gaza.

    Si bien la cancelación por parte de Jordania del acuerdo de canje de agua por energía con Israel fue bien recibida por su población, es poco probable que esto satisfaga las demandas del pueblo y del parlamento en Ammán de que Jordania muestre más solidaridad con los palestinos.

    Otro de los problemas es que los palestinos no favorecen a una monarquía, el rey de Jordania es realmente el rey de los beduinos jordanos, no de toda la población, y los palestinos son mucho más educados, progresistas y económicamente exitosos que el componente beduino en el que se basa la monarquía hachemita.

    El impacto en las relaciones entre Israel y países pro- occidentales como Marruecos, Egipto y Arabia Saudita.

    En marzo de 2023, Arabia Saudita buscaba el apoyo de Estados Unidos como premio por establecer relaciones normalizadas con Israel. Estos “favores” incluían asistencia para desarrollar un programa nuclear civil, obtener más ventas de armas estadounidenses de alta sofisticación y otras garantías de seguridad. La noticia de la propuesta se conoció horas antes de que se anunciara que una ruptura diplomática de siete años entre Arabia Saudita e Irán terminaría tras un acuerdo facilitado por China. En septiembre de 2023, el ministro de Turismo israelí, Haim Katz, asistió a una conferencia de la ONU en Arabia Saudita, la primera visita ministerial israelí a ese país y sostuvo negociaciones con líderes saudíes. Pero en octubre de 2023, tras el estallido de la guerra entre Israel y Hamás y las subsecuentes masacres de palestinos civiles, Riad detuvo las negociaciones. El apoyar a Israel en el contexto actual puede tener un impacto desastroso dentro de su propio país para la monarquía saudí.

    Es bien conocido el antagonismo entre Saudí Arabia e Irán, ya que el derrocamiento revolucionario del Shah es anatema para la familia real saudí, que ve en ese ejemplo lo que les puede suceder a ellos. En otras palabras Saudí Arabia se posiciona del lado de los Estados Unidos e Israel tanto en el enfrentamiento de las posiciones de Turkiye, y principalmente en eliminar la influencia iraní en la región medio oriental sobre todo con los sectores chiitas de la población, particularmente poderosos en Yemen e Irak. Pero ponerse abiertamente del lado de Israel después de la matanza en Gaza es políticamente imposible, casi un problema existencial para la familia real de Riad.

    Con respecto a Marruecos, las relaciones con Israel se basan en el reconocimiento de la entidad sionista, de la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental. Lo que implica que Israel ha abandonado toda esperanza de mejorar sus relaciones con Argelia. A pesar de ello, la matanza de palestinos ha traído como consecuencia que Marruecos no apoye, al menos en público, las acciones israelíes.

    Egipto teme mucho un ingreso masivo de palestinos de Gaza en el Sinaí nororiental, que es territorio palestino anexado por El Cairo. Al igual que en Jordania, los líderes reaccionarios y pro occidentales egipcios temen la influencia revolucionaria de los palestinos en su territorio y se ven obligados a defender una solución que implique dos estados en Palestina.

    Esa es la tónica en toda la región, fuera de Siria y los revolucionarios yemeníes, que apoyan sinceramente la causa palestina. Los gobiernos reaccionarios, monárquico– medievales de la región temen a los palestinos como vectores de ideologías indeseables para ellos. Pero no pueden proclamarlo abiertamente, ya que sus propios pueblos “les pasarían la cuenta”.

    Las “supuestas asperezas” de mentiritas, en las relaciones Estados Unidos- Israel. Algo que Israel no puede permitirse.

    Tras la operación Diluvio de Al – Aqsa el 7 de octubre pasado, Estados Unidos comenzó a enviar buques de guerra y aviones militares al Mediterráneo oriental, afirmando que Israel recibiría «todo lo que necesitara» para apoyar una contraofensiva contra la Franja de Gaza gobernada por Hamás. También prometió más ayuda militar a Israel. El 20 de octubre, el presidente Biden anunció que había solicitado al Congreso 14 mil 600 millones de dólares en ayuda adicional.

    El 27 de octubre, Estados Unidos se puso del lado de Israel al rechazar la resolución no vinculante aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, que pedía un alto el fuego humanitario en la actual guerra entre Israel y Hamas para permitir que la ayuda llegara a Gaza. Una semana antes de la resolución de la Asamblea General, Estados Unidos ejerció su poder de veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para derogar una resolución similar. El 8 de diciembre, Estados Unidos se vio forzado a vetar, de la forma más escandalosa otra resolución de alto el fuego del Consejo de Seguridad de la ONU, cuando todos los demás miembros la habían apoyado y el Reino Unido se había abstenido. Estados Unidos ha sido fuertemente criticado por líderes internacionales, organizaciones de derechos humanos y funcionarios de la ONU por vetar la resolución y por no poner fin a los combates que han matado a más de 17mil 400 palestinos.

    Desde su fundación en 1948, Israel ha recibido 158 mil millones de dólares en ayuda militar de Estados Unidos, lo que lo convierte en su mayor receptor en la historia. El pasado 20 de octubre, Biden anunció que el fondo adicional pedido al Congreso para que lo autorice ascendería a un total de 14 mil 600 millones de dólares. Estados Unidos es por ende cómplice del genocidio cometido por Israel contra los palestinos.

    Aunque Washington ha pedido a Israel que proteja a los civiles y permita la ayuda humanitaria, el secretario de Estado, Antony Blinken, reconoció que existe «una brecha» entre estos llamamientos y «los resultados reales que estamos viendo sobre el terreno». Estados Unidos no ha utilizado toda su influencia sobre Israel (sus transferencias de armas y apoyo diplomático) para garantizar la vida de los civiles palestinos, lo que llevó al Washington Post a describir la retórica estadounidense como un «enfoque de policía bueno y policía malo».

    Estados Unidos va a seguir “exigiendo” a Israel la “protección a las vidas” de los civiles palestinos y quizás en el futuro la creación de un Estado Palestino real, independiente y soberano, pero sin duda alguna el principal sostén del régimen colonial sionista de judíos europeos blancos enclavado en el Medio Oriente, son los EEUU., como Israel es su principal aliado y gendarme regional.

    La agresión israelí contra la Franja de Gaza, además de ser un desastre humanitario de primera magnitud, ha traído serias secuelas en la economía y vida social de Israel, y un inmenso perjuicio en sus relaciones internacionales, que han retrocedido a los niveles más bajos desde los Acuerdos de Paz de Camp David. Por todo ello, podemos afirmar categóricamente, que Israel está perdiendo la guerra de Gaza y que es inevitable, relativamente a corto plazo, la formación de un estado palestino independiente y soberano, anatema para los halcones de la ultraderecha sionista.

    Algo es seguro, la estructura de relaciones políticas en el Medio Oriente, los progresos que había obtenido Israel en sus relaciones con estados árabes pro-occidentales y sus propias relaciones con la Unión Europea y los Estados Unidos ya no serán iguales. Se ha producido un auge del anti-sionismo a nivel mundial y dentro del propio Israel se ha creado una fractura social entre los ultra reaccionarios del bando de Netanyahu y los grupos aliados con él y el resto del pueblo israelí, que quiere paz y progreso. (fin)

    *Ingeniero cubano residente en Estados Unidos (Tomado de Firmas Selectas)

    #consecuencias #enfrentamiento #especial #gaza #Israel #Palestina #EEUU #Hamás #CrímenesDeGuerra #genocidio

  • Lo que la guerra de Gaza revela sobre el nuevo orden mundial

    Etiquetas : Palestina, Gaza, Hamás, Israel, nuevo orden mundial, Rusia, China, Irán,

    La guerra entre Israel y Hamás, dos meses después: ¿qué nos está diciendo acerca del nuevo orden mundial?

    Jamie Shea*

    Tras dos extensiones de la pausa humanitaria, existían grandes esperanzas de que el alto el fuego pudiera prolongarse aún más. La pausa benefició sin duda a ambas partes, con más de 100 rehenes israelíes y extranjeros liberados, y 230 palestinos. Permitió la entrega de ayuda tan necesaria a Gaza, pero tan solo siete días de alto el fuego no fueron suficientes para tener un impacto significativo o duradero en términos de alimentar a la población palestina, restablecer el suministro eléctrico o reponer medicamentos y equipos hospitalarios vitales. Hamás parece haber roto la tregua al negarse a liberar a todas las mujeres y niños tomados como rehenes, reiniciando sus ataques con cohetes. Sin embargo, Israel también dejó claro que la pausa sería efímera, ya que no estaba dispuesto a conformarse con la destrucción parcial de la organización militar de Hamás. No obstante, las circunstancias son distintas ahora. El Secretario de Estado de Estados Unidos, Anthony Blinken, ha instado a Israel a llevar a cabo un tipo diferente de campaña militar, estableciendo zonas de seguridad humanitaria antes de reanudar las operaciones y preservando infraestructuras críticas como redes eléctricas, carreteras, telecomunicaciones y hospitales. ¿Seguirá Israel esta advertencia y llevará a cabo una campaña militar más selectiva, o considerará que cualquier cosa relacionada de alguna manera con Hamás puede ser un objetivo militar legítimo?

    Muchos en la comunidad de seguridad israelí, no solo en la extrema derecha del establecimiento político, temían que Hamás aprovechara la tregua para reagruparse y rearmarse, y que Israel perdiera impulso en su campaña para erradicar a Hamás. Tel Aviv ya está viendo que la iniciativa ha pasado a manos de Hamás, que ha obligado a los israelíes a negociar sobre los rehenes y está utilizando las negociaciones también para asegurar la liberación de tres veces más detenidos palestinos. Mientras los israelíes intentan continuar sus operaciones militares mostrando más preocupación por las vidas de los civiles palestinos, están concentrando a la población desplazada en un pequeño rincón del sur de Gaza, lo que podría proteger a las personas de las balas y los ataques aéreos, pero sin duda las expondrá a enfermedades y falta de saneamiento. Cualquier cosa que no sea una victoria absoluta para Israel crearía el temor de que Hamás atacaría nuevamente, como ha prometido hacer dado su compromiso con la destrucción de Israel. Aunque el Primer Ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, prometió reiniciar la operación militar tan pronto como termine la tregua temporal, cuanto más dure, más presión sufrirá Israel, incluida la de sus aliados en Estados Unidos y Europa, para detenerse, declarar la victoria debilitando a Hamás, si no eliminándolo, y retirar sus fuerzas que actualmente ocupan el norte de Gaza. Esto representaría una victoria pírrica para Israel y una gran victoria propagandística para Hamás, ya que seguiría muy activo.

    Dos meses después del inicio de la guerra, la hipótesis de volver a la normalidad parece la más probable.

    Reiniciar la pausa humanitaria en una etapa posterior puede ser aún más difícil que antes después de una nueva ronda de combates, y si Hamás exige que Israel libere a combatientes palestinos en lugar de mujeres y niños. Hamás sin duda exigirá un precio muy alto por la liberación de los soldados israelíes, tanto hombres como mujeres, capturados el 7 de octubre. En 2011, los israelíes se vieron obligados a liberar a 1,027 prisioneros palestinos para liberar a un solo sargento israelí, Gilad Shalit, que había estado detenido en Gaza durante cinco años por las Brigadas Al-Qassam. Un factor adicional es que Israel parece carecer de un plan de guerra y una estrategia de salida. ¿Qué significa exactamente la eliminación de Hamás, dado que no es un ejército organizado con liderazgo en Gaza, sino un grupo dispar de simpatizantes y seguidores que se extienden profundamente en la población palestina? Un grupo que también organiza servicios sociales además de entrenar a sus milicias para atacar a Israel. O, en realidad, ¿está adoptando Israel una estrategia mucho más realista de degradar las estructuras de mando y los arsenales de armas y misiles de Hamás, destruir su complejo de túneles, así como matar a un número significativo de sus comandantes militares? Esto al menos haría mucho más difícil que Hamás montara un ataque importante contra Israel en el futuro. El factor complicador aquí es que muchos de los que se desataron contra Israel el 7 de octubre no eran miembros de Hamás, sino de otros grupos radicales, como la Yihad Islámica o las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa, o de pandillas criminales o simplemente individuos que aprovecharon la brecha en el muro de defensa de Israel. Así que, el problema para Israel es cuánta seguridad permanente desea lograr y cuánto riesgo y amenaza está dispuesto a tolerar.

    Otra cuestión concierne al futuro de Gaza. Si Israel no desea mantener una ocupación militar a largo plazo en Gaza con una población palestina resentida y acosos constantes de Hamás y otros grupos, ¿quién administrará el territorio si Hamás ya no está a cargo? Ha habido diversas sugerencias de poner el territorio bajo administración de la ONU, establecer la Autoridad Palestina o contar con una fuerza de paz árabe; pero ninguna de estas fórmulas suena especialmente convincente. Mucho más adelante en el camino diplomático está la cuestión de cómo llevar a Israel y a los palestinos nuevamente a la mesa de negociaciones para trabajar hacia la solución de los dos estados. Paradójicamente, la guerra actual en Gaza ha subrayado que no hay alternativa a la creación de un estado palestino separado, pero también ha convencido aún más a los israelíes de que son odiados por los palestinos y de que no tienen posibilidad o interés en tratar de alcanzar un acuerdo político con ellos. En última instancia, esta crisis podría conducir con el tiempo a un renovado interés israelí en las negociaciones. Sin embargo, primero el polvo tendrá que asentarse; deberá surgir un nuevo gobierno israelí más centrista y moderado; y nuevos líderes políticos, comandantes militares, diplomáticos e inteligencia reemplazarán a aquellos desacreditados tras la investigación de las circunstancias de los eventos del 7 de octubre, que Israel llevará a cabo. Además, un tercer país deberá ofrecer sus buenos servicios, como Noruega lo hizo al negociar los Acuerdos de Oslo en la década de 1990, para iniciar un diálogo informal de segundo nivel que reúna a ambas partes y construya confianza discretamente entre bastidores.

    Sin embargo, mientras Israel, y el resto de nosotros, reflexionamos sobre las posibles respuestas a estas difíciles preguntas, surge una pregunta más grande: ¿será esta guerra en Gaza transformadora? En otras palabras, ¿cambiará el orden internacional y la forma en que funciona, dando lugar a nuevas alineaciones o líneas de fractura internacionales y conflictos potenciales? Podemos pensar en este sentido en los ataques terroristas del 11 de septiembre contra Estados Unidos o en la anexión ilegal de Crimea por parte de Putin en marzo de 2014. El primero llevó a la ‘Guerra Global contra el Terrorismo’ en Afganistán e Irak y el segundo llevó al fortalecimiento tanto de la OTAN como de la Unión Europea. Alternativamente, y a pesar del intenso enfoque mediático en Gaza desde el 7 de octubre, una vez que el conflicto se calme, al menos por ahora, ¿volverá el Medio Oriente a la « normalidad » con el paisaje estratégico apenas moviéndose? Como dijo el historiador inglés A.J.P. Taylor de manera memorable sobre las revoluciones de 1848: « La historia alcanzó un punto de inflexión y no logró girar ».

    Dos meses en la guerra, la hipótesis de volver a la normalidad parece la más probable. Hamás sin duda seguirá estando presente de alguna manera, incluso si su liderazgo está fuera de Gaza; gran parte de él ya vive en Doha con el apoyo del gobierno de Qatar. Israel seguirá enfrentándose al enfrentamiento entre los palestinos en Cisjordania y los 200,000 colonos que abogan por que Israel tome más territorio de las aldeas palestinas locales e incorpore más de Cisjordania a Israel. Esta semana, increíblemente, el gobierno de Netanyahu asignó otros $42 millones para el desarrollo de nuevos asentamientos en Cisjordania. Irán seguirá oponiéndose implacablemente a Israel y financiará, armará y entrenará a todas las milicias antiisraelíes, desde Hamás y la Yihad Islámica hasta Hezbollah, los huthis en Yemen y la mezcla de grupos islamistas en Siria. El programa nuclear iraní continuará avanzando, enfrentando a Israel con una amenaza existencial y, tarde o temprano, la decisión de atacar las instalaciones nucleares iraníes o depender de otra ronda de diplomacia internacional. Dentro de Israel mismo, el actual espíritu de unidad nacional generado por la repulsión al ataque de Hamás el 7 de octubre sin duda dará paso a un retorno a la profunda polarización entre izquierda y derecha, palomas y halcones, que llevó a las masivas manifestaciones contra el gobierno de Netanyahu durante la primavera y el verano. Las palomas llegarán a la conclusión de que debe haber un retorno al diálogo con los palestinos y un proceso político regional, mientras que la derecha insistirá en la solución de ‘seguridad total’, creyendo que más muros y vallas y una represión aún más estricta de todas las formas de resistencia palestina o interferencia iraní son la única manera de garantizar la supervivencia de Israel. La derecha también intentará eliminar las restricciones institucionales a su libertad de acción, como la determinación del gobierno de revertir los poderes de la Corte Suprema, y la izquierda vinculará la solución de dos estados a la capacidad de Israel para sobrevivir como un estado judío y una democracia parlamentaria. Esto se debe a que la solución de un solo estado implicaría la dominación permanente de la minoría (judíos) sobre una mayoría cada vez más grande (árabes israelíes y palestinos). A medida que el polvo se asiente, podríamos volver diplomáticamente a la antigua síndrome de la participación ocasional de Estados Unidos y Europa en el Proceso de Paz del Medio Oriente seguida de períodos de estancamiento e desesperanza, ya que todos ven solo obstáculos y parálisis y tenemos menos ideas sobre cómo superarlos. Mientras tanto, después de una pausa, Israel volverá a su política de buscar normalizar sus relaciones con sus vecinos, por ejemplo, a través de los Acuerdos de Abraham mediados por Estados Unidos, y mejorar relaciones con sus críticos, pero importantes socios comerciales e inversores, como Turquía, Rusia y China.

    Sin embargo, incluso si la guerra en Gaza no resulta ser transformadora, a pesar de la cobertura mediática constante que ha recibido durante casi dos meses, ha subrayado algunas lecciones estratégicas importantes que los diplomáticos y los funcionarios de seguridad nacional deben reflexionar.

    Las democracias occidentales necesitan utilizar Gaza para aclarar el alcance preciso del derecho internacional y ser rigurosas al juzgar las afirmaciones de ambas partes.

    El primer aspecto se refiere a las suposiciones. La mayoría de los responsables políticos formulan teorías o puntos de vista sobre el mundo y el comportamiento de sus socios y adversarios que, si no se desafían o desacreditan rápidamente, se integran de manera sólida en su ADN intelectual, a menudo con consecuencias desastrosas cuando resulta que las suposiciones son incorrectas, pero es demasiado tarde para que los líderes y comandantes militares reaccionen o cambien de rumbo lo suficientemente rápido como para evitar lo peor. El ataque de octubre de Hamas ha sido señalado como un fracaso catastrófico de inteligencia por parte de Israel, lo cual es aún más sorprendente dado que Gaza es un espacio pequeño que las agencias de inteligencia israelíes, el Mossad y Shin Bet, siempre vigilaban de cerca, con abundantes recursos tecnológicos y humanos. Incluso un reciente video transmitido por la BBC muestra a combatientes de Hamas entrenando a la vista para un ataque del 7 de octubre en un falso kibutz israelí ubicado a menos de un kilómetro de la frontera norte de Gaza con Israel. Este ejercicio de entrenamiento tuvo lugar en 2021, pero guarda un parecido asombroso con el ataque real que Hamas llevó a cabo en octubre pasado. Entonces, si todas las señales de advertencia estaban ahí, ¿por qué no se actuó?

    Aquí llegamos a las suposiciones, que es el arte de minimizar o desestimar ciertas señales o evidencias porque se considera que otros factores son más importantes o decisivos en el análisis final. En este caso, la visión dentro de la comunidad de defensa de Israel de que, a pesar de su retórica antiisraelí y su historial de violencia, Hamas estaba demasiado comprometido con la línea vital económica y energética de Israel hacia Gaza como para desafiar el statu quo. Lanzaría ocasionalmente cohetes Katyusha contra Sderot o Ashkelon, pero no llevaría a cabo una invasión a gran escala que atrajera la ira de Israel. Creyendo que el statu quo y la valla electrónica de alta tecnología a lo largo de la frontera con Gaza se mantendrían, Tel Aviv reubicó a algunas de sus fuerzas de control fronterizo en Cisjordania, donde la militancia palestina estaba aumentando en Jenin y Hebrón. Los colonos también estaban exigiendo más protección de las fuerzas de defensa israelíes. Entonces, las malas suposiciones a menudo son enemigas de una buena inteligencia. Al igual que los bancos, las suposiciones deben someterse a pruebas de estrés más regulares y rigurosas. ¿Cuáles son los factores clave que sustentan una suposición? ¿Cuántos deben cambiar y de qué manera para que una suposición sea sospechosa o pierda su validez por completo? ¿Estamos seguros de que estamos midiendo estos factores clave de manera precisa y objetiva? Es la buena inteligencia, evaluada adecuadamente, la que debería guiar las suposiciones y no al revés. La experiencia israelí es un recordatorio oportuno para todos los estados miembros de la OTAN y otros que intentan mantener la paz frente a competidores militares, de reunir periódicamente a sus agencias de inteligencia, funcionarios de seguridad nacional y expertos académicos para identificar las suposiciones subyacentes en las políticas exteriores y de seguridad y cuestionar rigurosamente su validez. La OTAN habría hecho bien en hacer esto antes de que Rusia anexara Crimea en 2014 y los Estados Unidos en examinar más a fondo las actividades de los terroristas yihadistas antes de 2001.

    Una segunda lección se refiere a la radicalización. Solía ser una palabra que aparecía en casi cada artículo sobre seguridad internacional hace 20 años, después de los ataques del 11 de septiembre. Pero hoy en día no nos centramos mucho en la amenaza terrorista en Occidente, ya que las rivalidades de grandes potencias y los esfuerzos por apoyar a los socios para resistir la agresión externa dominan el debate. Las principales amenazas terroristas parecen haberse trasladado a África o persistir en lugares más tradicionales como Iraq, Pakistán o Afganistán, ya que las redes yihadistas priorizan atacar objetivos locales en lugar de los Estados Unidos o las principales potencias europeas. Sin embargo, sabemos por la historia reciente que el conflicto israelí-palestino es el principal impulsor de la radicalización y el reclutamiento en células terroristas en Europa y en otras partes del mundo. Cuanto más tiempo continúe la guerra en Gaza con imágenes de muerte y destrucción de civiles en la televisión, es más probable que algunos de los participantes en las grandes manifestaciones pro-palestinas en las ciudades de Europa y América del Norte se radicalicen y recurran a formas más violentas de protesta. Ya no hay un califato en el norte de Iraq y Siria para atraer a estos aspirantes a combatientes extranjeros, y no serán bienvenidos en Mali, Burkina Faso y Chad, incluso si pudieran viajar allí. Por lo tanto, es más probable que ataquen objetivos en sus propios países. En consecuencia, los países occidentales no solo tienen un interés humanitario en poner fin a la guerra en Gaza lo antes posible, sino también un interés de autoseguridad.

    Finalmente, ¿qué nos dice la guerra entre Israel y Hamás sobre el nuevo orden mundial? Es una interesante combinación de lo antiguo y lo nuevo. Estados Unidos ha vuelto a emerger como el actor único más importante, o citando a la ex Secretaria de Estado de EE. UU., Madeleine Albright, « la nación indispensable ». El actual Secretario de Estado, Antony Blinken, ha realizado cuatro viajes a la región, asegurando a los traumatizados israelíes que Washington está con ellos, al mismo tiempo que recorre los estados árabes clave para construir una coalición diplomática que impulse a Israel a abrir la frontera de Gaza para suministros humanitarios vitales y aceptar una pausa en su campaña militar. Aunque Qatar ha recibido elogios por su mediación en la liberación de un número limitado de rehenes israelíes y extranjeros, está claro que Estados Unidos, y el presidente Biden personalmente, han llevado a cabo gran parte del trabajo para garantizar una pausa, lograr que sea aceptada y evitar que los acuerdos entre Israel y Hamás se desmoronen en el último momento. Como garante de la seguridad de Israel y sus suministros de armas en crisis y guerra, Estados Unidos es único en tener influencia en ambos lados de la balanza. La Unión Europea, en cambio, se ha visto obstaculizada por divisiones internas, falta de confianza y credibilidad en el lado israelí, y la incapacidad para convertir lo que aporta en el ámbito humanitario, por ejemplo, siendo el mayor financiador de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (UNRWA), en una influencia política efectiva. Hasta aquí, mucho sigue el paradigma conocido.

    Sin embargo, también estamos presenciando cosas nuevas. China ha presidido una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Gaza y ha propuesto mediar. Fue el primero de los cinco miembros permanentes en hospedar el Grupo de Contacto Árabe, creado para dar a los estados árabes una voz unida en la diplomacia del Medio Oriente. En lugar de simplemente criticar desde la distancia, los estados árabes han estado activamente involucrados en la diplomacia internacional desde el principio, y no solo Qatar mediando hábilmente entre Israel y Hamás para la liberación de los rehenes y prisioneros. Arabia Saudita ha sido anfitriona de ASEAN, una reunión conjunta de la Liga Árabe y la Organización para la Cooperación Islámica. Jordania y Egipto también han sido anfitriones de reuniones internacionales que involucran a la ONU y a europeos y estadounidenses en un esfuerzo por construir puentes entre Oriente y Occidente. Estos esfuerzos han facilitado la entrega rápida de ayuda humanitaria a gran escala a Gaza, incluso si, hasta ahora, no han trazado un plan a largo plazo para el futuro de Gaza ni un nuevo proceso de paz en el Medio Oriente. Incluso Sudáfrica, como actual presidente de BRICS, ha intervenido en la crisis organizando una cumbre virtual de BRICS. Rusia, a menudo en el centro de conflictos y crisis mientras busca debilitar Occidente, expandir su influencia y anotar puntos de propaganda, ha mantenido un perfil curiosamente bajo, como si tuviera cuidado de no alienar ni a Israel ni a sus socios árabes. Lo que estamos viendo, por lo tanto, es la realidad del nuevo mundo multipolar en el que el éxito va para los diplomáticos más hábiles capaces de construir las coaliciones más amplias a través de regiones y diferentes agrupaciones regionales. La administración Biden, que intentó dividir el mundo de manera demasiado simplista entre democracias y autoritarismos, parece haberse dado cuenta de su error y está dispuesta a trabajar pragmáticamente con cualquiera que pueda ser útil, incluso si la cooperación se limita a este caso específico. El desafío para la búsqueda de la UE de ser un actor geopolítico es aprender a hacer lo mismo.

    A medida que los diplomáticos y los funcionarios de seguridad piensan en cómo pueden dar forma a un Medio Oriente más seguro después de la guerra en Gaza que antes, aquí al menos hay cinco lecciones hasta ahora en las que necesitan reflexionar mientras avanzan con la gestión inmediata de la crisis. Puede que surjan más en los próximos meses, pero estas cinco servirán para empezar.

    *Miembro Senior de Paz, Seguridad y Defensa en Amigos de Europa, y ex Subsecretario General Adjunto para Desafíos de Seguridad Emergentes en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

    Fuente : Friends of Europe, 02/12/2023

    #Israel #Gaza #Hamás #Palestina #nuevo #orden #mundial

  • ¿Qué significa la inclusión de la Unión Africana en el G20?

    Etiquetas : Unión Africana, G20, globalización, nuevo orden mundial,

    El Grupo de los 20 (G20) recientemente otorgó membresía permanente a la Unión Africana en su cumbre en Nueva Delhi. Este significativo gesto reconoce a los más de 50 países de África y sus aspiraciones de una mayor presencia en el escenario global.

    El año pasado, el presidente estadounidense Joe Biden expresó su apoyo a la membresía permanente de la Unión Africana en el G20, enfatizando que esta decisión debería haberse tomado hace mucho tiempo. El primer ministro indio, Narendra Modi, expresó su alegría al dar una cálida bienvenida al presidente de las Comoras, Azali Assoumani, quien actualmente preside la Unión Africana (UA), durante la cumbre del G20 organizada por la India. La felicidad de Modi fue evidente cuando saludó con un abrazo al presidente Assoumani.

    El presidente de Senegal, Macky Sall, anterior presidente de la UA, expresó sus felicitaciones a toda África por su logro al obtener la membresía, causa que apoyó activamente. Según la portavoz Ebba Kalondo, la UA lleva siete años abogando por su membresía plena. Sudáfrica ha sido el único miembro del bloque del G20 hasta ahora.

    Echemos un vistazo más de cerca a la UA y sus miembros, que tienen una importancia significativa en un mundo donde África desempeña un papel central en las discusiones sobre el cambio climático, la seguridad alimentaria, la migración y otras cuestiones apremiantes.

    ¿Cuáles son las implicaciones para África?

    La inclusión de un continente con una población joven de 1.300 millones de personas, que se prevé se duplicará para 2050 y representará una cuarta parte de la población mundial, como miembro permanente del G20 significa su creciente prominencia.

    Los 55 estados miembros de la Unión Africana, incluido el disputado Sáhara Occidental, han estado abogando por una participación significativa en organizaciones globales que históricamente han representado el orden mundial posterior a la Segunda Guerra Mundial, como el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

    Además, están abogando por reformas al sistema financiero global, que incluye instituciones como el Banco Mundial. Estas reformas tienen como objetivo abordar el problema de que los países africanos están sujetos a costos de endeudamiento más altos en comparación con otras naciones, exacerbando así su carga de deuda.

    África está atrayendo inversiones y atención política de una nueva ola de potencias globales, que se extiende más allá de Estados Unidos y los antiguos colonos europeos del continente: China tiene la distinción de ser el mayor socio comercial de África y uno de sus principales prestamistas; Rusia es el principal proveedor de armas; las naciones del golfo se han convertido en importantes inversores en el continente; Somalia alberga la mayor base militar y embajada de Turquía en el extranjero; e Israel e Irán están ampliando activamente sus esfuerzos para establecer asociaciones con otros países.

    Los líderes africanos han expresado su impaciencia ante la imagen del continente como una víctima pasiva de la guerra, el extremismo, el hambre y el desastre. Rechazan la idea de que África sea presionada a alinearse con una potencia global u otra. Hay personas que prefieren trabajar como intermediarios, como lo demuestran las iniciativas de paz africanas que siguieron a la invasión rusa de Ucrania.

    Otorgar membresía a la Unión Africana en el G20 es un paso significativo que reconoce al continente como una potencia global formidable.

    ¿Qué aporta la UA al G20?

    La UA, como miembro de pleno derecho del G20, tiene la capacidad de representar a un continente que cuenta con la zona de libre comercio más grande del mundo. África, a pesar de ser la que menos contribuye al cambio climático, se ve muy afectada por sus efectos. Además, el continente es abundantemente rico en los recursos necesarios para combatir este problema global.

    La inclusión de la Unión Africana también aumenta significativamente el número de economías representadas por el G20; este grupo ahora de 21 miembros representa a 100 países en forma de 19 países independientes y 82 países europeos y africanos a través de la Unión Europea y su último miembro permanente, la Unión Africana, respectivamente.

    El continente africano posee el 60% de los recursos energéticos renovables del mundo y más del 30% de los minerales que son cruciales para las tecnologías renovables y bajas en carbono. Según un informe reciente de las Naciones Unidas sobre el desarrollo económico de África, el Congo posee por sí solo casi la mitad del cobalto del mundo, un metal crucial para las baterías de iones de litio.

    Los líderes africanos están cada vez más cansados ​​de presenciar cómo entidades externas extraen los recursos del continente y cosechan los beneficios en otros lugares. Ahora están abogando por un mayor desarrollo industrial dentro de la propia África, con el objetivo de impulsar sus economías y maximizar las ventajas locales.

    Durante la Cumbre Climática de África inaugural esta semana, el presidente de Kenia, William Ruto, enfatizó la inmensa riqueza de África al considerar sus abundantes activos naturales. La reunión en Nairobi concluyó con una fuerte demanda de un trato justo por parte de las instituciones financieras, el cumplimiento del compromiso de los países ricos de proporcionar 100 mil millones de dólares anuales en financiamiento climático para las naciones en desarrollo y la implementación de un impuesto mundial sobre los combustibles fósiles.

    Puede resultar complicado encontrar una posición común entre los Estados miembros de la UA, que van desde potencias económicas como Nigeria y Etiopía hasta algunas de las naciones más pobres del mundo. Ha habido llamados persistentes de ciertos africanos para que la UA adopte un enfoque más asertivo al abordar golpes de estado y otras crisis.

    Según Ibrahim Assane Mayaki, ex primer ministro de Níger, y Daouda Sembene, ex director ejecutivo del Fondo Monetario Internacional, la rotación anual de la presidencia del organismo plantea un desafío para mantener la coherencia. Sostienen que para que África tenga un impacto en la toma de decisiones del G20, es crucial que el continente presente una voz unificada. Así se afirma en un artículo publicado en Project Syndicate este año.

    Los líderes africanos han demostrado su disposición a emprender acciones colectivas. Durante la pandemia de Covid-19, hubo un esfuerzo colectivo para denunciar el acaparamiento de vacunas por parte de las naciones ricas. Además, colaboraron para adquirir colectivamente una cantidad sustancial de suministros para el continente.

    Como miembro destacado del G20, las demandas de África tendrán mayor peso y no pueden pasarse por alto fácilmente.

    India y China compiten por el control

    China ocupa la posición de ser el mayor socio comercial de todo el continente africano, al mismo tiempo que ocupa el cuarto lugar entre las mayores fuentes de inversión internacional. Según datos gubernamentales de Beijing y Nueva Delhi, el comercio bilateral entre China y África alcanzó aproximadamente 282 mil millones de dólares en 2022. En el mismo período, el comercio entre India y África ascendió a casi 98 mil millones de dólares.

    En agosto, el grupo BRICS, formado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, hizo un anuncio en el que manifestaba su voluntad de incluir seis nuevos miembros. Entre estos nuevos miembros se encuentran Etiopía y Egipto, en representación del continente africano.

    Según observadores internacionales, funcionarios de EE.UU. y la UE expresan su preferencia por que India se convierta en el principal aliado entre las economías emergentes.

    « Hoy China se opone a Occidente, mientras que India se ve a sí misma como un puente. No se ve a sí misma ni a sus prioridades como antagonistas de Occidente.

    La idea de la India de gobernanza global es reunir al mundo desarrollado y en desarrollo para enfrentar desafíos comunes. India ofrece una alternativa a China, con la que muchos países en desarrollo se sienten más cómodos », dijo a DW Harsh Pant, vicepresidente de estudios y política exterior de la Observer Research Foundation, con sede en Nueva Delhi.

    Beijing expresó su apoyo a la decisión de incluir a la Unión Africana en el G20 y también respaldó la declaración conjunta realizada durante la cumbre. En un comentario en línea, el grupo de expertos del Instituto Chino de Relaciones Internacionales Contemporáneas (CICIR) criticó a la India por sus acciones en el G20, acusándola de crear divisiones y rivalidades.

    El grupo de expertos también señaló que India organizó la cumbre en línea Global Voice of the South a principios de este año sin extender una invitación a China. El CICIR ha acusado a la India de utilizar su presidencia del G20 para actuar como representante del Sur Global.

    Fuente : TBSNews

    #Unión #Africana #G20

  • Nuevo orden mundial : miedos y cálculos

    Etiquetas : Nuevo orden mundial, Ucrania, Rusia, Estados Unidos, Occidente, China,

    En los televisores occidentales siempre es la misma música con los mismos estribillos, los mismos supuestos análisis, las mismas conclusiones y las mismas frases. Los invitados que desfilan a lo largo del día se presentan como grandes especialistas y analistas políticos y militares, grandes periodistas, directores de institutos y toda una multitud de personas competentes e inteligentes. Al menos esa es la tarjeta de presentación que nos gusta presentar.

    Pero toda esta gente hermosa dice lo mismo. No se permiten comas laterales. Es más bien la competencia sobre quién dice más cosas malas sobre Putin y Rusia lo que sigue siendo el único espacio de competencia entre estas personas cariñosas que se toman el escupitajo durante dos o tres horas para decir todos lo mismo, sin ninguna contradicción.

    Esta guerra en Ucrania no es más que una guerra de palabras donde distorsionar la realidad se ha convertido en la única línea editorial de la propaganda occidental. Sin embargo, hasta la fecha y a pesar de los miles de millones invertidos en este nicho, la opinión pública global no ha evolucionado mucho. Los medios occidentales no han podido llegar ni influir fuera de su clientela habitual, es decir, los occidentales.

    En el resto del mundo las posiciones siguen siendo las mismas. Los africanos, los latinoamericanos y los asiáticos dan poco crédito a las teorías occidentales. En estas partes del mundo, incluso juzgamos que Occidente no escatima en medios para alimentar esta guerra y hace todo lo posible para que dure, rechazando cualquier inicio de diálogo o camino hacia la paz. Las armas, cada una tan sofisticada como la otra, que entregamos a Kiev, los miles de millones de dólares que entregamos, no tienen otro propósito que el de debilitar a Rusia hasta la médula.

    Para Occidente, este conflicto es una oportunidad inesperada de desempeñar el papel adecuado y aprovecharla para debilitar durante mucho tiempo a un adversario que aboga por un nuevo orden mundial. Un nuevo orden mundial donde Occidente, y en particular Estados Unidos, perdería gran parte de su actual hegemonía originada al final de la Segunda Guerra Mundial.

    Por lo tanto, está claro y más allá del conflicto ucraniano que este nuevo orden mundial no llegará sin dolor. El riesgo de que surjan otros conflictos en otras regiones del mundo está seriamente sobre la mesa. Y a la luz de estos nuevos hechos, no deberíamos esperar que el actual conflicto en Europa termine en los próximos meses. Se hará todo lo posible para que dure para siempre.

    #Occidente #EstadosUnidos #Rusia #Ucrania #China #Nuevo #Orden #mundial

  • El mundo necesita un nuevo espíritu

    Etiquetas : China, nuevo orden mundial, sociedad, calentamiento climático,

    En su obra Más allá de la naturaleza y la cultura[1], el antropólogo del Collège de France Philippe Descola diferenciaba las sociedades según las relaciones que establecían entre naturaleza y sociedad, humanos y no humanos, animados e inanimados. Con las crisis energética, social y climática, la “verdad” de la relación entre naturaleza y sociedad está cambiando. ¿Durará mucho más la Estatua de la Libertad?

    Naturaleza y sociedad: actuadas y activas

    Me basaré aquí en el ejemplo de dos sociedades con diferentes filosofías sociales[2], la sociedad occidental y la sociedad del Lejano Oriente. Para el primero, naturaleza y sociedad serían esencialmente diferentes[3]. El primero sería simplemente físico, obedecería leyes, el segundo estaría dotado de una interioridad, tendría libre albedrío. Se trata entonces de liberarse, de abstraerse, de emanciparse de la naturaleza. Hay una lucha contra la naturaleza, una lucha no sólo por escapar de ella, sino también por dominarla. Entonces nos oponemos a la libertad y la necesidad. Un mito de la autoproducción tiende entonces a reemplazar al mito de la Creación. El rey individual por derecho divino, heredero del monarca por derecho divino, se ha olvidado de Dios y se ha emancipado de la Naturaleza. Para el segundo, naturaleza y sociedad se diferencian, se oponen y se complementan. Uno no prescinde del otro, lo reemplaza y complementa al otro. El civilizado se distingue del bárbaro, lo pule, lo domina y no alejándose de él. No nos disociamos de la naturaleza, nos asociamos a ella, formamos sociedad con ella. La sociedad/cultura está en la naturaleza y la naturaleza está en la sociedad/cultura. Hay culturas de la naturaleza.

    Con el Antropoceno, que se caracteriza por una transformación de la especie humana en fuerza geológica, la sociedad como fuerza activa y activa de la naturaleza se ha hecho evidente más allá de los deseos de la sociedad. La sociedad está en la naturaleza, como una fuerza de la naturaleza y no simplemente como una fuerza sobre la naturaleza. Pero es sólo una fuerza geológica en la naturaleza porque la naturaleza es una fuerza (mineral, energética y otras) en la sociedad. La tesis que mantendría en este texto es que la crisis de civilización que se avecina, la crisis de la civilización termoindustrial, es el resultado de la unidad no complementaria de la sociedad humana y la naturaleza. Cometimos un error, queríamos que la acción de la naturaleza complementara la de la sociedad, mientras que la acción de la sociedad sólo podía complementar la de la naturaleza. Esto dará como resultado una acción de la naturaleza en la sociedad que producirá la sociedad moderna, pero perturbará la acción general de la naturaleza al provocar una retroalimentación negativa de la naturaleza sobre sí misma y la sociedad. Esto por haber disociado teoría y práctica de naturaleza y sociedad, Ciencia y práctica científica, la teoría disociando sociedad de naturaleza, la práctica mezclando humanos y no humanos sin que la teoría dé cuenta de ello. Los blancos tienen la lengua bífida, decían los indios americanos, su mano derecha no quiere ver lo que hace la izquierda. La democracia occidental y su civilización termoindustrial se construyeron sobre este compartir: una naturaleza sujeta a leyes objetivas que una sociedad adquirida por sus propias leyes domina.

    Democracia del carbono

    El dinero que acabó conquistando el mundo, al imponer su grilla de lectura de los flujos materiales, hizo que la sociedad ignorara a los seres vivos, los flujos materiales, inmateriales y energéticos que la componen. La noción general de capital de los economistas tradicionales es el ejemplo perfecto de esto. La sociedad ha ignorado la naturaleza que la compone y la trabaja, se ha separado de ella, la ha objetivado para dominarla. La sociedad como fuerza de la naturaleza se ignoraba a sí misma al mismo tiempo que ignoraba a la naturaleza como fuerza dentro y fuera de ella, no quería pensar en esta relación real de fuerzas de una en la otra, una encima de la otra. Soñaba con extraerse de él y cosificarlo en lugar de acogerlo y entrar en él mediante la cooperación y la competencia. No es la naturaleza la que ha hecho su fuerza, los combustibles fósiles los que han hecho su civilización[4], afirmó, es la libertad y todas sus luchas, la lucha contra la naturaleza, la lucha de clases y la lucha de las mujeres. Sin combustibles fósiles, ¿las luchas entre clases, entre hombres y mujeres, habrían conducido a un Estado de bienestar, a la liberación de las mujeres? Las luchas humanas se sitúan en primer lugar en el curso de cosas de una determinada naturaleza cultural. La emancipación de la mujer se produjo en el curso de un carácter cultural particular, el que dio origen a la civilización termoindustrial. Sin combustibles fósiles, ¿las luchas entre clases, entre hombres y mujeres, habrían conducido a un Estado de bienestar, a la liberación de las mujeres? Las luchas humanas se sitúan en primer lugar en el curso de cosas de una determinada naturaleza cultural. La emancipación de la mujer se produjo en el curso de un carácter cultural particular, el que dio origen a la civilización termoindustrial. Sin combustibles fósiles, ¿las luchas entre clases, entre hombres y mujeres, habrían conducido a un Estado de bienestar, a la liberación de las mujeres? Las luchas humanas se sitúan en primer lugar en el curso de cosas de una determinada naturaleza cultural. La emancipación de la mujer se produjo en el curso de un carácter cultural particular, el que dio origen a la civilización termoindustrial.

    En verdad, una sociedad es la fuerza activa de la naturaleza, la naturaleza es la fuerza activa de la sociedad, siempre ha sido así. Lo que ha cambiado y ya no se puede ignorar es que la fuerza de la naturaleza ya no guarda silencio. No queríamos reconocer el lugar que ocupa en la sociedad, se afirma fuera de ella. Ella ya no es esa dócil esclava al servicio de la sociedad. Ya no es esta fuerza activa porque se actúa sobre ella. De generosa, amenaza con volverse parsimoniosa y peligrosa[5]. De ser beneficioso, amenaza con ser malo. Lo que aporta a la sociedad ya no es lo que se contaba. La sociedad ahora debe contar con lo que no contaba, mientras espera un nuevo milagro, una nueva bendición que no podrá evitar convertir en maldición. Debido a que la sociedad está a punto de ser abrumada por la naturaleza, la relación entre sociedad y naturaleza está a punto de invertirse. La naturaleza actuada actúa ahora fuera de los planes de la sociedad y tiende a definirlos. Los humanos están cayendo de su pedestal.

    Las energías fósiles, aunque eran una fuerza activa sin la cual la sociedad moderna no podría haber existido[6], eran consideradas sólo como “recursos”. Sólo importaban los productos económicos, los insumos y los productos no económicos eran insignificantes. Los combustibles fósiles han transformado las sociedades, las sociedades han transformado la biosfera sin que se pensara en todo esto. Hemos visto los beneficios económicos de tal transformación y al mismo tiempo nos hemos atribuido el mérito de ella. ¿No era el Hombre el centro del universo, no estaba la Creación a su servicio? La libertad podría reinar como ídolo supremo en una era de crecimiento considerada eterna. No solemos enfatizar la relación del mito de la Historia como progreso con la creencia en el crecimiento y desarrollo infinitos de las fuerzas productivas. No queremos ver el papel de los combustibles fósiles en el progreso social. Con la dicotomía sociedad-naturaleza no vemos la explotación de la naturaleza, sólo la de hombres y mujeres. No vemos que la explotación de la naturaleza sea fuente del progreso material, siendo el del hombre sólo una parte menor que sólo adquirió la importancia que tuvo gracias a la atención que el hombre le ha concedido. No vemos que la separación entre humanos y no humanos se renueve dentro de los propios humanos. Las culturas borran otras culturas y reducen a los humanos a no humanos. Con el fin de la civilización termoindustrial, estas creencias arraigadas desde hace varios siglos ya no tienen fundamento. Se van a derrumbar, les va a doler mucho. Tendremos que desconfiar de la autoestima occidental.

    La agonía de la civilización termoindustrial

    Es, por tanto, la dicotomía esencial entre naturaleza y sociedad, que ha estructurado las creencias y ha hecho un cierto uso de la naturaleza, la que ha dado origen a la sociedad moderna. Ella ahora está en duda. La trayectoria de las sociedades modernas está a punto de verse alterada. Por lo tanto, las sociedades no sufrirán la misma violencia. La violencia corre el riesgo de ser extrema en las sociedades pobres que no han podido hacer frente a sus creencias. Las empresas que sepan cómo hacer esto podrían recuperarse más fácilmente que las empresas ricas y con más cargas. Teóricamente es más fácil para los pobres aceptar la sobriedad, pero por el momento, en la práctica, todavía buscan su salvación en las sociedades ricas. A las sociedades les resulta más difícil renunciar a las creencias que las han convertido en supremacías. Aquí y allá, hay que abrir los ojos, ver la sociedad y la naturaleza en su justo lugar, la una dentro de la otra, ambas actuando y siendo actuadas, siendo el ser humano sólo una parte de lo que existe, cuyo lugar se ha vuelto desproporcionado.

    Este desafío cultural, para el cual Occidente tiene los medios intelectuales, será particularmente difícil si lo promueve una potencia extranjera y no ella misma. La influencia de China, cuya filosofía Occidente todavía se niega a aceptar, pasará a la mayoría de la población mundial, porque la humanidad no occidental necesita otro orden mundial. Aceptará la oferta disponible, tendrá que saber abordar la filosofía china, sus teorías y sus prácticas. Ya no son las sociedades ricas las que piden cambios en el mundo. China y las potencias reemergentes ofrecen al mundo no occidental la perspectiva de un desafío al orden internacional. El espíritu occidental detrás del orden actual está ahora socavado por sus fracasos.

    Las sociedades ricas tendrán que cuestionar el principio subyacente a su dominación, sociedad contra naturaleza, humanos contra no humanos, que ha enfrentado a la naturaleza (combustibles fósiles) contra la naturaleza (clima), a la sociedad contra la sociedad. En el centro de la oposición complementaria entre naturaleza y sociedad se encuentran los intercambios de energías y materiales. Las sociedades discutirán, tratando de obtener la mayor cantidad de energía y materiales posible para no sufrir demasiado por la salida de la civilización termoindustrial. Para ello, seguirán basándose en el principio de su dominación. La competencia económica y militar tensará aún más la relación de la sociedad con la naturaleza y las relaciones sociales, privará a más poblaciones, concentrará más recursos, y enfrentando a humanos y no humanos por igual, unos contra otros.

    Fue la competencia y el poder económico y militar lo que condujo a una universalización del naturalismo[7] de la cultura europea. Esta cultura se ha impuesto a toda la humanidad, excepto a las sociedades que no han abandonado el estado tribal. Se ha impuesto en las sociedades asiáticas y africanas. Las culturas del Lejano Oriente, después de haber sido sumergidas por la cultura occidental, revivieron. Tenían una imponente cultura escrita basada en una oposición complementaria entre sociedad y naturaleza. Este es claramente el caso de China, cuya cultura puede expandirse nuevamente, a diferencia de las sociedades coreana y japonesa cuya cultura sufre por la estrechez de su mercado interno. Deben occidentalizarse más para permanecer en la competencia mientras esperan el fin de la hegemonía económica y cultural occidental. En cuanto a las sociedades africanas, a diferencia de las sociedades reemergentes, todavía es difícil captar los restos de los que podrían renacer. Por el momento, deben preferir expatriarse a volverse hacia adentro. Quizás se encuentren mejor entre los Otros. Quizás sería mejor limpiar los “restos” en tierras extranjeras y formar allí una élite. deben preferir expatriarse en lugar de encerrarse en sí mismos. Quizás se encuentren mejor entre los Otros. Quizás sería mejor limpiar los “restos” en tierras extranjeras y formar allí una élite. deben preferir expatriarse en lugar de encerrarse en sí mismos. Quizás se encuentren mejor entre los Otros. Quizás sería mejor limpiar los “restos” en tierras extranjeras y formar allí una élite.

    Después de mantener un perfil bajo para acumular fuerzas, China se ha vuelto “agresiva” y el mundo ya no puede seguir como antes. Para poder hacer valer su liderazgo, debe, ante los daños naturales y sociales causados ​​por la relación con la naturaleza, es necesario, según entiende, restablecer la armonía entre sociedad y naturaleza, humanos y no humanos. Por armonía debemos entender una armonía más allá de la unidad contradictoria y complementaria de la naturaleza y la sociedad. Esta unidad está en el corazón de la dinámica de las cosas. La armonía no se concibe fuera de la unidad de los opuestos, sino en su alternancia. Desde un punto de vista real, esto puede significar una inversión de los roles activo y pasivo, una sustitución del dominio de la naturaleza por la sociedad, por una dominación de la naturaleza sobre la sociedad (pensemos en la vida preindustrial con energías renovables). La armonía en tiempos de dominación de la sociedad o de la naturaleza es armonía con una dominación continua. En otoño, debes prepararte para el invierno, no para el verano. La armonía consiste en estar lo más cerca posible del curso de las cosas, para beneficiarse mejor de él o sufrir menos por él.

    Competencia decreciente

    Es la competencia y las condiciones de la competencia las que decidirán el curso de las cosas. Las condiciones se están deteriorando. Por tanto, es urgente que la humanidad comprenda que un ciclo está terminando. La competencia ya no tendrá lugar en condiciones de crecimiento económico. Los occidentales de lengua bífida, y el mundo con ellos, siguen hablando de crecimiento mientras se adaptan al decrecimiento. Para las antiguas potencias, la competencia consistirá ahora en declinar menos que las demás. Para las sociedades pobres, será cuestión de redescubrir creencias que las protejan de la explosión.

    La relación entre sociedad y naturaleza se está invirtiendo. Sólo podemos protegernos y sobrevivir protegiendo la naturaleza. La competencia podría llamarse supervivencia. Por lo tanto, es urgente insuflar un nuevo espíritu al orden mundial para que la humanidad pueda evitar las catástrofes programadas por la competencia de las viejas potencias y su relación extractiva con la naturaleza. Según voces cada vez más numerosas, debemos preferir el biocentrismo al antropocentrismo. El Universo no está ahí para servir al Hombre sin que el Hombre sirva al Universo a cambio; la naturaleza no está ahí para servir a la sociedad sin que la sociedad sirva a la naturaleza a cambio.

    La relación asimétrica de la sociedad con la naturaleza, de los humanos con los no humanos, está en la base de la relación asimétrica en la sociedad, entre los humanos. La esclavitud se basa en ese intercambio entre naturaleza y sociedad: una parte de la humanidad es rechazada fuera de la dignidad humana. La dominación de una raza sobre otras, o racismo sistémico[8], rechaza una parte de la humanidad fuera de la humanidad. La ideología occidental de derechos humanos se adapta a una realidad global dominada por la desigualdad racial y cultural. Esto se ve incluso en las sociedades ricas. Esta ideología permite culpar a las sociedades pobres por lo que las sociedades ricas causan al mundo. Invierte responsabilidades. Los líderes africanos serían responsables de la situación de los derechos humanos en su sociedad sin tener en cuenta el peso de estos líderes y su sociedad en el mundo. Es más fácil encontrar una respuesta a la pregunta de por qué un líder africano animista[9] vende africanos para comprar armas europeas, que a la pregunta de por qué un naturalista que eleva lo humano por encima de lo no humano vende armas no humanas para comprar esclavos humanos. . Eleva lo humano por encima de lo no humano por un lado y por otro, en su trueque, iguala lo no humano y lo humano. En el comercio extrabursátil, a menudo olvidamos el equilibrio de poder, la relación de asimetría preexistente. Es más fácil encontrar una respuesta a la pregunta de por qué un líder africano animista[9] vende africanos para comprar armas europeas, que a la pregunta de por qué un naturalista que eleva lo humano por encima de lo no humano vende armas no humanas para comprar esclavos humanos. . Eleva lo humano por encima de lo no humano por un lado y por otro, en su trueque, iguala lo no humano y lo humano. En el comercio extrabursátil, a menudo olvidamos el equilibrio de poder, la relación de asimetría preexistente. Es más fácil encontrar una respuesta a la pregunta de por qué un líder africano animista[9] vende africanos para comprar armas europeas, que a la pregunta de por qué un naturalista que eleva lo humano por encima de lo no humano vende armas no humanas para comprar esclavos humanos. . Eleva lo humano por encima de lo no humano por un lado y por otro, en su trueque, iguala lo no humano y lo humano. En el comercio extrabursátil, a menudo olvidamos el equilibrio de poder, la relación de asimetría preexistente. Eleva lo humano por encima de lo no humano por un lado y por otro, en su trueque, iguala lo no humano y lo humano. En el comercio extrabursátil, a menudo olvidamos el equilibrio de poder, la relación de asimetría preexistente. Eleva lo humano por encima de lo no humano por un lado y por otro, en su trueque, iguala lo no humano y lo humano. En el comercio extrabursátil, a menudo olvidamos el equilibrio de poder, la relación de asimetría preexistente.

    ¿Qué pasa con el crecimiento de la población africana?

    La sobreproducción mundial es el origen del crecimiento de la población africana. Ella continúa manteniéndolo. Es el suministro agrícola global a cambio del suministro de materias primas naturales lo que desequilibra la relación entre el crecimiento demográfico y el crecimiento económico en África. El error en el que creía la Argelia independiente era que esta sobreproducción agrícola podía servir a su industrialización. Creía que podía hacer lo que hacían las viejas potencias (pensemos en la economía política de David Ricardo). Así, renunció a lo que podía hacer por lo que no podía. Dejó el camino que podía tomar (dependencia del camino) y no puede encontrar el camino de regreso.

    En una economía cerrada, el crecimiento económico y el crecimiento demográfico deben ir de la mano. En la economía mundial, es la distribución de la producción la que distribuye y mantiene a la población en poblaciones ricas y pobres, lo que desequilibra las relaciones en África entre la producción material y el crecimiento demográfico. Por lo tanto, no podemos separar el crecimiento demográfico africano del crecimiento económico mundial. El crecimiento económico global implica la distribución de la riqueza, de las poblaciones ricas y pobres. Por tanto, el mundo somete a África al consumo de su sobreproducción (a menudo subvencionada porque es marginal) y a la exportación de sus recursos minerales, hasta que el crecimiento global y la distribución de la riqueza ya no lo permiten.

    Para concluir. No hará ningún bien a los pobres de África esperar que los ricos de Occidente reconozcan su responsabilidad por su situación actual. Responsables de los daños que su fuerza geológica ha desatado en su entorno, del comportamiento de las élites africanas que intercambian sus materiales humanos y no humanos por el producto de su industria para su conveniencia, para hacer la guerra y para subsistir entre las naciones. Ciertamente existe comercio extrabursátil, pero ¿bajo qué condiciones y con qué propósito? El mundo debe volver a las viejas creencias dominantes. El mundo occidental no será el primero en abandonarlos: hay demasiado que perder materialmente y todavía no lo suficiente, demasiado viejos para poder cambiar. Entre Francia y Argelia, por ejemplo, Al contrario de lo que escuchamos, el más apegado al pasado no es el que queremos que la gente crea. El mundo pobre debe renunciar a la ilusión que las creencias occidentales siguen alimentando. Debemos revisar las dicotomías que estructuran las creencias: naturaleza/sociedad, necesidad/libertad para poder formar un cuerpo social, para escapar de la gravitación centrífuga de los centros del viejo mundo. El mundo necesita un nuevo espíritu, que está surgiendo más claramente en el Lejano Oriente, pero no sólo. China no está sola en su resurgimiento. El mundo cambia más rápido de lo que cree, de lo que cambian sus creencias, y la humanidad más favorecida no quiere cambiar. El mundo cambiará por voluntad o por fuerza, por crisis o por oportunidades, por sobriedad o por pobreza, por nuevos pueblos, por nuevas sociedades.

    Notas:

    [1] Folio Essais, París, 2015.
    [2] Hablaré aquí indistintamente de sabiduría, antropología y filosofía.
    [3] Se excluirían mutuamente en teoría, pero en la práctica se mezclarían. Véase Bruno Latour. Nunca hemos sido modernos. La Découverte, 2006.
    [4] Véase Carbon Democracy. Timoteo Mitchell. El descubrimiento. 2017.
    [5] ¿No les recuerda esto a los economistas la economía política clásica de David Ricardo y sus rendimientos decrecientes? Esto se refería a la agricultura, ahora se trata de la energía, las máquinas y, por tanto, la industria. Sigue siendo la generosidad de la naturaleza a la que tendremos que recurrir para recuperar el poder. Y recordemos que un término nunca está sin su opuesto,
    [6] Timothy Mitchell. Ibídem.
    [7] Así designa el antropólogo francés Philippe Descola la ontología occidental que opone naturaleza y sociedad.
    [8] No confundiremos el racismo establecido como sistema y el racismo ordinario que encontramos dentro de la “raza” misma.
    [9] Según el Ph. Descola, ante cualquier otro, humano o no humano, el animista supone que tiene una interioridad similar y una fisicalidad heterogénea, el naturalista por su parte asumirá que su interioridad es diferente y su fisicalidad análogo.

    #China #Nuevo #orden #mundial

  • China quiere ser el líder del sur global

    Etiquetas : China, Xi Jinping, Sur Global, multilateralismo, no alineados, nuevo orden mundial,

    No todos los días alguien del círculo íntimo de Xi Jinping hace referencia a Zhou Enlai, el jefe diplomático de Mao Zedong. Sin embargo, el elegante fantasma de Zhou flotaba sobre un reciente discurso pronunciado en La Habana ante líderes del mundo en desarrollo por Li Xi, jefe de la temida Comisión Central de Inspección Disciplinaria. De hecho, todo el discurso estuvo lleno de guiños al pasado. Li recordó las luchas de mediados del siglo XX por la “independencia y liberación nacional”. Mencionó el “espíritu de Bandung” y los “cinco principios de convivencia pacífica”. Esto se refiere a la Conferencia de Bandung de 1955, en la que Zhou comprometió a China a seguir un camino de no agresión y no interferencia en los asuntos de otros países asiáticos y africanos.

    El jefe de aplicación de la disciplina fue enviado a Cuba como enviado personal de Xi a una cumbre en la que participaron China y las economías emergentes del grupo G77. Prometió que China “siempre será parte del mundo en desarrollo y miembro del sur global”, sin importar cuán avanzado esté. A modo de explicación, el señor Li se remonta a la historia. China estará siempre ligada a otras naciones que lucharon contra la “explotación y la opresión” de la era colonial, dijo.

    Li, miembro del Comité Permanente del Politburó, el máximo órgano de dirección, no hablaba de improviso. Su lección de historia de la guerra fría tampoco fue única, inspirada por la visión de viejos Cadillacs con aletas de tiburón resoplando por La Habana. China ha lanzado una nueva campaña concertada para presentarse como un líder natural para el mundo en desarrollo, empezando por los países que tienen dolorosos recuerdos de intimidación por parte de las potencias coloniales o de Estados Unidos.

    El 13 de septiembre el Ministerio de Asuntos Exteriores publicó una “Propuesta de la República Popular China sobre la reforma y el desarrollo de la gobernanza global”. Esto exige cambios radicales en las reglas e instituciones que supervisan el desarrollo internacional, la seguridad y los derechos humanos. Encuentra muchas lecciones en la historia. A Estados Unidos (conocido como “cierto país”) se le dice que aprenda de las malas acciones del pasado, incluyendo ignorar las “preocupaciones legítimas de seguridad” de Rusia, hacer un “uso desenfrenado” de sanciones y obstaculizar el progreso científico con controles “hegemónicos” sobre las ventas de tecnología.

    En nombre de reparar las “injusticias históricas”, China pide que se dé a los países en desarrollo una voz mucho mayor en las Naciones Unidas, incluidos asientos para África en un Consejo de Seguridad ampliado (la propuesta no menciona al rival de China, la India, un país en desarrollo). gigante que durante mucho tiempo ha buscado un asiento en el consejo). Repitiendo argumentos chinos de larga data, la propuesta llama a los derechos a la subsistencia y al desarrollo “los derechos humanos básicos de suma importancia”. Todos los demás derechos deben ceder ante las “realidades nacionales”. Para promover esa visión del mundo, China propone que los organismos de derechos humanos de la ONU empleen a más ciudadanos de países en desarrollo lo antes posible. Más claramente que nunca, el documento entrelaza las grandes propuestas de política exterior de Xi, desde la Iniciativa de la Franja y la Ruta hasta la Iniciativa de Desarrollo Global. Iniciativa de Seguridad Global e Iniciativa de Civilización Global. Los presenta como el plan unificado de China para abordar todo, desde el cambio climático hasta la regulación del ciberespacio. El objetivo declarado: crear un “futuro mejor para la humanidad”.

    La propuesta fue seguida días después por una declaración conjunta emitida por Xi y el presidente de Zambia, Hakainde Hichilema, quien se encontraba en una visita de Estado a China. La declaración nombra y respalda a su vez las diversas iniciativas globales de Xi. Las políticas exteriores preferidas de China se presentan como de interés común de los países en desarrollo. Se recuerda a los estados ricos sus “responsabilidades históricas ineludibles sobre el cambio climático” y se les pide que tomen la iniciativa en la reducción de emisiones. Zambia declara a China como un nuevo modelo para los países que buscan caminos independientes hacia la modernización. La independencia es relativa, por supuesto. Zambia le debe a China miles de millones de dólares. Después de una larga resistencia, los prestamistas chinos acordaron reestructurar gran parte de esta deuda en junio, pero en gran medida extendiendo los vencimientos y ofreciendo suspender los pagos de intereses durante algunos años.

    Hacia un orden elaborado y liderado por China

    Los funcionarios y académicos chinos detectan un punto de inflexión en la historia. A muchos países de ingresos bajos y medios les molestan los argumentos occidentales sobre el bien y el mal. Culpan a las sanciones a Rusia, impuestas por los países occidentales por su invasión de Ucrania, por los altos precios de los alimentos y la energía. En respuesta, China se presenta como líder de algo parecido a un nuevo movimiento no alineado. China pide un “verdadero multilateralismo”, impartido por organismos internacionales, desde la ONU hasta el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, que ya no estén dominados por Estados Unidos y otras democracias liberales ricas. Habla de respetar la diversidad de las civilizaciones del mundo: código para rechazar los valores liberales como una forma de racismo centrado en Occidente.

    Sin embargo, la postura no alineada de China no resiste mucho escrutinio. En el movimiento no alineado original, Egipto, India, Yugoslavia y otros ganaron influencia al formar un grupo ideológicamente impredecible y diverso, dice Richard Gowan del International Crisis Group, un grupo de expertos. Esta vez, a pesar de toda la “música ambiental sobre el anticolonialismo”, lo que China ofrece es “una coalición de estados que China lideraría”.

    Al declarar que una China rica seguiría siendo un país en desarrollo, los líderes chinos están manipulando el lenguaje para que « en desarrollo » deje de ser un término económico y signifique « no occidental », dice un diplomático. El objetivo es reunir a los países no occidentales en torno a la visión favorita de Xi para la gobernanza global. Algunos se mostrarán cautelosos, añade el diplomático, porque desean “diversificar sus intereses estratégicos, económicos y políticos”, no unirse a un bloque liderado por China.

    Aún así, los líderes extranjeros pueden esperar presión para respaldar la nueva propuesta de China para la gobernanza global. Contiene tantas iniciativas de Xi que los diplomáticos chinos deben promoverla, o corren el riesgo de parecer desleales a su líder supremo. El sufrido enviado del presidente Mao, Zhou Enlai, lo entendería.

    The Economist, 21/09/2023

    #China #Sur #Global #Sur_global #Gobernanza #Desarrollo