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  • ¿CHANTAJE?

    España, Marruecos, Pedro Sanchez, Argelia, Sahara Occidental, OTAN, Pegasus, espionaje,

    Si hay alguien, es su sano juicio, que tenga la más mínima duda de que EE UU está detrás de la decisión de Sánchez de entregar formalmente el Sáhara a Marruecos, en contra de la tradicional política exterior española, en contra de la legalidad internacional y sin consultar a nadie, ni a los partidos de la oposición, ni a los partidos que apoyan al Gobierno, ni a los miembros del Gobierno, ni a su propio partido, es que no conoce la historia de este país. EE UU estuvo detrás de la retirada española del Sáhara Occidental y no hizo nada, al contrario, contra Hassán II, el padre del actual sátrapa alahuí, cuando la “Marcha Verde”, lo que hizo entonces EE UU fue ordenar a España que cogiera los bártulos y abandonara aquellas tierras y arenas. Tras el paseo en coche descubierto de Franco con el presidente Eisenhower y la entrega de cuatro bases militares a los EE UU a cambio de la bendición por parte de los norteamericanos de la dictadura franquista, todo cambió en la política exterior y en la soberanía española. Tras aquella visita, el 21 de diciembre de 1959, España dejó de ser un país soberano. “Si un país no es capaz de tomar decisiones soberanas es una colonia y no podrá sobrevivir”.

    Sin embargo, la intromisión más grosera, hasta ahora, de EE UU en la soberanía de nuestro país se produjo en las primeras semanas del año 1981, durante el golpe de Estado que obligó al presidente Adolfo Suárez a dimitir, no me refiero, claro está, a la fantasmada del 23F. Así que todo el mundo debe tener claro que, como muy bien ha dicho el periodista Enric Juliana, si cae Sánchez, los que ahora lo critican “irán corriendo también a Rabat”. De hecho, el PP ha tenido contactos estos días con representantes de Marruecos y les ha dado el parabién.

    ¿Estamos en manos de traidores?

    Aunque parezcan conflictos inconexos, la guerra que acontece en Ucrania tiene relación con el cambio de postura de España sobre el Sáhara Occidental y con el conflicto abierto con Argelia. Ya hemos dejado claro que la mano que mece la cuna son los EE UU, sus intereses económicos y sus intereses estratégicos. En este sentido, los intereses de EE UU y su vocación explícita de ejercer de gendarme y mandamás mundial no solo han llevado a Rusia y Ucrania a la guerra, pueden llevar a otros. Recuerden que no es la primera vez que advertimos que Argelia es un único país del antiguo socialismo panárabe que no ha sido atacado, todavía, por el imperialismo y que, además, Argelia es aliada de Rusia y tiene mucho gas.

    Marruecos, de hecho, ya está en grave conflicto con Argelia desde la Guerra de las Arenas (25/9/1963) e interviniendo en sus asuntos internos, apoyando a grupos terroristas y separatistas, por eso Argelia cortó en flujo de gas que abastecía a Marruecos (Gasoducto del Magreb) y que luego, a través del Estrecho de Gibraltar, llegaba hasta España. Además, los saharauis son aliados de Argelia y muchos de ellos viven exiliados en su territorio. España puede verse implicada en un conflicto, de hecho ya lo está, cuya gravedad y cuyas dimensiones los políticos irresponsables que nos gobiernan, y los que están en la oposición, parece que no han sido capaces de calibrar, o sí, y entonces sería todavía peor, a la vista de lo que están haciendo.

    Argelia ha retirado a su embajador en España hace meses, ha roto el acuerdo de amistar con nuestro país, ha congelado los activos de las empresas españolas en los bancos argelinos, ha empezado a enviar pateras con inmigrantes a Andalucía, a Levante y a Baleares, solo falta que nos corte el suministro de gas que llega en metaneros y por el Gasoducto Medgaz hasta Almería. Otro asunto no baladí, cuando hablamos de una posible escalada en la gravedad de los acontecimientos, es que la gente en España no está muy enterada de los que sucedió en Argelia hace no demasiados años, quiénes eran aquellos mercenarios pagados por el Imperio en su lucha contra los soviéticos en Afganistán (sí, ese Afganistán que la OTAN ha dejado ahora en manos de los talibán). “Los afganos” y el GIA (Grupo Islámico Armado) sumieron a Argelia en un baño de sangre. Miles de personas, hombres, mujeres y niños, fueron degolladas en los pueblos donde entraban aquellos fanáticos asesinos. Finalmente, el Ejército Argelino ganó aquella guerra, pero, los herederos de aquellos fanáticos siguen allí, ahora en franquicias del Estado Islámico. Por eso deberíamos estar muy preocupados por el perfil de los que ya nos están invadiendo en pateras desde Argelia.

    Argelia, sin embargo, no es enemiga de España, nunca lo ha sido, el principal enemigo de España es Marruecos, contra el que ya hemos tenido varias guerras, cruentas y menos cruentas. Marruecos amenaza nuestras ciudades, se apropia de nuestras aguas, nos envía oleadas de inmigrantes para chantajearnos y cuenta con la bendición y el apoyo de EEUU, que sigue usufructuando bases militares en España y al que ayudamos en todas sus fechorías, bien a través de la OTAN o bilateralmente ¿Seremos imbéciles?

    Radio macuto informa que los que han espiado a Sánchez lo están chantajeando para que tome decisiones muy graves, y dice que no ha sido Marruecos con Pegasus el que lo ha espiado, que ha sido EE UU. Obviamente, para que alguien te chantajee tienes que tener algo muy feo que ocultar y, además, dejarte ¿Y si no se trata de un chantaje, sino de hacer méritos para ser secretario general de la OTAN, por ejemplo? No sé qué sería peor.

    El birrete blanco, 10/06/2022

    #España #Marruecos #PedroSanchez #SaharaOccidental #OTAN #Argelia

  • L’Europe dans la tempête parfaite

    L’Europe dans la tempête parfaite

    Europe, Ukraine, Russie, Union européenne, OTAN, Etats-Unis, Allemagne,

    L’Union européenne ne cesse d’affronter des crises et des surprises stratégiques, toutes plus importantes et plus violentes.[1] La guerre russe en Ukraine constitue la dernière en date. Il n’y a plus de crises, il n’y a que l’accélération d’évènements imprévus et de mutations profondes. Après les subprimes, les finances grecques, les réfugiés syriens, la pandémie de Covid, voilà le spectre de la guerre de retour sur le continent.

    Tous ces défis mettent à mal la plupart des politiques communautaires tout en confirmant la pertinence de la construction européenne.

    Dans les crises, l’Union européenne a plus progressé en quelques mois qu’en trente ans.

    Mais elle paie comptant ses retards et ses hésitations

    Elle doit réviser nombre de ses politiques et se projeter résolument dans un monde global, nouveau et plus brutal.

    L’UNION EUROPÉENNE A DÉJÀ BEAUCOUP PROGRESSÉ.

    Dans la crise sanitaire, bien que le premier mouvement des Etats ait été national – fermeture des frontières, compétition pour les instruments anti-virus – il a rapidement cédé la place à une réaction commune qui s’est illustrée dans l’acquisition et la distribution des vaccins, dont l’Union européenne est vite devenue le premier producteur et le premier donateur mondial. Les Etats membres démunis se sont tournés vers la coopération européenne. Elle a fonctionné.

    Le plan de relance qui a suivi a fait tomber nombre de tabous jusqu’ici infranchissables. NextGenerationEU, financé pour moitié par des emprunts communs, a ouvert la voie à des subventions directes des Etats les plus touchés par la pandémie. Du jamais vu. Il a donné une expression concrète à une solidarité européenne qu’on pensait régresser dans tous les domaines.

    Enfin, la guerre russe en Ukraine a été l’occasion d’une réaction rapide et massive dans l’adoption de sanctions sévères envers nombre d’acteurs russes, au détriment parfois des intérêts économiques immédiats.

    L’Union européenne s’est montrée beaucoup plus réactive qu’elle ne l’avait été jusqu’ici. Face à l’urgence, le « réflexe européen », qui n’avait pas joué pour faire face à la vague migratoire de 2015, s’est exprimé fortement. Les institutions communes ont compris que le facteur temps était une condition pour démontrer leur efficacité. L’adoption rapide de règles nouvelles, à vocation internationale, a surpris. D’abord en permettant le contrôle des investissements étrangers, ensuite en acceptant les emprunts communs et un rôle pivot de la Commission européenne comme acheteur de vaccins, puis de gaz. Le Digital Market Act et les textes à venir qui vont encadrer les activités numériques sur le territoire des Vingt-sept ont sonné l’heure de règlementations européennes applicables à tous les acteurs du secteur, quelles que soient leurs nationalités. En matière de défense et de diplomatie, les Européens ont su adopter une « boussole stratégique », premier pas vers une véritable stratégie mondiale. L’accélération – hélas trop lente encore – de la prise en compte, au niveau européen, du nécessaire réarmement de l’Europe est la plus récente des évolutions vers une réactivité et une efficacité renforcée de la coopération et des institutions européennes.

    A ce titre, on pourrait aussi noter positivement un tournant de l’action commune des Européens, « rajeunie » par son plan de relance, mais aussi vers de nouveaux champs de compétences jusqu’ici en sommeil ou inexplorés, par exemple, le soutien aux technologies de rupture, la politique spatiale, l’informatique quantique ou la production de composants électroniques (Chip Act).

    Certains pourront estimer insuffisantes ces évolutions, mais nul ne pourra contester qu’il s’agît là de ruptures majeures avec les pratiques précédentes de l’Union européenne et avec ses propres règles, pour beaucoup mises en sommeil. On notera aussi des initiatives individuelles ou bilatérales des Etats qui s’inscrivent manifestement dans une analyse européenne, telles que « l’Airbus des batteries », le Cloud européen ou les plans « hydrogène » plus ou moins concertés, le rôle du couple franco-allemand se révélant parfois déterminant.

    Il n’en demeure pas moins que l’Union européenne paie comptant ses retards, ses hésitations et ses divisions. C’est particulièrement flagrant en matière énergétique et de défense.

    Les refus réitérés de tous les Etats membres de construire une politique énergétique commune ont généré des dommages qui éclatent au grand jour. La dépendance vis-à-vis de ses fournisseurs, trop longtemps considérée comme un atout pour la coopération et l’avancée de l’Etat de droit à l’est ou au sud, constitue désormais une entrave considérable à sa marge de manœuvre diplomatique.

    En matière de défense, le fait de considérer la construction progressive d’une autonomie stratégique, c’est-à-dire d’une liberté d’action, comme une attaque de l’OTAN, a freiné les velléités d’arrêter le désarmement européen et de bâtir en commun un véritable pilier européen de l’Alliance. Les Européens se sont trouvés à la remorque de leurs alliés d’outreAtlantique, peu désireux de s’impliquer en Europe dans un rapport de force avec la Russie, tout obnubilés qu’ils sont par leur rivalité avec la Chine. La guerre en Ukraine a vu les Etats-Unis et le Royaume-Uni aux avant-postes de la riposte contre la guerre d’agression, tant en matière de renseignement et d’analyse que de soutien tangible à l’Ukraine attaquée.

    Cette situation au demeurant démontre a contrario la complémentarité entre l’OTAN et l’Union européenne. La dernière dispose des moyens financiers pour assister l’Ukraine agressée, tandis que la première est performante sur le plan militaire. Les livraisons d’armes financées par l’Union européenne démontrent à la fois les limites de son action et l’évolution de ses règles. Inédites, elles transgressent les règles communes en s’en remettant aux Etats membres pour agir. L’un, la France, assurant la présidence semestrielle du Conseil, maintient le seul canal occidental de communication avec le dictateur russe, les autres, avec la Pologne et les pays d’Europe centrale et orientale, garantissant que l’Union européenne n’acceptera pas de laisser tomber un voisin qui l’appelle au secours.

    LA RÉVISION, L’ÉVOLUTION OU LE LANCEMENT DE POLITIQUES COMMUNES EUROPÉENNES CONSTITUENT DONC LES TRAVAUX INDISPENSABLES DE L’UNION DANS LE PROCHE AVENIR.

    A l’évidence le pacte vert européen ne résisterait pas à une guerre prolongée, voire à un conflit qui impliquerait davantage les Etats membres. Le risque en est important. Dans de telles circonstances qui font passer l’urgence avant les politiques de long terme, on peut craindre des exceptions « obligées » et répétées à des dispositions déjà contestées par certains Etats membres. L’Union européenne doit adapter ses politiques avant d’être contrainte à passer à une économie de guerre.

    La « taxonomie », dont se montrent si friands certains commissaires et le Parlement européen, a voulu exclure l’énergie nucléaire et a finalement accepté d’inclure le gaz dans les énergies « de transition ». Ce compromis boiteux n’aurait jamais dû concerner l’énergie nucléaire qui contribue à l’indépendance énergétique de l’Europe, ni inclure le gaz dont tous souhaitent désormais se délivrer ou pour lequel ils envisagent dans l’urgence de changer de fournisseurs. Les industries de défense qui font aussi l’objet d’une mise à l’index devraient être exclues expressément des mêmes tentatives.

    En matière agricole, le sort fait aux pesticides, sans étude d’impact, risque d’entraîner une diminution des productions de céréales et d’accroître les pénuries et le prix des denrées de base au moment où la Russie et l’Ukraine, les deux principaux fournisseurs des pays en développement, diminuent leurs exportations de manière drastique. L’Union européenne a le choix : ou poursuivre sa politique élaborée sous la pression du lobby excessif d’ONG militantes et contribuer aux famines et aux révolutions, notamment sur les rives sud de la mer Méditerranée, ou alors, comme les ministres de l’agriculture l’ont déjà manifesté, remettre en culture certains espaces, accroître dans l’urgence les productions de produits essentiels pour éviter les conséquences sociales et politiques de ces pénuries. Elle renforcerait ainsi son rôle géopolitique auprès des Etats dans le besoin.

    Il va de soi qu’une solidarité européenne effective entre ses membres doit aussi prendre en compte la dimension énergétique. Les Etats dépendants doivent pouvoir s’appuyer sur leurs partenaires pour mutualiser certains de leurs approvisionnements ou pour bénéficier d’une force collective de négociation auprès de nouveaux fournisseurs. Peut-être sera-ce l’occasion de jeter les bases d’une politique commune plus réaliste dans ce domaine-clé de la souveraineté européenne ?

    Il en va de même en matière de défense. Actuellement, l’Union européenne finance la distribution d’armes à l’Ukraine, ce qu’elle est incapable de faire en interne. L’accélération et le renforcement du financement des industries de défense en Europe constitue une priorité qu’exigent autant l’objectif d’autonomie stratégique que les instances de l’OTAN. La politique commune de sanctions a impressionné par son ampleur. Elle ne saurait suffire ni dans l’immédiat ni pour le futur. Après la boussole stratégique adoptée au printemps, la prochaine étape est un vaste plan de financement des investissements de défense. Il vaudrait mieux qu’il soit coordonné, les annonces du Chancelier allemand en la matière semblant bien solitaires.

    L’ALLEMAGNE VA D’AILLEURS ÊTRE AU CŒUR DES PROBLÉMATIQUES EUROPÉENNES À VENIR.

    N’ayant aucune autonomie de défense, ne disposant pas d’une force armée efficace, ayant procédé à des choix énergétiques unilatéraux et peu solidaires de ses partenaires, dépendant de ses approvisionnements russes, souffrant de la fermeture des marchés chinois qui pourraient découler de la pandémie et des priorités politiques du parti communiste chinois, et devant gérer la conversion de son important secteur automobile, l’économie allemande va se trouver confrontée à de redoutables défis.


    Evoluera-t-elle vers une intégration européenne renforcée comme elle l’affirme ou continuera-t-elle des politiques nationales qui ne manqueront pas d’avoir des impacts négatifs sur ses partenaires en leur faisant supporter une partie de ses erreurs passées ? Les réponses sont très importantes pour ce pays et pour l’ensemble de l’Union européenne.

    La meilleure réponse serait de poursuivre résolument le parachèvement du marché intérieur, de l’Union bancaire et de l’Union des marchés de capitaux. L’Allemagne comme l’Union toute entière peuvent trouver dans ces chantiers une solution partielle aux urgences du moment et des solutions pérennes à une économie structurellement dépendante de pays tiers.

    Les solutions sont européennes. Les réflexes des gouvernements et des citoyens deviennent de plus en plus européens. Les Etats membres pourraient y puiser la force de nouvelles initiatives, permettant de gommer les hésitations, les lenteurs, voire les erreurs du passé, pour se tourner résolument vers l’avenir.

    La « tempête parfaite », c’est-à-dire violente, que traverse l’Union européenne est l’occasion de réviser certaines certitudes, d’adapter ses politiques et de conquérir un peu plus, par l’efficacité et la réactivité, le cœur des citoyens européens.

    Le présent Rapport Schuman sur l’état de l’Union a été très largement nourri de contributions écrites avant le déclenchement de la guerre russe en Ukraine. Mais il demeure d’une grande actualité par les problématiques de long terme qu’il analyse et les propositions qu’il contient.

    Jean-Dominique GIULIANI, Président de la Fondation Robert Schuman
    Pascale JOANNIN, Directrice générale de la Fondation Robert Schuman

    Fondation Robert Schuman, 30 mai 2022

    #Europe #Union_Européenne #UE #Ukraine #Russie #OTAN #EtatsUnis #Allemagne

  • Guerre digitale en Ukraine

    Guerre digitale en Ukraine

    Ukraine, Russie, cyberguerre, guerre numérique, Chine, OTAN,

    L’Ukraine est la première guerre viralisée, avec un nombre sans précédent d’acteurs en ligne prenant part à la confrontation. Les grandes plateformes technologiques sont également devenues des instruments du conflit : collecte et partage de données avec les gouvernements, contrôle de l’information, participation à des boycotts internationaux, suppression de comptes de médias sociaux, ou encore instruments de mobilisation et d’émotion. L’Ukraine pourrait devenir le premier front de guerre où les deux grandes tendances mondiales de la numérisation et de leurs plateformes mesurent leurs forces : le techno-autoritarisme de la Russie et de la Chine, et le modèle américain de la Silicon Valley.

    Si les cartes sont toujours essentielles dans tout conflit, dans la guerre ukrainienne, c’est toute une bataille d’images et de (fausses) informations qui se joue sur les réseaux sociaux. Un nombre sans précédent d’acteurs en ligne prennent part à cette confrontation asymétrique, qu’il s’agisse de volontaires Anonymus, de traqueurs numériques, d’équipes de cyberdéfense de l’OTAN ou de la toute nouvelle équipe d’intervention rapide de l’Union européenne, dirigée par la Lituanie. Les grandes plateformes technologiques – quelle que soit leur origine, de la Silicon Valley à la Russie ou à la Chine – sont devenues des instruments de conflit : collecte et partage de données avec les gouvernements, piratage de sites web ou contrôle de l’information, adhésion à des boycotts internationaux, suppression de comptes de médias sociaux ou utilisation comme instruments de mobilisation et d’émotion. Mais, surtout, la guerre d’Ukraine est la première guerre viralisée ; diffusée en temps réel à partir de fragments d’images qui, en quelques secondes, tentent de refléter les menaces, les peurs, l’héroïsme et la dévastation.

    Pendant les premières semaines, le Washington Post a pu suivre le mouvement des troupes russes en Ukraine en utilisant uniquement des vidéos téléchargées sur TikTok par des utilisateurs qui partageaient des images de chars et de soldats de manière de plus en plus virale, au point que le New Yorker a surnommé l’invasion de l’Ukraine « la première guerre TikTok ». L’application chinoise comptant plus d’un milliard d’utilisateurs, qui est devenue le réseau social des chorégraphies familiales virales en pleine pandémie, est désormais une source d’information pour des centaines de milliers de jeunes, qui suivent les images de la guerre en Ukraine en faisant glisser leur téléphone portable. Passant indistinctement de l’émotionnel aux scènes de guerre et aux mèmes, les faits et la fiction se mêlent. L’une des vidéos les plus diffusées sur l’Ukraine, avec plus de sept millions de vues, montrant des soldats fatigués disant au revoir à leur famille, s’est avérée être une scène d’un film ukrainien de 2017.

    Tik Tok est devenu une source de soutien galvanisante pour les Ukrainiens, mais aussi un terrain fertile pour la prolifération de comptes frauduleux distribuant du faux contenu dans le but de gagner de l’argent rapidement grâce à des vidéos demandant des dons pour la cause ukrainienne. Les créateurs de contenu sur ce réseau peuvent recevoir des cadeaux virtuels, tels que des roses et des pandas numériques, pendant les diffusions en direct et les convertir en diamants, une monnaie TikTok qui peut ensuite être retirée comme de l’argent réel. TikTok prélève une commission de 50 % sur l’argent dépensé en cadeaux virtuels. L’ensemble du système a été dénoncé pour ses mauvais contrôles de modération du contenu et pour le business qui se cache derrière la viralisation de certaines vidéos.

    La confrontation technologique

    Les géants américains de la technologie sont également des acteurs privés dans cette guerre, alignés sur la stratégie occidentale, que ce soit pour exercer des pressions politiques (comme Apple qui suspend la vente d’iPhones et d’autres produits en Russie) ou pour capturer et contrôler des données et des informations (de la cartographie à la censure). Conscient que Google Maps pourrait être utilisé comme un autre outil de guerre par les parties russe et ukrainienne lorsqu’il s’agit d’élaborer des stratégies militaires, Google a décidé de désactiver temporairement cette fonctionnalité dans cette partie du monde. En outre, le train de sanctions approuvé par les États-Unis et l’Union européenne comprend un boycott des exportations de technologies. Depuis, Microsoft, Apple, Samsung, Oracle et Cisco ont refusé de vendre des services en Russie ou y ont mis fin à leurs activités.

    Cette collaboration s’étend également au domaine de la sécurité. À la mi-janvier, alors que la Russie massait des troupes et des armes à sa frontière dans l’est de l’Ukraine, une attaque informatique baptisée WhisperGate a désactivé pendant des heures quelque 70 sites web du gouvernement ukrainien, qui ont fini par afficher un message invitant la population à « avoir peur et à s’attendre au pire ». À la suite du piratage, Microsoft a décidé de partager son analyse et les détails techniques de l’attaque, ainsi que des recommandations aux personnes concernées pour accroître leur résilience.

    Une autre entreprise de cybersécurité fondée à Kiev en 2017, Hacken, a rassemblé une armée comptant jusqu’à 10 000 hackers dans 150 pays différents, selon ses propres déclarations, qui se consacre à s’introduire dans les plateformes médiatiques russes et à amplifier les récits ukrainiens du conflit sur les médias sociaux.

    S’il s’agit, comme l’affirme le philosophe français centenaire Edgar Morin, de « la première cyberguerre de l’histoire de l’humanité », l’Ukraine pourrait devenir le premier front de guerre où les deux grandes tendances mondiales de la numérisation mesurent leurs forces : le techno-autoritarisme et le modèle américain de la Silicon Valley, où les entreprises privées déploient le « capitalisme de surveillance » que dénonce Shoshana Zuboff.

    Bien avant l’invasion, le monde numérique avait déjà commencé à se diviser en une confrontation technologique marquée par la rivalité entre la Chine et les États-Unis. La « souveraineté » de l’internet russe était déjà fondée sur la censure de l’information et la persécution de l’opposition politique. Les alliés du Kremlin contrôlaient VKontakte, le Facebook russe, et depuis 2019, la loi sur la souveraineté d’internet obligeait déjà tous les fournisseurs de services en ligne à passer par les filtres du censeur numérique Koscomnadzor. Malgré cela, la guerre a accéléré et approfondi la portée de ce rideau de fer numérique qui vise à isoler les Russes de tout récit qui s’écarte de l’argument officiel du Kremlin pour la construction de son casus belli.

    Dans un tel scénario polarisé de guerre de l’information, où la censure et l’émotionnalité narrative sont devenues une partie essentielle du récit de guerre, l’engagement de la communauté en faveur de la suppression de certains médias, ainsi que l’instrumentalisation des grands monopoles numériques en faveur de leur propre stratégie, posent également des contradictions avec l’idée de liberté d’expression défendue par l’un ou l’autre.

    Le fondateur et PDG du réseau russe de messagerie cryptée Telegram, Pavel Durov, a averti les internautes de « douter de toutes les informations » qu’ils peuvent trouver sur la plateforme et a explicitement demandé aux utilisateurs de ne pas utiliser l’outil pour « exacerber les conflits et inciter à la discorde interethnique ». Telegram est devenu un instrument parfait pour mesurer le choc des récits sur la guerre. La plateforme s’est récemment positionnée comme un outil d’information utile pour les journalistes en Ukraine, notamment pour la création de chaînes d’information spécifiquement destinées à un public de moins de 25 ans qui a cessé d’écouter la radio ou de regarder la télévision traditionnelle. Contrairement à WhatsApp, Telegram ne limite pas le nombre d’utilisateurs sur un même canal et, dans le même temps, comme il n’y a presque pas de modération du contenu, il a également fonctionné comme un espace de mobilisation du soutien aux troupes russes, comme le montre la capacité de pénétration du canal « Intel Slava Z ».

    Si, selon les experts, l’impasse militaire sur le terrain peut accélérer la cyberguerre, à court terme, la stratégie de la Russie reste axée sur la censure et le contrôle narratif : sur la puissance de la  » ferme à trolls  » russe, l’Agence de recherche sur Internet basée à Saint-Pétersbourg, et sa capacité à créer des contenus et à orchestrer des réactions organisées.

    Au plus fort de la confusion, une enquête de Pro Publica a montré comment, dans la guerre d’Ukraine, on a même eu le paradoxe d’utiliser de faux fact-checkers pour apparemment déboulonner des faux inexistants. Les chercheurs ont identifié au moins une douzaine de vidéos dénonçant de prétendues campagnes de propagande ukrainiennes qui n’ont jamais eu lieu. L’objectif, selon les experts, était de jeter le doute sur toute image ultérieure dénonçant l’impact des prétendues attaques russes.

    Dilemmes éthiques et stratégiques

    La bataille pour le contrôle de la narration est également menée par l’UE elle-même, qui est depuis longtemps consciente de la capacité de la Russie à pénétrer et à influencer l’opinion publique européenne. À la demande de Bruxelles, Google, Meta et Twitter ont décidé de prendre des mesures à l’encontre des comptes liés au Kremlin afin d’empêcher la diffusion de désinformation, et notamment l’accès aux contenus des chaînes officielles russes telles que RT et Sputnik ; Apple a retiré l’application RT News de sa boutique et YouTube a bloqué la chaîne d’information russe. Annoncer une interdiction des émissions de RT et de Sputnik dans l’UE est non seulement politiquement risqué, mais aussi difficile à appliquer juridiquement.

    Dans un tel scénario polarisé de guerre de l’information, où la censure et l’émotivité narrative sont devenues une partie essentielle du récit de guerre, l’engagement de l’UE en faveur de la suppression de certains médias, ainsi que l’instrumentalisation des grands monopoles numériques en faveur de sa propre stratégie, pose également des contradictions avec l’idée de liberté d’expression défendue par les deux camps.

    La guerre hybride étend l’impact perturbateur d’une confrontation qui va au-delà des avancées militaires russes et de la résilience ukrainienne. Il se déploie par le biais de la désinformation et dans toute tentative d’infecter les infrastructures et les canaux de communication avec des logiciels malveillants. Bots, trolls ou chevaux de Troie, tout est bon pour affaiblir l’ennemi.

    Carme Colomina, chercheur principal, CIDOB @carmecolomina

    BARCELONA CENTRE FOR INTERNATIONAL AFFAIRS, mai 2022

    #Ukraine #Russie #Guerre_digitale #Guerre_numérique

  • Le conflit russo-ukrainien et les think tanks (II)

    Le conflit russo-ukrainien et les think tanks (II)

    Russie, Ukraine, OTAN, Occident, Donbass, nationalisme, Transnistrie, Crimée, Union Européenne, UE,

    Donbass et au-delà : l’autodétermination invoquée par la Russie n’a pas apporté de droits

    Parmi les diverses raisons invoquées par le Kremlin pour justifier la soi-disant « opération militaire spéciale » en Ukraine, le prétendu soutien à l’autodétermination des peuples est particulièrement évocateur et donc favorable à la propagande russe.

    D’autre part, il n’est pas difficile de tomber dans le piège de la communication où la Russie se bat pour une fin noble et altruiste, en subissant des pertes très élevées dans ses rangs pour que d’autres puissent se libérer de la domination de Kiev et choisir librement leur propre système de gouvernement.

    Admettons ou non que l’on puisse parler d’un peuple à part entière dans le contexte du Donbass oriental ou de la Crimée, qu’est-ce que cela veut dire et, surtout, comment se traduit concrètement l’autodétermination des peuples souvent invoquée par Moscou ?

    Dans le Donbass, les droits civiques n’ont connu aucune amélioration

    Pour comprendre la signification juridique et politique complexe de ce principe, il faut remonter à la seconde période d’après-guerre et au début du processus de décolonisation, c’est-à-dire le processus qui a permis à presque toutes les possessions coloniales d’accéder à l’indépendance nationale.

    Dans ce contexte historique, les dirigeants des mouvements de libération nationale ont réadapté le principe d’autodétermination des peuples, en en faisant un incontournable de leur communication politique. Ils ont alors commencé à présenter ce principe comme un droit humain fondamental et collectif , c’est-à-dire comme une condition nécessaire et préalable à la jouissance des libertés individuelles consacrées par les conventions internationales relatives aux droits de l’homme.

    L’argument est immédiatement convaincant : à quoi bon parler des droits de l’homme au niveau individuel quand la communauté ne peut pas décider de son destin ?

    De 1945, année de la fondation des Nations Unies, à 1975, année du démantèlement définitif de l’empire portugais, le nombre d’États reconnus comme indépendants et donc admis dans ladite organisation est passé de 51 à l’origine à 144 ; à la fin du siècle, le total était encore passé à 189.

    Ce qui se passe aujourd’hui dans l’est du Donbass et en Crimée n’entre certainement pas dans le cadre historique ou géographique du processus de décolonisation , mais la prétendue relation causale entre l’indépendance de l’État et la pleine jouissance des droits de l’homme au niveau individuel reste d’une actualité brûlante et inchangée. intérêt académique. . En termes simples, un Donbass indépendant serait-il le signe avant-coureur de plus de libertés et de droits pour ceux qui y vivent ? En ce qui concerne la Crimée, y a-t-il eu des améliorations socio-juridiques depuis son rattachement à la Fédération de Russie, rien du point de vue du droit international mais néanmoins présenté comme l’expression de la volonté populaire ?

    Pour tenter de répondre à ces questions, cette contribution s’appuie sur les données publiées par Freedom House et relatives à la période quinquennale 2017-2021.

    Avant de procéder à l’analyse des données, il convient de mentionner que, bien qu’autorisée et forte de 80 ans d’expérience, Freedom House est largement financée par le gouvernement fédéral américain. Bien qu’il existe des alternatives valables au score Freedom House Global Freedom (pensez, par exemple, à l’Economist Democracy Index), seul celui-ci considère les territoires de facto indépendants et ceux sous occupation étrangère de manière autonome par rapport au pays auquel ils appartiennent formellement. Une telle analyse permet d’appréhender d’éventuels changements, pour le meilleur ou pour le pire, à moyen terme. La note attribuée annuellement par Freedom House concerne exclusivement les droits civils et politiques et est exprimée en centièmes ; plus le score est élevé, meilleure est la situation dans ce pays ou territoire.

    Compte tenu de ce qui précède, le mauvais score de 4/100 révèle à quel point la situation dans l’est du Donbass est non seulement dramatique, mais également stable au cours de la période sous revue.

    L’absence quasi totale de droits s’explique en grande partie par la persistance de l’état de guerre civile qui touche depuis 2014 les provinces sécessionnistes de Donetsk et de Lougansk, auquel se réfère le score. À titre de comparaison, Freedom House a attribué des scores similaires à d’autres pays ou territoires où sévissent un conflit armé ou une violence politique généralisée, de la Syrie au Soudan du Sud, de la République centrafricaine au Sahara occidental.

    Limitation des droits de vote et absence de garanties légales

    Admettons donc les circonstances atténuantes, voyons maintenant ce qui se passe dans les territoires sous le contrôle des forces séparatistes de Donetsk et Lougansk. Selon Freedom House, il n’y a pas d’élections libres dans l’est du Donbass, ni d’autorités électorales indépendantes pouvant certifier leur régularité . Pour ceux qui décident tout de même d’aller aux urnes, le choix est réduit au minimum, avec seulement deux partis autorisés par province. Même choisir pour qui voter n’est pas facile, étant donné que le programme électoral des partis est presque identique et résolument pro-russe.

    Les restrictions au droit de vote ne sont pas un cas isolé dans l’est du Donbass. Les constitutions des républiques sécessionnistes garantissent formellement l’égalité des droits indépendamment de l’ethnicité, de la race ou des croyances religieuses, mais dans la pratique, les groupes ethniques et religieux non affiliés à la Russie sont exclus de la vie politique .

    Aucune frange de la société n’est donnée pour s’organiser de manière indépendante pour défendre ses intérêts dans la sphère politique. La liberté d’expression est également sévèrement limitée ; exprimer des sympathies pro-ukrainiennes est même considéré comme dangereux pour ceux qui lui donnent une voix. La télévision et la radio sont sous le contrôle strict des autorités provinciales ; Les journalistes et les blogueurs qui critiquent les dirigeants séparatistes essaient d’opérer le plus possible dans l’anonymat, sachant que leur identification serait suivie d’une arrestation et d’une détention.

    En ce qui concerne le fonctionnement du gouvernement provincial, la situation n’est pas meilleure. Il n’y a aucune transparence dans le processus décisionnel , ni aucune garantie légale contre les abus fréquents perpétrés par des policiers ou des membres de l’appareil de sécurité.

    Depuis 2014, de nombreux résidents identifiés comme Ukrainiens sont partis, souvent sous la menace ou la contrainte. Pour ceux qui ont choisi de rester, la vie devient chaque jour plus difficile : les deux provinces ont imposé le russe comme seule langue officielle . L’inexorable processus de russification a également affecté le secteur de l’éducation, où les programmes scolaires et universitaires ont été progressivement alignés sur ceux en vigueur dans la Fédération de Russie.

    Qui contrôle vraiment les territoires, c’est la Russie

    Si le présent est sombre, l’avenir n’augure rien de bon. Au cours des huit dernières années, la Russie a d’abord établi et accru son contrôle sur tous les aspects de la vie quotidienne dans l’est du Donbass , y compris les affaires politiques. Les citoyens russes occupent des postes clés au sein de l’administration publique, des grandes activités commerciales, des télécommunications et du système éducatif.

    Cependant , le principal instrument du pouvoir russe dans le Donbass reste le ministère de la Sécurité d’État , qui, selon Freedom House, est directement contrôlé par le Service fédéral de sécurité russe (également connu sous le nom de FSB).

    On pense également que des officiers réguliers de l’armée russe commandent les soi-disant « milices populaires » de l’est du Donbass , fortes de dizaines de milliers d’hommes.

    Cela dit, pourquoi la pénétration russe dans les structures politiques et militaires et le tissu économique des provinces séparatistes représente-t-elle un grave problème tant pour les perspectives de paix en Ukraine que pour les espoirs de plus grands droits pour ceux qui y vivent dans le Donbass ? La réponse est facile à comprendre : la présence russe massive et enracinée limitera davantage l’espace de manœuvre militaire, politique et économique des provinces séparatistes, les condamnant à une dépendance toujours plus grande vis-à-vis de Moscou .

    Pas de nouvelle liberté pas même en Transnistrie et en Crimée

    À ce stade, il est légitime de se demander si le Donbass oriental est un cas à part ou s’il reflète la tendance générale de tous les territoires contrôlés par les forces séparatistes pro-russes ( comme l’Abkhazie, l’Ossétie du Sud et la Transnistrie) ou occupés en permanence par les Russes. (par exemple la Crimée ). Les scores de Freedom House pour ces territoires nous permettent de tirer quelques conclusions préliminaires.

    En premier lieu, l’autonomie obtenue par les militaires de ces territoires n’est pas une condition suffisante pour l’amélioration progressive des libertés fondamentales et des droits civils de ceux qui y résident. C’est certainement le cas de la Transnistrie, région de Moldavie mais de fait autonome depuis 1992, dont le score, déjà bas dès le départ, a chuté de six points ces cinq dernières années, atteignant les 18/100 actuels.

    Même l’Abkhazie, qui malgré le score le plus élevé parmi tous les territoires susmentionnés (40/100), n’a enregistré aucune amélioration au cours des cinq dernières années, perdant en fait un point de pourcentage.

    Deuxièmement, les territoires autonomes de facto obtiennent des scores nettement inférieurs à ceux des États souverains auxquels ils appartiennent formellement (Géorgie 58/100 ; Moldavie 62/100 ; Ukraine 61/100).

    Troisièmement et enfin, l’annexion à la Fédération de Russie, même là où elle représente la volonté populaire, ne s’est pas traduite par de plus grandes libertés pour les « nouveaux Russes ».

    Comme preuve de ce qui a été écrit, pensez à la situation tragique des Tartares, reconnus comme une population indigène de la Crimée soviétique il y a exactement un siècle et depuis 2014 à nouveau l’objet de persécutions systématiques. Sur les quelque 100 000 personnes qui ont quitté la Crimée depuis l’annexion de 2014, environ la moitié appartiennent à la minorité tatare. [1] Cela est vrai tant pour les territoires déjà formellement annexés (Crimée 7/100) que pour ceux qui y aspirent (Ossétie du Sud 11/100), dont les citoyens doivent endurer des limitations de liberté encore plus importantes que les vrais Russes. (19/100).

    Tout en reconnaissant que l’indépendance convoitée (avec la reconnaissance internationale qui en découle) est une condition différente et plus précieuse que l’autonomie dont jouissent actuellement ces territoires, il n’existe cependant aucune preuve empirique pour étayer l’argument selon lequel l’autodétermination des peuples précède et crée la conditions d’une transition démocratique et de droits accrus.

    Marco Bocchese

    Institut Italien d’Etudes Politiques Internationales, 16 mai 2022

    Au-delà de la « fin de l’histoire » : Nationalisme, libéralisme et la guerre en Ukraine
    par Hadas Aron et Emily Holland

    Hadas Aron est professeur assistant invité au Centre d’études européennes et méditerranéennes de l’Université de New York. Elle est spécialisée dans le populisme, le nationalisme, la démocratie et la politique européenne. Emily Holland est professeur assistant à l’Institut d’études maritimes russes de l’US Naval War College, spécialisée dans la politique étrangère russe, la géopolitique de l’énergie et la politique européenne.

    Lors d’un récent discours nocturne au peuple ukrainien, le président Volodymyr Zelensky a proclamé que Kiev était désormais « la capitale de la démocratie mondiale, la capitale de la lutte pour la liberté de tous sur le continent européen ».1 Zelensky a été un puissant communicateur tout au long de la guerre de la Russie contre l’Ukraine. Zelensky a été un puissant communicateur tout au long de la guerre de la Russie contre l’Ukraine. Ses discours dressent un tableau saisissant : les ténèbres de la dictature russe marchant sur l’Ukraine pour éteindre le phare de la démocratie libérale.

    Le monde observe l’alliance du libéralisme et du nationalisme dans la lutte de l’Ukraine pour sa survie. Ces deux idées étaient l’idéologie déterminante des luttes fondatrices 1 Présidence ukrainienne, Kyiv est maintenant la capitale de la démocratie mondiale, la capitale de la lutte pour la liberté pour tous en Europe – Discours du président Volodymyr Zelenskyy, 6 avril 2022, . pour la libération de la tyrannie comme la Révolution française et les révolutions de 1989. Pourtant, le nationalisme et le libéralisme comportent des éléments contradictoires qui apparaissent une fois les moments de crise passés. Après les révolutions de 1989, l’Occident, ivre du triomphe du libéralisme, a mal compris la centralité du nationalisme et a mis en œuvre des politiques qui ont finalement renforcé le nationalisme d’exclusion et affaibli le libéralisme.

    Le nationalisme, la lutte pour la souveraineté et l’autodétermination, n’est pas souvent associé au libéralisme, la philosophie politique qui met l’accent sur la protection des droits individuels. Ces dernières années en particulier, le nationalisme en est venu à signifier un nativisme d’exclusion. Des mouvements comme les Proud Boys et les Oath Keepers sont tout sauf libéraux : ce sont des suprémacistes blancs qui tentent de saper la démocratie libérale mondiale. Historiquement, cependant, le libéralisme et le nationalisme étaient du même côté à certains moments cruciaux de l’histoire.

    Comme l’histoire le démontre, ces forces s’alignent lorsqu’elles ont un ennemi commun, la tyrannie, mais deviennent souvent contradictoires une fois la lutte de libération achevée. En Europe, jusqu’aux révolutions de 1848, les nationalistes comme Lafayette, Garibaldi et Mazzini étaient des libéraux. Ils cherchaient à unir leurs nations sous des constitutions qui garantiraient les droits individuels. Mais la révolution libérale a échoué et après la restauration des monarchies en 1849, les objectifs des libéraux et des nationalistes ont divergé.

    Les libéraux cherchent à préserver leurs nouveaux droits constitutionnels, tandis que les nationalistes continuent à lutter pour l’unité nationale, mais sous une forme exclusive et conservatrice. En Allemagne, au lieu d’aligner les germanophones sur un ensemble d’idéaux civiques libéraux, l’État prussien militant a uni les Allemands par la guerre et l’expansion. En France, les républicains recherchent les droits démocratiques et l’égalité socio-économique, tandis que les nationalistes veulent redonner à la France sa gloire monarchique. Ces deux forces sont devenues le clivage déterminant du système politique français au moins jusqu’à la Seconde Guerre mondiale.

    En 1989, les peuples d’Europe centrale et orientale sont descendus dans la rue pour réclamer leur libération de l’oppression soviétique, abattant physiquement les murs qui séparaient l’Est de l’Ouest. Parmi eux se trouvait un jeune homme de 26 ans aux cheveux longs, Viktor Orbán, le controversé premier ministre hongrois, qui était l’incarnation de la combinaison du libéralisme et du nationalisme. Dans un discours célèbre, il a proclamé que les jeunes se battaient « pour l’établissement d’une démocratie libérale en Hongrie ».2

    Pourtant, dès le début des années 1990, Orbán, alors député et chef du parti Fidesz, a pris un virage à droite et mis l’accent sur le nationalisme. Ces dernières décennies, il est devenu un ennemi du libéralisme, réécrivant la constitution hongroise, démantelant les tribunaux et limitant les médias indépendants et la société civile.3 Aujourd’hui, la Hongrie n’est plus considérée comme une démocratie.4

    En Pologne, le mouvement libéral nationaliste Solidarité, mouvement emblématique de 1989, s’est scindé en factions libérales et nationalistes directement après la transition, et celles-ci restent enfermées dans une lutte existentielle pour l’avenir de la Pologne5 .

    En Pologne comme en Hongrie, une profonde animosité entre libéraux et nationalistes a conduit à une attaque nationaliste contre la démocratie libérale et à un inquiétant déclin démocratique dans les deux cas les plus prometteurs de démocratisation post-soviétique.

    La dernière décennie a en effet vu une montée du nationalisme dans le monde entier, un revers surprenant pour le libéralisme. Le nombre de personnes vivant dans des démocraties libérales n’a jamais été aussi bas depuis 19897, effaçant pour l’essentiel les avancées réalisées depuis la fin de la guerre froide. Mais le nationalisme n’est pas réapparu comme par enchantement : un examen historique attentif révèle l’existence de thèmes nationalistes forts dans la lutte pour se libérer du régime communiste. Dans ce moment libéral triomphant, l’Occident a considéré le nationalisme comme une idéologie révolue qui n’influencerait plus les résultats politiques.

    La fin de l’histoire ?

    L’ouvrage de Francis Fukuyama intitulé « La fin de l’histoire » traduit bien le sentiment de victoire de l’après-1989. Selon Fukuyama, le libéralisme avait finalement triomphé de toutes les idéologies politiques alternatives – le communisme, le fascisme et le nationalisme devaient tous être relégués dans les poubelles de l’histoire.8 Bien que Fukuyama ait mis en garde contre les dangers du populisme et la montée de la violence ethnique et nationaliste, son argument central est devenu le credo de l’après-guerre froide, et les décideurs politiques s’y sont appuyés pour concevoir l’architecture d’un « nouvel ordre mondial ».

    L’implication politique la plus importante du triomphe du libéralisme a été la conviction que l’Occident peut et doit exporter la démocratie au profit de l’humanité. La promotion de la démocratie est devenue un parapluie pour toute une série de politiques, y compris les réformes économiques dans les pays étrangers, la conception d’institutions politiques, l’investissement dans la société civile et même l’expansion de l’OTAN9 .

    Mais la promesse de la fin de l’histoire ne s’est pas concrétisée. En moins d’une décennie, la Yougoslavie a éclaté en une série de guerres nationalistes sanglantes, et la promesse naissante de la démocratie russe s’est effondrée dans le chaos et l’instabilité. Le programme de promotion de la démocratie n’était pas adapté à l’histoire et aux contextes sociaux particuliers des pays qu’il visait. En conséquence, même dans les pays qui évoluaient déjà vers la démocratie, comme la Hongrie et la Pologne, cette intervention descendante dans la politique intérieure a déclenché une réaction brutale contre le libéralisme, qui a éclaté après la crise financière de 2008. Les électeurs ont rendu les libéraux, qu’ils associaient aux réformes néolibérales mondiales, responsables de leurs difficultés.

    L’administration Clinton s’est faite la championne des réformes économiques à taille unique qui, dans certains endroits, ont échoué presque immédiatement. Dans de nombreux États postcommunistes, la première série de réformes, la privatisation, a été mise en œuvre rapidement, mais les réformes réglementaires nécessaires ont tardé. Cela a incité les acteurs corrompus à s’emparer des services et à bénéficier d’une réforme partielle.10 L’effondrement de la monnaie russe à deux reprises dans les années 1990 a suivi cette tendance, favorisant finalement l’ascension de Vladimir Poutine en tant que sauveur de la nation des douleurs et de l’instabilité du libéralisme.11 Cela s’est également produit en Ukraine dans les années 1990, créant une classe puissante d’oligarques qui ont pillé l’État et bloqué les réformes ultérieures.12

    Les efforts de lutte contre la corruption ont eu des résultats mitigés et se poursuivent. Les acteurs occidentaux ont également profité de la corruption ukrainienne de diverses manières.13 Paul Manafort est l’exemple honteux d’un acteur politique qui a défendu les intérêts des oligarques ukrainiens pro-russes pour son profit personnel.14 Plus généralement, la corruption généralisée et l’exploitation mercenaire ont soutenu l’affirmation nationaliste selon laquelle le libéralisme occidental était une façade hypocrite pour des intérêts économiques. Bien plus prometteuse que les efforts de réforme extérieurs est la pression croissante des citoyens ukrainiens qui en ont assez d’un système corrompu, ce qui s’est traduit par un changement politique15 .

    Pour les personnes qui ont connu le communisme, la confiance dans les institutions de l’État était presque inexistante. Après la transition, il n’y a pas eu de tentative majeure de convaincre les citoyens que le libéralisme était un système de valeurs important. Au lieu de cela, l’imposition rapide d’institutions fortement libérales, telles que de puissantes cours constitutionnelles, n’a pas laissé de place au développement des normes de l’État de droit et a finalement déclenché une réaction brutale. En Ukraine, la cour constitutionnelle est déjà considérée comme un acteur politique16, mais pas nécessairement comme un acteur libéral. L’Ukraine devrait faire preuve de retenue judiciaire et comprendre les limites des tribunaux dans les sociétés en voie de libéralisation.

    L’adhésion à l’UE est le Saint Graal pour les pays en voie de démocratisation. Les appels fréquents de l’Ukraine pour une adhésion accélérée pendant une guerre meurtrière montrent que les avantages culturels et économiques de l’adhésion restent une priorité absolue pour les pays candidats. Les Européens centraux et orientaux ont observé avec envie leurs voisins occidentaux s’enrichir et prospérer après la Seconde Guerre mondiale.

    Pour les élites politiques d’Europe centrale et orientale, la perspective d’adhérer à l’UE était si attrayante qu’il n’y avait pas de débat politique sur l’orientation des réformes requises. Cela signifie souvent une transformation fondamentale de la structure de l’État. Lorsque l’adhésion à l’UE n’a pas tenu ses promesses irréalistes, les libéraux nationaux ont été accusés de sacrifier l’intérêt national à leur propre intérêt. Ils sont devenus les agents nationaux d’un processus étranger avilissant.

    Nationalisme et libéralisme en Ukraine

    Depuis 1991, la politique ukrainienne est profondément polarisée, chaotique, marquée par une corruption endémique et son développement est entravé par la pénétration d’intérêts pro-russes. En conséquence, le système politique ukrainien a été paralysé, ce qui a conduit à l’indignation et à deux révolutions populaires en 2005 et 2014.

    Pourtant, comme l’a théorisé le sociologue Charles Tilly, les États sont consolidés par la guerre.17 Depuis la révolution de Maidan et l’annexion de la Crimée en 2014, l’Ukraine connaît un processus de changement.18 Pour les Ukrainiens, le sentiment d’une identité nationale unifiée s’est renforcé. La guerre actuelle ne peut que solidifier davantage l’identité nationale ukrainienne qui est composée d’éléments nationalistes et libéraux, car le nationalisme ukrainien s’oppose par nature à l’impérialisme russe illibéral.

    L’alignement des forces nationalistes et libérales s’est également produit en Europe centrale et orientale à la fin des années 1980, car l’identité nationale de la région s’opposait à l’oppression soviétique illibérale. Cependant, une fois que la menace d’une invasion russe a diminué, les deux forces se sont déchirées. Tant qu’il existe une menace russe importante contre l’Ukraine, le nationalisme peut continuer à être une force libérale. Il faut espérer que le conflit actuel sera bientôt résolu, mais cela n’effacera guère la réalité géographique et stratégique que constitue le fait d’avoir la Russie comme voisin immédiat. Quoi qu’il en soit, l’histoire démontre que rien ne garantit que le nationalisme restera libéral.

    After the conflict, Ukraine will need significant reconstruction, but it is crucial that this process give space and autonomy for Ukraine to internally resolve the tension between nationalism and liberalism. For the West it is important to support the demand for liberalism in Ukraine – liberalism is a tenet of the Western way of life and its most important discursive tool in its competition with China. At the same time, it is important to avoid outcomes like contemporary Hungary and Poland, where liberalism has lost ground to illiberal exclusionary nationalism. Ukraine has been mired in trouble since independence, but prior to WWII many Western European countries were non-democratic, and in some cases fascist. Ukraine’s history and future development should not be treated as deterministic.

    25 May 2022

    Notes :

    1 Ukrainian Presidency, Kyiv Is Now the Capital of Global Democracy, the Capital of the Struggle for Freedom for All in Europe – Address by President Volodymyr Zelenskyy, 6 April 2022, https://www.president.gov.ua/en/news/zarazkiyiv-ce-stolicya-globalnoyi-demokratiyistolicya-boro-74129.

    2 For a translation of the speech see: “Fill in the Blanks”, in The Orange Files, 20 June 2013, https://wp.me/p3vCr9-5i.

    3 Human Rights Watch, Wrong Direction on Rights. Assessing the Impact of Hungary’s New Constitution and Laws, 16 May 2013, https:// www.hrw.org/report/2013/05/16/wrongdirection-rights/assessing-impact-hungarysnew-constitution-and-laws; Patrick Kingsley, “After Viktor Orban’s Victory, Hungary’s Judges Start to Tumble”, in The New York Times, 1 May 2018, https://www.nytimes.com/2018/05/01/ world/europe/hungary-viktor-orban-judges. html; Krisztián Simon and Tibor Rácz, “Hostile Takeover: How Orbán Is Subjugating the Media in Hungary”, in Heinrich-Böll-Stiftung Articles, 22 August 2017, https://www.boell.de/en/ node/62129.

    4 Freedom House, “Hungary”, in Nations in Transit 2020, https://freedomhouse.org/ node/3458.

    5 Krzysztof Jasiewicz, “From Solidarity to Fragmentation”, in Journal of Democracy, Vol. 3, No. 2 (April 1992), p. 55-69.

    6 “EU Fines Poland €1 Million per Day over Judicial Reforms”, in Deutsche Welle, 27 October 2021, https://p.dw.com/p/42DrB. 7 Vanessa A. Boese et al., Autocratization Changing Nature? Democracy Report 2022, Gothenburg, V-Dem Institute, March 2022, https://v-dem.net/media/publications/dr_2022. pdf.

    8 Francis Fukuyama, “The End of History?”, in The National Interest, No. 16 (Summer 1989), p. 3-18. 9 Michael Mandelbaum, “Preserving the New Peace. The Case against NATO Expansion”, in Foreign Affairs, Vol. 74, No. 3 (May-June 1995), p. 9-13.

    10 Joel S. Hellman, “Winners Take All: The Politics of Partial Reform in Postcommunist Transitions”, in World Politics, Vol. 50, No. 2 (January 1998), p. 203-234.

    11 Kristy Ironside, “The Ruble Has Plummeted. It’s Not the First Time”, in The Washington Post, 28 February 2022, https://www. washingtonpost.com/outlook/2022/02/28/ ruble-has-plummeted-its-not-first-time.

    12 Serhiy Verlanov, “Taming Ukraine’s Oligarchs”, in UkraineAlert, 19 November 2020, https://www.atlanticcouncil.org/?p=322616.

    13 OECD Anti-corruption Network for Eastern Europe and Central Asia, Anti-Corruption Reforms in Ukraine: Prevention and Prosecution of Corruption in State-Owned Enterprises. 4th Round of Monitoring of the Istanbul AntiCorruption Action Plan, Paris, OECD, 4 July 2018, https://www.oecd.org/corruption/anticorruption-reforms-in-ukraine.htm.

    14 Ilya Marritz, “Let’s Recall What Paul Manafort and Rudy Giuliani Were Doing in Ukraine”, in ProPublica, 1 March 2022, https://www. propublica.org/article/lets-recall-what-exactlypaul-manafort-and-rudy-giuliani-were-doingin-ukraine.

    15 Steven Pifer, “Ukraine: Six Years after the Maidan”, in Order from Chaos, 21 February 2020, https://brook.gs/3bXkGmx.

    16 Alina Cherviastova, “False Dilemma”, in Verfassungsblog, 21 February 2021, https:// verfassungsblog.de/false-dilemma.

    17 Charles Tilly, Coercion, Capital, and European States, AD 990–1992, Cambridge, Basil Blackwell, 1990.

    18 Sofiya Kominko, “Ukraine’s Nation-Building Journey and the Legacy of the Euromaidan Revolution”, in UkraineAlert, 20 April 2021, https://www.atlanticcouncil.org/?p=380204.

    Source : Istituto Affari Internazionali



  • L’OTAN va à renforcer la coopération avec la Mauritanie

    L’OTAN va à renforcer la coopération avec la Mauritanie

    Mauritanie, OTAN, Mohamed Ould El-Ghazaouani,

    Déclarations du sous-secrétaire général de l’OTAN pour les affaires politiques et de sécurité, Javier Colomina, après ses entretiens à Nouakchott avec le président mauritanien Mohamed Ould El-Ghazaouani.

    AA / Nouakchott

    L’Organisation du traité de l’Atlantique Nord (OTAN) a annoncé mardi son intention de prendre des mesures d’ici quelques mois pour renforcer et intensifier la coopération avec la Mauritanie, ajoutant que Nouakchott est un partenaire majeur de l’alliance et un pays pivot dans la région.

    C’est ce qui ressort des déclarations du sous-secrétaire général de l’Alliance pour les affaires politiques et de sécurité, Javier Colomina, après ses entretiens à Nouakchott avec le président mauritanien Mohamed Ould Cheikh El-Ghazwany, selon l’agence mauritanienne d’information (AMI).

    Le responsable de l’alliance a fait savoir qu’il avait discuté avec le président mauritanien de divers domaines de coordination et de coopération, ainsi que de la situation sécuritaire dans les pays du Sahel africain.

    Il a ajouté: « J’ai discuté avec le président mauritanien des domaines de coordination, de coopération et de la situation sécuritaire dans la région du Sahel. La Mauritanie est un pays pivot dans la région et un partenaire majeur de l’alliance, et nous prendrons des mesures d’ici quelques mois pour intensifier la coopération avec la Mauritanie ».

    Javier Colomina a entamé mardi une visite en Mauritanie (dont la durée n’a pas été précisée), où il doit avoir des entretiens avec les ministres des Affaires étrangères, Mohamed Salem Ould Merzouk, de la Défense Hanna Ould Sidi, et de l’Intérieur Mohamed Ahmed Ould Mohamed El Amine.

    Anadolou, 01 juin 2022

    #Mauritanie #OTAN #JavierColoma

  • La Guerre en Ukraine vue par les Think tanks (I)

    La Guerre en Ukraine vue par les Think tanks (I)

    Ukraine, Russie, guerre, think tanks, analyse, Europe, OTAN, Etats-Unis,

    Premiers enseignements nucléaires de la guerre en Ukraine (IFRI, France)

    -L’invasion de l’Ukraine par la Russie s’est accompagnée de multiples signaux nucléaires envoyés par Moscou. Face à cette rhétorique offensive, les puissances nucléaires occidentales, dont la France, ont refusé une escalade dans ce domaine en produisant un signalement mesuré.

    -La doctrine nucléaire russe a évolué depuis la fin de la guerre froide et des conditions plus restrictives de l’emploi de l’arme ont été adoptées. Cependant, une certaine ambiguïté est maintenue et l’hypothèse de l’emploi d’une arme nucléaire non stratégique sur le champ de bataille ne doit pas être exclue.

    -Les conséquences de cette guerre sur les équilibres nucléaires mondiaux seront durables, notamment sur les traités de limitation des armements entre Russie et États-Unis.

    -La dissuasion élargie américaine en Europe de l’Est risque aussi d’être questionnée par des pays convaincus que seule la possession d’une arme nucléaire peut dissuader une autre puissance dotée, un narratif qui pourrait fragiliser le régime de non-prolifération.

    Une chronologie des allusions nucléaires de Moscou dans la guerre contre l’Ukraine (Fondation Science et Technologie Politique – Institut allemand pour la Politique internationale et Sécurité)


    Analyse

    Le soir du 23 février 2022, les forces russes ont attaqué l’Ukraine avec l’objectif de s’emparer de la capitale en quelques jours. Quelques heures plus tard, Vladimir Poutine a annoncé le lancement d’une « opération militaire spéciale ». Dans son discours, le président russe a mis en garde ceux qui pourraient être tentés de « faire obstacle » à la Russie. Ils devraient s’attendre à des « conséquences sans précédent » – une déclaration que beaucoup ont interprétée comme une allusion au potentiel d’armes nucléaires de la Russie. Le sabre nucléaire avait déjà commencé quelques jours avant l’invasion de l’Ukraine et des allusions nucléaires similaires se sont multipliées dans les semaines qui ont suivi. Elles ont été accompagnées de commentaires occidentaux, de condamnations et de quelques contre-réactions, peu nombreuses en comparaison. Mais surtout, les allusions de Moscou ont déclenché un débat public dans plusieurs pays occidentaux sur la manière dont elles devaient être interprétées et sur les réponses qu’elles appelaient.

    Ce document de travail rassemble et analyse les allusions nucléaires des décideurs russes et les réactions de l’Occident de la mi-février à la fin avril 2022. Fin avril au plus tard, la guerre a pris une nouvelle dimension politique et militaire. Le plan initial du Kremlin visant à conquérir rapidement Kyiv a échoué et les efforts de guerre de la Russie se sont désormais concentrés sur l’est de l’Ukraine. Dans ce document, nous proposons tout d’abord notre propre analyse des déclarations nucléaires russes et des réactions occidentales lors de la première phase de la guerre : Quel était l’objectif des déclarations du Kremlin ? Comment ont-elles été mises en œuvre ? Et comment peut-on interpréter ces réactions ? Dans un deuxième temps, nous énumérons les principaux développements et les représentons graphiquement. Dans la dernière partie, nous essayons de résumer toutes les déclarations pertinentes dans un récit, de les relier entre elles et de faire référence à la source originale si elle est disponible. Ce document n’a toutefois pas la prétention d’être exhaustif.

    Que cherche à faire la Russie avec ses allusions nucléaires ?

    Liviu Horovitz et Lydia Wachs soulignent trois objectifs dans un récent SWP-Aktuell.1 Premièrement, Poutine semble vouloir empêcher une intervention militaire directe de l’Occident. Les décideurs et décideuses occidentaux ont refusé à plusieurs reprises une intervention directe dans la guerre. Pourtant, du point de vue de Moscou, les conséquences d’une intervention occidentale seraient si importantes qu’elles justifieraient la réitération des lignes rouges. Il ressort des déclarations de presque tous les décideurs occidentaux que la Russie parvient en effet à dissuader une telle intervention – le risque d’une éventuelle escalade nucléaire est cité comme la principale raison pour laquelle l’OTAN n’interviendra pas directement. Le deuxième objectif est une dissuasion générale des mesures de soutien à l’Ukraine – plus on peut en dissuader, mieux c’est. Moscou formule ses menaces de manière vague afin de donner l’impression que les livraisons d’armes à Kyiv ou les sanctions économiques contre Moscou pourraient également franchir les lignes rouges nucléaires à partir d’un certain point. Compte tenu de l’impasse nucléaire dans laquelle se trouvent l’Occident et la Russie depuis des décennies, de telles menaces sont peu crédibles. Mais comme les risques et les incertitudes de la dissuasion nucléaire ne peuvent pas être totalement éliminés, les acteurs averses au risque sont particulièrement vulnérables à cette stratégie – un exercice d’équilibriste des élites occidentales dont les dirigeants russes se servent habilement.

    Troisièmement, Moscou tente d’effrayer l’opinion publique occidentale. En raison de l’immense pouvoir de destruction des armes nucléaires et du tabou nucléaire, ces armes suscitent une grande émotion. suscitent des émotions très fortes chez la plupart des gens. Moscou semble croire que qu’une population effrayée remettra en question les mesures de soutien de ses gouvernements à l’Ukraine. Le fait que l’opinion publique soit particulièrement importante dans les démocraties libérales profite à la Russie dans ce type d’influence. L’attention des médias et les craintes évidentes de la population suggèrent que la stratégie de Moscou fonctionne, du moins dans une certaine mesure.

    Comment Moscou tente-t-elle d’atteindre ces objectifs ?

    Avec une vingtaine de déclarations et d’actions entre la mi-février et la fin avril 2022, les dirigeants russes ont voulu suggérer, que l’utilisation d’armes nucléaires dans le contexte de la guerre contre l’Ukraine n’est pas exclue. D’un point de vue temporel, de telles déclarations se multiplient surtout lorsque des décisions occidentales sont sur le point d’être prises. Les rares déclarations qui sont plus explicites visent à visent à dissuader une intervention étrangère en Ukraine. La plupart des déclarations sont Les décideurs russes évoquent la possibilité d’une guerre nucléaire, mais n’expliquent pas qui aurait recours à de telles frappes. pourraient être utilisées et pourquoi. De plus, de nombreuses déclarations russes font référence à des mesures qui sont en fait routinières ou qui ont été annoncées et attendues auparavant. Fin avril, le test de par exemple, l’essai d’un missile intercontinental Sarmat à capacité nucléaire, prévu depuis un certain temps, s’est accompagné de la déclaration menaçante de Poutine selon laquelle cette arme « pourrait frapper tous ceux, qui tenteraient de menacer [la Russie] … les obligerait à réfléchir à nouveau ».

    Un modèle récurrent de la stratégie de communication russe est la rhétorique

    Des pointes suivies rapidement d’un affaiblissement de la rhétorique. On parvient ainsi à, d’une part, que le récit sur les armes nucléaires ne s’intensifie pas et, d’autre part, que des allusions similaires soient à nouveau perçues comme inquiétantes à une date ultérieure. Le président Poutine fait presque toujours preuve d’escalade, tandis que le ministre des Affaires étrangères Sergueï Lavrov est généralement celui qui relativise les déclarations. Le porte-parole du Kremlin Dmitri Peskov est l’un de ceux qui s’expriment de plus en plus souvent de manière rassurante et précisent, que la doctrine nucléaire défensive de la Russie reste valable. Même au sein d’un même discours même discours, les décideurs russes font souvent des déclarations à la fois menaçantes et des allusions de désescalade. A titre d’illustration, Lavrov a déclaré fin avril que les risques d’une guerre nucléaire étaient « très importants », « sérieux » et « réels », tout en soulignant qu’il ne voulait pas les « exagérer ». ne voulait pas « augmenter artificiellement » ces risques – la position de la Russie étant qu’une guerre nucléaire est est inadmissible.

    L’absence de menaces explicites mérite d’être mentionnée

    L’expérience de la guerre de la guerre froide suggèrent que même des menaces peu crédibles susciteraient des mesures de préparation politique et technique de la part des gouvernements occidentaux. Moscou veut manifestement éviter cela. De plus, la Russie ne semble pas non plus vouloir ne prend aucune mesure militaire préparatoire pertinente pour une éventuelle intervention nucléaire. Les déclarations de Poutine après l’annonce de l’invasion en sont l’illustration. a certes déclaré qu’une obstruction de la Russie aurait des « conséquences sans précédent ». mais n’a ensuite mentionné les armes nucléaires que dans un contexte défensif. La Russie est « l’une des plus puissantes puissances nucléaires du monde ». une attaque directe conduirait à une défaite – une déclaration qui peut être conciliée avec la politique déclaratoire de toute puissance nucléaire.

    Comment l’Occident réagit-il ?

    Premièrement, les représentants occidentaux communiquent en permanence sur ce qui a effectivement été dissuadé. Il est possible qu’ils veuillent ainsi éviter tout malentendu avec la Russie. En outre, cette approche permet d’éviter toute pression politique interne pour entreprendre quelque chose qui a été découragé par les armes nucléaires de la Russie. Le président américain Joe Biden, le secrétaire général de l’OTAN Jens Stoltenberg et de nombreux décideurs européens répètent ainsi que l’OTAN n’interviendra pas avec des troupes en Ukraine et ne souhaite pas de confrontation directe avec les troupes russes, principalement parce qu’une telle action comporte des risques nucléaires. Accompagnés de telles déclarations, les pays de l’OTAN ont par exemple décidé début mars de s’opposer à l’établissement d’une zone d’exclusion aérienne en Ukraine – une mesure qui semblait au départ bénéficier d’un certain soutien public dans les pays occidentaux et qui aurait des « conséquences catastrophiques » selon Poutine.

    Deuxièmement, les hommes et femmes politiques occidentaux tentent de saper la stratégie de la Russie. Biden a par exemple déclaré à plusieurs reprises que les citoyens américains ne devaient pas craindre une attaque nucléaire de la Russie. A Washington, Londres et Paris, on ne cesse de répéter publiquement qu’il n’y a aucun signe que la Russie se prépare à une attaque avec des armes nucléaires. Mais surtout, les gouvernements occidentaux indiquent clairement que les menaces de Moscou n’ont pas d’effet dissuasif en ce qui concerne les sanctions contre la Russie ou les livraisons militaires à l’Ukraine – et agissent en conséquence, ce qui joue un rôle bien plus important.

    Troisièmement, les gouvernements occidentaux, en particulier les Etats-Unis, tentent de ne pas laisser la situation s’envenimer. Si Washington répondait aux insinuations de Moscou par un récit similaire, les deux puissances nucléaires pourraient rapidement se retrouver dans une situation difficilement contrôlable. Au lieu de cela, les Etats-Unis ont par exemple d’abord reporté un test de missile Minuteman III, qui a ensuite été complètement annulé. Washington a également souligné à plusieurs reprises qu’il ne voyait aucune raison de repositionner ses forces nucléaires. En outre, l’Occident a visiblement tenté de faire comprendre à Moscou qu’il n’avait pas l’intention de créer une menace existentielle pour l’Etat russe – le seuil d’une escalade nucléaire dans la doctrine russe. Les représentants des Etats membres de l’OTAN ont ainsi souligné à plusieurs reprises qu’ils ne se trouvaient pas dans une confrontation directe avec la Russie. Même lorsque le président américain Biden a déclaré fin mars que Poutine « ne pouvait pas rester au pouvoir », les représentants de son gouvernement ont immédiatement précisé que les Etats-Unis ne pratiquaient pas de politique de changement de régime en Russie.

    En fin de compte, l’administration américaine exprime ses propres lignes rouges. Bien que de telles déclarations soient principalement faites à huis clos afin d’éviter une escalade, Washington est plus crédible, tant vis-à-vis de la Russie que de ses alliés, lorsqu’il les rend publiques, du moins après coup. On a par exemple appris à la mi-mars que le gouvernement américain avait mis en garde la Russie contre l’utilisation d’armes nucléaires tactiques vers le 28 ou le 1er mars, c’est-à-dire juste après que Poutine ait ordonné l’état d’alerte élevé des forces nucléaires russes. Le 23 mars, un collaborateur du Conseil national de sécurité américain a en outre déclaré à la presse que l’utilisation d’une arme nucléaire tactique en Ukraine redistribuerait les cartes en vue d’une participation directe des Etats-Unis à la guerre. Enfin, avant et après le déclenchement de la guerre en Ukraine, Washington a clairement indiqué à Moscou que toute utilisation d’armes nucléaires serait considérée comme stratégique par le gouvernement américain.

    LA TEMPÊTE À VENIR (Center for Strategic and International Studies)

    Le point de vue de l’Ukraine sur l’escalade dans la guerre moderne

    Benjamin Jensen et Adrian Bogart

    À L’AVENIR…

    • Il y aura d’autres crises comme celle de l’Ukraine qui attireront les grandes puissances, feront naître des risques d’escalade fondés sur la peur et l’incertitude et mettront à l’épreuve la viabilité de la dissuasion intégrée.
    • Plus un conflit comme celui de l’Ukraine durera, moins il sera susceptible de se limiter à un seul État.
    • La communauté de la sécurité nationale devra mettre au point des outils et des techniques pour évaluer la concurrence, les tendances à l’escalade et les attitudes à risque des dirigeants étrangers, en combinant d’anciens concepts issus de la psychologie politique et les nouvelles capacités offertes par la science des données et le traitement du langage naturel.

    D’après trois simulations de crise organisées fin mars 2022 avec des membres de groupes de réflexion, des planificateurs militaires et des membres du Congrès, l’Organisation du traité de l’Atlantique Nord (OTAN) aura probablement du mal à faire face à des vecteurs d’escalade presque certains de pousser la guerre actuelle en Ukraine au-delà des frontières du pays. Ce document présente les principales conclusions de ces simulations basées sur deux événements déclencheurs : (1) une frappe chirurgicale russe sur un centre logistique de l’OTAN utilisé pour fournir des armes à l’Ukraine dans le sud-est de la Pologne, et (2) l’utilisation par la Russie d’armes chimiques le long de la frontière polonaise alors qu’elle se mobilise simultanément pour menacer les pays baltes. Alors que le conflit franchissait un seuil clé et risquait de se transformer en guerre régionale, la plupart des participants ont constaté une tendance naturelle à l’escalade dans chaque scénario, malgré des attentes limitées quant à l’obtention d’une position d’avantage concurrentiel. L’analyse de la manière dont les individus et les équipes ont abordé la prise de décision permet de repenser les modèles d’escalade au XXIe siècle et de tirer parti des nouveaux concepts et capacités pour mieux soutenir la signalisation en cas de crise.

    La guerre de la Russie en Ukraine : les objectifs et les hypothèses du Kremlin (International Centre for Defence and Security)

    Ce dossier aborde les objectifs de guerre de la Russie. Ceux-ci ne se limitent pas à la destruction de l’État ukrainien, ni même de la nation ukrainienne, de sa culture et de sa langue, mais incluent la modification de l’architecture de sécurité de l’Europe en sapant l’OTAN et l’UE. Il évalue également dans quelle mesure les hypothèses de la Russie étaient justes et fausses, comme le prouve le cours des événements après le 24 février 2022. Il conclut que le régime de Vladimir Poutine a tendance à faire des erreurs de calcul et semble avoir un appétit pour les aventures futures.

    -L’ambition de la Russie ne se limite en aucun cas à l’anéantissement de l’Ukraine.
    -L’objectif à long terme de la Russie – la destruction de l’Ukraine – ne changera pas tant que Poutine restera au pouvoir.
    L’objectif indéniable de Poutine est un Occident incapable de se mobiliser de manière solidaire pour défendre l’Ukraine et, en fin de compte, lui-même.
    -La Russie s’est montrée efficace pour exploiter les opportunités, mais incapable de tirer les leçons du passé.

    La guerre Russie-Ukraine à trois mois (Brookings)
    L’auteur examine les différents développements et note que l’issue souhaitée de cette guerre serait que les Ukrainiens forcent la Russie à se retirer ou, au minimum, que Moscou accepte un règlement négocié dans des conditions acceptables pour Kiev. Faire en sorte que l’agression russe échoue et que l’Ukraine obtienne l’un de ces résultats devrait être l’un des principaux objectifs de l’Occident.

    (Suivra)

    #Ukraine #Russie #Europe #OTAN #Guerre #EtatsUnis

  • L’OTAN se lève en Afrique

    L’OTAN se lève en Afrique

    OTAN, Etats-Unis, France, Barkhane, Afrique, Libye, Afghanistan, Russie, Ukraine,

    La récente décision d’éjecter l’armée française est enracinée dans une sensibilité générale croissante sur le continent contre l’agression militaire occidentale.

    L’inquiétude suscitée par l’élargissement de l’Organisation du traité de l’Atlantique Nord (OTAN) vers la frontière russe est l’une des causes de la guerre actuelle en Ukraine. Mais ce n’est pas la seule tentative d’ expansion de l’OTAN, une organisation conventionnelle créée en 1949 par les États-Unis pour projeter leur puissance militaire et politique sur l’Europe. En 2001, l’OTAN a mené une opération militaire « hors zone » en Afghanistan, qui a duré 20 ans, et en 2011, l’OTAN – à la demande de la France – a bombardé la Libye et renversé son gouvernement. Les opérations militaires de l’OTAN en Afghanistan et en Libye ont été le prélude à des discussions sur une « OTAN mondiale », un projet visant à utiliser l’alliance militaire de l’OTAN au-delà de ses propres obligations de charte de la mer de Chine méridionale à la mer des Caraïbes.

    La guerre de l’OTAN en Libye était sa première opération militaire majeure en Afrique, mais ce n’était pas la première présence militaire européenne sur le continent. Après des siècles de guerres coloniales européennes en Afrique, de nouveaux États ont émergé au lendemain de la Seconde Guerre mondiale pour affirmer leur souveraineté. Beaucoup de ces États – du Ghana à la Tanzanie – ont refusé de permettre aux forces militaires européennes de rentrer sur le continent, c’est pourquoi ces puissances européennes ont dû recourir à des assassinats et des coups d’État militaires pour oindre des gouvernements pro-occidentaux dans la région. Cela a permis la création de bases militaires occidentales en Afrique et a donné aux entreprises occidentales la liberté d’exploiter les ressources naturelles du continent.

    Les premières opérations de l’OTAN sont restées au bord de l’Afrique, la mer Méditerranée étant la principale ligne de front. L’OTAN a créé les Forces alliées d’Europe du Sud (AFSOUTH) à Naples en 1951, puis les Forces alliées de Méditerranée (AFMED) à Malte en 1952. Les gouvernements occidentaux ont établi ces formations militaires pour garnir la mer Méditerranée contre la marine soviétique et créer des plates-formes à partir de où ils pourraient intervenir militairement sur le continent africain. Après la guerre des Six jours en 1967, le Comité des plans de défense de l’OTAN, dissous en 2010, crée la Force navale d’astreinte méditerranéenne.(NOCFORMED) pour faire pression sur les États pro-soviétiques – comme l’Égypte – et pour défendre les monarchies d’Afrique du Nord (l’OTAN n’a pas été en mesure d’empêcher le coup d’État anti-impérialiste de 1969 qui a renversé la monarchie en Libye et porté au pouvoir le colonel Mouammar Kadhafi ; le gouvernement de Kadhafi a expulsé les bases militaires américaines du pays peu de temps après).

    Les conversations au siège de l’OTAN sur les opérations « hors zone » ont eu lieu de plus en plus fréquemment après que l’OTAN a rejoint la guerre américaine contre l’Afghanistan. Un haut responsable de l’OTAN m’a dit en 2003 que les États-Unis avaient « développé un appétit pour utiliser l’OTAN » dans leur tentative de projeter leur puissance contre d’éventuels adversaires. Deux ans plus tard, en 2005, à Addis-Abeba, en Éthiopie, l’OTAN a commencé à coopérer étroitement avec l’Union africaine (UA). L’UA, qui a été formée en 2002, et était le « successeur » de l’Organisation de l’unité africaine, a lutté pour construire une structure de sécurité indépendante. L’absence d’une force militaire viable signifiait que l’UA se tournait souvent vers l’Occident pour obtenir de l’aide et demandait à l’OTAN de l’aider en matière de logistique et de transport aérien .pour sa mission de maintien de la paix au Soudan.

    Aux côtés de l’OTAN, les États-Unis ont exploité leur capacité militaire par le biais du Commandement européen des États-Unis (EUCOM), qui a supervisé les opérations du pays en Afrique de 1952 à 2007. Par la suite, le général James Jones, chef de l’EUCOM de 2003 à 2006, a formé le Commandement américain pour l’Afrique . (AFRICOM) en 2008, dont le siège était à Stuttgart, en Allemagne, car aucun des 54 pays africains n’était disposé à lui donner un foyer. L’OTAN a commencé à opérer sur le continent africain par le biais de l’AFRICOM.

    La Libye et le cadre de l’OTAN pour l’Afrique
    La guerre de l’OTAN contre la Libye a changé la dynamique des relations entre les pays africains et l’Occident. L’Union africaine se méfiait de l’intervention militaire occidentale dans la région. Le 10 mars 2011, le Conseil de paix et de sécurité de l’UA a créé le Comité ad hoc de haut niveau sur la Libye. Les membres de ce comité comprenaient le président de l’UA de l’époque, le Dr Jean Ping, et les chefs d’État de cinq pays africains – l’ancien président de la Mauritanie Mohamed Ould Abdel Aziz, le président de la République du Congo Denis Sassou Nguesso, l’ancien président du Mali Amadou Toumani Touré, l’ancien président de l’Afrique du Sud Jacob Zuma et du président ougandais Yoweri Museveni – qui étaient censés se rendre à Tripoli, en Libye, et négocier entre les deux parties à la guerre civile libyenne peu après la formation du comité. Le Conseil de sécurité des Nations unies a cependant empêché cette mission d’entrer dans le pays.

    Lors d’une réunion entre le Comité ad hoc de haut niveau sur la Libye et les Nations Unies en juin 2011, le Représentant permanent de l’Ouganda auprès des Nations Unies à l’époque, le Dr Ruhakana Rugunda, a déclaré : « Il n’est pas sage que certains joueurs soient intoxiqués par supériorité technologique et commencent à penser qu’eux seuls peuvent modifier le cours de l’histoire humaine vers la liberté pour l’ensemble de l’humanité. Certes, aucune constellation d’États ne doit penser pouvoir recréer une hégémonie sur l’Afrique. Mais c’est précisément ce que les États de l’OTAN ont commencé à imaginer.

    Le chaos en Libye a déclenché une série de conflits catastrophiques au Mali, dans le sud de l’Algérie et dans certaines parties du Niger. L’intervention militaire française au Mali en 2013 a été suivie de la création du G5 Sahel, une plate-forme politique des cinq États du Sahel – Burkina Faso, Tchad, Mali, Mauritanie et Niger – et une alliance militaire entre eux. En mai 2014, l’OTAN a ouvert un bureau de liaison au siège de l’UA à Addis-Abeba. Lors du sommet de l’OTAN au Pays de Galles en septembre 2014, les partenaires de l’alliance ont examiné les problèmes au Sahel qui sont entrés dans le plan d’action de préparation de l’alliance, qui a servi de « [le] moteur de l’adaptation militaire de l’OTAN à l’environnement de sécurité modifié et en évolution ». En décembre 2014, les ministres des Affaires étrangères de l’OTAN ont examiné la mise en œuvre du plan et se sont concentrés sur les «menaces émanant de notre voisinage sud, du Moyen-Orient et de l’Afrique du Nord» et ont établi un cadre pour faire face aux menaces et aux défis auxquels le Sud est confronté, selon un rapport de l’ancien président de l’Assemblée parlementaire de l’OTAN, Michael R. Turner. Deux ans plus tard, lors du sommet de l’OTAN à Varsovie en 2016, les dirigeants de l’OTAN ont décidé d’intensifier leur coopération avec l’Union africaine. Ils « [ se félicitaient ] du solide engagement militaire des Alliés dans la région sahélo-saharienne ». Pour approfondir cet engagement, l’OTAN a mis en place une Force africaine en attente et a entamé le processus de formation d’officiers dans les forces militaires africaines.

    Pendant ce temps, la récente décision d’ éjecter l’armée française est enracinée dans une sensibilité générale croissante sur le continent contre l’agression militaire occidentale. Il n’est donc pas étonnant que bon nombre des plus grands pays africains aient refusé de suivre la position de Washington sur la guerre contre l’Ukraine, la moitié des pays s’étant abstenus ou votant contre la résolution de l’ONU condamnant la Russie (cela inclut des pays comme l’Algérie, l’Afrique du Sud, l’Angola et l’Éthiopie). ). Il est révélateur que le président sud-africain Cyril Ramaphosa ait déclaré que son pays « s’est engagé à faire progresser les droits de l’homme et les libertés fondamentales non seulement de notre propre peuple, mais aussi des peuples de Palestine, du Sahara occidental, d’Afghanistan, de Syrie et de toute l’Afrique et du monde. ”

    L’ignominie des folies occidentales et de l’OTAN, y compris les accords d’armement avec le Maroc pour livrer le Sahara occidental au royaume et le soutien diplomatique à Israël alors qu’il poursuit son traitement d’ apartheid des Palestiniens, met en contraste l’indignation occidentale face aux événements qui se déroulent en Ukraine. La preuve de cette hypocrisie sert d’avertissement à la lecture du langage bienveillant utilisé par l’Occident lorsqu’il s’agit de l’expansion de l’OTAN en Afrique.

    Cet article a été réalisé par Globetrotter.

    PAR VIJAY PRASHAD

    Vijay Prashad est un historien, éditeur et journaliste indien. Il est rédacteur et correspondant en chef de Globetrotter , un projet de l’Independent Media Institute. Il est rédacteur en chef de LeftWord Books et directeur de Tricontinental : Institute for Social Research. Il a écrit plus de vingt livres, dont The Darker Nations: A People’s History of the Third World (The New Press, 2007), The Poorer Nations: A Possible History of the Global South (Verso, 2013), The Death of the Nation and the Future of the Arab Revolution (University of California Press, 2016) et Red Star Over the Third World(LeftWord, 2017). Il écrit régulièrement pour Frontline, the Hindu, Newsclick, AlterNet et BirGün.



  • Au nom de la liberté des suprématistes

    Au nom de la liberté des suprématistes

    Occident, OTAN, Etats-Unis, Russie, Chine, URSS, Ukraine, danger nucléaire,

    par Saadeddine Kouidri

    Pour les USA, la Chine va à l’encontre des règles qui rendent le monde tel « que nous voulons qu’il soit », dixit Joe Biden. Un monde qu’illustre la tuerie de 19 écoliers par un adolescent de 18 ans, ce mardi 24.05.22 au Texas. Suite à ce crime, le Président de la première puissance mondiale trouve qu’Il est temps de transformer la douleur en action et se pose la question : «Quand, pour l’amour de Dieu, allons-nous affronter le lobby des armes» ? Ce lobby est aux mains des suprématistes blancs, dont l’étendard est déployé par les soldats d’Azov en Ukraine et des évangélistes qui dominent le Congrès étasunien et qui, les premiers, aident l’Etat juif d’Israël. C’est au nom de leurs croyances que les guerres broient les peuples depuis des siècles et leur système politique n’est rien d’autre que le processus de l’intérêt économique dont celui de vendre des armes, qu’importe les conséquences. C’est cette immoralité qui condamne ce système politique qui mène à l’exploitation par l’homme, dont l’accaparement de la plus-value des travailleurs est manifeste depuis la Critique de Karl Marx. Quant à l’accaparement des ressources naturelles par les davoshiens and Co, elle a comme conséquence 282 millions de personnes sous-alimentées que compte la FAO dans le seul continent africain. Ces pauvres n’habitent pas dans des États-Nations mais dans des Etats livrés aux davoshiens ou leurs acolytes.

    Le danger du surarmement nucléaire au temps de la bipolarisation a fait fléchir l’URSS qui a cru que la crainte était assez mûre pour être partagée ! Mal lui en prit. On connaît la suite. Il s’avère aujourd’hui que le monde est sévèrement nucléaire. Ce qui le condamne à être multipolaire. C’était l’URSS, prétendument communiste, qui était l’ennemie des USA. Aujourd’hui, c’est la Chine qui est déclarée le nouveau premier ennemi du maître du monde à cause de sa puissance économique dans le monde et non plus à cause du Parti communiste chinois au pouvoir !

    Depuis 1989, la poussière provoquée par la chute du mur de Berlin a mis des décennies pour se dissiper, laissant entrevoir la muraille de Chine et c’est seulement l’entrée de l’armée russe le 24.02.22 en Ukraine qui révèle, aux utopistes, aux économistes, et à tous les idéalistes que le conflit mondial n’est pas économique mais politique. Sans le sacrifice des peuples de l’URSS dirigée par Staline, Hitler aurait colonisé et asservi l’Europe. Sans la Résistance populaire, dirigée par l’Émir, le sort des Algériens aurait été scellé à l’instar des Amérindiens. Sans l’opération en Ukraine, la république de Russie aurait été vassalisée à l’instar de la France et ses alliés par les suprématistes blancs étasuniens dont Azov, ce régiment néonazi, en est le représentant en Ukraine à défaut de l’OTAN.

    Gorbatchev avait cru que le capitalisme est pourvu d’éthique dont celle de croire à la parole donnée. Son marxisme contraire à celui de Staline qui doute de l’autre, sont tous deux dépourvus de naturalisme au point ou le premier ignore que la morale des idéalistes est du ressort de l’intérêt avant tout. On apprend qu’au Forum économique de Davos 2022 que la Covid a été la période la plus rentable de tous les temps et qu’à toutes les 30 heures, un nouveau milliardaire a été créé pendant la pandémie. Ce forum, qui regroupe 1.000 davoshiens, les plus fortunés du monde, a comme cible principale les Etats-Nations, « ces empêcheurs de tourner en rond », dixit Georges Soros, l’un de ces membres, appelle « à vaincre Poutine pour sauver notre civilisation ». YouTube servile aux fortunés a supprimé des dizaines de milliers de vidéos et des dizaines de chaînes pour avoir qualifié la guerre en Ukraine de mission de libération ! Quant au directeur de la Banque de France, cet autre davoshien, déclare que «l’inflation causée par la guerre en Ukraine est le prix à payer pour défendre nos civilisations». Leur civilisation est d’essence immorale puisqu’elle trouve de l’intérêt dans les guerres, les pandémies et dans la colonisation de peuplement de la Palestine et la colonisation du Sahara Occidental.

    On vient d’apprendre que dans le sud de la Cisjordanie, Israël expulse un millier de Palestiniens. Dans un de ces hameaux, des forces israéliennes arrivent ce mercredi et, sans dire un mot, ordonnent à la famille de s’éloigner, détruisent en moins d’une heure la cuisine, trois pièces, un pigeonnier, un enclos et les deux tentes d’Abou Sabha.

    Nous savons aujourd’hui plus que jamais que la morale n’existe que dans le matérialisme moderne qui a comme socle le naturalisme. Le capitalisme, adossé aux religions, fait croire aux utopistes et autres idéalistes que les potentialités nouvelles de progrès mènent intrinsèquement vers un monde plus humain pour faire croire que son processus n’est jamais immoral puisque basé sur les libertés. Nous savons aujourd’hui de quelles libertés il s’agit, celle du sioniste, la liberté de tuer le Palestinien, celle du fils du riche étasunien de tuer le pauvre et particulièrement le noir. La tendance foncière du capitalisme est dans l’intérêt qui l’entraîne à se développer aux dépens non seulement des besoins de l’humanité mais de la vie. Quant à l’impérialisme, il ne «désarme pas du seul fait de trouver plus de réalisme en face de lui».

    Suite à l’annonce de Washington et Tokyo qu’ils vont surveiller les récentes activités de la marine chinoise ainsi que les mouvements liés aux exercices conjoints de la Chine et de la Russie, des bombardiers stratégiques (armés de bombes nucléaires) chinois et russes volent au-dessus de la mer du Japon pendant la visite de Biden. La réponse du berger à la bergère est une solution persuasive, certes, mais temporaire car l’impérialisme ne désarme que quand il trouvera l’intérêt économique shunté par une morale adossée à une puissance plus forte que la sienne, celle de l’union des peuples qui a comme morale naturelle, la préservation de la vie, de la sympathie de l’autre, la solidarité.

    Le Quotidien d’Oran, 31 mai 2022

    #EtatsUnis #Chine #Russie #Occident #Ukraine #OTAN

  • Conflit Russie/OTAN: la fin d’un monde ou la fin du monde ?

    Conflit Russie/OTAN: la fin d’un monde ou la fin du monde ?

    Russie, Ukraine, OTAN, Etats-Unis, Sahara Occidental, Maroc,

    «Ils élaborent des complots et échafaudent des plans, mais Allah est meilleur planificateur» Sourate Al Imran. Verset 54

    La mauvaise foi : nouvelle religion atlantiste

    La crise ukrainienne, s’il était besoin, aura permis de dévoiler à la communauté internationale (du moins la partie humaine de cette dernière) le double standard érigé en loi organique du clan atlantiste. Désormais, dans les relations internationales, les occidentaux ne s’encombrent plus de scrupules. L’hypocrisie, la fourberie, la traîtrise sont devenues la norme.

    Ainsi la «coalition mondiale» contre Daech qui s’est tenue à Marrakech sous l’égide des USA participe de cette mystification. Comment dans une atmosphère sentant le soufre, ces suppôts de l’OTAN prétendent-ils combattre les créatures qu’ils ont eux-mêmes créées ?

    Le pays hôte, qui affiche une neutralité de façade, n’a-t-il pas envoyé ses mercenaires dans tous les théâtres d’opérations où sont impliquées les forces de l’OTAN : en Irak, Syrie, Yémen, etc, jusqu’en Ukraine où l’on aurait dénombré pas moins de 200 combattants ?

    La Russie ne serait-elle pas en droit de lui rendre la monnaie de sa pièce (intérêts en rouble compris) en appuyant, par tous les moyens, le peuple sahraoui dans sa lutte pour l’indépendance ?

    Et dans les malheureux événements qui ont ensanglanté l’Algérie durant les années 90, où le terrorisme a fait plus de 200 000 morts (soit autant de victimes qu’une guerre de haute intensité), ce «pays frère» a généreusement hébergé des terroristes notoires sur son sol.

    Comment donc un pays, dont l’économie repose pour une large part sur le trafic de drogue (1er exportateur mondial de cannabis), dont un nombre considérable de ressortissants vont renforcer les légions de mercenaires dans des pays tiers, qui occupe illégalement un territoire qui ne lui a jamais appartenu, de l’aveu même de son roi Mohammed 3 dans une missive adressée au roi d’Espagne : voir page 265 à 266 du document officiel de la Cour Internationale de Justice (ou 286 à 287/519 du pdf).

    Comment un tel pays, qui n’a par ailleurs jamais combattu le véritable terrorisme sur son sol, contrairement à la Russie, à l’Algérie qui l’ont défait ou encore au Mali qui est en passe de le vaincre, peut faire valoir une quelconque expérience ou expertise dans ce domaine ?

    Comment doit-on comprendre ce sommet des dupes au royaume de l’hypocrisie et de la traîtrise ? Si comme tout porte à le supposer, la réunion de Marrakech ne serait qu’un préambule à une intervention au Sahel pour recoloniser le continent, quel(s) pays d’Afrique, après l’échec programmé des occidentaux en Ukraine, est/sont visés par ces maîtres-chanteurs-manipulateurs ?

    La réponse africaine du berger à la bergère

    Quelle attitude les États africains doivent-ils adopter face à une coalition d’impérialistes qui s’est fixé comme objectif de recoloniser par tous moyens et subterfuges leurs territoires ? La réponse qui s’impose est une solidarité sans faille, un front uni et une fermeté dans ses positions quant à sa souveraineté.

    L’Afrique ne peut plus se permettre de molles protestations, souffrir des états vassaux en son sein, véritables chevaux de Troie de l’impérialisme, pas plus que la lâcheté de certains dirigeants qui ont contribué et livré à la destruction et au chaos État après État.

    Aussi, aurions-nous tout intérêt à saisir la main tendue par la Russie, qui propose un partenariat gagnant-gagnant, pour rompre avec la perduration de ce système néocolonial qui sabote le développement de notre continent et qui pousse toute une jeunesse au désespoir et à l’émigration clandestine.

    Contrairement aux occidentaux, la Russie, d’une part n’a pas de passif colonial dans le continent et d’autre part dispose de ressources naturelles sans commune mesure et par conséquent ne saurait nourrir de velléités colonialistes pour s’accaparer les richesses africaines.

    D’ailleurs, qu’ont fait respectivement les 2 blocs de leur puissance économique, financière et militaire ? Les occidentaux se sont lancés à l’assaut des terres africaines pour asservir leurs populations et spolier leurs richesses, tandis que l’Union Soviétique a aidé de nombreux États dans leur lutte d’indépendance, dont l’Algérie.

    Celle-ci peut à juste titre être considérée comme une vitrine de la coopération russe avec un pays africain, partenariat qui a débuté depuis l’indépendance algérienne. La Russie, outre le domaine militaire, avait par exemple largement contribué à l’industrialisation du pays.

    Quoi qu’il en soit, l’Afrique a tous les moyens et toutes les ressources pour vivre en autarcie, aussi est-ce l’occident qui a plus besoin de nous que nous avons besoin de lui.

    Du reste le monde est trop vaste et bien trop peuplé pour être manipulé et dominé par une poignée d’États autoproclamés maîtres du monde quelle que soit leur prétendue puissance. Celle-ci sera inéluctablement défaite et annihilée par la solidarité des peuples.

    Le clash des cultures

    Au-delà d’une lutte existentielle pour les 2 puissances (la défaite d’un des deux protagonistes équivaudra à son effondrement et in fine à sa disparition), ce sont 2 visions du monde, 2 systèmes de valeurs qui s’affrontent.

    On assiste en effet à un véritable choc des civilisations. Le monde occidental, dont les mœurs et les valeurs morales se sont érodées, voire dévoyées, ne peut s’accommoder d’un monde russe, profondément ancré dans sa culture orthodoxe, et par conséquent dans ses valeurs traditionnelles.

    Ainsi au même titre que l’islam qui partage ces mêmes valeurs, la culture russe subit les attaques de cet occident devenu la Babylone, la Sodome et Gomorrhe bibliques.

    Car dans ce monde antéchristique d’inversement des valeurs (le dajjal pour les musulmans), le double standard, l’indignation sélective sont la norme. La vertu, la vérité sont combattues et désignées à la vindicte, laissant place au règne de la propagande et du mensonge.

    Comment en serait-il autrement si l’on considère que le modèle anglo-saxon prônant l’individualisme a largement contribué à l’avènement de ce monde «à l’envers» ?

    Le protestantisme ne proclame-t-il pas que la richesse individuelle est une manifestation de la grâce divine ? Ainsi «Greed is good» (l’avidité est une bonne chose), dixit Donald Trump, peu important que cela soit en parfaite contradiction avec l’enseignement de Jésus (sidna Issa, asws) pour qui «Il est plus facile pour un chameau de passer par le trou d’une aiguille qu’à un riche d’entrer au royaume de Dieu».

    Mené par des dirigeants mentalement malades, ayant perdu tout sens de la mesure et de la réalité, l’Occident semble pris d’une frénésie belliciste le poussant à provoquer jusqu’à ses frontières l’autre puissance nucléaire rivale, l’Empire du Milieu, conduisant le monde vers une 3ème guerre mondiale apocalyptique.

    D’aucuns attribuent des obédiences satanistes à ces leaders mondiaux, dont le culte serait centré autour de Lucifer (étymologiquement : «le porteur de lumière»). Selon la croyance, ce dernier serait le véritable allié des humains contrairement à Dieu. Interprétation tirée du verset 22 de la genèse, chapitre 3 : et Dieu dit : «Voilà Adam devenu comme l’un de nous, sachant le bien et le mal. Empêchons donc maintenant qu’il ne porte sa main à l’arbre de vie, qu’il ne prenne aussi son fruit, et qu’en en mangeant il ne vive éternellement».

    Ainsi, Lucifer, Satan, aurait apporté la connaissance à l’homme pour le rendre l’égal de Dieu, symbolisé par la pomme de l’arbre défendu. C’est pourquoi ces adorateurs lui vouent une vénération et se considèrent par ailleurs comme des dieux.

    Cette croyance semble faire écho au mythe de Promethée, qui avait dérobé le feu à Zeus pour le livrer aux hommes.

    On retrouve ainsi cette symbolique de la pomme dans le logo d’Apple, Steve Jobs proposant, à l’instar de Lucifer, de croquer dans le savoir :

    Un culte explosif

    Combien seraient surpris d’apprendre que le sionisme n’est pas né au sein du judaïsme, car aux antipodes de la croyance juive, mais dans les cercles protestants, dès la Réforme, au 16ème siècle (en Angleterre notamment et en Allemagne), ceux-ci désirant avec ferveur instaurer le royaume de Dieu sur terre en hâtant l’avènement du Messie.

    En effet un des préalables étant le retour des juifs en Terre Sainte, il s’agissait pour eux de réunir toutes les conditions pour favoriser, si nécessaire, forcer ce retour.

    Or, ils se heurtèrent, dès la 1ère heure, à la réticence farouche de la communauté juive, croyante dans son écrasante majorité.
    C’est ainsi que la 1ère tentative théorisée par Théodore Herzl, juif laïc (on appréciera l’oxymore) se solda en cuisant échec, car ce projet est en totale contradiction avec la religion juive selon laquelle l’exil de Palestine est le châtiment que Dieu leur a infligé pour leur impiété et leurs péchés.

    Cet exil constituant donc, dans la croyance juive, l’expression de la volonté divine, il leur est formellement interdit d’établir un foyer national juif avant l’arrivée du Messie prophétisé dans les écritures. Aussi, aller à son encontre serait considéré comme une rébellion, une véritable déclaration de guerre contre Dieu.

    C’est pourquoi, éclatent ici et là de temps à autre des manifestations de juifs pieux, à New York notamment, exprimant leur solidarité avec la cause palestinienne et leur rejet du sionisme qu’ils n’hésitent pas à qualifier de nazisme.
    Manifestations, certes très peu médiatisées et régulièrement réprimées par les forces de l’ordre.

    De la même manière, certaines communautés juives vivant en Palestine se voient comme des Palestiniens de confession juive et ne reconnaissent pas l’état sioniste. En outre elles refusent tout produit émanant de cette entité et n’échappent pas au même traitement médiatique (ostracisme) et gouvernemental (répression).

    Seul un cataclysme d’une ampleur exceptionnelle a pu venir à bout de cette résistance obstinée. Et la 2ème guerre mondiale fut l’occasion saisie par les promoteurs sionistes pour convaincre les juifs les plus récalcitrants à fuir cette Europe en proie à une folie meurtrière. Certaines voix iront jusqu’à affirmer qu’elle a été orchestrée à cet escient.

    La création d’Israël correspondait également à un second objectif, d’ordre plus pragmatique. Il ferait office, pour les puissances occidentales (à leur tête les USA), de poste avancé pour le contrôle des ressources pétrolières de la région, qui représentent plus de 45% des réserves mondiales. En d’autres termes, Israël constituerait la plus grande base militaire de l’OTAN dans la région.

    Une situation qui fait dire à certains qu’Israël serait au commande de l’appareil militaro-politico-économique des USA, l’inverse étant par ailleurs vrai pour d’autres.

    En réalité, les intérêts se confondent, les 2 acolytes ayant comme objectifs de démembrer, détruire tous les états pouvant constituer une menace pour leurs projets, dont l’un est le contrôle sur les hydrocarbures et l’autre la pérennité de son existence.

    Cette convergence d’intérêts se retrouve dans les puissants lobbies évangélistes très actifs aux USA et l’AIPAC, ce dernier s’appuyant sur les communautés «juives», notamment ashkénazes (plus de 90% de la population juive mondiale).

    Les ashkénazes sont des «juifs» d’Europe d’origine khazar, un peuple d’Asie centrale, qui occupait principalement l’actuelle Ukraine, la Georgie, le Kazakhstan (Khazarstan ?), et s’est converti au «judaïsme» vers le 10ème siècle.

    Toutefois pour la plupart des juifs orthodoxes, ces khazars n’ont pas réellement embrassé la religion hébraïque des écritures mais un judaïsme talmudique, c’est-à-dire une somme d’écrits et d’interprétations de plusieurs auteurs sur des générations. Ils représentent de loin la plus grande communauté d’Israël.

    «You don’t have to be jew to be a zionist» (Joe Biden)

    Qu’ont en commun les islamistes radicaux, les chrétiens sionistes et les extrémistes de droites ? Alors que tout semble les opposer, ils combattent côte à côte en Ukraine et dans d’autres théâtres d’opérations.

    Cette alliance en apparence contre nature réside dans la convergence de vision de leurs idéologues, qui chacun, dans un agenda qui lui est propre, prétend se servir de l’autre et forcer la main de Dieu en s’escrimant à créer les conditions prévalant à la fin des temps pour instaurer le royaume de Dieu sur terre.

    Le «retour» des juifs en Palestine est sensé préluder à la reconstruction du temple de Jérusalem et à la 1ère venue du messie pour les uns et la 2ème pour les autres. L’antéchrist devra au préalable profaner le temple et conduire à l’apocalypse, Armagedon, une période de guerre de 7 ans, de famine, tremblements de terre, etc. S’établira alors le royaume de Dieu sur terre.

    Or la reconstruction de ce temple implique la destruction de la mosquée d’Al Aqsa, menaçant de lever les populations musulmanes, dont le Pakistan, une puissance nucléaire.

    Cependant pour les juifs, combien même reconstruit, personne ne pourra pénétrer le temple s’il n’est purifié par un rite spécifique : «les cendres d’une génisse rousse sans tache, sans imperfection et sur laquelle jamais ne vint un joug».

    Le plus étonnant est que des tentatives sont religieusement menées pour donner naissance à cette rareté de la nature. Et elle a bien failli voir le jour, manquant de déclencher la 3ème guerre mondiale. C’est dire que la chose est prise très au sérieux et un grand nombre d’illuminés, dont des puissants de notre époque jubilent à l’idée de hâter la fin du monde.

    https://www.google.com/amp/s/www.liberation.fr/planete/1997/06/12/melody-la-sacree-vache-rousse-de-jerusalem_207157/%3foutputType=amp

    https://blog.francetvinfo.fr/charles-enderlin/2015/07/12/la-vache-rousse-plus-dangereuse-que-le-nucleaire-iranien.html

    Miloud Boumaza
    Né à Chlef
    Comptable
    Résidant en France, en région parisienne

    La patrie news, 28 mai 2022

    #Russie #Ukraine #OTAN #EtatsUnis

  • Entre le marteau russe et l’enclume turque

    Entre le marteau russe et l’enclume turque

    Russie, Turquie, Ukraine, OTAN, Finlande, Suède,

    Jusqu’à encore récemment, lorsque les Etats-Unis apportaient leur soutien à un pays en butte à une difficulté quelconque, que celle-ci soit grande ou petite, ce pays pouvait estimer être tiré d’affaire, quand bien même il devrait attendre un peu avant de voir son ciel se dégager à nouveau. Ainsi de la Finlande et de la Suède, dont les principaux dirigeants ont été invités à la Maison-Blanche jeudi dernier exprès pour recevoir de ce puissant d’entre les puissants qu’est Joe Biden l’assurance qu’elles seront bientôt membres à part entière de « la plus grande alliance militaire de l’histoire », comme les Américains se plaisent depuis quelque temps à parler de l’Otan, et que par suite rien ni personne ne pourra faire qu’elles n’y soient pas au bout d’un délai tout à fait dans les normes. Voilà qui devrait calmer leurs craintes, elles qui se voient prises entre le marteau russe et l’enclume turque, le premier qui menace de s’abattre et la seconde qui s’intercale pour leur barrer l’entrée de l’Otan, le seul endroit au monde où elles pourraient se mettre à l’abri de l’orage venant d’Ukraine.

    Dans le principe que vaut une opposition turque quand on dispose déjà du consentement américain, sans même parler de celui des autres membres de l’organisation? Rien. A plus forte raison quand il s’agit d’une question interne à l’Otan, une création américaine de tout temps sous commandement américain. Dans une alliance militaire seule la parole du chef devrait compter. Si au sein même de l’Otan l’avis des Etats-Unis n’est pas prépondérant, s’il peut être contrebalancé par celui de la Turquie, ou par celui de tout autre mauvais coucheur, s’agit-il encore de l’Otan ?

    Avant même que la Turquie leur fasse savoir qu’elle se servirait de son doit de veto contre elles, la Suède et la Turquie se croyaient en grand danger d’être attaquées entre le moment où elles cessaient d’être neutres et celui où elles rejoignaient l’Otan. Plus court serait ce temps de passage, moins nombreuses seraient les occasions pour la Russie de s’en prendre à elles. Et puis voilà que c’est de l’intérieur même de l’Otan que surgit le péril, que pointe la bouche de canon prête à cracher son feu de barrage dans leur direction. Elles se hâtaient de passer de la neutralité à l’alignement, tout entières tendues vers la porte de salut, et voilà que quelqu’un se profile dans son embrasure qui de loin leur fait signe de rebrousser chemin. S’en retourner, soit, mais où ? A leur position de neutralité d’avant ? Mais cela n’est plus possible, car elles ont pris soin de signifier à la Russie qu’elles dénonçaient le pacte de non-agression passé avec elle, qu’elle peut à partir de maintenant les compter au nombre des pays hostiles à son endroit.

    Si ce n’est pas là à proprement parler une déclaration de guerre, c’est en tout cas loin d’être un geste d’amitié. Leur situation risque même de s’empirer si la guerre en Ukraine est perdue par l’Otan, comme d’ailleurs cela tend à se préciser. A moins qu’elles ne donnent satisfaction à la Turquie sur toutes ses demandes d’extradition de membres du PKK et de partisans de Fethullah Gülen, celle-ci ne se laisserait probablement pas dissuader d’user de son droit de veto contre leur admission dans la maison du salut. Les Etats-Unis eux-mêmes n’y pourraient rien, sauf si eux-mêmes livraient Gülen à la Turquie, ou alors revenaient sur leur refus de lui vendre des F-35. Dans tous les cas, le prix à payer serait plus qu’exorbitant, humiliant.

    Mohamed Habili

    Le Jour d’Algérie, 20 mai 2022

    #Russie #OTAN #EtatsUnis #Finlande #Suède #Turquie